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domingo, 5 de abril de 2020

María Blanchard una grande en la vanguardia de la primera mitad del siglo XX.

 Maria pintada por Tora Vega Holmström

María Gutiérrez Blanchard (Santander, 6 de marzo de 1881-París, 5 de abril de 1932) fue una gran pintora española.

María Blanchard nació en el seno de una familia de la nueva burguesía montañesa, acomodada y culta; el abuelo paterno, fue el fundador de La Abeja Montañesa y su padre de El Atlántico, diario liberal que dirigió durante diez años mientras trabajaba en la Junta de Obras del Puerto.

María nació  con una cifoescoliosis con doble desviación de columna, condicionaría parte de su vida. 
Se  forma en el estudio de Emilio Sala, que influirían en sus primeras composiciones. Al año siguiente muere su padre y toda la familia  traslada su residencia a Madrid.

En 1906  concurrió a a la exposición de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Dos años más tarde participa de nuevo, consiguiendo tercera medalla de pintura con la obra Los primeros pasos.  La diputación de Santander y el ayuntamiento de su ciudad natal le conceden unas becas que utilizaría para proseguir sus estudios en París.

Emprende el viaje a París en el año 1909, donde en seguida quedaría deslumbrada por la libertad. Acude a la academia Vitti  donde  orientan su trabajo hacia el color y la expresión, dejando atrás las restricciones de la pintura académica en la que había iniciado su carrera. En la academia conoce y entabla estrecha amistad con Angelina Beloff, joven artista rusa, con la que en el verano de ese mismo año viaja a Londres y Bélgica, donde coincidirán con Diego Rivera.

Al año siguiente (1910), acude a la academia de Maríe Vassilief, pintora rusa que le da a conocer el cubismo, y con la que llegaría más tarde a compartir habitación. Se presenta a la exposición nacional de Bellas Artes con Ninfas encadenando a Sileno, obteniendo una segunda medalla, recompensa que llenará a María de satisfacción, puesto que significaba el reconocimiento a su talento. Al concluir su primera estancia en París, pasa una temporada en Granada, pero decide para regresar a París solicitar otra beca a la Diputación y al Ayuntamiento de Santander. la Diputación le concede 1500 pesetas para dos años. 


Mujer con vestido rojo (1912-1914)
Vuelve a París en 1912, instalándose en el barrio de Montparnasse, en el nº 26 de la Rue du Départ compartiendo casa y estudio con Diego Rivera y Angelina Beloff. En esta segunda estancia parisina María contactó con el círculo de la vanguardia cubista, especialmente con Juan Gris y Jacques Lipchitz.

En 1915, entre los días 5 y 15 de marzo, Ramón Gómez de la Serna organizó en Madrid la exposición Pintores íntegros en el Salón de Arte Moderno de la calle del Carmen, en la que también exponen Diego Rivera, Agustín Choco y Luis Bagaría; muestra que superaba el entender de critica y público en ese momento.
Después, la pintora ejerció durante un tiempo como profesora de dibujo en Salamanca, dura  experiencia que llevó a María Blanchard a instalarse definitivamente en París (no llegará a regresar a España).

Ramón Gómez de la Serna es testigo de su regreso: «María vivía en estudios abandonados, a los que no habían vuelto los que desperdigó la guerra y comenzó a pintar pieles cubistas, pucheros, maquinillas de moler café, especieros, botes, anatomía de las cosas, mezcladas a la anatomía de los seres..
María expone en los siguientes años para importantes galeristas junto a Jean Metzinger y Lipchitz.

"Mujer con abanico"
María Blanchard nunca llegó a la total descomposición de la forma, característica del cubismo analítico, pero asume la influencia cubista y la asimila en su manufactura en forma de ricos colores. Son famosos varios de sus cuadros de esa época, como la "Mujer con abanico" (1916, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), "Naturaleza muerta" (1917, Fundación Telefónica) o "Mujer con guitarra" (1917, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), que presentan ejemplos del intenso estudio que realiza sobre la anatomía de las cosas, como señaló Ramón Gómez de la Serna, y del peso del color en su pintura. Tras esta etapa regresará a las técnicas figurativas sin abandonar la aportación de las vanguardias.


María Blanchard, al igual que los otros pintores cubistas, siguiendo esa tendencia expone en el Salón de los Independientes de París tres obras: Nature morte, Nature morte y L'Enfant au berceau, obras que ya figuran como propiedad de Léonce Rosenberg, marchante de la artista, sin embargo será en este año, 1920, cuando rompen relaciones.

Expone en la colectiva Cubismo y Neocubismo organizada por la revista Seléction en Bruselas donde contacta con el grupo de marchantes denominado Ceux de Demain formado por Jean Delgouffre, Frank Flausch y Jean Grimar, quienes se ocuparán de su obra años más tarde y constituirán el círculo de amigos en cuyo entorno familiar se sentirá segura.


Presenta en el Salón de los Independientes de París en el año 1921 tres pinturas y dos dibujos. Sin duda una de las tituladas Figure o Intérieur, es la que conocemos como La Comulgante, obra que se considera iniciada en 1914 durante su estancia en Madrid, pero bien pudiera tratarse de una réplica, método de trabajo habitual de la artista. Con esta pintura, nombrada así en las cartas y escritos de Juan Gris y André Lhote, obtiene un gran éxito de crítica. Este último testigo directo de los hechos, lo reflejaba en el siguiente escrito: "La exposición de La Comuniante, constituye un suceso casi escandaloso, según frase de Maurice Raynal. No hay crítico de arte que no celebre en términos entusiastas esta revelación...".



La comulgante, 1914. Óleo sobre lienzo, 180 x 124 cm. Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
 Gerardo Diego la conoce durante su estancia en París: "A mi me admiraba su clarividencia y su profundo sentido del arte y de la vida...". Se presenta de nuevo en el Salón de los Independientes de París en 1922 con dos obras La femme au chaudron y La femme au panier, obteniendo igualmente un gran éxito de crítica.

Expone veintiuna obras en la Galería Centaure de Bruselas entre los días 14 y 25 de abril de 1923, organizada por Ceux de Demain; la presentación del catálogo corre a cargo de su amigo y pintor André Lhote; las críticas no pueden ser más elogiosas, con lo que se le abre un importante mercado en Bélgica. Firma un duro contrato con su marchante Lheon Rosemberg, lo que le supone una cierta seguridad económica. Expone por última vez en el Salón de los Independientes de París mostrando cuatro pinturas, Portrait , Portrait, Femme assise y Le buveur.


Distanciada de Juan Gris desde hace unos años, su muerte le provoca un gran dolor, que se transforma en un abatimiento general y un grave estado depresivo. Busca consuelo en la religión apoyándose en el consejo del padre Alterman, al que conocía a través de amigos comunes. Es una etapa de misticismo, de entrega religiosa, que le mueve a pensar en entrar a un convento, algo de lo que es disuadida por el propio padre Alterman. A pesar de sus crisis religiosas personales, María sigue pintando incansablemente.

Su primo, Germán Cueto, escultor, se instala por iniciativa de la pintora en París junto a su esposa, la tapicera Dolores Velázquez y sus sus dos hijas pequeñas. Esta familia será un alivio para su soledad y María volcará en las pequeñas Ana y Mireya, a las que retrata en varias obras, todo su amor maternal. Vivía entonces en París otra prima, Julia a la que apodaban La Peruana. Logró así crear un cierto entorno familiar. Expone de nuevo en la Galería Centauro de Bruselas, realizando un magnífico estudio de su obra el crítico Waldemar Georges.
Nuestra interpretación de Maria inspiradas en su trabajo y en su creatividad 

María trabaja incansablemente, pese a encontrarse ya enferma, y en un estado de abandono físico tal y como nos describe Isabel Rivière: «Llevó durante años y años un vestido horrible de enormes cuadros amarillos y verdes del que no logramos que se deshiciera ni con las artimañas más sutiles ni con los ataques más directos... Cuando intentábamos insinuar, sin concederle mayor importancia, que verdaderamente el negro era lo que mejor le sentaba, contestaba con una sonrisa suplicante y zalamera de niña a la que quisieran quitar un caramelo: "Me gusta tanto arreglarme"».

Su hermana Carmen se traslada con su esposo Juan de Dios Egea, diplomático y con sus tres hijos pequeños a París en 1929, lo que constituye una pesada carga para María. Además, sus hermanas Ana y Aurelia pasan largas temporadas con ella. Esta sobrecarga familiar, aunque rodea de amor a la artista, le supone además un gran esfuerzo económico, que mella su ánimo y su salud.

La bretonne (La bretona), 1928-1930. Pastel sobre papel pegado a un cartón sobre lienzo. Madrid. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

María vive momentos de angustia. Agobiada económicamente, siente sobre sí el peso de la enfermedad y la sobrecarga familiar" 
María manda empeñar los objetos de plata de la familia que conservaba para hacer frente a la nueva situación familiar. A pesar de su estado de salud, viaja a Bruselas y posteriormente a Londres. Expone en la galería Vavin de París. Pinta San Tarcisio, de profundo y auténtico sentido religioso. El 26 de mayo de 1930, Paul Claudel visita su estudio, quedando impactado por ese cuadro al que dedicará en 1931 una poesía.

Es seleccionada para participar en la muestra de arte francés que recorre varias ciudades de Brasil. Es seleccionada para la exposición de Pintores Montañeses que se celebra en el Ateneo de Santander y que abrirá sus puertas en el mes de agosto.



Su entierro, como su vida, no pudo ser más sencillo, siendo enterrada en el cementerio de Bagneux.

En la necrológica publicada en L'Intransigeant puede leerse: "La artista española, ha muerto anoche, después de una dolorosa enfermedad. El sitio que ocupaba en el arte contemporáneo era preponderante. Su arte, poderoso, hecho de misticismo y de un amor apasionado por la profesión, quedará como uno de los auténticos artistas y más significativos de nuestra época. Su vida de reclusa y enferma, había por otro lado contribuido a desarrollar y a agudizar singularmente una de las más bellas inteligencias de ese tiempo".




La obra de Blanchard se puede encontrar en el Museo de Arte Contemporáneo de París, en el Reina Sofía o en museos como el de Amsterdam o el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander.


https://arteespanol.blog/2018/09/15/maria-blanchard/
https://www.homines.com/arte_xx/maria_blandchad/index.htm
https://es.slideshare.net/atenearte/mara-blanchard-12302466
https://elpais.com/cultura/2013/08/23/actualidad/1377280962_171774.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Blanchard
https://www.arteespana.com/mariablanchard.htm

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HH

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