Traemos la carta enviada al ministro de Comunicación por el vídeo desafortunado que se realizo en la campaña Reacciona Ecuador para la prevención del alcohol con la mujer como protagonista . Nos sumamos a las y los firmantes de la carta y adjuntamos al final el vídeo mucho más generalista que se planteo con el hombre como sujeto . Por cierto el hombre termina tirado en la calle sin ser sujeto de violación u otro tipo de abuso por las mujeres . Reacciona Ecuador si , pero de forma respetuosa a las mujeres !
Quito, marzo 20 de 2013
Señor don
Fernando Alvarado Espinel
Secretario Nacional de Comunicación
Señor ministro:
Hemos visto con satisfacción que un spot televisivo que formaba parte de la campaña Reacciona Ecuador, para prevención del consumo excesivo de alcohol entre jóvenes, ha sido retirado tanto del canal en YouTube como de los canales de la televisión nacional.
Nos alegramos por ello y felicitamos la decisión tomada por la Secretaría que usted preside, con la cual ha demostrado que sabe responder favorablemente a peticiones que vienen de la ciudadanía que suele manifestarse por las redes sociales, particularmente.
Sin embargo, creemos necesario solicitarle al respecto, que desde ahora se tomen medidas para prevenir la producción y la difusión de propaganda gubernamental cuyos mensajes puedan prestarse a interpretaciones equivocadas o lecturas erróneas, nacidas de mensajes quizás involuntarios que responden a lógicas de una cultura patriarcal profunda e inconscientemente arraigada en hombres y mujeres, de la cual resultan, por razones obvias, expresiones tanto del lenguaje verbal y cotidiano como de productos comunicacionales con lenguajes más elaborados.
Somos mujeres adultas de edades diversas, que por conciencia y voluntad trabajamos y actuamos en el día a día, de diversas maneras, por el respeto a los derechos humanos de las mujeres y contra la violencia de género que, en sus variadas formas, se presenta en todos los espacios sociales. Somos partícipes, en la mayoría de los casos, de lo logrado desde la década de los años noventas para enfrentar esa violencia, por lo menos en el ámbito doméstico e intrafamiliar. La Ley 103 y las Comisarías de la Mujer son instrumentos que han contribuido, sin duda, a destapar un ignominioso problema social que afecta a siete de cada 10 mujeres en el país, como lo ha ratificado la encuesta del 2011, realizada por el INEC.
Pero ello no basta. Si bien se puede afirmar que la violencia contra las mujeres se incrementa también en época de violencia social generalizada, no se puede explicar por este hecho ni por la pobreza ni por la edad ni otras variables socioeconómicas. Se explica fundamentalmente por las relaciones de poder históricas que tratan de perpetuar relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres. A ello contribuye otro tipo de violencia, la simbólica, que se manifiesta, por ejemplo, en contenidos sexistas de mensajes, presentes tanto en algunos medios de comunicación, sobre todo en la televisión, como también en la publicidad y en imaginarios sociales dominantes, que se repiten en bocas de hombres y de mujeres.
Conocedoras y estudiosas del problema y sus causas, vimos con asombro cómo el spot televisivo, que formaba parte de la campaña mencionada, responsabilizaba implícitamente a las mujeres de la violencia que se puede ejercer contra nosotras como género. El mensaje de ese spot podía resumirse en que las mujeres que farrean, usan minifalda –lo cual resulta provocador para los pobres hombres-, se emborrachan, toman un taxi, son las únicas responsables de lo que les pueda ocurrir.
En síntesis, no es cuestión de no consumir alcohol sino de recluirse; sin contar con que los hombres, por su estado etílico, son exonerados de toda responsabilidad. De esta manera, lo que se hace es desplazar responsabilidades, desde una cultura de claro signo patriarcal, hacia las mujeres, sin considerar las permisividades que esa misma cultura da a los varones y las restricciones que impone a las mujeres. Entonces, doble estándar, doble moral, también en este ámbito.
El tema permite más argumentos. Por ahora, y en ánimo de prevención de nuevos mensajes sexistas, solicitamos que antes de emitir una de esas piezas de comunicación, se asesoren debidamente desde enfoques de género.
Estamos seguras de que muchas integrantes de AP y del Gobierno tienen condiciones, por experiencia, formación y militancia en los movimientos de mujeres, de prestar esa asesoría destinada a controlar la calidad en contenidos de futuras piezas de comunicación, a fin de evitar que por prevenir los efectos de un problema social, como es el alcoholismo entre jóvenes, se recrudezcan –aunque sea de manera sutil- los del otro tanto o más devastador, como es la violencia de género, siempre brutal y que cobra diariamente muchas víctimas de todas las edades y condiciones sociales, económicas, culturales, étnicas.
No queremos más karinas del pozo ni en Quito ni en el país. No queremos más mujeres ni jóvenes ni adultas asesinadas por el hecho de ser mujeres; no más mujeres violentadas en la familia, la calle, los establecimientos educativos o laborales, ni real ni simbólicamente. Por ello, confiamos en que tendremos en usted un oído receptivo a nuestra petición.
Le agradecemos por su atención. Saludos cordiales,