Ruby Torres Londoño tiene un lugar de privilegio en la Academia Pereirana de Historia. Es la única mujer que pertenece a la Academia Pereirana de Historia y es además miembro de la Sociedad Bolivariana de Santa Rosa de Cabal.
Trabajó 38 años como docente en Pereira y 9 años con la empresa privada, y pasó una temporada en Ecuador laborando en el Ministerio de Finanzas de Quito, ejecutando tan bien su trabajo dados sus conocimientos, que le ofrecieron irse para Argentina pero no aceptó la oportunidad por asuntos de familia.
Fue guía turística en Cali, trabajó con la Fábrica Nacional de Muñecos en Bogotá y se retiró tres veces del magisterio, al cual regresó por ser en definitiva su vocación.
Es Licenciada en Educación, Español y Comunicación Visual de la Universidad Tecnológica de Pereira, Especialista en Pedagogía de la Universidad del Quindío y realizó un diplomado en Democracia y Formación Ciudadana para el Sector Educativo con la Universidad Católica de Pereira.
Desde niña le encanta escribir, leer, hacer amigos, viajar, investigar y hablar. Está dedicada ahora a escribir el segundo tomo de su libro Heroínas, avanza en un libro sobre Rodrigo Arenas Betancurt, en su novela “Pedacitos de Vida” y en un proyecto para la Universidad Libre de Pereira donde estará dictando la Cátedra Mujer para el segundo semestre de este año.
Sus ocupaciones con las letras son permanentes, así como sus contactos con académicos e historiadores, para darle vida a sus textos.
Ruby Torres Londoño investiga y escribe cada día, es su razón de ser, su manera de vivir la vida fructífera que ha tenido y es una conversadora insaciable con la que pueden pasar horas de anécdotas, sonrisas y nostalgias.
Ya con la idea de su primer libro, se comunica con el presidente de la Sociedad Bolivariana de Cundinamarca, a quien le comenta sobre su investigación en la que quería destacar el papel de la mujer en esa gesta histórica y la impulsó, le recomendó hacer su labor en los departamentos del occidente donde había mucho que contar y descubrir, como Huila, Tolima y norte del Valle, y por supuesto Risaralda. Lo que vino en adelante se convirtió en una obra que se va a reeditar dado su éxito académico.
Se trata de “Aquellas heroínas y mártires olvidadas de la Independencia y mujeres notables a través del tiempo”, a través de la cual rescata una serie de personajes anónimos que la historia no ha reconocido como se debe, mujeres cuya valentía es ejemplo y que rompieron en su momento los desafíos machistas de la sociedad y se atrevieron a ir más allá de las costumbres ancestrales del momento.
El libro tiene dos componentes interesantes. Uno de ellos el rescate de lo inédito con la participación de mujeres desconocidas que con sus acciones hicieron patriotismo, y el hecho de recobrar y destacar las historias regionales.
“Estando en una de las reuniones en la Sociedad Bolivariana de Santa Rosa de Cabal, planteé la idea de realizar un artículo o ensayo sobre las mujeres de la independencia, con el fin de hacer honor a sus esfuerzos y sacrificios a través de la campaña libertadora, para ello me apoyé en historiadores de adentro y fuera del departamento, viajé por algunas ciudades, y me comuniqué telefónicamente con personas relacionadas con el tema histórico que me apasiona, y cual no sería mi desconsuelo al enterarme que muy poquitas de ellas hayan sido reconocidas, y han sido galardonadas.
Las demás simplemente aportaron su granito de arena en tan emérito proceso, y uno que otro reconocimiento para aquellas valerosas mujeres que animaron a los hombres, confeccionándoles sus uniformes, llevando los mensajes escondidos en los pliegues de sus faldas largas o en sus blusas con drapeados y alforzas o debajo de la ruana, chal o rebozo para que ningún esbirro pudiera encontrarlos, saliendo a altas horas de la noche, aprovechando la oscuridad, porque los faroles poco o nada iluminaban esas calles empedradas de los pueblos, para que hoy día estemos disfrutando de esa libertad que tanto se soñó y por la cual entregaron la vida, sus hijos, sus esposos”.
Para la investigación visitó todos los municipios preguntando por mujeres destacadas de Nariño, Cauca, Huila, Tolima, Caldas, Quindío y norte del Valle, donde halló heroínas de la Independencia, pero no descubrió mujeres notables en Risaralda reseñadas para esa época.
Como se señala en el prólogo del libro, Ruby Torres “... rescató a más de cien mujeres que han sido factor decisivo en la construcción de nuestra nacionalidad. Trabajo laborioso que queda como ejemplo para que mujeres de las otras regiones colombianas sigan su ruta, exalten a sus mujeres, se las muestren a nuestra juventud y se les reconozca su rol como pilares de nuestra historia”.
Y tal como ella afirma “sin embargo si hay dos mujeres muy importantes, pero ya en el siglo XX. Una de ellas fue Edilma Escobar que fue la primera odontóloga del país, y Ofelia Hoyos que fue la primera mujer aviadora del país y de Latinoamérica nacida en Belén de Umbría. Además en Cali descubrí a María Teresa Arizabaleta que fue la primera arquitecta del país, y hoy es una de las mujeres que impulsa la Ruta Pacífica de las Mujeres”, señala Ruby Torres.
“No es mi intención demeritar la labor de aquellas que en un esfuerzo sobrehumano ayudaron al Libertador Simón Bolívar, o a Santander, a Nariño, o a Córdova, sin importar dificultades ni vicisitudes para lograr su cometido. Jamás osaría dejar de admirarlas, pero las que quedaron en el anonimato, como aquellas mujeres que formaron un batallón el 20 de julio de 1810, e iniciaron su marcha hacia donde se encontraba el armamento de los españoles, motivando a sus esposos e hijos para que se escudaran en el cuerpo de ellas y pudieran acercarse a su objetivo para apoderarse de los rifles y la pólvora, a cambio de los precarios puñales con que se defendían. Aquellas que armadas de valor, ayudaron a los soldados, azotados por el hambre y por el frío, lograron la libertad de estos países. Pero sí es digno de reconocer que hasta ahora, según me dijo una gran historiadora, Nelly Gómez de Ocampo que escribe un libro sobre las valientes mujeres de esa época, se han logrado identificar 750 mujeres, pero aún faltan muchas más que quedan y continuarán en el anonimato, pues nunca se conocerán sus nombres”.
¿Por qué le gusta la historia?
- Por mi facilidad de crear, de hablar, de investigar, ahora estoy escribiendo la novela Pedacitos de Vida relacionada con los sufrimientos de las mujeres a través de los años y cómo las han dejado a un lado de los hechos históricos. Hay que rescatar esos papeles, hay mujeres que hicieron tantas cosas.
¿Que le queda después de todo este trabajo?
- Reafirmar que las mujeres somos unas berracas y que nos hemos arriesgado a todo y que a pesar de que han golpeado su dignidad seguimos siendo el pilar de una sociedad que no les reconoce su valor.
Mujeres rescatadas
De su libro recordamos algunos nombres de mujeres notables en Risaralda.
Fanny Aristizábal de Arenas
Lucy Tejada
María Ramos
Rita Arango de Marulanda
Barbarita Marín Arboleda
Carlota Sánchez
Esther Marulanda de Botero
Lorencita Villegas de Santos
María Francisca Durán
La Canchelo
Elisa Gartner Cataño
Camila Álvarez
Ofelia Hoyos
Juana Londoño Ávila
Ligia Piedrahita
Elvira Atehortúa
Adalide Gutiérrez
Alberto Rivera
El Diario del Otún
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