Resumen VIII Escuela Feminista Rosario de Acuña
Los días 13, 14 y 15 de Julio tuvo lugar, como ya viene siendo habitual, la VIII Escuela Feminista Rosario de Acuña, este año con el título “Mujeres de América: Mujeres del Mundo”. Las diferentes ponencias tuvieron lugar en el Centro de Cultura Antiguo Instituto y estuvo organizado por la Oficina de Políticas de Igualdad del Ayuntamiento de Gijón/Xixón.
El acto de inauguración estuvo presidido por la Alcaldesa Carmen Moriyón, la cual se comprometió a no dejar de lado las políticas de Igualdad en esta nueva legislatura política y subrayó la importancia que desde el Ayuntamiento siempre se le ha dado a estos asuntos, por lo que no dará un paso atrás en Igualdad.
Otra de las invitadas a este acto fue María Fernández, Directora del Instituto Asturiano de la Mujer que calificó a la Escuela Feminista como referente en España en cuanto a la reflexión feminista y garantía de éxito en la conquista de nuevos espacios de ciudadanía. Además considera que estos foros son fundamentales para seguir avanzando en materia de Igualdad.
Por su parte, Minou Tavárez Mirabal, Diputada del Congreso de República Dominicana calificó este tipo de encuentros como un acercamiento para luchar contra la discriminación que hay hacia la mujer en todo el mundo.
Las Américas: sus mujeres Amelia Valcárcel
En el comienzo de la primera jornada tomó en primer lugar la palabra Amelia Valcárcel, directora de la Escuela Feminista, que quiso transmitir su experiencia vital de las Américas vinculada directamente a los viajes que realizó y a través de los cuales tuvo contacto con la situación de las mujeres latinoamericanas. Siendo consciente de la diversidad de Américas que existen y de las diferencias entre cada una de ellas, Amelia hizo un repaso por la historia para recordar los vínculos que siempre han unido al “viejo continente” con Las Américas y poniendo de manifiesto esa cultura hispánica que ambos tenemos en común. Tras un viaje ficticio y antropológico en el que se evaluó la estructura del continente, así como sus tipos de clima, su población, su cultura inicial y su conquista; cabe destacar de la diversidad de culturas originarias que poblaban Latinoamérica que hoy en día siguen manteniéndose, teniendo en su origen un claro mestizaje de varias culturas. Después de dos siglos de colonización y otros dos de Independencia, América Latina fue una sociedad muy acostumbrada al esclavismo; a día de hoy la distancia social entre España y Latinoamérica es inimaginable en términos europeos. América del Sur es una sociedad colonial y esclavista en la que las desigualdades se apoyan unas a otras y destaca una enorme distancia entre sexos. Y como bien la directora de las jornadas aclaró “Si hay un síntoma claro de modernidad en una sociedad es que las mujeres de esa sociedad se planteen tener derechos individuales, educativos y proyectos de vida propios”. La libertad de las mujeres siempre suma libertad al conjunto lo que nos lleva a la gran pregunta: “¿Quiénes son las mujeres de ese continente?” La respuesta a esta pregunta la encontramos en las ponentes de la VIII Escuela Feminista Rosario de Acuña.
La mañana continuó con Alicia Miyares, Secretaria de la Escuela Feminista, quien recordó como esta Escuela nació con el fin de repasar cuáles son los puntos importantes de la Agenda Feminista y trasladarlo a la acción política y a las políticas de Igualdad. Además repasó el carácter planetario que la Agenda Feminista tiene y cómo los encuentros de la Escuela que a lo largo de éstos ocho años han tenido lugar, han hecho de puente entre las mujeres españolas y latinoamericanas. Como Alicia afirmó “El feminismo no se construye con voluntarismo, sino que necesita de la voluntad política firme para hacer efectivas las políticas de Igualdad”. Por último resaltó la agudeza política de Marusia López que a pesar de su juventud sabe analizar realmente las claves de lo que está pasando en América Latina y especialmente en México.
“Solidaridad y política feminista” Marusia López Cruz,
Marusia López, una de las ponentes de estos encuentros, insistió en buscar formas de proteger y fortalecer los movimientos feministas tanto desde España como Latinoamérica. Además su discurso fue un grito desesperado en contra del uso de la violencia como mecanismo de control en todos los ámbitos, especialmente ejemplificado en México. La violencia estructuralmente patriarcal y la resistencia desafiante y valiente de las mujeres por defender y ampliar sus derechos son las dos caras de la moneda que tienen en los países Latinoamericanos una presencia importante. La violencia contra las mujeres se ejerce como mecanismo de control para mantener y perpetuar el poder que actualmente existe en todos los ámbitos de la sociedad Mexicana. Esta violencia no es gratuita sino que es la expresión de años de profundización de la desigualdad social y la pobreza que afecta de manera particular a las mujeres. Violencia que expresa el debilitamiento del Estado Mexicano para cumplir con sus obligaciones en materia de Derechos Humanos así como el paulatino secuestro de los recursos e instituciones públicas por parte de poderes fácticos. La violencia en México no es simplemente un síntoma reciente del aumento de la criminalidad sino que tiene orígenes anteriores en la expresión de la descomposición de un tejido social que se ha visto sometido durante décadas a la explotación, desigualdad y, por lo tanto, afirma, lo que se está viviendo ahora es un resultado del camino que hasta ahora se ha recorrido. Otro de los problemas de esta violencia es el proceso de naturalización con el que se viven estas situaciones y como la seguridad, o la falta de ésta favorece la violación de los Derechos Humanos. Como muestra de ello las declaraciones del presidente Mexicano en las que afirmaba que el 80% de las fuerzas de la policía federal y estatales estaba corrompida o tenía algún tipo de vínculo con algún grupo criminal. Con estos datos podemos afirmar que son precisamente los cuerpos de seguridad del Estado los que están avivando la inseguridad en México. La magnitud de los hechos acontecidos en México se ve claramente en datos. Tan sólo en Ciudad Juárez en los dos últimos años asesinaron a los padres y madres de 8.500 niños y aproximadamente 111.000 casa fueron abandonadas por familias que se vieron obligadas a huir. La violencia extrema contra la mujer es espeluznante, en 2010 fueron asesinadas 306 mujeres. Además el aumento acelerado de las desapariciones de mujeres es otro datos preocupante. Tan sólo de Enero a Agosto de 2010 se registraron casi 1000 desapariciones de mujeres en cuatro de los Estados Mexicanos dónde se pudo documentar. Esta situación se agrava cuando se obtienen datos de las defensoras de Derechos Humanos, quienes también son víctimas de la violencia. Entre el año 2010 y 2011, siete defensoras de Derechos Humanos, que luchaban en contra del feminicidio, la impunidad y de los abusos de las fuerzas de seguridad, han sido asesinadas y a día de hoy sus familias siguen amenazadas, secuestradas, siguen siendo víctimas de desplazamientos forzados o incendio de sus viviendas. En México el 98,5% de los delitos quedan impunes, ello significa que esta realidad de violencia es tolerada, permitida y perpetrada por el propio Estado Mexicano y que por lo tanto no cumple ni remotamente las políticas de Derechos Humanos que garantizan la vida de la población mexicana. En este contexto de muerte que se vive se han abierto brechas muy importantes para la vida, la ciudadanía y la libertad de las mujeres. Esta apuesta por la vida y la dignidad que tantas mujeres están reclamando en México en contra de ese Gobierno ultraconservador, hace que movimientos sociales reconocidos tengan en sus filas a grupos de mujeres dispuestas a luchar por la democracia de género entendida como necesidad fundamental e inaplazable que garantice la dignidad y derechos de todas las personas. Marusia calificó de doloroso y esperanzadora a la vez, ver como decenas de mujeres han salido del anonimato para denunciar como sus hijos fueron asesinados. Como ejemplo de ello la Caravana del Consuelo que recorrió México. En conclusión en un contexto donde se ha perdido la institucionalidad democrática y la violencia pone en riesgo las conquistas sociales, los derechos y la vida misma Marusia López afirma que debemos subrayar una serie de ideas. Cuidar lo ya ganado, los derechos conquistados y saber que están en riesgo permanentemente; cuidar espacios de diálogo entre mujeres con estrategias comunes para proteger el marco de Derechos Humanos; defender el cumplimiento que exigen los mecanismos internacionales de defensa de Derechos Humanos, ya que no puede ser el propio Estado el que mine estas políticas internacionales; y por último, la protección integral de personas defensoras de Derechos Humanos.
Esa misma tarde tuvo lugar una mesa redonda en la que se analizó las relaciones entre España y América. Alicia Miyares comenzó relatando su propia historia acerca de los vínculos que la unen a América. Bisnieta de emigrantes asturianos que un día dejaron Asturias en busca de un mundo mejor, Alicia creció escuchando los cuentos de aquellas Américas en las que se derrochaba éxito y prosperidad. Sus narraciones de infancia tratan sobre lo ocurrido en Cuba, Chile, Argentina, por tanto los vínculos que la unen a Latinoamérica son muy fuertes. Pero la prosperidad de éstas tierras se vio truncada cuando, como explicó Alicia, América Latina se convirtió en el laboratorio de pruebas del neoliberalismo más salvaje. Y esto fue posible a la debilitación de los diferentes casos de los Estados Latinoamericanos, que tuvieron como resultado las desigualdades y más tarde en el año 92, durante la Conferencia General del Obispado Latinoamericano dónde se marcan las directrices normativas de lo que América Latina tiene que ser. Es por primera vez cuando cristaliza de la mano de Juan Pablo II, el tema de “la cultura de la muerte”, entendido esto como el problema del terrorismo, narcotráfico, violencia estructural, y también cualquier medida legislativa que apoye positivamente el aborto. La cultura de la muerte incluye la sexualidad reproductiva de las mujeres. Por otro lado, Amelia afirma que en el año 2015, cuando deban cumplirse los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ninguno de ellos que tenga que ver con las mujeres se va a cumplir.
Por su parte Minerva Tavárez, quiso hablar de encuentros y desencuentros en la historia de América Latina y particularmente de la República Dominicana. Minerva afirmó que se siente Hispana de nacimiento, pero eso viene dado por un desencuentro con la propia historia de su país. Tras repasar los gloriosos años de conquista en los que República Dominicana fue el centro del “nuevo mundo”, pasó a estar en un segundo plano, hasta que la Corona fue decayendo y la esclavitud fue abolida. Esta historia de desencuentros con España, culmina en el año 1822 cuando República Dominicana declara su independencia de España y se ve a la vez invadida por los haitianos. No es hasta el año 1844, cuando por fin República Dominicana logra la Independencia de Haití. Los dominicanos se consideran esa mezcla de españoles, africanos e indios, con una historia llena de desencuentros que culmina con una dictadura de 31 años, en la que se intentó llevar a cabo una “limpieza” de carácter racial contra los haitianos que vivían y trabajaban en República Dominicana, acabó con la muerte de entre 10.000 y 20.000 haitianos en el año 1937. Actualmente República Dominicana se considera país tanto de emigrantes, en su mayoría femenina que buscan posibilidades de mejorar su calidad de vida; como inmigrantes haitianos. La emigración femenina ha producido en las familias dominicanas que se quedan en el país una situación en la que los hombres dejan de lado su trabajo para vivir de aquel dinero que sus esposas, desde otras partes del Mundo, les envían. Estas familias que ven la emigración como única manera de prosperar, ponen su esperanza lejos de su hogar para conseguir una vida mejor.
Marusia López Cruz, quiso añadir a la historia de encuentros y desencuentros narrada por Minou un resultado de los mismos que configuran, según dijo, una gran oportunidad de construcción de futuro de perspectiva Iberoamericana. De esos encuentros y desencuentros nació el mestizaje, que se vio por un lado como una herida que sigue presente por los abandonos y explotación que trajeron consigo y también como un horizonte de construcción de una identidad en la que podría encontrarse la esperanza de futuro que necesita Latinoamerica y en la que converja la diversidad y el diálogo para desafiar las fronteras. Marusia afirmó también que es el mestizaje quien nos aleja de la construcción de identidades ancladas en los fundamentalismos. La agenda compartida debería tener dos componentes, la construcción de estrategias feministas frente a la reacción patriarcal de lo que hemos ganado. No debemos conformarnos con los mínimos a los que parece que estamos acostumbradas, añadió, porque además tenemos un marco internacional de derechos ganados durante años con las luchas de las mujeres, que se pueden fortalecer pero con los cuales tenemos un compromiso por el que luchar, como por ejemplo frente a los Gobiernos. Además subrayó la idea de que la unión entre mujeres es básica para erradicar las prácticas patriarcales que han hecho que los pactos entre mujeres dejen de producirse. Es un largo camino por recorrer pero se necesita hacer un contrapeso real a los poderes patriarcales. De ahí la importancia de los diálogos feministas con otros movimientos sociales, con mujeres que no sean feministas pero todo ello en un marco feminista; y finalmente, el cuidado de las personas defensoras de derechos humanos.
Ana de Miguel reflexionó acerca de las exposiciones de sus compañeras he hizo hincapié en la diversidad de situaciones de las mujeres que reivindican el feminismo, y que éstas no quiere hablar de las mujeres en abstracto sino de la situación tan diversa que viven las mujeres y que está marcada tanto por el género como por la raza, el país o la clase social. De lo que se trata según dijo, es construir un “nosotras” como sujeto del feminismo que tiene aplicaciones universales. Las mujeres Latinoamericanas están muy cercanas a lo que se denomina “Feminismo Postcolonial” que aleja a estas mujeres de construir ese “nosotras”. En cambio las españolas ¿nos sentimos como mestizas? A su modo de ver afirma que las feministas españolas tienen una visión universalista y disciplinaria, aunque no tuvimos un movimiento sufragista ejemplar ni, hasta ahora, hemos tenido grandes teóricas feministas como ocurrió en otros países de Europa, pero el feminismo español se empapa de todas esas culturas. Acabó su intervención con la pregunta abierta “¿Quiénes éramos nosotras?” e invitó a las mujeres de los dos continentes a un diálogo en común.
Amelia Valcárcel cerró la sesión hablando de las relaciones entre España y Latinoamérica y de la revisión que éstas deben seguir. Nuestra vinculación con América Latina es innegable y es importante pensar en como son estas relaciones y como han llegado a ser. México tiene la relación más conflictiva con la metrópoli de todo Latino América. Como Amelia explicó, el lenguaje sobre el cual se edifica la independencia, la élite mexicana lo ha seguido utilizando para la opresión de su propio pueblo. Además ratificó que intentar desactivar ese discurso es dificilísimo. La relación entre España y sus ex-colonias ha sido más fantasmática que real en los últimos 200 años, estos países han dependido mucho más de los Estados Unidos que del viejo y caduco Imperio Hispánico. Como ella misma ha definido, la sociedad hispánica es multiétnica, extraordinariamene vivaz, pero no enormemente multicultural, lo que supone un enorme avance a nuestro favor para encontrar un gran lenguaje de encuentro. Hablar de un lenguaje de la proximidad entre formas de valores y de vida que están muy próximos puede darse en realidad por todas aquellas cosas que compartimos, dando especial importancia al lenguaje. América necesita establecer estados fuertes y democráticos, basados en un discurso del respeto en el que el feminismo aclare en qué consiste una convivencia mundial justa. Amelia acabó su discurso con una idea para reflexionar “No hay naciones pacíficas dónde las mujeres no son libres”.
Jueves14 de Julio
Centroamérica: sus mujeres Alicia Miyares
La mañana comenzó con la presentación por parte de Marusia López a Alicia Miyares, quién dedicó su jornada a las mujeres de Centroamérica. Alicia tomó como clave los Objetivos de Desarrollo del Milenio, destacando dos de ellos relacionados con los derechos comunes y específicos de las mujeres. El primero de ellos se refiere al Objetivo número 3, el que tiene que ver la promoción de igualdad de oportunidades y autonomía de las mujeres. Alicia empezó recordando que los Objetivos de Desarrollo del Milenio no son sólo válidos para países en vías de desarrollo, sino que los países desarrollados se ven también afectados por dichos Objetivos. El problema, como aclaró Alicia, viene dado cuando tanto países desarrollados como países en vía de desarrollo incumplen los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Además definió los Objetivos de Desarrollo del Milenio como aquellos programas o actuaciones que tienen como objetivo final resolver ciertos problemas estructurales que impiden el desarrollo de los países en cuanto a una serie de materias. Además afirmó que sería un idealismo que en 2015 estuvieran todos los Objetivos cumplidos. Podemos cuantitativamente tener una serie de logros realizados, pero no tener en absoluto consolidados ninguno de los derechos que subyacen a cada uno de esos Objetivos de Desarrollo del Milenio Además no estamos consolidando los derechos que subyacen a cada uno de esos objetivos y muy específicamente no estamos consolidando los derechos de las mujeres. En cuanto al Objetivo de promoción de igualdad de oportunidades y autonomía de las mujeres, Alicia resaltó que bajo él subyace la agenda mínima de la Igualdad y de los Derechos de las Mujeres; derechos educativos, económicos, políticos y culturales; entendidos éstos últimos como un derecho a una vida libre de violencia tanto física como simbólica, ya que violencia simbólica y cultura van absolutamente de la mano y por su puesto libre de la violencia estructural. Este tercer Objetivo remite a esa Agenda de mínimos de la Igualdad y hace referencia a los derechos comunes de la ciudadanía, independientemente de su sexo, raza o etnia; derecho que cambiarán el mapa de las relaciones de los seres humanos.
La visibilización de los problemas políticos está en la escasa representación de las mujeres en el poder político, como muestra de ello nos solemos en los datos de representatividad de las mujeres en los Parlamentos. Los datos pertenecen a Abril de 2011 y están sacados de la Unión Interparlamentaria y como conclusión podemos afirmar que la representación de las mujeres en la Cámara Baja en los 180 países que participan en la Unión Interparlamentaria el promedio de mujeres en los Parlamentos es del 19%. Al analizar los datos destaca la importancia que tienen los países que han incorporado un sistema de cuotas como mecanismo para facilitar la presencia de mujeres en el poder político y que países no lo han hecho. En América Central y el Caribe, Cuba y Costa Rica son los únicos que mantienen una presencia paritaria de mujeres en los Parlamento. En México y América del Sur hay una presencia paritaria de mujeres en el Parlamento en Argentina, Ecuador, Perú, México y Bolivia, en total un promedio del 20,91% en estas zonas, acercándose al promedio europeo, con el 22% de mujeres en su Parlamento incluyendo los Países Nórdicos. Si comparamos estos datos con los países miembros del G-7, el promedio baja hasta el 15,5% de mujeres en Parlamentos, destacando Alemania con un 32, 80% de mujeres representadas; mientras que el resto no llegan a la cuota mínima del 25%, es más, tienen un promedio similar al de América del Sur y México. Por último en los países emergentes, China e India, los datos de representatividad es menos que el de América Central y el Caribe. Cuando cruzamos estos datos con la agenda feminista podemos ver que la Agenda Feminista no se cursa igual en todos los países que anteriormente hemos analizado, pero también podemos ver que los datos de representatividad en aquellos países que son avanzados son deficitarios aunque también es cierto que la Agenda de la Igualdad se ha nutrido mejor que en sitios como América del Sur o América Central.
Esta situación se debe, según Alicia, a que en aquellos países de democracias largas y consolidadas la Agenda Feminista se ha hecho de una manera gradual siguiendo el modelo clásico del sufragismo. En cambio en los países en vía de desarrollo, está sucediendo lo contrario; se ha tomado la Agenda por la parte final, es decir, por la representatividad de las mujeres en la política y se ha hecho cierta vejación a los puntos realmente importantes. La Agenda educativa, económica, y de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer están parados; logrando que paradójicamente, la representatividad política de algunas mujeres haya frenado los objetivos de la Agenda Feminista.
En cuanto al segundo Objetivo de Desarrollo del Milenio es el que hace referencia a la reducción en dos tercios de la tasa de mortalidad materna. Éste hace referencia clara a los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. Los derechos educativos y económicos son derechos comunes que afectan tanto a mujeres como a varones, pero en cambio Alicia subraya que el derecho a la reproducción, especialmente en todo aquello que tiene que ver con la gestación, afecta única y específicamente a la mujer. Precisamente esta especificidad se nos interrumpe constantemente, aunque es un tema que solamente afecta a las mujeres y no al colectivo completo de la Humanidad. Al ser un derecho específico atiende de manera específica a los códigos y normativos y culturales de cada uno de los países y culturas y ahí es dónde está el germen del problema. Este problema se ve de manera más evidentemente en la cuestión del aborto; dónde en América Latina sólo en Cuba y México D.F. no hay restricciones en cuanto al tema. En América Latina mueren unas 6000 mujeres al año por causa de aborto inseguro, es decir el 24% de la mortalidad materna se produce por aborto en una situación de riesgo. La mejor manera de prevenir la mortalidad materna sería establecer leyes de aborto en los países de América Latina, con ello el Objetivo de Desarrollo del Milenio que hace referencia a la reducción de la tasa de mortalidad materna en dos tercios, se vería cumplido. Esta propuesta es la que más barreras tiene por la mayor parte de los Gobiernos de Latinoamérica, teniendo mucho que ver en esto la posición de la Iglesia Católica. Como Alicia matizó, la Iglesia obtiene aquello que no está dispuesto a perder en ninguna parte del planeta: las directrices en cuestiones educativas, sanidad y la directriz sobre el matrimonio y reproducción. Los Gobiernos a cambio obtienen unidad de voto a aquellos partidos políticos que sean más proclives a todo el ideario de la Iglesia.
.-“ Una agenda para pensarnos como mujeres políticas" Minou Tavárez Mirabal
Minerva Tavárez Mirabal, comenzó su ponencia con el tema “La Agenda para pensarnos como mujeres políticas”. Minerva afirmó que se considera un “animal político” y reconoce que la política es un vicio del que no se quiere curar. Su reflexión comenzó con la situación en las regiones del Caribe en cuanto a pobreza y cómo esto afecta en su mayor grado a la mujer. En el continente mas desigual y polarizado del planeta existe una mujer que cada vez se levanta más temprano y se acuesta más tarde, una mujer que se alimenta menos y que trabaja más, una mujer menos educada y cabeza de hogar. Los datos lo reflejan; el 36% de los hogares de República Dominicana no tienen hombres, en México esta cifra llega al 50%. Existe una mujer que cada vez se prostituye más joven, una mujer que emigra que feminiza las remesas de la región, una mujer que enriquece a costa de su desventaja y de la escasa y casi nula vigilancia del Estado los rentables circuitos de la trata de mujeres.
La pregunta, en este caso debería ser ¿Cómo sobreviven las mujeres de la región? En las democracias débiles, militarizadas y corruptas, razón de más para que sea una la Agenda de las Mujeres, porque las mujeres también en el Caribe y en América Latina están muy lejos de ser minoría, por lo que los liderazgos políticos de la mujer tienen que romper el propio autismo de esta e ir más allá de la propia mujer y de las tensiones internas del movimiento feminista. Todas las mujeres deben hacer el firme propósito de hacer confluir sus resistencias en una sola Agenda amplia, rigurosa y exigente. La lucha por la equidad es un asunto urgente debe comenzarse a librar como una reivindicación vinculada a otras reivindicaciones sociales, políticas, económicas y que se visibilicen como tales, ya que para abordar el tema de la ciudadanía debemos conceptuarlo como una relación de la gente con el Estado lo que provoca nuevos desafíos en todas las direcciones. Según afirma el Estado se ha precarizado y la actividad política y los partidos políticos se han satanizado, destruyendo el vínculo del Estado con la ciudadanía. Utilizar el autoritarismo como búsqueda de solución es ineficaz y contribuye al descrédito de la política.
Debemos exigir que Estados precarios garanticen mayor, equidad, seguridad, políticas de Estado eficientes y eficaces. Como ejemplo desolador es tenemos el caso de Haití, dónde las mujeres que se dedican a la política son víctimas de violencia en su entorno laboral. Desde la Agenda política ven claro que si se quiere obtener más ciudadanía se deben construir Estados democráticos que garanticen el Estado de derecho y de la seguridad jurídica. Como Minou explicó, el ejercicio de ciudadanía solo es posible en democracia y los Parlamentos deben ser el espacio por excelencia de la democracia. Por ello, desde aquí Minou hizo un llamamiento a todos destacando la necesidad de un mundo real en el que muchos están trabajando, un mundo de equidad real en el que se luchen por los derechos de hombres y mujeres. Se trata de intentar de que la resistencia se convierta en confluencia, que las mujeres líderes lleguen a los puestos de poder y cambien la manera de gobernar y que muestren su esencia solidaria al mundo, Minou añadió “de más política de la buena es de lo que depende el mundo para arreglarse”. Y finalizó su exposición afirmando que hablar de desigualdad, exclusión y pobreza es hablar de Derechos Humanos, de política y democracia, todo ello para garantizar también los derechos de la mujer. Las mujeres políticas deben seguir pensándose a sí mismas como tal, protegiendo el discurso y asegurándose la garantía del ejercicio de esos derechos, aunque hay que tener en cuenta que la situación de desarrollar un liderazgo político dentro un partido autoritario, sexista y patriarcal no es la más propicia, por lo que el trabajo es mucho y muy complicado y más como ahora cuando hay muchas cosas en juego.
Antes de comenzar el coloquio, Minerva Miraval quiso compartir con el auditorio la experiencia que vivió en su país cuando se hizo una campaña contra su persona para que no se le votara. Formó junto con otros compañeros y compañeras una asamblea revisora de la constitución dominicana desde el 2008 al 2010. Las elecciones para la renovación del congreso dominicano eran en mayo del 2010 y en este tiempo se incluyó en la propuesta del ejecutivo un texto que cambiaba la constitución anterior en el que se decía que garantizaba el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Desde el primer día se supo que iba a haber conflicto, todos los días durante meses se convirtió en un tema de primera plana en el que la Iglesia tomó partido, cercando el Congreso y convocando a Iglesias y colegios católicos en contra de la nueva propuesta. La Iglesia acordó una campaña que obligaba a cada cura en cada parroquia a llamar a votar en contra en las próximas elecciones que tendrían lugar un año después. Todas las semanas se hacía campaña contra los legisladores de ese distrito. Una campaña de manipulación por parte de la Iglesia que afortunadamente no dio sus frutos y los 32 legisladores que se opusieron a la Iglesia y la confrontaron fueron reelegidos. Amelia Valcárcel subrayó la realidad de muchos países Latinoamericanos destacando la prohibición de aborto que hay en muchos de estos países en caso de violación, malformación del feto, ni cuando corre grave riesgo la vida de la madre. Además da la casualidad que es también en éstos países en los que la seguridad jurídica de las mujeres es nula y el delito de violación es constante. El 60% de las mujeres de alguno de estos países reconoce que han sido violadas alguna vez; datos escalofriantes que aumentan las interrupciones de embarazos ilegales enriqueciendo a los médicos que realizan estas prácticas manera fraudulenta, aumentando el coste de estas interrupciones y poniendo en serio peligro la vida de la madre.
En muchos países dónde el Estado es relativamente débil, la Iglesia es fuerte. Cierto es que la Iglesia ayuda en muchos lugares y en muchas políticas como educativas o cierta defensa contra la violencia, pero el problema es cuando se llega a la confrontación entre la Iglesia y los Derechos Sexuales y Reproductivos de la Mujer. No hay una Constitución en el mundo que diga que la vida fetal puede ser interrumpida en cualquier momento porque eso sería una atrocidad, pero las leyes de aborto son despenalizadoras por lo que afirman que seguir o no con una gestación es potestad de la mujer hasta un determinado límite, a partir de ahí la ley protege la vida fetal que es lo moralmente sano. En cuanto al tema de las mujeres que se dedican a la política Alicia Miyares anunció como las mujeres bolivianas son sometidas a disuasión para que no ocupen sus cargos políticos. Además afirmó que los sexos no son complementarios, que las identidades de cada uno de los sexos es independiente, he hizo hincapié en las diferencias de la Agenda reivindicativa de un trabajador inmigrante con la de un trabajador profesional, es decir hay un fragmentación social que impide que cristalice una agenda universal.
El feminismo está fragmentándose socialmente y esto tiene que ver con el feminismo de las afrodescendientes, con el feminismo de las indígenas, de las musulmanas...un feminismo que a veces incluso colisiona y con el que llegamos a ver que no hay un Agenda común sino una que se ocupa de los diferentes feminismos. Para finalizar Minou resaltó como el uso de la violencia está a la orden del día en su país, dónde en el último año fueron asesinadas más de 200 mujeres y además como en esos países las mujeres que se dedican a la política son víctimas tanto de violencia psicológica como en los peores casos, violencia física. Por ello la importancia de que los pactos se den encima de la mesa. Marusia López Cruz participó en la mesa redonda contando la experiencia de lo que en México se conoce como “Las Juanitas”, un caso en el que las mujeres se colocan en las listas electorales para cubrir las cuotas pero después son obligadas a renunciar al puesto para que un hombre tome su cargo; un acto en el que descaradamente se violan los derechos de las mujeres. Para finalizar Maria Cristina Perceval invitó a mirar a cada país de América Latina y el Caribe por separado para así poder ver los problemas interno de cada uno. Destacó la violencia de América del Sur dónde 6 de cada 10 mujeres son víctimas de algún tipo de violencia, además invitó a construir coraje en los colectivos de mujeres para que no nos gane la amenaza de la subordinación, el dominio y la situación de la estructura patriarcal.
Conferenciar para transformar
La tarde del jueves estuvo dedicada a la mesa redonda “Conferenciar para transformar”. María Cristina Perceval destacó las luchas emancipatorias de los pueblos latinoamericanos, los cuales cuando empezaron sus luchas no hablaban de equidad sino de igualdad y emancipación sin haber incorporado como categoría estratégica la perspectiva de género y la debilitación del poder del patriarcado. Se hablaba asexualmente de igualdad y se trataba de entender que la igualdad debía abrirse a pensar en una equidad genérica.
En el ámbito de las Naciones Unidas se define con claridad que los Estados no son neutros, que el derecho tiene sexo y género y que la invisibilización de la realidad de las mujeres debía ser puesta como visibilidad en sus agendas en el espacio internacional. Grandes países por su poderío económico y bélico vieron que estas declaraciones eran como un gesto políticamente correcto pero no un principio de las sociedades a un cambio socializatorio. Hubo Estados que firmaron las convenciones y en cada una de las cumbres y conferencias de las mujeres ratificaron lo que allí se decía y lo tomaron como una escusa en vez de un imperativo categórico. En otro ámbito de cosas Perceval recordó el papel que tuvo Felipe González dentro y fuera de nuestras fronteras que sirvió para recordar que de las dictaduras no se salía con impunidad, y que indudablemente había que dejar de lado el “quiero todo y ya” y aceptar la progresividad como el medio adecuado para lograr un fin, con las mujeres dentro. Las españolas en América Latina fueron muy importantes en ésta época cuando reclamaban la igualdad de oportunidades para las mujeres.
Las democracias deben ser de Derechos Humanos para los humanos y humanas, la democracia puede llamarse estado de derecho en muchas situaciones pero las mujeres a través de conferencias mundiales han producido que la democracia y el estado de derecho sólo es consistente si se promueven, protegen y garantizan los derechos de todos y todas. Y así fue como se empezó a hablar de violencia contra la mujer y más tarde violencia de género y con ello proteger la salud integral de la mujer, o los derechos de la salud sexual y reproductiva. Buscando una utopía igualitaria para todas las mujeres del mundo, generando mecanismos de cumplimiento que garantizaran que los derechos no estuvieran sólo en el papel. Poner en marcha aquellos derechos que no existían en realidad fue un reto para las mujeres, se trataba de poner en marcha los instrumentos que nos habían dando pero que realmente no teníamos. El desafío sigue siendo que la mujer víctima de violencia, si su Estado le sigue negando el derecho de poder vivir una vida libre de violencia tenía la posibilidad de presentarse en el Sistema Iberoamericano de Derechos de las mujeres. Si su Estado le niega la posibilidad, hay una segunda oportunidad.
Las democracias delegan poder en un pacto de confianza y sino no son democracias, son artilugios pactistas. Aquellos que contradicen la ampliación de Derechos Humanos nos han robado el lenguaje y han camuflado las causas porque cuando las feministas hablan de Derechos sexuales y reproductivos se pusieron frente a situaciones de hostilidad pero hablaron alto y claro reclamando Derechos sexuales y reproductivos. Perceval acabó su discurso diciendo “No podemos permitir que 8 de cada 10 mujeres sean víctimas de violencia, y como saben que lo decimos en serio, nos han pretendido robar las palabras”.
Minou afirmó que está en la política porque quiere una sociedad mejor y por ello no va a desprenderse de las ganas que tiene de seguir luchando. Destacó como la figura de la mujer siempre aporta algo al grupo, siempre enriquecen los temas porque aportan temas sociales, se preocupan por la educación, salud y calidad de vida de la gente y esto es lo que la mujer lleva a las Agendas políticas. Hay muchas mujeres que no tienen formación de feministas y cuando llegan a sus puestos de trabajo reclaman exactamente igual esos derechos, es una causa común la que nos une por el hecho de ser mujeres. Minou quiso defender lo que las mujeres han conseguido y fortalecido a lo largo de la historia con la participación en foros y encuentro internacionales creando conciencia sobre el tema. En los foros es el lugar donde las mujeres políticas se piensan, piensan las ideas de las Agendas políticas y las empiezan a “cocinar”. Este cocinar eso que somos en estos encuentros es dónde la mujer se enriquece, y es dónde surgen las propuestas que después se aportan en los foros. Y a través de éstos foros es cuando Minou ha descubierto que las mujeres han logrado descubrir y mantener este contacto que es clave para el bien común y que son los que nos permiten ir avanzando. Nadie inventa nada, las leyes las copiamos de otros lugares y las enriquecemos cuando alguien las copia de nosotros porque esa es la historia de la Humanidad. Minou se lleva de estos encuentros la conclusión de que el tema de la mujer está siempre presente y eso es lo que han aprendido de esta retroalimentación entre mujeres.
Tras la exposición de Minou el turno fue para Amelia Valcárcel que comenzó con un repaso a las representación de mujeres en conferencias internacionales. Por ejemplo en la I Conferencia Mundial sobre la Mujer en México en 1935 la representación femenina pertenecía a mujeres de la falange más alguna otra mujer que haciendo un gran esfuerzo económico y personal pudo acudir libremente. En estas conferencias los países siempre se han atrevido a decir que están más adelantados de lo que en realidad están. Las Conferencias de Nairobi tuvieron una gran afluencia porque los países no querían “no estar” en actos internacionales. El problema viene con la representación, es decir, no se eligen mujeres reales feministas que luchen y sepan realmente que ideas hay que resaltar. El balance total de las Conferencias mundiales es que siempre que las mujeres se han reunido se ha avanzado en alguna materia. Desde 1995 Naciones Unidas no convoca ninguna conferencia internacional sobre mujer. Esto hace que los foros internacionales se sustituyan por reuniones de continuidad, lo que provoca que se bajen escalones porque esos foros no tienen repercusión mediática. Las conferencias internacionales son de suma importancia ya que colocan a la luz de lo público la Agenda Feminista. Las sociedades no quieren dar voz a sus propias mujeres por eso existen foros mundiales para que las mujeres puedan expresar esas situaciones de injusticia.
María Cristina Perceval quiso remarcar que los movimientos de mujeres, la mujer de a pie, lograron construir durante mucho tiempo los informes “en la sombra”, de conferencias internacionales y que después de años en los que a la mujer se la adormeció con tantos cuentos, por fin la mujer exigió que a la historia oficial se la confrontara con las historias reales, que aunque a veces coinciden, otras veces es necesario que las palabras lleguen desde las protagonistas. Mª Cristina acabó su intervención con la siguiente frase: “Entre la flagelación, que no tiene sentido y el compromiso que vale la pena, las mujeres tenemos la certeza, al igual que la biología del caos que toda peste se muere de éxito y la desigualdad ya más desigual no podía ser con lo cual la estamos despidiendo”.
http://igualdad.gijon.es/noticias/show/13624-escuela-feminista-rosario-de-acuna
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