Mujeres del milenio: situación de las argentinas
La Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), que dirige Mabel Bianco, presentó un Informe de Desarrollo de los Objetivos del Milenio, en Argentina entre 2000 y 2010. Se titula Logros y obstáculos en su cumplimiento.
Además de los objetivos erradicar la pobreza; alcanzar la educación básica universal; reducir la mortalidad infantil; y combatir el VIH/sida, la tuberculosis, el paludismo y otras enfermedades; entre un total de seis puntos hay tres que tienen que ver con la vida de las mujeres: promover la igualdad y la equidad de género; y mejorar la salud materna, con un subtexto dedicado a lograr el acceso universal a la salud reproductiva.
La participación de las mujeres en cargos jerárquicos, tanto públicos como privados en Argentina, era del 0,50% en 2000 y se redujo a un 0,42% en 2007. Teniendo en cuenta que en los últimos seis años el país creció económicamente y se ampliaron las oportunidades laborales mejor remuneradas en cargos jerárquicos, el hecho de que las mujeres estén relegadas a cargos peor remuneradas es grave e indica un retroceso.
La tasa de desocupación es mayor en las mujeres que en los varones, llegando a ser en las menores de 30 años el doble (15,4%) que la general: 7,3%. Respecto de las mujeres que trabajan la OIT en noviembre 2009 informó que entre las mujeres sin hijos, el 59% trabajan en el sector formal; mientras que entre las que tienen cuatro o más hijos/as solo el 12,4% lo hace en ese sector. La brecha salarial de las mujeres en relación a los hombres se ha mantenido estable en este período: 30% menos.
Debido a la ley de cupo para cargos electivos parlamentarios nacionales sancionada en 1991, que se empezó a aplicar en la elección de diputados en 1993, mejoró la participación de mujeres en la Cámara de Diputados. Desde el 6,2% de mujeres antes de la ley, se alcanzó el 40% en 2007. En el Senado se aplicó recién en 2001, y si bien en 1998 sólo había un 1,4% de mujeres, en 2007 la representación femenina alcanzó el 43,1%.
En 2006 se aprobó la Ley de Educación Sexual Integral, que incluso contempla entre sus contenidos la eliminación de los estereotipos de género que sustentan la desigualdad entre varones y mujeres, pero si bien su plazo de aplicación contemplaba cuatro años, no se han registrado grandes avances aún.
Desde marzo de 2009 se cuenta con la ley para atención integral y prevención de la violencia contra las mujeres. A pesar de este dato alentador, aún no existe un registro nacional que centralice la información sobre este tema. “Sin embargo, por las crónicas periodísticas y la información de algunos servicios públicos y de ONGs, parece haber aumentado, al igual que la muerte por violencia: feminicidio, un problema que crece según las noticias policiales”, destaca el Informe.
La Argentina tenía una tasa de mortalidad materna de 34,9 por 100 mil nacidos vivos en el 2000, y alcanzó una tasa de 40,0 por 100 mil en 2008, ultima cifra disponible en el Ministerio de Salud. Entre las causas de estas muertes, las complicaciones por embarazos terminados en aborto son la principal con un 26,7% en el período 2004/8. Las causas obstétricas directas que incluyen sepsis, hemorragias e hipertensión son las más importantes. Las causas obstétricas indirectas son del 18,5%. Jujuy y Formosa tienen las tasas más elevadas de mortalidad materna con un 100 y 117 por cien mil nacidos vivos, respectivamente.
Desde 2003 la Argentina tiene en vigencia el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, pero aún así se registra un incumplimiento, como es el caso del rechazo sistemático de los hospitales públicos a realizar las interrupciones del embarazo permitidas por el código penal (en casos de violación a personas con problemas mentales). De todas formas, la atención de partos por parte de personal capacitado es alto: 99%.
La proporción de niños/as nacidos/as de madres menores de 20 años, mientras en 2001 era de 14,6% y en 2008 fue del 15,4%. Según la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC) Cuarto Trimestre 2009, de las 32.000 mujeres adolescentes entre 14 y 20 años que viven en centros urbanos y tienen un hijo por lo menos, el 40% corresponde al quintil más pobre y el 34% al siguiente. O sea el 74% de las madres adolescentes son pobres o indigentes. El 83% de esas adolescentes madres dejó de estudiar y el 59% no trabaja ni busca trabajo, solo el 19% trabaja.
El programa iniciado en 2003, nunca llegó a implementarse por completo, y desde 2008 empezó a tener mayores problemas por la falta de abastecimiento de métodos anticonceptivos por parte del Ministerio de Salud a los centros efectores de todo el país.
Fuente: Red No a la Trata, enero de 2011
http://www.defensoria.org.ar/mujeres/22.html
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