Nos sumamos a la alegría de nuestras hermanas por esta victoria frente a los valores del Patriarcado, aunque no haya dinero para pagar el dolor ocasionado. Esperamos que todos los Estados estén vigilantes en la protección de sus mujeres frente a visiones que desde siglos las discriminan y deprecian. Esperamos que empiecen respetando sus voluntades y sus decisiones frente a cuando quieren ser madres.
Condena al Estado chileno
Queremos expresar nuestra alegría y satisfacción a la resolución dada en el caso "Atala Riffo y niñas Vs. Chile". En un fallo inédito e histórico, el Estado de Chile es condenado a pagar 72.000 dólares, a brindar atención médica y psicológica gratuita a la jueza Atala, y a publicar la sentencia en el diario oficial, en un diario de circulación nacional y en un sitio web oficial.
En 2004, la jueza chilena de garantías Karen Atala, que había dicho abiertamente que era lesbiana y que tenía una nueva pareja, perdió la custodia de sus hijas debido a que los tribunales nacionales consideraron como mejor opción al padre de las niñas.
Luego de todos estos años de puja judicial, en septiembre de 2010, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos presentó una demanda contra Chile, argumentando que claramente hubo, durante el proceso judicial que resultó en el retiro de la custodia de las hijas, un trato discriminatorio y una interferencia arbitraria en la vida privada y familiar de la familia Atala debido a su orientación sexual; condenandolo por violaciones a la Convención Americana de Derechos Humanos. La Corte reiteró la obligación de los Estados de respetar y garantizar "sin discriminación alguna" el pleno y libre ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención Americana.
Sumado a lo anterior, el Estado chileno debe realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional por los hechos y debe "continuar implementando programas y cursos permanentes de educación y capacitación dirigidos a funcionarios públicos a nivel regional y nacional".
Desde La Fulana* festejamos y celebramos la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya que esta condena al Estado chileno representa un avance más para lograr la igualdad social y jurídica, y nos obliga a no callar y a denunciar los abusos y atropellos, con la firme convicción de que la justicia es una muralla que se construye día a día.