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miércoles, 21 de marzo de 2012

Las heroínas anónimas suman esfuerzos y ganas por salir adelante

María Campos, realiza una labor que comienza a las 4:00 de la mañana, con la cual levantó a sus tres hijos 

Son valientes, capaces, dispuestas, luchadoras, madres, hijas, esposas, y hasta "padres". Son las mujeres venezolanas que no se amilanan a la hora de luchar para salir adelante y lograr alcanzar los objetivos que se proponen en cualquier campo laboral o propósito de vida.

Aragua, es ejemplo de esa tenacidad de la mujer venezolana, a la que no le importa desempeñar una cantidad de responsabilidades, como la de ser madre y padre simultáneamente, y hasta trabajar a pleno sol o realizar funciones que antes sólo era ocupadas por hombres, con la misión de llevar el pan a casa y progresar honradamente junto a sus seres queridos.

Y es que las mujeres en el mundo llevamos siglos de lucha por la participación dentro de la sociedad, por la igualdad de condiciones, en el plano laboral y profesional, por el derecho al voto y por nuestro desarrollo integral. Sin embargo, en la actualidad siguen siendo discriminadas y sometidas a la violencia, comenzando desde el propio hogar, cuando son vejadas y maltratadas en un gran porcentaje por sus propias parejas.

Por lo tanto, con más de 100 años de lucha por sus derechos, nuestro reconocimiento a todas esas heroínas anónimas en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, hoy 8 de marzo.

Aunque hay muchas versiones sobre el origen de esta celebración, varios historiadores coinciden que aunque se celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911 en Austria, Dinamarca y Suiza, fue propuesta en 1910 por la militante socialista alemana Clara Zetkin, en el VII Congreso de la II Internacional Comunista, realizado en Dinamarca.

Zetkin, propuso que se rindiera homenaje a la lucha de las mujeres trabajadoras en reconocimiento a las obreras textileras de Nueva York, que llevaban más de 50 años librando una dura batalla contra la explotación, y de acuerdo con lo que plasma la historia se planteó que cada 8 de marzo se realizara una jornada de protesta en todos los países.

Entre los distintos antecedentes que cuentan los historiadores, la lucha de esas mujeres trabajadoras no cesaban y el 8 de marzo de 1857 se declararon en huelga por las brutales condiciones de trabajo a las que eran sometidas.

Asimismo, en 1903 comenzó afianzarse la participación femenina en los sindicatos, lo que les dio más empuje por el derecho al voto.

De todas estas intensas actividades de protesta que llevaban las mujeres, el día más violento en la historia de atropellos fue el sábado 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de blusas Triángulo, de Nueva York, donde murieron un centenar de trabajadoras, la mayoría inmigrantes entre los 16 y 23 años de edad.

Pero dejemos que sean las propias protagonistas las que nos cuenten su experiencia en esa lucha por salir adelante, como es el caso de Lisbeth Zapata, (28), quien lleva un año como pregonera o vendedora del diario el siglo, con este trabajo y sus ganas de progresar, desde hace un mes montó un puesto de dulces, café, agua y galletas

Lisbeth Zapata, poco a poco ha ido saliendo adelante con su trabajo y esfuerzo 

Gracias a los frutos como pregonera, hace días compró otro puesto para vender jugo de naranja, porque afirma que su objetivo es seguir luchando para continuar progresando.

"Muy tempranito llegó al semáforo de la avenida Bolívar con Ramón Narváez, para vender elsiglo, luego cuando se me terminan los periódicos me vengo para el puesto a vender los dulces, café, galletas y otras golosinas, el cual está acá mismo".

Señala que tiene dos hijas, de 4 y 6 años de edad, su plan es continuar adelante con su trabajo y abrir otros puestos, para obtener buenos dividendos para el sustento de sus niñas.

Por su parte, María Campos, (42), quien tiene ocho años vendiendo arepas en La Coromoto, expresa que se siente feliz porque ha logrado su objetivo de levantar a sus tres hijos varones con el esfuerzo de su trabajo.

"Me considero digna representante de la mujer de hoy, porque primero trabajaba en una casa de familia, pero ya cuando los niños fueron creciendo necesitaba más recursos, fue entonces cuando hace ocho años comencé vendiendo arepas en cavitas por acá mismo, después alquilamos un trailer y con el tiempo pude comprar uno. Yo siempre digo que una como mujer debe trabajar porque nos hace sentir mas independientes y seguras".

Contó como anécdota que hace dos años se le quemó totalmente su casa y tuvo que comenzar de nuevo, gracias a Dios y al puesto de arepas salí adelante.
             


Ada Marlene Salcedo Sánchez, "la maestra de las llaves", cerrajera conocida en José Félix Ribas 

"Mi trabajo comienza realmente a las 4:00 de la mañana en mi casa y llego tempranito al puesto donde trabajo corrido hasta las 2:00 de la tarde", apuntó Maria Campos, quien llegó de Perú a Venezuela hace 20 años, de los cuales tiene ocho años vendiendo arepas.

Asimismo, Mayela Moreno (42), quien tiene un año vendiendo pan en el semáforo de la Ramón Narváez, manifestó: "he trabajado en diferentes empresas privadas y después tuve la oportunidad de empezar a impulsar mi propio negocio para junto con mi esposo sacar adelante a mis tres hijos, puesto que las mujeres tenemos la potestad de ser madres, padres y de todo un poquito, y eso soy yo".

Al contar sus vivencias, afirma que muchas veces se levanta a la 1:00 de la madrugada para poder ir a comprar el pan en una panificadora en Valencia, porque hay doce vendedores y si llega un poquito más tarde se queda sin la mercancía, ya que es muy bueno.

Recalcó: "los seres humanos nacemos y crecemos para ser autosuficientes y tenemos que estar conscientes de que nadie es indispensable en la vida de nadie, en primer lugar, y debemos tener claro que si tenemos responsabilidad como mujer, como madres, tenemos que cumplir con nuestro trabajo porque sólo con trabajo y constancia se logran las cosas".

Para finalizar, expresó que con ese trabajo ha logrado poner en marcha muchos proyectos, y entre éstos está desarrollar otros pequeños negocios.

Igualmente, Ada Marlene Salcedo Sánchez, (52), quien con los años se ha ganado el nombre en el Sector José Félix Ribas de "la maestra de las llaves", porque se ha especializado en cerrajería, reparación de candados, de cerraduras, e incluso trabaja a domicilio, señala que con ese trabajo ha sacado adelante a su única hija y sus tres nietos.


"Yo me enamoré de este trabajo hace 26 años. En ese entonces cuidaba un estacionamiento en Valencia y al frente trabajaban unos señores con todo lo que tenía que ver con la cerrajería y yo de curiosa me ponía a ver detalladamente lo que hacían y me fueron explicando paso a paso todo lo que tenía que ver con esta labor y fui aprendiendo".

Por lo tanto, apuntó que desde hace 5 años se vino de Valencia a vivir a Maracay y se puso en una acera de José Félix Ribas a trabajar con la cerrajería, y un señor le dijo que utilizara un puesto que tenía años abandonado, y eso hizo, desde entonces ha vivido de lo que le aporta ese trabajo".

"Me satisface que la gente me recomienda como buena en mi trabajo, a tal punto que me llaman 'la maestra de las llaves', nombre con el que me conoce todo el mundo. Por eso digo que las mujeres somos fuertes y echadas pa'lante y cuando nos proponemos algo, lo conseguimos".


Mayela Moreno, una de esas mujeres luchadoras que la mayoría de las veces se levanta a la 1:00 de la madrugada para ir a buscar a Valencia el pan que vende diariamente en la vía 
NORELIS OSUNA | el siglo
fotos | MARCIAL TOVAR

Agradecemos muchísimo este articulo  que visibiliza a las mujeres que construyen la vida cada día, con mucho esfuerzo y poco reconocimiento. Es un ejemplo claro de lo que en todos los lugares del mundo nuestras madres y abuelas han venido haciendo por siglos.  Nuestro  respeto, gratitud y admiración por todas ellas y por  quienes hicieron posible este reportaje.

http://elsiglo.com.ve/modules.php?name=News&file=article&sid=16255



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HH

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