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lunes, 13 de febrero de 2012

Melania G. Mazzucco escritora italiana



Melania G. Mazzucco ( 6 de octubre de 1966, Roma ) es una escritora italiana. Se licenció en la Universidad de Estudios de Roma La Sapienza, especializándose en cine en el Centro Sperimentale de Roma.

 En la actualidad (2005) se dedica a escribir novelas y guiones cinematográficos, teatrales y radiofónicos. Entre sus trabajos para la radio destacan "La vita assesina" (1997) y "Dhulan" (2001), con el que ganó el premio Italia al mejor producto radiofónico europeo del año. También escribe artículos y reportajes de viajes para distintos periódicos italianos.

Saltó a la fama con Vita, (Premio Strega), la espléndida novela sobre dos niños que emigraron de Italia a EE.UU a principios del siglo XX. En Ella, tan amada (Premios Napoli y Vittorini, 2000) centró su investigación en la enigmática escritora Annemarie Schwarzenbach, amiga de los hijos de Thomas Mann, y se adentró en el ambiente cultural de los años 30. Dos novelas históricas, que abarcaban un lapso amplio y se desarrollaban casi completamente fuera de Italia.



Mazzucco ha abordado magistralmente una de las principales lacras sociales de hoy, la violencia de género. Tanto desde el punto de vista de la víctima, como del propio maltratador. Un día perfecto te mete de lleno en la cabeza del maltratador, en primera persona, y hay que parpadear, y respirar muy profundamente para escapar, y ser capaz de seguir leyendo. Buonocore está separado de Emma, a la que ha maltratado sistemáticamente, hasta que ésta se ha marchado, junto a sus dos hijos, a casa de su madre. Está obsesionado con ella. Emma lucha por olvidarse de él mientras mal vive en una casa pequeña, decidida a volver a empezar, después de todo. Pero aun siendo uno de los temas principales, lo es en cuanto una manifestación más de la violencia, porque hay otras muchas: la de los niños en el colegio, la de un sistema capitalista que parece haber perdido todo pudor ante el sufrimiento de amplias capas sociales, la de una estructura política cínica y sin escrúpulos a la hora de manipular por igual a votantes y candidatos, y, sobre todas, la que nos infringimos a nosotros mismos con nuestras decisiones erróneas.

Historias que van creciendo, que van tomando forma y que terminan convergiendo. Pero lo más interesante de esta novela no es tanto el argumento como los sentimientos, la profundidad con la que analiza a cada uno de los personajes. Desde esa noche en la que descubrimos al policía vigilando la ventana de su mujer, la autora se empeña en explicar, radiografiar, penetrar en los sentimientos de cada uno, para que los entendamos, para que sepamos por qué hacen lo que hacen, sienten lo que sienten, reaccionan como reaccionan. Es una novela extraordinaria, profunda, bien escrita, con una estructura brillante, con unos personajes reconocibles, cercanos. La escena final, la última hora, es de esas que cuesta olvidar. Es durísima, precisa, escalofriante. Un día perfecto es por tanto una novela que hay que leer. Apasionante. Bella. Delirante. Absorbente.

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