María Teresa Blandón Gadea (Matiguás, Matagalpa - Nicaragua, 18 de mayo de 1961) es una socióloga y feminista nicaragüense, fundadora del Programa Feminista Centroamericano La Corriente, del Movimiento Feminista de Nicaragua.
Originaria de la zona norte del país, donde desde muy joven trabajó con campesinas y campesinos. A los 17 años se involucró en Revolución Popular Sandinista, proceso que marcó su identidad y su compromiso con las mujeres de Nicaragua.
Después de la guerra, trabajó en un sindicato agropecuario, donde daba charlas sobre violencia de género y sexualidad, a partir de eso decidió dedicar su vida a la defensa de los derechos de las mujeres, particularmente los Derechos Sexuales y Reproductivos.
En 1993 junto a otras activistas feministas de la región centroamericana, fundó el Programa Feminista Centroamericano La Corriente, organización que dirige en la actualidad.
Desde La Corriente, organiza acciones que contribuyen a generar cambios a favor de la igualdad y la no discriminación, combinando la investigación, la formación, las campañas de comunicación social y para promover el pensamiento feminista.
“El feminismo me hizo más fuerte”
Fuerza, solidaridad e impaciencia son las tres palabras con las que se define María Teresa Blandón Gadea, una de las principales mujeres que han luchado por los derechos humanos de la mujer, ella actualmente es directora del movimiento feminista La Corriente.
Esta líder feminista fue parte de la revolución, a pesar de eso no siente identificada con la palabra “guerrillera”. Prefiere definirse como revolucionaria, pero no de algún partido político, sino una revolucionaria de cambios.
En el plano académico...
Estudió ciencias sociales, realizó cursos de especialización, también una maestría en género y desarrollo en la Universidad de Barcelona.
Actualmente practica el activismo combinado con la docencia, imparte clases en la maestría de la Universidad Centroamericana.
Desde niña tenía un carácter muy fuerte
Blandón nació en una familia grande, de seis hermanas y cuatro hermanos. Su mamá era maestra, y se encargaba principalmente de la crianza de las mujeres, repartía responsabilidades de la casa, y siempre intentaba tener una actitud igualitaria entre hombres y mujeres.
“Siempre tuvimos iguales oportunidades en cuanto a estudios, pero obviamente el mayor trabajo doméstico recaía en las mujeres, mi mamá no le decía a los varones que hicieran las cosas de mujeres”.
Desde que era muy joven notaba que no había igualdad entre los hombres y las mujeres. Sintió cierto coraje cuando tomó conciencia de las injusticias que se cometían en contra de las mujeres.
Trabajaba en un sindicato y escuchaba a las mujeres quejarse de abusos de poder, de acoso, de maltrato y desigualdad laboral. Y ese malestar la llevó a luchar por la causa feminista.
El feminismo lo conoció cuerpo a cuerpo, al venir de la guerra “el universo conspiró” para que se encontrara con “mujeres maravillosas”, en quienes descubrió otro mundo para las mujeres desde el feminismo, eso le dio esperanza.
“Estar en zonas de guerra fue una de las cosas más tristes de mi vida”
A los 18 años, María Teresa se fue de su casa a participar en la revolución motivada por los ideales de la lucha. La guerra de los 70 fue para ella un periodo de miedo y sinsabores, sin duda fue la experiencia más horrible de su vida, llegó al límite y su único sostén era pensar en la justicia social que promovería el triunfo.
El feminismo la salvó
“Me salvó de una vida sin deseos, de hacer cosas que yo no quería, me hizo más fuerte. Me salvó de la culpa, me hizo entender que la mujer es la única encargada de vivir. Me dio más libertad, más seguridad y me curó de la culpa”.
Su compromiso feminista es lo que causa mayor satisfacción en María Teresa, haber conocido el feminismo y haber colaborado en la construcción de movimientos feministas en Centroamérica.
Su meta es que más hombres y mujeres jóvenes en especial vean en el feminismo una propuesta de plenitud.
¿Y en la causa del amor, que tal le ha ido?
He tenido dos relaciones muy prolongadas, una con una duración de 16 años y otra de 9 años, fueron buenas y saludables. No he tenido relaciones abusivas de ningún tipo. Y obviamente me he enamorado de gente que no se ha enamorado de mí.
“Recién llegada a Managua un hombre me quiso violar"
Era el año 87 y María Teresa tenía 26 años. Recién había llegado a Managua desde la Matagalpa, de donde es originaria. Un día, al bajarse del bus que la dejaba más cerca de la casa de una de sus hermanas, en donde ella vivía. Notó que un hombre la seguía, estaba un predio vacío y peligroso. Ella corrió casi dos kilómetros, y el hombre no dejaba de seguirla.
“Mientras corría, agarré un lápiz mecánico que andaba en el bolso. Si ese hombre me alcanzaba me iba a defender con él”. Al llegar a la casa de su hermana, cuenta que todos sus músculos se relajaron y empezó a llorar.
No cree en el Dios que construyen las iglesias…
No cree que Dios sea hombre, no cree que tenga sexo, que tenga género, no cree que Dios sea padre, no cree que sea madre, cree que la conciencia es Dios.
“Mi testamento público”
Cuando me muera no quiero me lleven a una iglesia, quiero que vengan mis amigas y amigos y que hablen de mi como se les apetezca, que hablen de lo maravillosa y perversa que fui, que me despidan. A la única persona que le permitiría llevarme a una iglesia con un sacerdote no está, es mi madre, por tanto lo consideraría una falta de respeto. No necesito de ningún hombre que medie por mí para llegar al lugar que me toque luego de la muerte. Yo puede ir sola.
Frida Montes
http://daleclicnica.com/el-feminismo-me-hizo-mas-fuerte/
https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Teresa_Bland%C3%B3n
http://www.eldiario.es/desalambre/llaman-radicales-exageradas-defender-derechos_0_492051515.html
http://aspa-andalucia.org/tag/maria-teresa-blandon/
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