Acerca de nosotras ·

sábado, 3 de mayo de 2014

Josefa Emilia Toledo Murillo / Josefa Toledo de Aguerri



Josefa Emilia Toledo Murillo más conocida como Josefa Toledo de Aguerri nació en la ciudad de Juigalpa, departamento de Chontales, Nicaragua, el 21 de abril de 1866.

Fue por mucho tiempo la primera educadora de Nicaragua. En 1900, a la edad de 34 años, se casó con el español Juan Francisco Aguerri. Fue un amor repentino e intenso. En 1924 fue nombrada Directora General de Instrucción Pública. Por primera vez en la historia de Nicaragua, una mujer accedió a tan alto cargo público. Pero no duró mucho allí, fue removida porque "era muy independiente y cuestionadora".

En 1950, se le otorgó el reconocimiento continental de "Mujer de las Américas", convirtiéndose -hasta ahora- en la única nicaragüense merecedora de este honor, que antes sólo lo habían merecido Gabriela Mistral, Minerva Bernardino, Eleonor Roosevelt y Carrie Capman.

Fue por mucho tiempo la primera educadora de Nicaragua. Este aspecto lo desarrollaron varias personas intelectuales, amigas y admiradoras,  que le dedicaron un "Libro de Oro", entre ellos el unionista centroamericano Salvador Mendieta, Modesto Barrios, el historiador Sofonías Salvatierra, Ramón Romero, Hernán Rosales, Hildebrando A. Castellón, el profesor y biógrafo de Darío Edelberto Torres Espinoza, el intelectual Guillermo Rotschuh Tablada y quien fuese Ministro de Educación Modesto Armijo.  

Esto también se halla detallado en la biografía que le consagró Margarita López Miranda: "Una chontaleña en la educación nacional" (1988).

Junto a Carmela Noguera y a otras graduadas del Colegio de Señoritas, es considerada como la forjadora de la Pedagogía Moderna de Nicaragua.

Murió el 27 de abril de 1962 a los 95 años de edad.

La educadora Josefa Toledo , fue la primera persona en Nicaragua que tuvo la satisfacción que se le erigiera un Monumento en vida.

Josefa Toledo de Aguerri (1866-1962). fue una gran educadora, cuya labor forjó la pedagogía moderna en nuestro país con otras graduadas del Colegio de Señoritas —fundado en 1882— a lo largo de muchas décadas.

Su carrera abarcó la dirección de varios centros públicos y la fundación —aún en tiempos del general J. Santos Zelaya— y de su propio colegio y la Escuela Femenina de Prensa, de la Escuela Normal de Señoritas, el Colegio de Señoritas Técnico-Práctico y el Kindergarten Modelo. Sin embargo, su vocación educativa fue más amplia, resultando una escritora pedagógica de grandes capacidades, una ensayista —teórica de la enseñanza— y autora de teatro escolar.

Sus piezas, desde luego, estaban vinculadas a su práctica diaria y eran cortas, amenas y fáciles de asimilar, teniendo de objetivo transmitir el civismo, la autogestión y el espíritu democrático de las elecciones; y de inculcar el ideal unionista. Cultivó, igualmente, la crónica de viaje y la biografía breve, el editorial y el artículo divulgativo, como dan fe media docena de obras.

Estas, en el campo específicamente pedagógico, postulaban la revitalización de las escuelas normales (la de Varones fundada en 1908 y la de Señoritas en 1910); la necesidad de establecer un Consejo Nacional de Instrucción Pública, el concepto “nuevo” de escuela como esfuerzo dirigido, perfeccionamiento progresivo, fe en sí mismo, esperanza en la realización de los ideales y abnegación para un exceso de trabajo en favor de los demás; el sentido del Kindergarten y sus críticas al método de Froebel, esencialmente matemático; el uso de libros de texto y otro temas sobre disciplina y moralidad, higiene y sinopsis, colonias y bibliotecas escolares, juntas, academias y asociaciones, la celebración del Día del Maestro y la Fiesta del Árbol, decretada en 1929.

Al mismo tiempo, propugnaba —como feminista pionera— por la superación y los derechos de la mujer. Esta significación tuvieron sus publicaciones periódicas Revista Femenina Ilustrada (1918-20) y Mujer Nicaragüense (1929-30), actividad que presenta otra faceta fundamental de su personalidad: la de promotora cultural. No sólo esas publicaciones periódicas fueron proyectos logrados, sino su Enciclopedia Nicaragüense (1932), de la cual sólo quedó el segundo tomo, pues el primero fue destruido por el terremoto capitalino de 1931. A todo ello hay que sumar el despliegue de una incansable labor como benefactora social, presidiendo numerosas instituciones filantrópicas.

 Vale la pena recordar su trilogía práctica (buena presencia, precisión en el aprendizaje y constancia en el estudio ordenado) que concretaba en su expresión nemotécnica: “Facha, fecha y ficha”. Mas su autorretrato mental la reveló conspicua e inteligente, cortés en su trato y tenaz en sus propósitos, aparte de ofrecer estos principios: la veracidad como virtud predilecta, la integridad como cualidad más estimada en el hombre y la honestidad en la mujer. Su concepto de la felicidad consistía en tener fe, abrigar esperanza y practicar la caridad. Y el de la desdicha en mantenerse inconforme e intolerable.

“Doña Chepita” prefería vivir “en donde la justicia tuviera su mejor representativo”. Declaraba a Cervantes y a Darío, respectivamente, su prosista y poeta predilectos. Chopin era su músico más admirado y Murillo, el español, su pintor más afín. Tenía un libro de Pestalozzi de cabecera y el héroe de la vida real que más admiraba era el padre Mariano Dubón. Su heroína por antonomasia: Rafaela Herrera; su aversión particular, la hipocresía; y su lema: “Todo por la patria, la familia y el honor”.


Josefa Toledo  no fue la única feminista en Nicaragua a finales del siglo XIX y XX. Sin embargo, su visión y su activismo en particular, son vitales para la comprensión de la historia del feminismo en Nicaragua antes de la revolución sandinista de 1979. Las razones de esto son muy simples. La vida de Toledo se extendió por casi un siglo, un siglo clave para los derechos de la mujer en su país. Participó en el siglo XIX  en las luchas para garantizar la educación secundaria secular de las niñas y  en las campañas de siglo XX por el sufragio femenino. 
 Dedicó toda su vida adulta a la aplicación de su visión feminista. Ella estuvo implicada en un sinnúmero de organizaciones feministas nacionales e internacionales, muchas de las cuales  organizo ella misma. Además, fundó las primeras revistas feministas de Nicaragua. Por otra parte, estaba interesada en abordar una  increíblemente amplia gama  de cuestiones, desde una perspectiva feminista. Sólo después de que su vida se sitúa en su contexto histórico pueden comenzar los estudiosos a hacer generalizaciones matizadas y precisas acerca de la historia feminista de Nicaragua.

http://www.manfut.org/monumentos/josefatoledo.html
http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/251012
http://www.manfut.org/monumentos/josefatoledo.html
http://www.alice.com.ni/Articles/view/title:90-la-lucha-feminista-en-nicaragua
http://es.wikipedia.org/wiki/Josefa_Toledo_de_Aguirre

No hay comentarios:

Publicar un comentario