LA EXPLOTACIÓN SEXUAL ES OTRA FORMA DE
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, DICEN LOS EXPERTOS
"La existencia de la prostitución no sólo afecta a quien la ejerce, sino al resto de los hombres y mujeres, a la sociedad en general. Nos incumbe a todos. Hay que prohibir la compra de mujeres, el que se comercie con ellas; desterrar esa consideración de que puedo alquilar a una señora por horas". Así de rotunda se expresa Juana María Santana Hernández, integrante del Comité Ejecutivo del partido Iniciativa Feminista.
Con motivo del Día Internacional en
contra de la Violencia de Género, Juana María Santana intervino ayer en una
mesa redonda, organizada en Bilbao por Médicos del Mundo -junto a Itziar
Hernández, de Hegoa, y el fotógrafo Salvador Campillo-, en la que se abordó la
explotación sexual como lo que es: otra forma de violencia de género.
La conclusión a la que se llegó es que
la actividad de la prostitución vulnera los derechos humanos de las mujeres
prostituidas, y perjudica gravemente su salud y su calidad de vida, al tiempo
que constituye "una forma más de violencia de género". "A esto
hay que unir que en su inmensa mayoría, las mujeres prostituidas en nuestro
país proceden también de países empobrecidos o en conflicto, y llegan al Estado
a través de redes de trata y tráfico, o bien impulsadas por una necesidad
vital", asevera.
UNA INDIGNIDAD Incluso las
mujeres que dicen ejercer la prostitución como una opción de vida libremente
elegida, están afectadas en su mayoría por historias de vida con marcados
episodios que las predisponen a tener una baja autoestima personal, y a
considerarse a sí mismas como posibles objetos de uso y transacción, rebajando
su capacidad para explotar otras capacidades y estrategias de supervivencia.
"La explotación de esta vulnerabilidad por terceros es una indignidad y un
delito reconocido en el Código Penal español, tras la reforma introducida en el
año 2003".
En opinión de esta feminista, la
ingente cantidad de beneficios económicos -equiparables a los de la droga o el
comercio de armas- que esta actividad produce a las personas sin escrúpulos que
las rentabilizan, está pesando en la campaña contra la promoción y difusión de
esta práctica, e intenta generar una demanda de mercado que no se corresponde
ni con una necesidad humana real ni con la pretendida liberalización de la
sexualidad femenina actual, ni con la búsqueda de la igualdad entre hombres y
mujeres de nuestra sociedad.
¿Y LOS CLIENTES? "A mí, lo
que me parece increíble es que tenga que existir esta profesión. Si se eligiera
libremente me parecería bien, pero me temo que en la mayoría de los casos eso
no es así; la situación de pobreza siempre ha engendrado estos oficios. Se
produce violencia contra estas mujeres en el caso de que hayan sido engañadas y
terminan vendiendo su cuerpo", tercia Itziar Hernández, documentalista del
Instituto Hegoa.
En países donde se ha avanzado en la
erradicación de la explotación sexual -como Suecia- se está incidiendo en los
clientes . "Evidentemente, hay que hacer más hincapié en los usuarios, en
los hombres que pagan los servicios de estas mujeres para hacer con ellas lo
que no hacen en sus casas. En el momento que hay prostitutas es porque hay
demanda. Nunca se habla de ellos", coinciden Itziar y el catalán Salvador
Campillo, autor de la exposición ¿Mujeres de Vida Alegre?
Consideran que Suecia puede ser un
buen ejemplo a seguir. Allí, los usuarios de la prostitución adquieren la
máxima responsabilidad cuando utilizan mujeres o menores con evidentes signos
de secuestro y violencia sin rechazar esta situación ni denunciarla.
"Sí, en Suecia han hecho bien las
cosas: primero una campaña de sensiblización y luego, los clientes ya están
advertidos. La prostitución es un delito, atenta contra la dignidad de las
mujeres. Si lo hacen, pueden ser sancionados", añade la integrante de
Iniciativa Feminista.
¿Por qué esta explotación es violencia
de género? "Porque hay un tema de poder; el cliente pone las reglas de
juego. Y una vez más se establece una relación de superioridad, entre el que
contrata el servicio y quien lo da. Más que violencia de género, es contra las
mujeres", reconoce Campillo, quien ha retratado esta dura realidad.
Realidad que muchas veces queda en
segundo término ante otro tipo de vulneraciones de los gobiernos como son las
torturas. "La violencia es un concepto más amplio que la prostitución. Se
da también a niveles de la sociedad como es la Universidad u otros entornos
como el trabajo. La discriminación salarial, el mobbing en el trabajo. El
bullying en los centros universitarios. Son temas que están en la calle. No es
un problema de hombres y mujeres, sino estructural, de la sociedad",
resalta la experta de Hegoa.
VIOLENCIA POR OMISIÓN Señala que
hay que atajarlo, pero no sólo con apoyo a las víctimas, que también, sino
cambiando esas estructuras, variando las actitudes y la forma de pensar sobre
ciertos tópicos. "Dejar de lado los chistes fáciles, el derecho a darnos
un cachete en el culo cuando quieren. Todo eso es parte de la violencia hacia
las mujeres. Los golpes, la explotación sexual, son el exponente más fuerte, el
físico. Pero hay una violencia por omisión y psicológica que también hay que
tener en cuenta", remacha.
A Salvador Campillo le vienen a la
mente las palabras que una madura prostituta le dijo tras finalizar un
reportaje: "Yo no creo en el amor, todos los hombres son unos
puteros. Ahora que me conoces, la próxima vez que vayas con una mejor". Su
autoestima, continúa relatando este reportero, es tan baja que no entienden que
los hombres no recurran al sexo pagando.
"No es posible", decían.
"Tú eres un hombre y tienes tus necesidades". Es la visión que
tienen. "Hay mucha explotación en la relación de poder. El hombre tiene el
dinero y hace con ella lo que no puede hacer con la mujer", apostilla.
¿Y esos comentarios argumentando que
muchas mujeres se dedican a esto porque es dinero fácil? "Cuando hablas
con ellas dicen que es una decisión equivocada. En su día había mercado y
tomaron el camino equivocado. Entrevisté a una señora de 60 años que empezó al
ser víctima de la pobreza y la postguerra. A otras les engañaron y aunque en un
principio pudieron ganar dinero, es un dinero envenenado, que te consume como
persona", añade Salvador Campillo.
LA TRATA DE PERSONAS Un estudio
de la ONU, con datos de organismos internacionales, gobiernos y ONG entre 1996
y 2003, lamenta la escasa persecución de la trata de personas. Asegura que un
camino para combatirla es acabar con el mercado que da beneficios a los
delincuentes, y actuar contra los intermediarios que han levantado una
industria criminal a base de negociar con seres humanos, y contra los
beneficios económicos que genera.
Desde Iniciativa Feminista critican la
tendencia, "orquestada y fomentada" por los mismos sectores que se
benefician de los efectos de la prostitución que proponen soluciones parche,
"ya que existe, mejor lo regulamos", fomenta el divide y vencerás,
"tráfico no, prostitución sí, como si no fueran ambos tan sólo aspectos de
un mismo problema", apostilla.
Bajo lemas como Prostitución
forzada no, prostitución libre sí, Juana María Santana considera que se
está generando el clásico debate entre libertad e igualdad al que
"recientemente empezamos a incorporarnos las mujeres de las sociedades más
desarrolladas". Además, advierte de la existencia de una campaña
perfectamente orquestada que intenta avergonzar a las personas "que nos
oponemos a esta explotación mercantilista de la dignidad, la intimidad y la
sexualidad humana, tachándonos de moralistas, mojigatas, y excesivamente
teóricas, cuando por el contrario la prostitución es una de las más rancias
instituciones esclavistas, fruto de la dominación de un grupo humano sobre
otro, y de prejuicios sobre la liberalización de la sexualidad femenina",
recalca Juana María Santana.
Su apuesta no pasa por empoderar a las
prostitutas de cualquier ciudad del mundo para que puedan seguir ejerciendo la
prostitución sin sentirse víctimas. "Lo realmente eficaz sería empoderar a
las mujeres de todo el planeta para que no tengan que ser prostitutas. Y, sobre
todo, habría que formar a hombres y mujeres en la igualdad y el respeto a los
demás; que nadie se sienta con derecho a someter a otro ni transaccionar con
ella".
NEKANE LAUZIRIKA - Jueves, 26 de
Noviembre de 2009 - Actualizado a las 07:33h
JUANA MARÍA SANTANA HERNÁNDEZ De la
Ejecutiva de Iniciativa Feminista Salvador Campillo Alba Fotógrafo de
"¿Mujeres de Vida Alegre?" Itziar hernández zubizarreta
Documentalista del Instituto de Hegoa
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