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domingo, 5 de febrero de 2012

Matilde Ucelay Maortúa primera arquitecta española además Premio Nacional de Arquitectura






Si hay una arquitecta conocida en España es Matilde Ucelay Maortúa, nacida en 1912 y fallecida en Madrid el 24 de noviembre del 2008. Y no solamente por haber sido la primera mujer que terminó la carrera de arquitectura en este país, sino por haber recibido en el 2004 el Premio Nacional de Arquitectura, otorgado anualmente por el Ministerio de Vivienda a “aquellos arquitectos cuya aportación sobresaliente y continuada, realizada fundamentalmente en España, y valorada con criterios objetivos, haya puesto de relieve los aspectos sociales, económicos, estéticos y tecnológicos de la arquitectura".



Los reconocimientos le vinieron algo tarde a esta singular e inteligente mujer, aunque ella no creía en más medallas que el bienestar de las personas que habitan en los edificios por ella diseñados. Matilde Ucelay terminó su carrera en 1936. Lo hizo de una manera natural, por vocación. 




Como natural fue su infancia dentro del ambiente culto, liberal y progresista de su familia, y natural su asistencia al Instituto Escuela (continuador del Instituto Libre de Enseñanza) donde estudió brillantemente el bachillerato. 


Algunas de sus amigas se decantaron por las carreras de Filosofía y Letras o Farmacia, pero ella tenía claro que lo suyo era la arquitectura. Época difícil, cuando menos, la que pasó estudiando en esos míticos años treinta en la Escuela de Arquitectura de Madrid, a pesar de algunos inconvenientes menores como el que la escuela careciera de aseos para señoritas. Amiga de Félix Candela y de Chueca Goitia y a pesar de lo inusual de su situación, siempre gozó del mayor respeto tanto de sus profesores como de sus compañeros. Su asignatura preferida: Proyectos Arquitectónicos.


Dos días antes de que estallara la guerra civil, fue homenajeada en el Colegio de Arquitectos de Madrid, acto al que acudieron destacadas figuras de la Segunda República como el Ministro de la Gobernación, Amós Salvador. Este hecho, junto con su filiación republicana, hizo que una vez terminada la contienda, fuera depurada y condenada en Consejo de Guerra a la inhabilitación para ejercer cargos públicos de por vida y para ejercer su profesión, durante cinco largos años.


A pesar de todas las prohibiciones y dificultades, Matilde Ucelay mantuvo una actividad profesional continuada durante más de cuarenta años, construyendo edificios para clientes privados, proyectos que hábilmente consiguió que firmaran, al principio de su trayectoria, otros compañeros. Ejerció su labor en circunstancias realmente difíciles, inmersa en el contexto social de la época franquista, en el que las mujeres se veían confinadas al ámbito privado y forzadas a cumplir roles exclusivamente domésticos y familiares, careciendo de derechos legales. Sencilla y responsable, trabajó toda su vida sin considerarlo algo excepcional.

Su arquitectura se caracteriza por una profusión y riqueza en los detalles, y por un diseño intimista, ligado al usuario y al entorno. Entre sus obras destaca un gran número de viviendas unifamiliares, colaborando en algunas ocasiones, con el diseñador de jardines y paisajista, Couchepin. Entre sus más de ciento veinte proyectos, destacaremos “La Casa Oswald”, en Puerta de Hierro en Madrid; “La Casa Benítez de Lugo”, en las Palmas de Gran Canaria; así como las librerías “Turner” e “Hispano-Argentina” en Madrid. También diseñó fábricas, laboratorios y otros edificios singulares siguiendo la técnica de Félix Candela, del que importó su patente desde México con la ayuda de su hijo arquitecto. 


Matilde Ucelay fue una pionera dentro de la arquitectura española, perteneciente a una generación de mujeres que supieron vivir su vida con imaginación. Mujeres que nos abrieron los caminos que hoy recorremos, con menores dificultades que las que ellas tuvieron que vencer, para participar en la hermosa tarea que es el construir.




FALLECE MATILDE UCELAY PRIMERA ARQUITECTA ESPAÑOLA por  INÉS SÁNCHEZ DE MADARIAGA (26/11/2008)


En la madrugada del pasado lunes falleció en Madrid Matilde Ucelay Maórtua, la primera mujer titulada en arquitectura en España, en 1936, y también la primera en ejercer una carrera profesional plena: más de 120 proyectos realizados íntegramente por ella misma con la sola ayuda ocasional de un aparejador, algunos en el extranjero, en más de 40 años de ejercicio profesional.


En la madrugada del pasado lunes falleció en Madrid Matilde Ucelay Maórtua, la primera mujer titulada en arquitectura en España, en 1936, y también la primera en ejercer una carrera profesional plena: más de 120 proyectos realizados íntegramente por ella misma con la sola ayuda ocasional de un aparejador, algunos en el extranjero, en más de 40 años de ejercicio profesional. La mayor parte de sus obras son casas unifamiliares, como la que construyó para José Ortega Spottorno, pero también proyectó fábricas, laboratorios, almacenes y tiendas. En sus obras destaca la sensibilidad por el uso y el cuidado en los detalles constructivos. Por las mañanas, Ucelay visitaba las obras; por las tardes trabajaba en el tablero. Una trayectoria excepcional reconocida por el Premio Nacional de Arquitectura 2004.


Nacida en 1912, Ucelay pertenece a esa generación de mujeres de la burguesía ilustrada española que, educadas en ambientes liberales, artísticos y profesionales, empiezan a acceder a las universidades en las primeras décadas del siglo XX. Su padre, Enrique, es abogado; a su madre, Pura, la encontramos compartiendo escena con Federico García Lorca. Ucelay estudia brillantemente el bachillerato en el Instituto Escuela, que simultanea con la carrera de piano, y, en 1931, ingresa en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Allí coincide con Félix Candela, a quien unirá una amistad de por vida, y con Fernando Chueca Goitia, con quien, estudiando durante un verano, realiza dos cursos en uno. Cuando termina la carrera, sus compañeros le ofrecen un homenaje al que asiste Amós Salvador, ministro de Gobernación.


En 1937 aparece como secretaria del Colegio de Arquitectos de Madrid, siendo presidente Eduardo Robles Piquer. El colegio, cerrado en los inicios de la guerra, había vuelto a abrir sus puertas por iniciativa personal de Ucelay. Se casa en Valencia en 1937 con José Ruiz Castillo, editor de los más importantes autores de las generaciones del 98 y del 27, y tiene dos hijos. En 1940 es depurada por la Dirección General de Arquitectura y condenada en Consejo de Guerra a inhabilitación perpetua para cargos públicos, directivos y de confianza, y, durante cinco años, para el ejercicio privado de la profesión. Como consecuencia de ello nunca recibió encargos públicos y sus primeros proyectos no pudieron llevar su firma.


Las mujeres de la generación de Ucelay abrieron en España caminos en las distintas ramas del arte, la ciencia y las profesiones, aunque muchas de ellas abandonaron o simplemente no llegaron a ejercer sus profesiones en el ambiente hostil del franquismo. No fue el caso de Ucelay. Más bien al contrario, en una época en la que las mujeres carecían de derechos legales, Ucelay, con gran inteligencia, dedicación y carácter, ejerció plenamente una profesión liberal de importantes responsabilidades hasta su jubilación en 1981. Sirva la integridad de su trayectoria ejemplar de modelo y referente a las nuevas generaciones de arquitectos, y sobre todo, de arquitectas, que desde este año son más de la mitad del alumnado en nuestras escuelas.


HH

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