La periodista uruguaya Lucy Garrido (16 de marzo de 1955) es la editora del periódico 'Cotidiano Mujer', una de las publicaciones feministas más importantes del continente, además, es una acérrima defensora de los derechos humanos, amante del vino, el tango y el fútbol, y está convencida de que el feminismo hace que las personas sean más felices. El Espectador habló con ella, aprovechando su asistencia al XII congreso feminista que se realiza en nuestro país.
El evento aprovechó la celebración del
día internacional contra la violencia a las mujeres para discutir alrededor de
esta problemática que afecta a todo el continente.
¿Por qué es feminista?
Yo soy feminista porque estoy de
acuerdo que las mujeres tenemos que tener los mismos derechos que los hombres y
que eso nos beneficia a los hombres y a las mujeres; pero si no fuera
feminista, así fuera por inteligencia, debería querer que se cumplieran todas
las exigencias que las feministas hacen.
¿Cómo evitar que las mismas mujeres
terminen reproduciendo el machismo?
¿Cuándo descubrí yo el feminismo?:
estábamos en el almuerzo y mi hermano quería la sal, él es un año menor que yo,
que tenía 10 años, y mi mamá me dice, - tráele la sal a tu hermano - y yo
empecé a decir - que la traiga él -, y eso generó unos cambios. Al poco tiempo
mi mamá ya no se levantaba a traerle la sal a mi papá y si lo hacía era porque
mi padre también era capaz de traerle un pan a ella. Mi mamá y mi abuela les
prohibieron a sus hijas casarse hasta no terminar sus carreras, es decir, que
hay esperanza, yo creo que con los medios de comunicación de ahora, las jóvenes
seguro van a ser mejores que sus madres y van a educar a sus hijas de una forma
más liberal y más igualitaria.
¿Usted cree que aquello de la
emancipación femenina pasa necesariamente por el tema de la educación?
Sí, es imprescindible y lo es tanto la
educación formal, la de las escuelas y las universidades, como la educación que
todo el tiempo se está impartiendo por los medios de comunicación. Cuando vemos
que el PIB de nuestros países ha crecido tanto, es el momento de devolver la
deuda que se tiene con las mujeres. Y una manera es hacer campañas de
sensibilización contra el machismo, ¿por qué los gobiernos no lo están
haciendo? Eso es un trabajo que hay que hacer, igual hay que trabajar más por
las mujeres negras y las mujeres indígenas, las mujeres pobres que son las que
la pasan peor.
¿Cómo pensarse los estereotipos
machistas que hay de nuestros países, por ejemplo, con los países rioplatenses
y toda esta imagen del tango y que el tango es macho y es la sumisión de la
mujer?
Me parece que es importante no perder
la gracia, tampoco hay que ser como los ayatolá del feminismo, no somos las
ayatolás del feminismo, nosotras queremos que la gente esté bien, que se ría.
No es cierto ese coco del feminismo como había el coco del comunismo, de que
ellos se comían a los niños, las feministas son todas lesbianas, muchas sí,
pero la mayoría no, yo no creo que todos los hombres sean machistas,
maleducados, que van a querer los hombres eso.
La mujer no existe, existen las
mujeres; no existe el hombre, existen los hombres, y el problema no es la
pobreza en realidad, el problema es la desigualdad en América Latina y es una
desigualdad gigantesca que también aparece entre una mujer blanca de clase alta
y una indígena. Pero la enemiga de una mujer negra no es una mujer blanca
porque todas las mujeres seamos como seamos sufrimos algo que hace que el mundo
no marche como debería marchar, y es el machismo y el sistema de clases que se
apoyaron uno al otro.
¿Los hombres podemos aportar a la
lucha feminista?
Pero por supuesto, y lo hacen, todos
mis amigos son feministas. Ellos pueden aportar su sensibilidad, su
inteligencia, sus experiencias y esas tres cosas ya me parece que son mucho: su
imaginario, que los hombres van a ganar tanto. Mis amigos feministas son mucho
más felices que mis amigos machistas, sienten que pueden hablar de lo que les
pasa, esa parte la van a mejorar, nos pueden enseñar muchas cosas y pueden
aprender otras.
En un país como Uruguay con tantos
avances sociales, ¿qué pueden pelear las mujeres?
Le voy a decir lo que vamos a pelear,
lo que vamos a lograr y esto es un aporte que daremos y es la legalización del
aborto, no sólo despenalizar, ahora en diciembre el Senado lo va a aprobar y
será legal en cualquier situación, además de que sea gratuito para que la mujer
pobre y la rica puedan abortar y reciban el mismo ofrecimiento de salud, en las
mejores condiciones.
¿Una política uruguaya que quisiera
ver como presidenta de su país?
Mónica Javier o Constanza Moreira. Me
parece igual que para ser presidente como Cristina o Roussef, tenemos que
rendir más que los hombres, a cualquier hombre se le permiten cualquier
estupidez, a las presidentas les cuestionan de todo. A pesar de eso, a las
mujeres les ha ido muy bien.
Algunas de estas líderes han sido
vistas a la sombra de alguien, Cristina a la de Néstor, Bachelet a la de Lagos,
Roussef a la de Lula. ¿Cómo romper la idea de la mujer a la sombra de un
hombre?
Esa es la prueba más grande de la
discriminación porque a ningún hombre se le dice que esté a la sombra de
alguien. Pero en el caso de Bachelet, ella terminó eclipsando a Lagos y a lo
mejor con Dilma va a pasar lo mismo. Es decir, que sí están a la sombra pero
después cuando están solitas lo hacen bien. En Finlandia han tenido muchas
mujeres presidentes y entonces la última estaba en una escuela y les preguntó a
los niños qué querían ser cuando grandes y le pareció curioso que ninguno decía
presidente, entonces tomó a uno y le dijo ¿tú no quieres ser presidente? y él
le dijo sí, pero ¿se puede? Estos niños habían visto solo mujeres presidentas,
esta mujer estaba en su tercer mandato y este niño tenía 8 años y quizás pensó
será que un hombre no puede ser presidente y fíjate que un niño argentino, como
Cristina ya empieza su segundo mandato, puede que termine preguntándoselo
mismo.
¿Y qué líder femenina admiras?
Yo admiro a Bachelet.
¿Qué puede llevar la mujer al campo
político?
Es importante no ser esencialistas,
porque todos somos yo y mis circunstancias. Lo que las mujeres podemos aportar
es que estamos resolviendo conflictos todo el tiempo y los solucionamos. Nos
gusta, además, resolver conflictos, somos más rápidas, repartimos mejor la
plata, con más justicia y ya con eso es bastante.
Por: Redacción Judicial
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