Tres realidades podrían ayudarnos a comprender mejor la situación de la mujer angoleña hoy: el impacto que sobre ella han tenido tres décadas de guerra con sus secuelas, los logros y los límites de sus luchas, y por último las políticas que las conciernen
Impacto de tres décadas de guerra y sus secuelas sobre las mujeres.
Las mujeres angoleñas sufrieron especialmente los efectos de la guerra y hoy sufren las secuelas graves que tantos años de violentos conflictos dejaron en el país.
Las mujeres sufrieron los efectos directos de la guerra que durante tantos años asoló Angola. Muchas de ellas murieron como resultado de los combates, no pocas fueron violadas por los combatientes de ambos bandos, otras perdieron a esposos e hijos u otras fueron secuestradas y convertidas en esposas de combatientes de la UNITA. Hecho que, al final de la contienda creó a estas mujeres un problema y el difícil dilema de abandonar a sus maridos y regresar a sus lugares de origen con el riesgo de ser rechazadas (1).
Durante los años de guerra la carga de trabajo de la mayoría de las mujeres aumentó al tener que realizar actividades que en tiempo de paz generalmente incumbían a los .hombres. Tuvieron que asumir totalmente la educación de los hijos y el sustento de la familia, por esta razón las que tenían que buscar alimentos en el campo estuvieron también más expuestos al perverso efecto de las minas enterradas en campos y caminos.
De un modo o de otro, las mujeres angoleñas participaron en la lucha de liberación y sufrieron sus efectos. A pesar de eso, el Memorando de Luena, por el que el gobierno acordó el desarme y la reintegración, dejó fuera de cualquier beneficio a los sectores más vulnerables de ellas: las viudas y esposas de la UNITA.
También las Asociaciones de mujeres fueron excluidas de poder participar de modo significativo en las negociaciones de paz y no pudieron jugar el papel que les correspondía para poner fin a la guerra.
Como señalan estudios recientes sobre el alto nivel de la violencia doméstica contra mujeres y niños en Angola, las secuelas de la guerra se manifiestan de un modo especial en la violencia de las que las mujeres son víctimas, ya que, 27 años de guerra han dejado marcas profundas en la sociedad. Para hacer frente a este problema, el Ministerio de la Familia elabora actualmente manuales para concienciar sobre la violencia y formar para solucionar, por medio del diálogo, problemas y situaciones que la crean. Estos manuales serán distribuidos en 2012 en lenguas vernáculas. Irán acompañados de talleres para favorecer el diálogo y la socialización no violenta. Otra de las secuelas de la guerra, unida a causas culturales y el índice de desarrollo inferior de las mujeres en relación a los varones. Esto se puede ver en un terreno tan sensible como es el de la educación, donde se aprecia la falta de igualdad de oportunidades, datos de UNICEF señalan que la tasa de alfabetización de varones de entre 15 y 24 años para el período 2005-2010 es del 81%; mientras que para las mujeres es del 66%.
Asociaciones de Mujeres: logros y límites
En los años 80, los esfuerzos de la Organización de Mujeres de Angola (OMA) consiguieron que se promulgara el Código de la familia, reconociendo las uniones consensuales como el matrimonio, la protección del derecho de los niños nacidos fuera del matrimonio y un reparto equitativo de tareas y responsabilidades dentro de la familia. Actualmente la OMA sigue siendo una referencia del movimiento de mujeres en Angola, aunque se le reprocha sus vínculos con el MPLA y no representar a las bases. Muchas mujeres han creado ONG independientes del partido, que responden mejor a las necesidades de las mujeres. Entre ellas hay que señalar una plataforma formada por mujeres de diferentes partidos y diferentes sectores sociales, que se han unido para luchar por la misma meta: Mujer, Paz y Desarrollo (MPD), trabaja para consolidar la paz y luchar contra la violencia contra la mujer. Pero se puede decir que a las ONG les falta capacidad y experiencia para responder a las enormes necesidades de muchas comunidades y tener objetivos a largo plazo. Como en muchos otros sitios, la mayoría de las iniciativas están fijadas e impulsadas por los donantes que implementan actividades a corto plazo o de regencia humanitaria, en detrimento de actividades de desarrollo a largo plazo.
Otro reproche que se hace a las ONG es que el liderazgo es ejercido a menudo por mujeres privilegiadas con vínculos con los partidos políticos. Y cuyos intereses están muy alejados de los de las mujeres de la base.
Derechos reconocidos difícilmente aplicados
La Constitución reconoce derechos a las mujeres que muchas veces no son aplicados. En una sociedad de estructuras patriarcales, el peso de la tradición patriarcal es muy fuerte y se mantiene. Por ejemplo, a pesar de las leyes modernas sobre la herencia, las viudas pueden quedar en situación vulnerable tras la muerte de la pareja. Corolina Cerqueira, miembro del Comité Nacional de la Organización de Mujeres de Angola (OMA) animaba recientemente a las mujeres a trabajar por los objetivos de la década de las mujeres y que los logros adquiridos no sean papel mojado.
Mujeres de Angola y Objetivos de la Década de la mujer.
Entre los objetivos de la Década de la mujer retenemos: la lucha contra pobreza, participación en las tomas de decisión, mortalidad materna.
En el Congreso de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) celebrado en Brasilia en abril de 2012, Genoveva Lino, ministra de la Familia y Promoción de la Mujer de Angola, habló de la necesidad de que las políticas de apoyo a las mujeres rurales tengan en cuenta la formación y la educación, junto a la concesión de micro créditos. Señaló lo importante que ha sido para las mujeres de Angola el haber conseguido una ley contra la violencia. Y el progreso realizado en cuanto a la participación de las mujeres en la toma de decisiones y en su inserción política. En efecto, el porcentaje de mujeres representadas en el Parlamento de Angola ha pasado en las últimas elecciones del 34 % al 40%. En el gobierno hay actualmente un 25% de mujeres. Los ministerios de Familia y Promoción de la Mujer, Justicia, Plan, Comercio Medio Ambiente, Ciencia y Tecnología y Cultura tienen están liderados por ellas. Es cierto que si se tiene en cuenta que las mujeres son el 54 % de la población de Angola, se podría decir que esta representación es insuficiente, aunque sea superior a la presencia de mujeres en órganos de poder en muchos otros países.
Uno de los objetivos que parece alejarse mucho de los de la Década es el que se refiere a la mortalidad materna Las mujeres de Angola tienen un promedio de siete hijos y un setenta por ciento dan a luz al primero cuando son adolescentes. Según datos de UNICEF, por cada 1000 partos mueren 17 mujeres (Unicef) promedio superior al del África subsahariana. Muchas futuras madres carecen de atención prenatal que incluye educación básica sobre SIDA, higiene y prevención de la malaria que produce anemia y mata a muchas embarazadas y a niños.
Las embarazadas continúan con sus duros trabajos hasta la hora del parto en el campo y cargando con los productos que venden en los mercados. Si tienen algún problema intentan ir a un centro de salud, pero muchas llegan demasiado tarde. La carencia de instalaciones sanitarias básicas, el mal estado de las carreteras y la presencia de minas sin detonan, en muchas de ellas, hace difícil el acceso a los pocas centros sanitarios que existen. El problema de la salud materna es acuciante, pero “los donantes le atribuyen menos importancia, por ejemplo, que a la lucha contra la mortalidad infantil, por lo que se teme que las autoridades hagan poco en beneficio de las embarazadas”… “Cuando las mujeres llegan a los hospitales, a menudo no hay nada que podamos hacer por ellas. Simplemente vienen a morir"(2)
Las mujeres de Angola se encuentran enfrentadas a grandes desafíos. En los pocos años que gozan de paz ya han conseguido importantes logros, pero ante ellas hay una gran tarea para conseguir igualdad de oportunidades, acercarse a los Objetivos del Milenio.
Mucho está en juego especialmente en el terreno de la educación, salud y la soberanía alimentaria. Las élites femeninas tienen una gran responsabilidad para que la igualdad de oportunidades haga disminuir la brecha que existe entre las condiciones de vida de las mujeres del campo y de la ciudad.
Hay que saludar los esfuerzos que se hacen en distintos campos de la sociedad: Desde hace unos años se viene poniendo cara y nombre a mujeres que “se han distinguido por haber colaborado de modo especial al bienestar de la nación en los dominios de la salud, educación, la comunicación el arte, la cultura…. En 2011 fueron así distinguidas 11 mujeres, según informaba Angol Press.
No quisiera terminar este pequeño artículo sin recordar todo lo que muchas religiosas llevan años haciendo por la promoción integral de la mujer en tiempos de guerra y en tiempos de paz. Miembros de los Comités de Solidaridad con África en informes de sus viajes a Angola lo han señalado en más de una ocasión.
, por Paquita Reche, mnsda
(1) Las mujeres en las secuelas del conflicto, Henda Ducados, Conciliation Ressourses, 2004.
(2) Maryse Ducloux, coordinadora de Médicos sin Fronteras belgas.Otras fuentes: diversas noticias de Algol Press de los años 2010-2012.
http://www.africafundacion.org/?article13188
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