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jueves, 31 de mayo de 2012

Delhy Tejero expulsada de nuestra historia artística


Adela Tejero Bedate, conocida como Delhy Tejero (Toro, Zamora, 22 de febrero de 1904– Madrid, 10 de octubre de 1968) fue una pintora española que desarrolló gran parte de su obra en su ciudad natal, en Madrid y en París. 

Nacida en Toro, Zamora, su padre era secretario del Ayuntamiento de Toro. Perdió a su madre nada más nacer. De joven asiste a clases de dibujo en la Fundación González Allende, ubicada en la ciudad de Doña Elvira. En 1925 marcha a Madrid e inicia la carrera de arte, que compatibiliza con su asistencia al colegio San Luis de los Franceses En 1932 se le concede la Medalla de Artes Decorativas en la primera Exposición Nacional a la que se presenta, realizando al año siguiente su primera exposición individual en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. En 1934 comienza a impartir clases en la Real Academia de San Fernando. Al acabar la guerra civil española se instala en París, para volver a España, en este caso a su ciudad natal en 1943, año en el que fallece su padre. Cada vez más encerrada en sí misma, participa en algunas exposiciones, como la I Exposición Internacional de Pintura Abstracta, celebrada en Santander en 1958. Durante sus últimos años, alterna su residencia entre Toro y Madrid, ciudad en la que muere con 64 años. Una mujer delgada, vestida de negro, con el salvoconducto en la mano, un papel que luce bien visible la fecha –1937, Año de la Victoria–, atraviesa un lluvioso día de octubre la frontera de Irún camino de Francia. Adela Tejero, Delhy, una pintora formada en el academicismo de Romero de Torres y Moreno Carbonero, escapa de la miseria moral de un país en guerra. “Las maletas no se enfrían nunca para mí. Parece que en mi destino tengo siempre un equipaje a punto para escapar…”, escribe en su cuaderno. “No soporto la guerra, no resisto el ruido de la muerte que traen cada mañana los aviones. Y ahora España huele a sangre, a sangre y a mortaja. Ya no huele a naranjas ni a leche recién hervida... Una muchacha y una maleta como dos peregrinas, tirando una de otra… Pero me queda el consuelo de la pintura. Y para mí la pintura es la vida… Trabajaré hasta que me extenúe, hasta que se me adelgacen las fuerzas, tanto, que ya no pueda sostenerme ni sostener el pincel, pero entonces sería capaz de pintar mentalmente para que los dibujos sean ideales, para que nunca se puedan transportar hasta la miseria material de la tela o el muro”. Delhy Tejero, la pintora errante, la mujer que no se reconocía en ninguna corriente estética, que investigaba, buceaba en el surrealismo, en la abstracción, en el realismo, vuelve cien años después a la vida pública. Exposiciones en Zamora y en Madrid muestran lo mejor de una artista desconocida, expulsada de nuestra historia artística.



“Sentía una aversión instintiva al franquismo, no quería colaborar. Tenía la rebeldía del artista, pero podría haber sido la Ávalos del régimen”



“Delhy Tejero no fue  una exiliada moral del franquismo.



“Fue una mujer muy libre, pero la religión la destrozó y la guerra la rompió”, asegura su sobrina, María Dolores Vila, volcada desde hace tiempo en la tarea de rescatar del olvido la figura de Delhy. “Si yo no hubiera nacido en Toro…”, se lamenta la pintora en sus diarios. La ciudad zamorana la marcó a fuego. Allí vivió sus primeros años, entre curas y frailes –“el ámbito natural de mi abuelo eran los escolapios, los mercedarios; luego estaban las visitas al cementerio todos los domingos, para rezar ante la tumba de su madre. Era un ambiente muy restringido”–. Años después, las pinturas costumbristas de Delhy reflejarían esa sociedad, los trajes de las zamoranas ricas, el camino del cementerio, las tierras onduladas de Castilla.

En 1925, una jovencita Adela Tejero logra el permiso paterno y se traslada a Madrid. Las enseñanzas academicistas le inspiran terror: “Toda la vida estuvo contra mí la Escuela de San Fernando con un profesorado anticuado” –se refiere a Romero de Torres, Blanco Coris o Moreno Carbonero–. Acabada su formación, consigue una beca para ampliar estudios de pintura mural. Entra en la residencia de señoritas de María Maeztu, vinculada a la Residencia de Estudiantes. Las turbulencias políticas obligaban a las pupilas de la señora Maeztu a esconderse cuando cambiaba el Gobierno. La residencia repartía a las chicas por casas particulares, y a Delhy le tocaba habitualmente en casa de don Ramón del Valle-Inclán. Con su amiga Josefina Carabias ofrece sus dibujos a periódicos y revistas, y decora algunos establecimientos madrileños en un ostentoso estilo art déco, como, por ejemplo, la perfumería que tenían los padres de Rosario Nadal, la primera mujer de Cela, en los bajos del Palacio de la Música de la Gran Vía de Madrid.

En 1931 consigue la cátedra de Pintura Mural de la Escuela de Artes y Oficios, en Madrid. En uno de los rascacielos de la Gran Vía madrileña, el edificio de La Prensa, en la plaza del Callao, Delhy consigue un estudio propio (lo conservaría hasta su muerte, en 1968) y pinta los techos del cine instalado en los bajos del inmueble. Con dinero y amores, la artista decide pasar un verano africano. Es el año 1936. El 18 de julio emprende viaje de regreso a España desde Tetuán, donde las autoridades le indican que no puede volver a España porque ha estallado una revuelta militar. Escribe en su diario una frase absurda: “Qué lata, 400 kilómetros para nada”. Sola y sin dinero, pasa cerca de dos meses en Fez, hasta que a mediados de septiembre consigue volver a España desde Casablanca, por Lisboa, hasta Salamanca, donde, paradojas de su vida, la detienen por espía. Delhy Tejero, morena, guapa, libre y siempre solitaria, vestía de forma extravagante –ella misma se diseñaba los vestidos–, fumaba en boquilla, llevaba las uñas pintadas de un rabioso color azul marino y su aspecto era llamativo. Una mujer como ella, sola, en la plaza Mayor de Salamanca, la capital de un victorioso general Franco, un hervidero de militares y falangistas, a la fuerza había de despertar atención y comentarios. Mientras espera pacientemente la salida del coche de línea para Toro, se le acercan dos hombres de la policía secreta y le dicen que les acompañe discretamente y sin resistencia al Gobierno Civil. Cuando Delhy muestra su documentación, todo se vuelve más complicado. Procede de Casablanca. En su pasaporte consta que ha salido de Madrid y vuelve por Marruecos. Los militares no se creen que sea una señorita de Toro y la ponen a prueba: “¿Conoce usted a Jerónimo X…?”. “Sí, señor”, responde ella, “es tratante de cerdos y vive enfrente de mi casa de Toro”. Prueba superada. El gobernador civil es quien se encarga de llevarla en su coche hasta Toro.

Delhy se encuentra con los amigos de la juventud (Suevos, García Viñolas...) instalados en el nuevo régimen, mientras ella no puede volver a Madrid, ni a su estudio ni a su cátedra dotada por la República. Gracias a un amigo, le ofrecen un trabajo en Salamanca, posiblemente en la universidad, pero no soporta el clima franquista y se vuelve a Toro, donde trabaja como profesora de dibujo y le encargan la decoración del hotel Condestable, en Zamora. Pilar Primo de Rivera le pide que decore el castillo de la Mota. Se niega. “Tenía una especie de aversión instintiva al franquismo, aunque ella no era en absoluto roja; sólo republicana, que era en lo que se había formado. Pensaba que aquella guerra iba a durar poco y no se quería involucrar. Tenía la rebeldía del artista. Podría haber sido la Ávalos (el escultor que hizo el Valle de los Caídos) del régimen”, asegura su sobrina María Dolores Vila.

Cuando cobra el mural del condestable, pide permiso a la autoridad para viajar a Italia. Llega hasta Florencia, y allí trabaja y estudia la pintura mural. Pero aquel ambiente le parece provinciano. Ve de nuevo uniformes, camisas negras, y no lo soporta. Odia la Italia fascista. Errante otra vez, viaja a Nápoles, y a Capri. “Tengo que irme de los sitios para echarlos de menos”, escribe. Duda entre instalarse en América o en Francia. Opta finalmente por París.

Es el año de la Exposición Universal. Delhy se acerca a visitar el pabellón español –“me encontré con los artistas, hablé con ellos de nada, lo vi bien y estuve sufriendo por la pobre España”– y se presenta a Picasso (más de una vez lo recuerda en sus cuadernos y se lamenta de no haber fomentado su amistad). En la capital francesa toma contacto con lo que ella llama “los artistas de la miseria”, “los mediocres de San Fernando”. Y escribe: “Distingo con sólo verlos a los que son de derechas”. Se mueve entre exiliados y traba amistad con la pintora Remedios Varó y con Óscar Domínguez, quien la introduce en el surrealismo. Delhy Tejero se encuentra a gusto en París, con los ojos abiertos a las nuevas corrientes pictóricas. Participa en la gran exposición surrealista que organiza André Breton en febrero de 1938.

Vende algunas pinturas y retratos, y sobrevive con dificultad. Echa de menos a su familia y se refugia en su nuevo amor, un pintor italiano, Bianchi, quien la introduce en la Escuela Teosófica. Delhy reniega del surrealismo, borra sus huellas y su pintura se llena de motivos religiosos. En París se escuchan rumores de guerra. Los alemanes están a punto de pactar con el Gobierno de Vichy. Algunos amigos aconsejan a Delhy que se vaya de allí: “Con su aspecto de semita, se la llevarán enseguida...”, le advierten. Regresa a España, de donde ya no saldrá, el 28 de agosto de 1938.

La frescura de París se marchita en cuanto la pintora pone un pie en la ciudad zamorana de Toro. Se da de bruces con la realidad: compañeros muertos, en el exilio o instalados en el régimen franquista, y “Delhy no era ninguna heroína, sólo una exiliada moral, aunque sin convicciones políticas”. Regresa a Madrid y se encuentra con un expediente por haber abandonado sin permiso sus clases en la Escuela de Artes y Oficios. Los cuadernines en los que escribía sus pensamientos más íntimos se llenan en esa época de anotaciones desesperadas: “Desde pequeñita he sido vieja… Recuerdo estar triste y atormentada porque era vieja”.


Poco a poco, retoma su actividad y los encargos se suceden. Pinta iglesias (retablo de la iglesia del Plantío, en Madrid), cines, un comedor de auxilio social, gana el concurso para pintar el mural del Ayuntamiento de Zamora..., y en 1953 es la única pintora que participa en la exposición de arte abstracto de Santander junto a nombres de la vanguardia como Saura o Millares. La crítica la respeta. Camón Aznar o Lafuente Ferrari escriben maravillas de su pintura, pero Delhy Tejero siempre se queda a las puertas de algo. Le prometen premios que no le dan. En 1965, el Premio Nacional de Pintura se lo arrebata Daniel Vázquez Díaz. Se siente ninguneada. “Yo creo que les molestaba su independencia”, asegura María Dolores Vila.

La vida de Delhy Tejero entra en una espiral neurótica. Se oculta detrás de gafas negras, a lo Ava Gardner; se niega a que le hagan fotografías y, con tal de no decir su edad, niega entrevistas, citas…; lo que sea para preservar una coquetería enfermiza. “Cuando murió, en 1968, me hizo prometer que destruiría todos sus documentos donde aparecía su fecha de nacimiento”. Tenía 64 años . Décadas después le llegan los homenajes póstumos: exposiciones antológicas, conmemoración del centenario de su nacimiento, y   en Madrid una muestra de sus ilustraciones. Delhy Tejero, la pintora surrealista, informalista, figurativa, la mujer que tenía pena de su nombre, lo dejó escrito: “Cuando me muera, no me gustaría que me pusieran flores en mi tumba porque las raíces me llegarán a los ojos y me entrarán por la boca…”.

Texto de Maria Siguero.
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miércoles, 30 de mayo de 2012

Gritamos por nuestros derechos !




28 de Mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres 

No es un 28 de Mayo más. No es para mí la continuidad de la lucha. Hay un quiebre.

Me pasa aún más por el cuerpo.

Me pasa por la mente, por el corazón, por la sangre que me trasfundieron en el hospital hace seis meses después de haber interrumpido voluntariamente un embarazo y tener que ir a las corridas al hospital con hemorragia.

Me pasa por mis proyectos.

Me cae la ficha de que sin vida no hay pelea por salud.

Pienso en esa idea de muerte cercana, que me congela vértebra por vértebra.

Me pregunto qué tiene de progre un gobierno nacional y popular que expone cotidianamente a todas las mujeres a la vulnerabilidad, a la clandestinidad, a la desinformación.

Me pregunto si ser vanguardia en derechos humanos puede ser posible si las humanas estamos relegadas, si las humanas nos tenemos que joder por hacer lo prohibido, si las humanas podemos morir con la complicidad del Estado.

Me pregunto cuándo vamos a romper con el modelo androcéntrico que sobrevalora la vida de los varones y menosprecia la de las mujeres.

Este 28 de mayo se cumplen 6 meses desde el día que aborté. Experimenté en mi propio cuerpo la violación del Estado.

Legalizar esta práctica no está en la agenda del gobierno, según dijo la presidenta.

Me gustaría decirle que esa práctica está en la vida cotidiana de miles de mujeres, cada día, en cada pedazo del planeta.

Me gustaría decirle que la omisión es complicidad. La omisión es acción.

Me gustaría decirle que su agenda es la agenda de la muerte. Es una agenda misógina y patética.

No es un 28 de mayo más.

Es el 28 de mayo más cargado de rabia.

Es el día que quiero gritarle al mundo que la salud y la vida de las mujeres está gravemente amenazada. Quiero gritarle al mundo su complicidad.

Quiero gritarle también que las mujeres estamos de pie, luchando, resistiendo, accionando.

Mientras escribo estas palabras me pregunto por las mujeres que seguro estarán abortando en este momento.

Me convenzo de que esto tiene que parar.

El ataque a nuestra autonomía debe detenerse.

Rompamos el silencio y todo lo que sea necesario para dignificarnos.

Transitemos este día con la digna rabia necesaria para luchar por el aborto legal, seguro y gratuito para todas.

Mara Campanella.


Una respueta : 
Mara:
Te mando mis cariños , yo también aborté y me daba verguenza contarselo a mis amigas por miedo al reproche, me castigaban si era madre, me castigaban si abortaba, me sentí la peor de todas.. Ahora sé que hice lo correcto, en ese momento , no sabía.. Otra vez un abrazo !!!!
Dibujo de Violeta Doval Hernández 
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martes, 29 de mayo de 2012

Paquita Rubio o Juana Francisca


Juana Francisca Rubio (Paquita) casada con Jose Bardasano nace en Madrid el 27 de diciembre de 1911 , tiene una hija Maruja y un hijo Jose Luis. Fallece en la misma capital el 28 de enero de 2008 . Fue extraordinaria dibujante e ilustradora de gran personalidad y rica fantasía . Al llegar a Mexico con su marido ilustra e ilumina postales y christmas . Diseña para la moda y los productos de belleza de Sara Glein. Realiza diversas exposiciones. 


A Juana Francisca Rubio todos la conocían como Paquita. Esta pintora fue una de las dos únicas mujeres cartelistas en los años de la Guerra Civil, como recordaba un familiar. Paquita murió en su residencia de Madrid a los 96 años. Casada con el pintor José Bardasano, compartió con él los sinsabores de la contienda en Madrid. Allí nació su primera hija, con la cual tuvo que marchar a Valencia al mismo tiempo que el Gobierno republicano era evacuado. Pero cuando tuvo bien situada a su hija, entonces de tres años, se montó a hurtadillas en un camión de verduras y, rodeada de coles, volvió a la capital junto a su esposo.



Bardasano dirigía el taller La Gallofa de las Juventudes Socialistas Unificadas. Allí Paquita diseñaba sus carteles, mientras otras mujeres bordaban banderas republicanas, como recordó hace cuatro años en una entrevista para EL PAÍS. Tenía entonces 92, y sus carteles estaban expuestos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La muestra, organizada por la Fundación Pablo Iglesias, recogía la obra de otros cartelistas que ilustraron la propaganda durante la Guerra Civil. "Ninguno de los dos éramos cartelistas", recordó entonces Paquita refiriéndose a su esposo y ella, "pero pusimos nuestro arte al servicio de una causa que nos parecía justa". Bardasano intentó alistarse en las filas republicanas, pero las Juventudes Socialistas decidieron que se dedicara a la propaganda. "Estaban cayendo las bombas", recordó su esposa casi seis décadas después, "y ya estaba Pepe haciendo el cartel: Por aquí pasó la barbarie".


Al final de la guerra, Juana Francisca Rubio salió hacia Barcelona con su hija. Allí tomaron un tren hacia Francia, pero fue bombardeado y tuvieron que recorrer a pie la distancia que las separaba de la libertad. Bardasano tuvo menos suerte y terminó en el campo de concentración de la playa de Argeles Sur Mer. Pero Paquita, que ya estaba en París, movió allí sus influencias y consiguió que su esposo se reuniera con ellas. Poco después salieron todos en el buque Sinaia, fletado por el Gobierno de Lázaro Cárdenas para trasladar a los exiliados españoles a México. Allí estuvieron 20 años y nació su segundo hijo. Paquita se dedicó a la ilustración de libros para campañas de alfabetización. La familia regresa a España en 1960. Desde entonces se dedicó a su familia y siguió pintando, aunque en los últimos años sólo dibujaba "de vez en cuando".

LILA PÉREZ GIL 30 ENE 2008



Paquita Rubio, cartelista durante la Guerra Civil 


La pintora Juana Francisca Rubio relata sus recuerdos como cartelista en la Guerra Civil 



Juana Francisca Rubio, Paquita, ha sido una de las grandes ilustradoras españolas, aunque, por motivos que luego se explicarán, tuvo que trabajar demasiados años fuera de España. Descubrió que le gustaba el dibujo cuando era una niña y, a la salida del colegio, se fijaba en los carteles de Federico Ribas, que eran los que anunciaban los productos de Gal. Luego ella trataba de imitarle. También le gustaba Rafael Penagos y Méndez Bringa, que para ella, 'era un plato fuerte', según sus propias palabras. 'Hacía ilustraciones sobre la Primera Guerra Mundial, pero a mí me gustaban más los que eran más frívolos. Yo no pensaba en guerras, pensaba en cosas bonitas', relata Paquita mientras suspira. Suspira porque no muchos años después, esta artista que ahora tiene 92 vivía prácticamente encerrada en el taller del que salió una parte muy importante de los carteles que se pegaron por las calles durante la Guerra Civil. El taller se llamaba La Gallofa, pertenecía a las Juventudes Socialistas Unificadas (la agrupación que surge de la unión de las juventudes socialistas y comunistas) y al frente de él se encontraba el marido de Paquita, el también pintor José Bardasano. Muchos de aquellos carteles, incluido alguno de Paquita, se pueden ver estos días en una exposición que organiza la Fundación Pablo Iglesias en el Círculo de Bellas Artes.


No era muy normal que una mujer trabajara como cartelista. De hecho, en La Gallofa era la única, aunque lo que sí que había eran bordadoras dedicadas a hacer banderas. Porque en La Gallofa había todo tipo de artistas. 'Estaban los mejores artistas, dirigidos por Bardasano. Pepe consiguió reunir pintores, escultores, dibujantes, cinceladores, grabadores', recuerda. 

Cuenta Paquita que, al comenzar la guerra, que les pilló en Madrid, su marido se presentó en su regimiento como soldado. Pero las Juventudes Socialistas le reclamaron para que organizara la labor de propaganda. De hecho, Bardasano se convirtió en el comisario de ese área. 'Ninguno de los dos éramos cartelistas', cuenta Paquita, 'pero en aquel momento pusimos nuestro arte al servicio de una causa que nos parecía justa'. 

La actividad en La Gallofa era frenética. Se calcula que de ese taller salió un cartel al día durante toda la guerra. 'Trabajábamos noche y día. Incluso vivíamos en el taller. Según las bombas iban cayendo en las casas, la gente se metía donde podía', relata Paquita. 'Estaban cayendo las bombas, y ya estaba Pepe haciendo el cartel: Por aquí pasó la barbarie. Muchas veces, él los pintaba sobre la plancha'. Para entender la importancia que tenía esa propaganda entonces, hay que pensar que en aquel momento no había televisión ni radio. Los carteles servían para denunciar, para animar, para contar. Eran, en definitiva, un importante medio de comunicación. 'Decía Bardasano', cuenta Paquita, 'que los carteles eran como un puñetazo en un ojo'. 

En un primer momento, la sede del taller estaba en la Gran Vía. Y la imprenta, en la cuesta de San Vicente. 'Eran los talleres de la editorial Rivadeneyra. Cuando paraban de caer obuses, mi marido y yo bajábamos corriendo hasta la imprenta. Y para volver, también había que esperar otra pausa. Pero no teníamos miedo', explica la artista. Luego añade: 'Yo odiaba la guerra'. Más tarde, La Gallofa se trasladó al palacio March, un edificio pegado a la actual fundación que lleva ese nombre, en pleno barrio de Salamanca. En aquellos tiempos, se había convertido en la sede del Partido Comunista. Paquita estaba muy vinculada a una agrupación denominada la Unión de Muchachas, perteneciente a las Juventudes Socialistas Unificadas. Más tarde formó parte de la Unión de Mujeres Antifascistas, aunque ella puntualiza que 'no era de nada'. 'Odiaba esa guerra y sufría mucho'. La mayoría de los carteles que pintó entonces aludían a la mujer y su colaboración en la guerra. 

La Gallofa se trasladó a Valencia junto al Gobierno de la República. Allí fue también el matrimonio Bardasano que ya tenía una niña. Y de Valencia, a París. Ya había terminado la guerra. 'Tuvimos miedo. Además, todos nuestros carteles estaban firmados. Nos hubieran fusilado'. Paquita cruzó andando los Pirineos con su hija Maruja. Su marido estuvo preso en el campo de concentración de Argeles-sur-Mer, del que consiguió sacarle la propia Paquita a base de influencias. Y de Francia, la familia Bardasano se exilia en México. 'Si me dicen ahora que tengo que sufrir otro traslado, digo que no, que prefiero morirme', asegura Paquita. Luego añade: 'Nos decían que no deshiciéramos las maletas, que pronto volveríamos a España. Y estuvieron sin deshacer 20 años'. 
Exposición: 'Carteles de guerra' -Madrid, del 15 de enero al 27 de marzo de 2004 
Un puñetazo en un ojo 

El País | RITAMA MUÑOZ-ROJAS - Madrid 




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lunes, 28 de mayo de 2012

CAMPAÑA NACIONAL POR EL DERECHO AL ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO en Ciudad de Buenos Aires




28 de Mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres


Peatonal por la Salud de las Mujeres frente al Congreso de la Nación
Rivadavia entre Callao y Riobamba
Lunes 28 de Mayo de 2012 – De 16 a 20 hs
Música en Vivo – Performances – Intervenciones Urbanas – Radio Abierta

Por la aprobación del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) propuesto por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que integran más de 300 organizaciones de todo el país y apoyan con su firma más de 50 diputados/as nacionales de diferentes bloques políticos, autoridades universitarias, investigadores, sindicatos, profesionales, organizaciones de derechos humanos, estudiantes, organizaciones de mujeres, artistas.

¡NI UNA MUERTA MÁS POR ABORTO CLANDESTINO!


Porque 500 mil mujeres por año abortan clandestinamente en la Argentina.
Porque las 60.000 complicaciones derivadas de los abortos clandestinos llenan nuestros hospitales.
Porque el aborto peligroso y clandestino sigue siendo la mayor causa de mortalidad materna.
Porque elegir la maternidad es un derecho y no una obligación de las mujeres.
Porque tenemos derecho a la atención de nuestra salud durante toda nuestra vida, cuando parimos, y también cuando abortamos


Exigimos:

- Que se inicie sin dilaciones el debate parlamentario y la aprobación del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo hasta las 12 semanas de gestación presentado por tercera vez por la Campaña Nacional. (Ver Proyecto) <http://www.abortolegal.com.ar/?p=462> (Ver Video de Presentación en la HCDN)
- El respeto debido a la legislación sobre Abortos No Punibles, regulados en el art. 86 del Código Penal desde 1921, según lo establece el fallo del 13-04-2012 "F.A.L. s/Medida Autosatisfactiva" (Ver fallo CSJN)<http://www.csjn.gov.ar/om/img/f259.pdf> de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, máxima intérprete de la Constitución Nacional Argentina.
- La firma de la Resolución Ministerial para la Guía Técnica para la Atención de los Abortos No Punibles.
- La implementación de las políticas de salud necesarias para garantizar el ejercicio de los derechos adquiridos por la legislación vigente a todas las mujeres de todo el país.
- Basta de violencia contra las mujeres en los servicios de salud y en todos los ámbitos del Estado.
- Implementación efectiva de la Educación Sexual Integral en todas las escuelas.
- Acceso universal a los servicios del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable


Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito apoyamos las acciones por la salud de todas las mujeres y niñas, que desarrollen el conocimiento y la información sobre los derechos fundamentales de las personas a acceder a los métodos necesarios para sostener una vida digna y de desarrollo pleno.

Educación Sexual para Decidir

Anticonceptivos para no Abortar

Aborto legal para no Morir




http://www.derechoalaborto.com.ar -
http://abortolegalseguroygratuito.blogspot.com/ -
RIMA-lista* es un servicio gratuito de RIMA - Red Informativa de Mujeres de Argentina.
http://www.rimaweb.com.ar/
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domingo, 27 de mayo de 2012

Dolores Rodríguez de Tió escritora puertorriqueña





Es precisamente Dolores Rodríguez de Tió, una de esas personalidades tan excepcionalmente dotadas, por su singularidad riqueza, por su vigor tan entero, por su sensibilidad tan honda y variada, tan parecida a Santa Teresa y Sor Juana Inés de la Cruz, que dedicaremos esta investigación.



Escritora puertorriqueña nacida en San Germán, Puerto Rico, el 14 de septiembre de 1843, falleció el 10 de noviembre de 1924. Una de las figuras máximas del ámbito literario de Puerto Rico y con gran influencia en la política de nuestra isla. Su gran inspiración fue la libertad de su patria. Su nombre de pila fue Dolores Rodríguez de Astudillo Ponce de León.


Su personalidad se enmarca en la corriente del pensamiento liberal burgués que había comenzado a entronizarse desde la crisis de las sociedades feudales y había quedado establecido al menos en las bases de su núcleo conceptual con la Revolución Francesa y con la revolución industrial, dando paso al establecimiento de los estados modernos.

De la Revolución Francesa el pensamiento liberal asume sus postulados básicos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, como un conjunto conceptual que colma las aspiraciones románticas de muchos de sus exponentes.

De la revolución industrial asumen la necesidad de adoptar los adelantos propuestos por el desarrollo de la ciencia y la tecnología, como premisa indispensable en la esfera económica y social, para poder acceder al Estado moderno.

En este marco, la ilustración puede entenderse como uno de los instrumentos fundamentales de que se valen los centros de poder europeos para impulsar ese desarrollo y tratar de acceder a aquellos objetivos.


Lola Rodríguez de Tió es un resultado genuino de esta simbiosis que tipificó, sobre todo, la segunda mitad del siglo XVIII .

El retraso en el desarrollo cultural que padece Puerto Rico en esta etapa, con el tardío establecimiento de la imprenta y de los centros de estudios secundarios unido a los factores que se han analizado posibilita que Lola Rodríguez de Tió irrumpa en el contexto puertorriqueño como la primera figura intelectual y política de trascendencia en la Isla.

Es la primera figura intelectual de trascendencia. Puede considerarse a Lola como la primera figura femenina de importancia trascendente, porque los inflamados discursos de la feminista y anarcosindicalistas Luisa Capetillo (1879-1922) son cronológicamente posteriores.

Lola Rodríguez de Tió, por su parte, adquiere en Puerto Rico y fuera de él, sólido renombre literario que alcanza desde temprano (1876), con la publicación de su primer poemario, “Mis Cantares”, que se convierte en lo que hoy llamaríamos un best seller. Conocedora del relativo amparo legal que su prestigio literario le aporta, pone su talento y su fama al servicio de la causa independentista de su patria que abraza siendo adolescente.


Enamorada cuando apenas cuenta con trece años de edad, debe esperar los anhelados quince años, esa suerte de mayoría de edad femenina, para poder casarse. Su elegido es un hombre mucho mayor que ella, que se ha batido en duelo con un integrista, por sostener sin claudicaciones su posición separatista .Ya casados, el hogar de Lola Rodríguez de Tió y de su esposo don Bonocio Tió Segarra, se convierten en un centro de propaganda del ideal independentista, ajo la cobertura de la siempre concurrida tertulia literaria que Lola establece todas las noches en su casa y en la que acuden, en algún momento, la intelectualidad boricua, representantes de las heterogéneas tendencias del liberalismo, pero identificados con el denominador común de las ideas que auspicien el progreso social .

En el contexto, Lola apoya desde dentro, el estadillo del Grito de Lares, en estrecha comunicación epistolar con Ramón Emeterio Betances quien se ha visto obligado a organizar la revolución desde fuera, ya que había sido desterrado de Puerto Rico.

Lola le aporta a este primer estadillo revolucionario la letra de “La Borinqueña” Himno Nacional de Puerto Rico, que escribe la poetisa sobre la música, muy popular entonces, de esta danza que se convierte en símbolo de las aspiraciones independentistas del pueblo boricua, al extremo que una vez sofocada la insurrección de Lares, el gobierno colonial prohíbe no solo la letra revolucionaria, sino también la propia música de esta danza. Silvar o pitar como dicen los boricuas “La Borinqueña” deviene símbolo permanente de la rebeldía del pueblo puertorriqueño.

Su propaganda del ideal independentista la lleva, junto a su esposo, a ser deportada de su isla natal en dos oportunidades.

En su segundo destierro se establece en Nueva York, en 1896, y entra en contacto directo con la emigración revolucionaria que en la base de la masa que José Martí aglutinara en el Partido Revolucionario Cubano, alienta aun el ideal de independencia antillana que el maestro había enarbolado recogiendo una rica tradición solidaria en sintonía moral con el proyecto antillanista de Ramón Emeterio Betances. Para darle continuidad a ese ideal los emigrados de esa otra ala del pájaro común han constituido el 22 de diciembre de 1895, la sección Puerto Rico del PRC, que orienta su trabajo al logro de la independencia con el apoyo según el compromiso expresado en las Bases del Partido de los revolucionarios cubanos.

Desde su arriba Nueva York, Lola Rodríguez de Tió dedica, como antes lo había hecho en Cuba, su talento y su prestigio al servicio del ideal independentista .Así la vemos participar activamente en el primer club femenino que auspicia la Sección Puerto Rico, el club “Hermanas del Rius Rivera”. La presidenta de esta asociación revolucionaria femenina es Inocencia Martínez Santaella esposa de Sotero Figueroa, de larga experiencia en el trabajo político con los grupos femeninos de la emigración puertorriqueña. Lola Rodríguez de Tió funge como vicepresidenta .Este club, inaugurado el 8 de febrero de 1896, despliega múltiples iniciativas para auxiliar la guerra de Cuba y para recaudar fondos que alcancen afrontar el proyecto de invasión armada a Puerto Rico, que comandaría el general Juan Rius Rivera.


Esta firme voluntad ya se había expresado como detonante de sus deportaciones por su participación en la lucha del pueblo puertorriqueño por alcanzar su independencia. Después de la intervención de los Estados Unidos en la guerra de independencia que ya los mambises habían ganado en los campos de batalla de Cuba libre y después de la ocupación de su país, por las tropas del ejército estadounidense, Lola prefiere regresar a Cuba, su otra patria, y trabajar aquí por el desarrollo de la educación a través de su labor como inspectora de escuelas privadas.


En su último viaje a Puerto Rico, conocedora de toda la connotación simbólica que su figura evoca, rehuye con suma habilidad los intentos de manipulación que se le tienden desde las diversas tendencias políticas entre las que se debaten su “Isla Azul” y se esfuerza por erigirse en este signo de unidad que ayer, como a un hoy, es tan urgente en la realidad política de su patria natal.


(…) En mis brazos caben los puertorriqueños


Por su parte, el General José Lacret Morlot, después que se ve obligado a desistir de su plan de invasión armada a Puerto Rico, por no darse la condiciones para el éxito de la empresa, da rienda suelta a su contrariedad exclamando : “el único hombre dispuesto que encontré en Nueva York fue Lola Rodríguez Tió”

En 1898 en vísperas de la ocupación de Puerto Rico por parte del ejército de Estados Unidos, sus apelaciones debieron ser tan urgidas de dramatismo como las de Emeterio Betances, quien escribe a Juan G. Gómez desde su lecho de enfermo en París:

(…) ver a Henna, aconséjele, hable con Javier Cisneros, con Lola que está desesperada como yo. Yo quisiera ver a todos los puertorriqueños bien unidos, dándole al gobierno americano detalles positivos sobre nuestra situación, diciéndole lo que queremos realmente: la independencia sí ¡la conquista no!
Según Renee Méndez Capote en su libro “Memorias de una cubanita que nació con este siglo,” hace referencia a esta poetisa y su amistad con Manuel Sanguily y explica que era una mujer muy avanzada para su época, llevaba el pelo corto desde muy jovencita que en un acto de rebelión inaudito se lo había cortado, no le gustaban los aretes, los vestidos de colores claros, que escribió mucho y bueno, plantea además que no sabe realmente si sus versos son buenos o no, aunque considera que son buenos porque los oyó en su infancia.

Dice, además, que Lola la quería mucho y que el primer contacto directo de ella con el mundo intelectual se efectuó en casa de la Tió, que radicaba en la calle 4ta esquina 5ta, en la zona El Carmelo, en el Vedado de La Habana. De las siete alternativas de viviendas que tuvo después de su hogar paterno en San Germán, esta es, sin dudas, la residencia donde más a gusto vive, “su alero cubano” , como suele aludirlo La golondrina de las lomas. 4ta y 5ta es un estilo arquitectónico ecléctico, con grandes arcadas de medio punto, lucetas y persianerías que la inundan de luz y de brisa por los dos lados del ángulo que ocupa en esa esquina. Desde aquí se oía como en un lejano susurro el rompiente de las olas contra los arrecifes del malecón.


Plantea además Renee Méndez Capote que siempre la recibía con su larga bata criolla con una gran moña de cinta que contrastaba con su fea cabeza pelona, pero muy sensible e inteligente, amiga de Sanguily, enzarzados en discusiones demostrando ella, toda pasión por su desgraciada isla.

Queda viuda en 1905 y en 1910 es nombrada miembro de la academia de artes y letras de Cuba. En 1911 se hace socio bienhechor de la Sociedad de Beneficencia naturales de Galicia en La Habana.

En 1915 visita Puerto Rico donde fue acogida con gran júbilo, como un acontecimiento nacional y aquí, en La Habana, días antes de su muerte en plena lucidez, deja la clave para entender todo su pensamiento, todo el esfuerzo intelectual que ha puesto al servicio de sus dos Patrias, porque Lolísima no niega en bloque aspectos del desarrollo que pueden reportar utilidad para el progreso de nuestros pueblos, ni acepta la imposición de acondicionamientos que atenten contra el pleno ejercicio de la soberanía y la dignidad nacional. 

(…) admiro a los Estados Unidos, pero quiero que Cuba sea Cuba, creo a los Estados Unido a la cabeza de las naciones, deseo que ayuden a Cuba y Puerto Rico, pero que las ayuden hacer independiente, yo siempre estoy al lado de lo oprimido y el débil (…)

Muere el 10 de noviembre de 1924 en La Habana y sus restos descansan en la necrópolis de Colón.

Su legado, que refleja y transmite al proyecto revolucionario de Ramón Emeterio Betances y José Martí al cual no pudo conocer personalmente, mantiene hoy toda su frescura en medio de las muy diferentes realidades de las dos alas del pájaro común, que sigue latiendo en su gran corazón antillano.


Además de los versos de “La Borinqueña”, los cubanos la conocemos por los versos:

Cuba y Puerto Rico son

de un pájaro las dos alas,

reciben flores o balas

sobre un mismo corazón.


Se trata del poemario “Mi libro de Cuba”, (1893), específicamente del poema “A Cuba”. Son 10 décimas exquisitamente elaboradas en las cuales agradecen a Cuba por su acogida, la llama hermosa tierra de Tula y añora a su terruño natal, Puerto Rico, de alguna manera, una que otra vez, hemos recitado o escuchado estos melodiosos versos.


Escribió además “Mis cantares”, en 1876. “Mi ofrenda” (1880), trabajos literarios (1882), “Noche buena” (1887), “A mi patria en la muerte de Corchado” (1885), “Adiós a mi casita”, “A mi esposo ausente”, “Canto a Puerto Rico” , “Madrigal”, etc.


El año 1885 marca la publicación del segundo poemario de Lola Rodríguez de Tió: “Claros y Nieblas”, con prólogo de Carlos Peñaranda y juicio crítico de Cecilio Acosta, sobre la oda “La vuelta del pastor”.El libro, que cuenta con 333 páginas, resume hasta esos momentos su producción lírica.


Dedicado a su hija Patria, pregona la gozosa madurez de la poetisa, que se exhibe no solo en el fluido cauce de la verificación, sino en el dominio absoluto de lo poético, hay un balance equilibrado en lo temático y formal.

Este poemario proyecta una visión hondamente reflexiva sobre el tema lírico inagotable del amor en sus más elevadas manifestaciones: amor a Jesús y amor al hombre, su relación con la naturaleza, el amor del hombre y la mujer, con gran melodía en el verso más allá de sus acentos en sílabas métricas, de ahí el apelativo que la define como “La cantora de las lomas.”

Estas peculiaridades de su poesía hacen de Lola Rodríguez de Tió una gran figura de transición entre el neoclasicismo y el romanticismo que ya ha irrumpido con fuerza en la poética y al que corresponde enteramente su personalidad rebelde.


Lola es volitivamente neoclásica en la forma .Lo es no por un servil acatamiento de los patrones clásicos sino por su inusitada facilidad para la versificación y por su dominio maestro, más que de la lengua ,del ritmo interior de cada lexema, de la melodía de cada verso más allá de sus acentos en sílabas métricas.

En su formal neoclasicismo, expresa los contenidos predominantemente románticos que nutren su lírica, en los que se filtran tenues atisbos simbolistas y algunos ingenuos rejuegos conceptuales como este que utiliza en el último decasílabo de su Autógrafo. Aquí, Patria se asume como su Borinquen natal y como su hija única, Patria, a la que efectivamente, siempre lleva consigo en su corazón como a la Patria natal, pero también a su lado, bajo su amor y su protección tanto en Puerto Rico como en el destierro.


En general, en sus versos se aprecia una escasa presencia del fuerte “Yo” romántico, tan característico de esta escuela. En su lugar la poetisa reafirma su ego autonombrándose Lola a secas; Lola de su islita azul, Lola de Cuba, Lola de América y del mundo que llega a ser Lolísima.


En el juicio crítico de Cecilio Acosta que incluye esta edición, el miembro de la Real Academia Española de la lengua escribe en su valoración de la oda “La vuelta al pastor” lo siguiente:


…Lenguaje, estilo poético, dicción, imágenes, ritmo, pausas métricas pausas de sentido, pensamientos, epítetos, todo está en regla, en su oportunidad y en su puesto. 


Con la publicación de “Claros y nieblas” y el reconocimiento que obtiene de la crítica especializada, marca la consagración literaria de La Cantora.


Hay un predominio de la oda como expresión lírica, aunque el tono, según conviene al asunto, no adopta formas arrebatadas y grandilocuentes, sino de elevado sosiego espiritual .Entre ellas, como ejemplo del amor a Jesús aparecen: “La vuelta del pastor”, “A la Caridad” y “El arpa hebrea”.


Estas tres composiciones, según han señalado los críticos, emergen su profundo conocimiento e interiorización de los textos bíblicos tanto del Antiguo como el Nuevo Testamento.


El amor como gran tema de este poemario, parte de Dios en sus odas y en su vida, abarca en todas sus formas la amistad, el hogar, la familia que lo sustenta, el amor matrimonial de la pareja humana y desborda esta fuente primigenia en lo colectivo , en tanto que destinatario concreto del amor, que para Lola Rodríguez de Tió, en tanto que cristiana verdadera, nunca se traduce en un sentimiento contemplativo que pueda desentenderse de la lucha cotidiana del hombre por construir una sociedad mejor para todos. Por eso, adoptando el octosílabo, el popular metro de los cantares, escribe:

El pueblo es el sacerdote

que nos dice la verdad;

el dolor es su doctrina

y el sacrificio su altar.

Con ello se ratifica su voluntad de servicio a los intereses patrióticos a los que han consagrado su talento y su vida.

Esta poetisa en su estancia en Cuba, visitó Cárdenas en el año 1901 y fue amiga de la familia Joaquín de Rojas, así lo expresa en las cartas que mas tarde en 1902, le enviara al padre de los Rojas, haciendo énfasis en su simpática y amable familia que recuerda con mucho cariño y el envío además, de cuatro retratos suyos para Carlos María.

En su visita a Cárdenas, estuvo en el Museo y Biblioteca pública de esta ciudad el 12 de agosto de 1901, dejó plasmada su firma con su nombre y apellidos y anotó en el libro de autógrafos de la institución:

“Que mayor gloria para mi nombre que dejarlo impreso en esta página al amparo del progreso y de la libertad y protegerlo por la bandera de Cuba libre ”

En el lomo aparece en letras doradas el nombre de la autora. En la contra carátula puede verse también dorada un libro semiabierto sobre un arpa, rodeada de guirnaldas de flores­; todo ello enmarcado en cuatro líneas negras que forma un cuadro similar al que se halla en la carátula.


Según criterio de Josefina Toledo. Doctora en Ciencias Históricas, narradora y poeta, investigadora titular que hace justicia histórica a la figura de Dolores Rodríguez de Tió considera a esta poeta, como la voz trascendente en la lírica puertorriqueña del siglo XIX, personalidad integralmente armónica en la historia antillana e hispanoamericana, identificada con el ideal de independencia.


http://www.atenas.cult.cu/content/muestra-del-mes-sobre-dolores-rodr%C3%ADguez-de-ti%C3%B3-0

Delmis Martín
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sábado, 26 de mayo de 2012

Mónica Carranza activista social argentina



Asunción Dolores Carranza​ (Buenos Aires, 14 de febrero de 1946-ibídem- 28 de diciembre de 2009) fue una activista social argentina, principalmente reconocida por su labor en zonas carenciadas del sur de la ciudad de Buenos Aires. Fue la fundadora del Comedor "Los Carasucias" y recibió el premio "Mujer del Año" en 1997

 Un modelo de mujer 

Carranza se crió en la calle y padeció lo mismo que todos los que hoy se alojan en el hogar que ella misma fundó en 1996. Allí, gracias a esfuerzos personales (hipotecó su casa) y donaciones, dedicó su vida a asistir a gente de bajos recursos. En la actualidad, el hogar mantiene a cientos de familias y a más de 1500 chicos desnutridos y con otras enfermedades 

Mónica había nacido en parque Patricios (Argentina), tuvo once hermanos y vivió una infancia muy difícil. Durante años estuvo en un instituto hasta que escapó y vivió en la calle. Al casarse, decidió fundar el comedor comunitario "Los Carasucias". 

La dirigente social, , fue ejemplo de lucha y solidaridad y por esa razón fue elegida "mujer del año" en 1997. 

Pidió a su hijo "continuar la obra" que inició en 1990, cuando decidió entregar su vida a los chicos que sufren como ella sufrió en su infancia.
La noticia de su muerte, en el Día de los Santos Inocentes de 2009, causó gran congoja a sus familiares y colaboradores y, en especial, a los sesenta chicos que hoy se albergan en su casa, en el barrio porteño de Mataderos.

Roberto destacó que su madre nunca dejó de pelear y que "incluso sentía que iba a superar esta enfermedad. Era una mujer con mucha fuerza", aseguró.

Los que la conocieron de verdad valoran de ella su generosidad y su gran obsesión por suavizar la tristeza, aminorar el daño en una etapa en la que todo debería ser protección y amor.

Carranza sufrió en carne propia el alejamiento de su madre, una internación a temprana edad que la separó de sus hermanos -eran 11- y más tarde la vida en la calle, el hambre, la violencia, el encierro. Con todo, un día se le ocurrió ayudar a los pobres, pese a que ella también lo era.

Para eso debió salir a vender flores por la noche, o cambiarlas por alimentos, lo que le posibilitó sistematizar una ayuda solidaria: dar de comer a quienes necesitaban cubrir esa necesidad tan básica.

Con el tiempo, la noticia de que una mujer se ocupaba de alimentar y contener a los niños desprotegidos "contagió" a otros a colaborar y entonces Carranza pudo contar con más recursos para su obra.

'Mi mamá agradecía al periodismo porque la ayudó siempre. Estaba por inaugurar un nuevo comedor dentro de poco y nos pidió que continuemos con su obra', sostuvo hoy su hijo, al tiempo que agregó acerca de la enfermedad que sufría: 'La venía peleando hace mucho'.




EN 1997, MONICA FUE DISTINGUIDA CON LA ROSA DE ORO A LA MUJER TRABAJADORA EN EL CONGRESO.




FUNDACION LOS CARASUCIAS,

Relatar la historia de la fundación y de sus orígenes con el comedor Los Carasucias, no es más que revivir sentimientos y emociones.

Es casi imposible cuando se menciona a Los Carasucias, o a los pibes de la calle, dejar de hablar de MONICA CARRANZA.

Es una asociación casi natural, espontánea, tal vez porque aún hoy ninguna de sus heridas se han cerrado, y sigue sintiendo los mismos miedos, las mismas dudas, la misma incertidumbre que de la calle ha recogido.

El comedor Carasucias, tiene sus orígenes a comienzos de los 90, cuando Mónica le dio a dos chicos unos sandwichitos que fueron los andamios de una obra nacida con el color y el aroma de la lucha, del dolor que siente todo aquel que brega inmerso en la soledad. Esos pibes, que día tras día fueran muchísimos más de los pensados, nunca supieron que la misma mujer que les cocinaba, por las noches confeccionaba las flores que de día vendía o canjeaba por alimentos para sorprenderlos no solo con un plato de comida, sino con una sonrisa que reflejaba esperanza, con una palabra que los entendía y comprendía tal vez como nadie o como ninguna.

Con el tiempo la noticia de que una mujer daba de comer se comenzaba a difundir se comenzaba a producir el milagro. Muchísimas personas de todas partes se acercaban a traer alimentos, pero también se sumaban más y más Carasucias. Entonces Mónica decidió darles de comer en una plaza cercana hasta que un día, como para no dejarse vencer hipotecó su casa y alquiló un galpón. Inmenso, enorme donde hasta hoy comen las 2.500 familias, aparte de refuerzos alimentarios a más de 1.500 chicos desnutridos y enfermos de Sida, diabéticos, tuberculosis y otras enfermedades.

Las actividades que la fundación realiza desde 1996, fecha de su surgimiento civil como tal, aparte del comedor que data desde años anteriores son: talleres de capacitación laboral, fábricas que además de abastecer las necesidades propias de los hogares reinsertan laboralmente a pibes de la calle, campo de deportes, granja laboral, talleres de expresión, centro de documentación, bolsa de trabajo, revisación y atención médica, atención psicológica y ginecológica, seguimiento del embarazo y alimentación especial a niños desnutridos, entrega gratuita de medicamentosa personas carenciadas de Capital Federal y del gran Buenos Aires, sin dejar de atender casos del Interior del País.


Mientras la fundación crece, crecen sus ambiciones, sus sueños, sus anhelos que al cabo de un tiempo se verán reflejados en obras, hechos y acciones orientados a calmar el dolor de miles de personas que encuentran en la FUNDACIÓN LOS CARASUCIAS un lugar...su lugar, el que tal vez hacía mucho tiempo estaban buscando.

Para ayudar:

Carasucias - Cafayate 1976 - Mataderos - Capital Federal - Buenos Aires – ARGENTINA
Teléfono: +54 11 4687-9790 / 1872 / 1728 / 2231 - Telefax: +54 11 4686-272
www.carasucias.org.ar
loscarasucias@ciudad.com.ar 


Pero los "carasucias" eran cada vez más, lo que la obligó a darles de comer en una plaza cercana. Un día hipotecó su casa y alquiló un galpón donde actualmente comen 2.500 familias y reciben refuerzo alimentario más de 1.500 chicos desnutridos, con Sida, diabetes, tuberculosis y otras enfermedades.
Desde 1996, cuando "Los Carasucias" se convirtió en asociación civil, hay talleres de capacitación laboral, emprendimientos para chicos de la calle, campo de deportes, granja laboral, talleres de expresión, centro de documentación, bolsa de trabajo y otros servicios.

La fundación fue reconocida a nivel nacional y por los gobiernos de la ciudad de Buenos Aires
Ese mismo año, Mónica fue premiada con otros doce vecinos por el gobierno porteño, en ese momento a cargo de Fernando de la Rúa.
En 2001, León Gieco festejó sus 50 años con los chicos del comedor y brindó un emotivo recital ante unas 250 personas.
Después de los dos primeros temas, el popular cantautor se pegó en el pecho un cartelón con el número telefónico 4687-1728, en el que reciben donaciones para el comedor.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó, acompañada por la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, la ampliación de obras en el hogar Los Carasucias.

También en 2008 la comisión de la Mujer de la Legislatura porteña le rindió homenaje junto a otras 20 mujeres consideradas modelos de vida, que desfilaron "sin moldes ni patrones, contra los estereotipos de género".



http://edant.clarin.com/diario/2009/12/28/um/m-02109266.htm
http://necocheanews.com.ar/2009/12/29/a-los-63-aos-falleci-mnica-carranza-la-fundadora-del-comedor-los-carasucias/
http://www.vidapositiva.com/notaprint.asp?IdNota=6773&titulo=Muri%F3%20M%F3nica%20Carranza%20:%20Un%20modelo%20de%20mujer%20a%20Imitar
http://www.perfil.com/sociedad/Murio-Monica-Carranza-lider-de-Los-Carasucias-20091228-0014.html
https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%B3nica_Carranza
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viernes, 25 de mayo de 2012

Caddy Adzuba de República Democrática del Congo

La periodista, reivindica apoyo a medios extranjeros contra la violación de derechos en  la República Democrática del Congo   



Caddy Adzuba (Bukavu, 5 de abril de 1981) es una abogada, periodista, locutora y activista por los derechos de la mujer, la infancia y la libertad de prensa en el Congo. Desde su labor como periodista destaca su compromiso en la defensa de los derechos humanos y la construcción de la paz en uno de los conflictos más atroces del mundo. Caddy Adzuba ha denunciado la violencia que se ejerce contra las mujeres y la utilización de las niñas y niños como soldados. También ha defendido la libertad de expresión

La joven periodista congoleña Caddy Adzuba, galardonada con varios premios internacionales por su trabajo en favor de la libertad de prensa, se pregunta por qué los medios de comunicación occidentales no se preocupan por la situación de su país, un territorio devastado donde más de 300.000 mujeres, muchas de ellas niñas, son víctimas de violencia sexual a menudo brutal, donde la violación se ha convertido en arma de guerra y donde hombres armados queman las casas y arrebatan sus bienes a la población.


Los medios, según clama, se interesan por la primicia y no hacen seguimiento ni prestan atención a las consecuencias. Por eso se explica que la República Democrática del Congo (RDC) fuera noticia hace unos años, al inicio del conflicto armado que se desató en el 96, y hoy haya caído en el más absoluto olvido.

"No sé por qué. Esos mismos medios sí tienen interés por todo lo que ocurre en Oriente: Irak, Pakistán, Afganistán, Israel, Palestina... No llego a explicarme esta discriminación mediática. ¿Es que el África negra no es interesante? Sin embargo, nadie ignora que los medios influencian las decisiones políticas en el plano internacional. Nos falta el apoyo extranjero en nuestra lucha", implora.

Caddy Adzuba, comprometida en la defensa de los derechos humanos, y en especial de las mujeres y la infancia en materia de conflicto, participó  en el II Encuentro 'Mujeres que transforman el mundo', que se celebra en Segovia .

Lo hizo desde la distancia, a través de una videoconferencia desde su país, donde precisamente por su activismo le negaron el visado que le permitiría asistir a la entrevista con la periodista Mayte Carrasco, a la que se ha sumó la ex corresponsal Rosa María Calaf. "He aquí una vez de tantas en que los derechos de asistir libremente a encuentros para cambiar el mundo son violados por unos principios, no se sabe cuáles", lamenta en una entrevista con Europa Press esta joven, amenazada de muerte en otras ocasiones.

Adzuba trabaja en Okapi, radio de la Misión de Naciones Unidas, de renombre en África central, que ella utiliza como altavoz para denunciar "aquello que no va bien" y la incesante violación de los derechos de la mujer. Cada día se levanta para trabajar con, por y para la población en búsqueda de la paz y el respeto a la dignidad de las personas, no sólo de las féminas, "las primeras víctimas", sino también de los hombres, pues son muchos los que están siendo asesinados en ataques armados. Su oficina, dice, "son las calles, los pueblos castigados y los rincones peligrosos".

Desde la Asociación de Mujeres de Medios, sensibiliza además a la opinión sobre la violencia de género y lleva su alegato a las autoridades políticas nacionales para que se impliquen en el restablecimiento de los derechos de la mujer.

"La situación es preocupante. Aunque se desarrollan actividades con organizaciones feministas y sociedad civil, nada cambia, la violencia de género y los ataques sexuales continúan", asegura la congoleña, quien reconoce que, tras ratificar el Gobierno informes jurídicos sobre la protección de la mujer, en algún momento ha tenido la esperanza de que su labor diaria iba a ser el principio del cambio, pero que a la hora de la verdad, sobre el terreno, las féminas carecen de representación tanto en la vida política —menos del ocho por ciento ocupa un escaño en el Parlamento— como en los cargos directivos de las empresas.



La mujer, Fuerza de disuasión

En la antigua Zaire, como ella, muchas mujeres están realmente concienciadas del problema del género y la igualdad. Hay entidades creadas para esta lucha y las féminas se organizan para sensibilizar a la opinión nacional e internacional. En 2010, de hecho, la Marcha Mundial de las Mujeres se celebró allí, en Sud-Kivu, lo cual —dice Azduba— "es la prueba de que las congoleñas se movilizan para decir 'no' a la deplorable situación en la que se encuentra el 80 por ciento".

Sin embargo, según advierte, aún siete de cada diez mujeres no comprenden la situación que viven y piensan que no deben participar en la vida política.

"No comprenden que es a través de ellas que el cambio es posible en RDC. Las féminas son desde años violadas por militares y milicias extranjeras y el gobierno de hombres no ha cambiado nada, pero estamos convencidas de que una mujer que se haga con la confianza de la población será capaz de negociar la paz y el fin de la guerra", señala la periodista, quien se apena porque en el medio rural y ciertas intelectuales todavía "no son conscientes de esta estrategia".

Haciendo referencia al título del encuentro, Caddy Adzuba se aferra a la idea de que las mujeres bien podrían cambiar el mundo. "Sólo hace falta que se unan y se decidan a pasar a la acción. Es simplemente cuestión de reflexionar sobre estrategias comunes en África, Europa, América y Asia. Nosotras representamos una gran fuerza de disuasión e influencia que debemos saber capitalizar", exclama.

El encuentro con Adzuba, que se celebró en la Cárcel Centro de Creación, ha contado con la proyección del trabajo audiovisual 'PourQuoi?', de la artista española Ouka Leele. Producida por María Isabel Caparrós (Bettina), esta película de 19 minutos refleja la situación de la mujer en RDC a través del relato en primera persona de la joven congoleña.
EUROPA PRESS. 24.03.2012
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