Amparo Barayón Miguel (Zamora, 8 de mayo de 1904- 11 de octubre de 1936)
Desde hace varios años
llevo trabajando en hacer visibles historias de mujeres y sus aportaciones, que
tan cruel e injustamente han estado olvidadas.
En este camino de
búsqueda, recientemente me encontré con Helen Graham historiadora sobre la
guerra civil española. La encontré porque comparte nombre con uno de los
personajes de una de las novelas de la pequeña de las hermanas Brontë, que
forman parte de un universo anglosajón que me apasiona, como a ella lo español.
Me intereso de Helen Graham que pusiera atención en el papel de la mujer en la
terrible contienda y que considere que La Guerra Civil no es un pecado original
de los españoles sino que había corrientes de pensamiento a nivel europeo que
produjeron su materialización
Fue para mí una tremenda
sorpresa leer en sus textos sobre la historia de la zamorana Amparo Barayón Miguel
asesinada en el verano de 1936, cuando tenía 32 años.
La historiadora nos cuenta
como los militares rebeldes y sus partidarios civiles fueron redefiniendo al
enemigo; Menciona aquí "la nueva mujer" , dice que un miedo patológico y el odio a las mujeres
emancipadas fue una muy poderosa fuerza motriz entre los rebeldes. Amparo
Barayón no termina por ser asesinada en lugar de su marido, como muchos
comentaristas han afirmado con anterioridad. No, ella fue asesinada, por así
decirlo, en su propio derecho. Amparo
era una mujer moderna. También nos cuenta que uno de sus asesinos, fue un
antiguo pretendiente al que Amparo había rechazado.
En 1930, cuando la
monarquía de España se desmoronó, Amparo tenía, 26 años, dejó Zamora y se fue a
Madrid, la "gran ciudad" para convertirse en independiente. Encontró
trabajo como operadora de centralita telefónica. En Madrid vivía de forma
independiente, educándose a sí misma, tanto política como culturalmente, allí
conoció a Ramón J Sender y comenzó a vivir con él, lo que era avanzado para
esos momentos, incluso en Madrid
El hecho de que Amparo,
nos dice la escritora, hubiera extendido sus alas inspiraba terror a los
pilares de la sociedad provincial y también entre los miembros conservadores de
su propia familia que la vieron como en el camino de la condenación. Y serían
algunos de estos miembros de la familia, quien la denuncia a las autoridades
militares en Zamora. Esto ocurrió a finales del verano de 1936, después de
Amparo había huido con sus pequeños hija e hijo en las secuelas de la
sublevación militar.
Como resultado de la denuncia,
Amparo fue encarcelada a finales de agosto de 1936. Fue interrogada con la
intención expresa de conseguir que se retractase.
Fue sometida a una
presión extraordinaria, incluso por un sacerdote, quien la sometió a múltiples
abusos y, después de que ella hizo su confesión final, se le negó la
absolución. En otras palabras Amparo Barayón estuvo sujeta a una forma de
tortura psicológica sostenida cuyo objeto era humillarla y finalmente romper
con ella, aunque no fue torturada y violada físicamente, como otras presas
republicanas.
Un día, su nombre apareció en la lista y los
escuadrones de la muerte vinieron de noche a sacarla de la cárcel en las sacas
mortales. El 11 de octubre de 1936, casi 3 meses después del golpe militar
contra la República, Amparo Barayón fue tomada de la cárcel hasta el cementerio
y bajo una luz de linterna, le dispararon y le dieron sepultura, donde cayó,
en una fosa común junto a la tapia del cementerio.
Nos cuenta Helen Graham, sobre Amparo, como el
sacerdote en cuestión, dio cuenta a los miembros de su la familia después, de
que ella había muerto. Como muchas mujeres republicanas fueron encarcelados con
sus bebés o niños pequeños, tanto durante como después de la guerra, en
condiciones de hacinamiento e insalubridad con masivas muertes que no
ocurrieron de forma inusual
De hecho, esto parece
haber sido parte del castigo por su transgresión de género. Un funcionario de
la prisión dijo a una de estas mujeres que las mujeres "rojos" habían
perdido su derecho de alimentar a sus crías, mientras que hay muchos relatos de
los interrogadores policiales comentando enfáticamente que las mujeres rojas deberían
haber tenido más sentido de la responsabilidad que han tenido hijos, porque
"los rojos son sin derechos ".
Pilar Fidalgo compañera
de cárcel de Amparo habla del "sufrimiento moral de los huérfanos a los que
obligaba a cantar las canciones de los asesinos de su padre, a vestir el
uniforme de los que lo han ejecutado, y maldecir a los muertos y blasfemar de
su memoria”.
En este sufrimiento moral
se dejó a la hija y el hijo de Amparo, que terminaron alejados de su familia en
un lejano país que nos sustrajo sus aportes y su compañía
Leí que su hija Andrea termino
siendo monja y que un alto cargo de la Iglesia le pidió perdón por la violencia
que está había ejercido contra su madre. Dudo realmente si esta mujer hubiera sido
monja de haber vivido normalmente con sus padres y me duele el sufrimiento
infringido a estos pequeños
Mujeres como Amparo con
sus decisiones cotidianas nos han ayudado a vivir mejor a todas las demás y es de justicia mostrar nuestra gratitud.
Tomamos el texto de libro Una joven madre en las prisiónes de Franco de Pilar Fidalgo Carasa que nos cuenta la historia de Amparo
Amparo Barallón, esposa del distinguido escritor Ramón J. Sender, fue asesinada en la madrugada del 12 de octubre de 1936. Tenía con ella a Andreita, bebe de ocho meses de edad , . A las seis de la tarde ,Justo, el administrador de la prisión, entró en su celda y arrastró a su hija de sus brazos, diciendo, entre otras ocurrencias, que "las rojas no tenían el derecho de alimentar a sus hijos." Amparo Barallón, impotente para defender a su hija, luchando, llorando, presa de la locura indescriptible, chilló y, a continuación, llorando, escribió una carta de despedida a Sender, una carta con la que me quedé por mucho tiempo, pero que tuve que destruir más tarde a causa de las búsquedas continuas a las que estábamos sujetas. Sé que en esta carta entregaba a sus hijos a su cuidado y hacia responsable de la situacion en que se encontraba a un familiar con nombre Sevilla . Cuando ella había escrito esta carta Amparo se desmayó y cuando volvió en sí permaneció en un estado de semi-conciencia, llorando en voz alta para su niña.
Por la noche, la arrastraron de la prisión y la llevaron al cementerio donde fue asesinada
Amparo Barallón, wife of the distinguished writer Ramon J. Sender, was murdered at dawn on October 12th, 1936. She had Andreita, her eight months old baby, with her. At six o'clock in the evening Justo, the administrator of the prison, entered her cell and dragged her child from her arms, saying, among other witticisms, that " the Reds had not the right to nourish their children." Amparo Barallón, powerless to defend
her child, struggling, weeping, a prey to indescribable madness, shrieked and, then weeping, wrote a farewell letter to Sender, a letter which I kept for a long time, but had to destroy later because of the continual searches to which we were subject. I know that in this letter she delivered her children to his care and held responsible one of his relations named Sevilla for the situation in which she found herself. When she had written this letter Amparo fainted and when she came to herself she remained in a state of semi-consciousness, crying aloud for her little girl.
At night, they dragged her from the prison and led her to the cemetery where she was murdered
http://libraries.ucsd.edu/speccoll/DigitalArchives/dp269_63-f5313-1939/dp269_63-f5313-1939.pdf
https://foromemoriacastillayleon.wordpress.com/2014/10/24/el-testimonio-de-pilar-fidalgo-carasa-sobre-las-carceles-franquistas/
http://www.heroinas.net/2014/09/pilar-fidalgo-carasa.html
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