Angélica Gorosdicher ( 28 de julio de 1928, Buenos Aires, Argentina-5 de febrero de 2022) personalidad destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Nos sumamos a tal reconocimiento!
La Legislatura porteña declaró Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a la escritora Angélica Gorodischer, por iniciativa de la diputada María Elena Naddeo (Frente Progresista y Popular).
*Fue homenajeada el 6 de agosto, a las 18 hs, en el Salón Montevideo de la Legislatura Porteña. Participarán del homenaje la escritora Manuela Fingueret y el editor Daniel Divinsky.*
Angélica Gorodischer es considerada una de las más importantes escritoras de ciencia ficción latinoamericana. Pionera en el género, en octubre de 2011 recibió en Estados Unidos el premio *California el World Fantasy Lifetime Achievement Award *(Premio Internacional a la Trayectoria en Narrativa Fantástica).
"Es un modelo de mujer. Ha hecho un aporte sustancial a la literatura argentina y además ha contribuido a visibilizar a las mujeres en la escritura", dijo la diputada Naddeo, presidenta de la Comisión Mujer
Infancia Adolescencia y Juventud, autora del proyecto de declaración.
Gorodischer acaba de publicar un nuevo libro *Las señoras de la calle Brenner*, que se suma a sus más de30, todos de narrativa (cuentos y novelas): *Cuentos con Soldados* (cuentos), 1965; *Opus Dos* (novela),1967; *Las Pelucas* (cuentos), 1968; *Bajo las Jubeas en Flor* (cuentos), 1973, 1978; *Casta Luna Electrónica* (cuentos), 1977; *Trafalgar *(cuentos), 1979, 1984 y 1986; *Kalpa Imperial* (novela), 1983, 1991, 2001; *Mala Noche y Parir Hembra *(cuentos), 1983, 1997; *Floreros de Alabastro, Alfombras de Bokhara* (novela), 1985, 1992, 2002; *Jugo de Mango* (novela), 1988; *Las Repúblicas* (cuentos), 1991; *Fábula de la Virgen y el Bombero *(novela), 1993; *Prodigios* (novela), 1994; *Técnicas de Supervivencia* (cuentos), 1994; *La Noche del Inocente* (novela), 1996; *Cómo Triunfar en laVida*(cuentos), 1998; *Menta *(cuentos), 2000; *Doquier* (novela), 2002; *Historia de mi
madre*(memoria), 2003; *Cien islas *(compilación de artículos y cuentos), 2004; *Tumba de jaguares*(novela), 2006;*Querido Amigo* (novela), 2006; *A la Tarde, Cuando Llueve* (ensayos), 2007
*Tres colores* (novela), 2008; *La Cámara Oscura* (cuentos), 2009; * Tirabuzón* (novela), 2011.
Gorodischer recibió gran cantidad de reconocimientos. Ha sido organizadora de los Encuentros Internacionales de Escritoras que se hacían en Rosario,el I en 1998, el II en 2000, el III en 2002 y suspendidos después por falta de subsidios.
En 1996 recibió el Premio Dignidad otorgado por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, en vista de su trabajo por los derechos de las mujeres. Y 1998, premio Bullrich otorgado por la SADE a la mejor novela del trienio escrita por una mujer.
Además de todo eso, dice que se las arregló para tener “un marido (el mismo desde hace 58 años), dos hijos, una nuera, una hija, un yerno, cinco nietos y una nieta, una casa, un jardín, amigas y amigos en el país y en el extranjero”.
Mi único método es el disparate
Fue la primera mujer en sembrar la ciencia ficción en Argentina. Inventó una combinación de misterio, humor y rigor narrativo que la convirtió en referente indiscutido de la literatura nacional. Invitada por Unicomix y por La Feria del Libro provincial, la autora rosarina relee su vida y obra. Una entrevista diferente, con una creadora que siempre sorprende.
Hay que llamar y esperar dos segundos para que te conteste con una exquisita boutade: “Estoy más loca que un timbre”. Y apenas una risa para que complete, locuaz, su presentación: “Lo que pasa es que, como escribo ficciones, parezco una señora respetable, ¿viste?”.
Si algo tiene Angélica Gorodischer además de una obra literaria vastísima y fascinante es la gracia chispeante de la conversación.
Que le digan que es un genio o que lo que escribe es una porquería, pero ¿se siente (como se le ha nombrado por allí) una escritora de género? “Y…los críticos pueden poner cualquier cosa”, suspira, “aunque si afirman que soy una genia estaría completamente de acuerdo”.
Porque para hablar de problemática de género, Gorodischer prefiere no poner en primer plano a la ficción sino remitir más bien a los ámbitos profesionales globales y locales, como el Congreso de Escritoras de Rosario o la red RELAT.
- Lo cierto es que cuando empezaste a escribir ciencia ficción, eras una de las raras mujeres en el terreno.
- ¡No había!, claro que después apareció Úrsula K. LeGuin. Por cierto, suelo decir que su traducción de mi libro… es muy superior al original.
Ella fue quien puso en obra la transgresión aparentemente inocente de abrir las costuras primero al policial (el que mezcló con recetarios de cocina y en el que ubicó a madres en el rol de detectives) y después a aquellos géneros considerados mayores (hibridándolos con todo tipo de discursos).
Pero su aventura de escribir (ése fue el título que la investigadora Graciela Aletta de Silvas le dio a su tesis sobre la autora) transitó con solvencia y humor lo maravilloso y lo fantástico. De hecho, no se puede obviar en la narrativa nacional de los 60/70 obras como “Opus2″, “Bajo Las jubeas en flor”, “Trafalgar” y ya en los 80, la premiada “Kalpa imperial”, una fantasía denunciante del poder totalitario.
- ¿Y Liliana Bodoc? ¿Qué te parece?
- Interesante, muy interesante. Igual, se encarga de subrayar que ya no está enamorada del género. Que la ciencia ficción, si bien tuvo grandes figuras, como el nunca bien estimado Philip K. Dick, ya agotó su maravilla.
- ¿Y qué te interesa por estos días?
- Creo que lo que dejó la ciencia ficción fue una huella. La posibilidad de imaginar disparates. Ni antes – ni ahora- me interesó escribir historias reales (para eso leo las noticias). A mí no me vengan con la realidad a secas pero sigo escribiendo cosas ‘no muy normales’.
Veamos: antes de que se edite su próxima novela, la autora rosarina viene a Mendoza a dar una charla en Unicomix (domingo a las 15.30) y a recibir un homenaje en la Feria del libro del Cuyum.
- ¿Y cómo te sientan los honores?
- Muy bien. Me lo merezco ¡qué tanto! Como se dice por ahí: ‘me lo he ganado trabajando’.
Al margen, cuenta que le acaban de dar un ‘Premio a la Trayectoria’ en Estados Unidos, de modo que pronto viajará a Nueva York.
- Entonces, imaginemos cuando estés transitando esa alfombra roja, entre los flashes, en cámara lenta, ¿qué momentos luminosos de tu carrera vas a evocar?
- Bueno, escribir ha sido siempre un momento luminoso. El resto son circunstancias. Sin embargo, creo que tengo muy presente la primera vez que alguien me publicó.
- Que fue…
- En la revista Vea y Lea (que ya no existe), ahí gané un premio por un relato policial. Un cuento que ha resistido el paso del tiempo. Curioso: no hace mucho lo volví a leer y dije ‘no está mal, resiste’.
- ¿Y cuál es su secreto?
- Que fue escrito cuando trabajaba como bibliotecaria, a deshoras, mientras los jefes no me veían. O a la noche, después de dormir a los chicos. Se llama “En verano, a la siesta, y con Martina”.
- ¿Fuiste una escritora precoz?
- Fui una lectora precoz. Pero comencé a escribir a los 30. Puede parecer una iniciación tardía, “pero es que primero me pasó la escuela que, como dice Shaw, fue el momento en que interrumpí mi educación”.
Y eso que su cursado en el Normal de Rosario fue tan intenso como inspirador. Claro que sabía más que las profesoras de Lengua. “Después te peleás con tus padres, te ponés de novia, te separás, te volvés a poner…y así”.
- Sí, sí, la vida…pero algo te hizo lanzarte.
- Es que tenía la urgencia, la necesidad. Es algo que puedo reconocer en seguida en los otros. Lo veo cuando coordino los grupos de reflexión (porque yo no doy talleres, ojo). De inmediato me doy cuenta quién es escritor y quién va porque quiere, no sé, a hacer algo.
Digo, sé quién es escritor (sin tener idea si será malo o bueno como tal) porque le veo la urgencia, eso de no poder hacer otra cosa hasta no terminar el relato, el poema, lo que sea.
- Pero además de esa ‘energía creativa’ hay un trabajo con la lengua, ¿qué búsquedas te parecen ahora más interesantes?
- Entre los autores de narrativa, creo que hay que leer con mucha atención a Liliana Heer (ver aparte). Sé que no es fácil, porque ella trabaja la lengua desde un cruce con el psicoanálisis, pero lo cierto es que los autores contemporáneos tienen que tenerla en cuenta.
La lengua de Gorodischer es, para ella, un artificio muy natural: nada literaria ni solemne. Acaso, el tono provenga de las lecturas de infancia, cuando se encerraba en la enorme biblioteca materna a leer a Borges y Balzac.
Niña solitaria, enemiga de las muñecas (“y de los maniquíes”), lectora compulsiva de libros para adultos “de los que no entendía ni jota”, fue creando de a poco su cuarto propio mental en el que se originó la escritora de mil mundos.
“A veces me preguntan ¿en qué me inspiro?, y esas cosas. Yo suelo interrumpir ahí con la frase de Picasso: ‘La inspiración me encuentra trabajando’”. Lo que asume, para sí, es una profunda tendencia al disparate como método de creación.
“Ah, sí, me encanta imaginar barbaridades”, dice volviendo al timbre inicial. Ese histrionismo que quizás oculta una timidez, una perplejidad indispensable para mirar, con amor y espanto, la otra cara de la cotidianeidad. Será por eso que la queremos tanto.
Mariana Guzzante
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