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lunes, 25 de abril de 2011

! Pedimos que los Estados se hagan responsables de la defensa del derecho a la vida de las mujeres !


! Pedimos que los Estados se hagan responsables de la defensa del derecho a la vida de las mujeres ! NO A LOS FEMINICIDIOS !


Legisladoras de Río Negro reclaman penas más severas relacionadas a la violencia de género


23/04/2011 | Recientemente se conoció el interés y la preocupación de dos diputadas e la Provincia de Río Negro Marta Silvia Milesi y María Inés García quienes pidieron al Congreso de la Nación que aumente por Ley, las penas y la tipificación de delitos relacionados con la violencia de género, preocupadas principalmente por diferentes situaciones que se dan en esta zona de la Patagonia y en el resto del país.
Ambas diputadas rionegrinas expresaron, según se pudo conocer a través de prensa de la Legislatura que el grave problema de la violencia de género, por estos días hace imprescindible que desde el Estado, a través de sus distintos estamentos, se adopte un papel más preponderante y se estructuren todos los mecanismos y políticas públicas para combatir ese flagelo.
Así a nivel internacional, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, ratificada por el Congreso Nacional mediante Ley Nº 24.632, expresa que “la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y ejercicio de tales derechos y libertades”.
En la última sesión de la Legislatura, mediante un proyecto de comunicación, ambas legisladoras Milesi y García reconocieron que “si bien es cierto que mediante la acción de los distintos Estados provinciales se han adoptado medidas tendientes a mejorar la asfixiante situación en la que se encuentran una innumerable cantidad de mujeres en todo el territorio de la Argentina (dentro de las cuales está la Ley Provincial Nº 3040, de Río Negro), ello todavía no alcanza”.
“En los tiempos que corren son cada vez más numerosos los casos de violencia física, moral y psicológica hacia la mujer con causa en su género”, remarcaron las legisladoras. Por eso es tan importante un compromiso político buscando instalar nuevas leyes, con penas más severas, penas que frenen este problema que se extiende cada día más en los hogares argentinos.
Según datos obtenidos por la Oficina de Violencia Doméstica, órgano dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, las denuncias vinculadas con la violencia de género aumentaron de 375 casos al 1 de enero del 2009 a 657 en enero del 2010.
Por eso, se habla de un crecimiento en la escala de violencia del 75% anual y que, del ciento por ciento de las denuncias citadas, en un 78 % de las víctimas son mujeres. Y de esta manera, los especialistas en la materia observaron que “se pone en evidencia la imperiosa necesidad de poder contar con políticas que busquen erradicar este flagelo que día a día, cobra mayor cantidad de víctimas”

Violencia y malos tratos. Saber de que estamos hablando
Es importante saber diferenciar las diferentes denominaciones que se les da a los malos tratos: Violencia de Género, Violencia Doméstica, de pareja, hacia las mujeres, masculina o sexista, etc.
Unas de las más frecuentes es la violencia doméstica. Desde EL CHUBUT consultamos asistentes sociales y profesionales de la salud médicos, psicólogos y psiquiatras, quienes establecían que la misma hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar, tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus hijos, del nieto al abuelo, etc. Separando de éstas, a las relaciones de pareja en las que no hay convivencia.
En cuanto a la violencia de género tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, entre otras acciones.

Definiciones sobre el tema
Unos de los conceptos más conocidos es el Art.1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Naciones Unidas, 1994 en el que se define que “Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada”. Y por otro lado hay quienes sostienen ampliando la definición sobre violencia de género que abarcan “todos los actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física”.

Las diferentes caras de la violencia
La violencia física es aquella que puede ser percibida objetivamente por otros, que más habitualmente deja huellas externas. Se refiere a empujones, mordiscos, patadas, puñetazos, etc, causados con las manos o algún objeto o arma. Es la más visible, y por tanto facilita la toma de conciencia de la víctima, pero también ha supuesto que sea la más comúnmente reconocida social y jurídicamente, en relación con la violencia psicológica.
Entonces también está la Psicológica. La violencia psíquica aparece inevitablemente siempre que hay otro tipo de violencia. Supone amenazas, insultos, humillaciones, desprecio hacia la propia mujer, desvalorizando su trabajo, sus opiniones. Implica una manipulación en la que incluso la indiferencia o el silencio provocan en ella sentimientos de culpa e indefensión, incrementando el control y la dominación del agresor sobre la víctima, que es el objetivo último de la violencia de género.
Como parte de esta última categoría podrían incluirse otros tipos de violencia que llevan aparejado sufrimiento psicológico para la víctima, y utilizan las coacciones, amenazas y manipulaciones para lograr sus fines. Se trataría de la violencia “económica”, en la que el agresor hace lo posible por controlar el acceso de la víctima al dinero, tanto por impedirle trabajar de forma remunerada, obligándola a entregarle sus ingresos, haciendo él uso exclusivo de los mismos (llegando en muchos casos a dejar el agresor su empleo y gastar el sueldo de la víctima de forma irresponsable obligando a esta a solicitar ayuda económica a familiares o servicios sociales).
Otro modo habitual de violencia en la conocida como “social”, en la que el agresor limita los contactos sociales y familiares de su pareja, aislándola de su entorno y limitando así un apoyo social importantísimo en estos casos.
Luego entramos en la violencia sexual, aquella que se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que pretenden imponer una relación sexual no deseada mediante coacción, intimidación o indefensión. Aunque podría incluirse dentro del término de violencia física, se distingue de aquella en que el objeto es la libertad sexual de la mujer, no tanto su integridad física. Hasta no hace mucho, la legislación y los jueces no consideraban este tipo de agresiones como tales, si se producían dentro del matrimonio.

Una sociedad con muchos mitos
Es muy habitual encontrar en nuestra cultura de argentinos y latinoamericanos justificaciones sobre violencia señalando que existen: Características personales del agresor (trastorno mental, adicciones). Características de la víctima (masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca, le provoca, es manipuladora”); Circunstancias externas (estrés laboral, problemas económicos). Los celos, (ejemplos de “crimen pasional”). La incapacidad del agresor para controlar sus impulsos. Además existe la creencia generalizada de que estas víctimas y sus agresores son parejas mal avenidas (“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel sociocultural y económico, inmigrantes. Es decir, diferentes a “nosotros”, por lo que “estamos a salvo”. Aquellos hombres que son alcohólicos y maltratan a sus mujeres, sin embargo no tienen, en su gran mayoría, problemas o peleas con otros hombres, con su jefe o su casero. El estrés laboral o de cualquier tipo afecta realmente a mucha gente, hombres y mujeres, y no todos se vuelven violentos con su pareja.
En el fondo, estas justificaciones buscan reducir la responsabilidad y la culpa del agresor, además del compromiso que debería asumir toda la sociedad para prevenir y luchar contra este problema.

La importancia de un tratamiento a tiempo
En muchas ocasiones es necesaria una intervención previa, que la mujer pase por un período de reflexión y quizá varios intentos de salir de esa relación violenta, con ayuda terapéutica o sin ella, hasta que tome la decisión definitiva. A partir de entonces, el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos, valorando previamente las necesidades y demandas individuales de cada persona.
A partir de allí se deberá evaluar cuáles han sido las secuelas concretas que ha dejado la situación vivida en esa persona, y graduarlas para establecer un orden para el tratamiento o asistencia a brindar.
Por eso para recuperar a mujeres que pasan por estos dramas, es importante ofrecer información adecuada sobre la violencia de género, causas, origen y mitos. Reducción de la activación y la ansiedad en las formas en que se manifieste (insomnio, agorafobia, crisis de pánico, etc). Además, promover la autonomía en la mujer, tanto a un nivel puramente psicológico, a través de un cambio de ideas distorsionadas sobre sí misma y el mundo, como a nivel social, económico, orientándola en la búsqueda de empleo, recuperando apoyos sociales y familiares.

El valor de la Prevención
Todos los actos de violencia que se puedan evitar son importantes. Se pueden salvar muchas vidas y se puede mejorar la calidad de vida de muchas mujeres que sufren. En tal sentido, el principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto incluye, por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos cambios deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se transmitan eficazmente a niños y niñas, una cultura nueva.
Además, está comprobado que cuando existe voluntad, se puede prevenir y evitar, implicarse en una relación que puede llegar a ser violenta.
Hoy todas las acciones para revertir este problema sirven y mucho, por eso en las grandes ciudades se empiezan a establecer Programas de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia, dependientes de Secretarías de Derechos Humanos Municipales, con números de teléfonos como el “911” muy fácil de registrar o bien algún “0800” gratuito que esté al servicio de la comunidad las 24 horas del día y los 365 días del año.


 Multiples noticias de estos sobre asesinatos a mujeres en varios paises .! Paremoslo !

http://www.elchubut.com.ar/despliegue-noticias.php?idnoticia=157694

http://www.eluniversal.com.mx/notas/760924.html

http://www.biobiochile.cl/2011/04/24/dramatico-femicidio-y-posterior-suicidio-conmueve-a-la-comunidad-de-chillan.shtml

http://www.nacion.com/2011-04-24/Sucesos/NotasSecundarias/Sucesos2755891.aspx

http://www.diario.com.mx/notas.php?f=2011%2F04%2F13&id=1ce8e7ae295571d71f5b01f8013b1999

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