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domingo, 3 de noviembre de 2013

Alaíde Foppa, pionera feminista, poetisa, docente.



Alaíde Foppa Falla (3 de diciembre de 1914, Barcelona, España - 19 de diciembre de 1980, Ciudad de Guatemala ) fue una poetisa, escritora, feminista, crítica de arte, profesora y traductora, de ascendencia guatemalteca por parte de madre y argentina por la vía paterna, quien vivió como exiliada en México, país donde se casó con Alfonso Solorzano, también guatemalteco, en donde nacieron tres de sus cinco hijos, y en donde escribió gran parte de su obra poética.


Vivió también en Argentina y en Italia habiendo estudiado historia del arte y letras. Durante su exilio en México fue docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México en la que ejerció la catédra de literatura italiana y de sociológia.
Antes de vivir en México, radicó en Guatemala durante los años cuarenta, adquiriendo la nacionalidad guatemalteca. En este país conoció al presidente Juan José Arévalo de quien tuvo su primer hijo, Julio Solórzano, que nació ya en México durante su exilio, y que fue reconocido por Alfonso Solorzano, razón por la cual lleva su apellido.
Fue una feminista activa que participó en defensa de los intereses de género. Fundó y colaboró en FEM, tal vez la primera revista semanal feminista de México. Colaboró también en el Foro de la Mujer, programa radiofónico transmitido por Radio Universidad durante varios años. Se integró activamente a la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión.
Como crítica de arte, durante su estancia en México, promovió la actividad de numerosas artistas plásticas que luchaban por avanzar en su medio profesional y lo hizo tanto por conducto del Instituto Nacional de Bellas Artes del que fue asesora como de la revista FEM.
Durante la década de los años setenta algunos de sus hijos se involucraron con la guerrilla guatemalteca, específicamente con el Ejército de los Pobres. Como resultado de su participación, dos de ellos fueron asesinados. La muerte de su esposo ocurrió también en esa época. La tristeza que tales eventos provocaron en Alaíde Foppa, la hicieron escribir algunas de sus poesías más sentidas.
Más tarde, en 1980, volvió a viajar a Guatemala para aclarar la muerte de sus hijos y renovar su pasaporte Guatemalteco vencido. El 19 de diciembre fue secuestrada por la G2 -sección de inteligencia del ejército de Guatemala- a plena luz del sol en la 9ª avenida de la Ciudad de Guatemala, desapareciendo sin dejar rastro. Se culpó al gobierno del general Fernando Romeo Lucas García de la desaparición y más tarde de su asesinato. Organismos internacionales y grupos de intelectuales de Francia, Estados Unidos y México exigieron que fuera regresada con vida, sin tener éxito en sus demandas. Muchos años después, su hijo mayor, Julio, quien vive en México, condujo una campaña, también de corte internacional, para tratar de encontrar sus restos y a los culpables de su muerte. Se dijo que los despojos de Alaíde Foppa habían finalmente aparecido en el cementerio de La Verbena, cerca de ciudad Guatemala.

Pionera en el feminismo, en 1976 fundó la revista Fem, tal vez la primera revista semanal feminista de México. Colaboró también en el Foro de la Mujer, programa radiofónico transmitido por Radio Universidad en México durante varios años y se integró activamente a la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión

También vive el compromiso desde su puesto de profesora de la UNAM donde ocupa la primera cátedra de sociología de la mujer en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. El curso fue llamado en principio: Sociología de las minorías. Según Elena Urrutia el término mujer habría aterrorizado a algunos.

"Desde esta tribuna Alaíde forma a varias generaciones de estudiantes en el pensamiento feminista. Como traductora, apoya la divulgación de artículos de autoras feministas como Simone de Beauvoir, Dacia Maraini y Gisele Halimi publicados en la revista Fem. El primer número sale un año después del año internacional de la mujer celebrado en México.

Alaíde saca adelante el proyecto editorial financiándolo con sus propios recursos u organizando subastas con las obras de sus amigos pintores: Corzas, Toledo, Cuevas, Ehrenberg, Rabel, Belkin para no recurrir a la publiciad compercial. El equipo de redacción se reúne en su casa cada semana, en las calles de Hortensia y Camelia en el barrio de la Florida.

Como crítica de arte, Alaíde incorpora el pensamiento feminista en este terreno: organiza exposiciones y convoca debates para discutir la posibilidad de "producir un arte feminista". En noviembre de 1977 organiza en el Museo de Arte Carrillo Gil una exposición de mujeres pintoras, escultoras, fotógrafas ceramistas para la cual escribe el catálogo de presentación.

Como crítica de arte, durante su estancia en México, promovió la actividad de numerosas artistas plásticas que luchaban por avanzar en su medio profesional y lo hizo tanto por conducto del Instituto Nacional de Bellas Artes del que fue asesora como de la revista Fem


Obra poética

Las palabras y el tiempo.
La sin ventura.
Elogio de mi cuerpo
Los dedos de mi mano.
Aunque es de noche.
Guirnalda de primavera.

“No se vale el olvido”
Entrevista con la hija de Alaíde Foppa

Silvia Solórzano Foppa estaba en un campamento guerrillero en Quiché cuando escuchó en un noticiero por radio que su madre había sido secuestrada. Nunca más supieron de ella. Este recuerdo hace que sus ojos se llenen de lágrimas una vez más.
¿Cuál fue su reacción al recibir la noticia en la radio?
Una gran angustia, un gran dolor. Además lo que significaba un desaparecido en ese periodo. Yo estaba en Quiché y la represión a esas alturas era cotidiana en las aldeas. Nunca me hice la expectativa de que iba a aparecer. Lo asumí muy pronto. Creo que eso me ayudó mucho.
¿La confirmación de que había muerto cuándo llegó?
Nunca. Aparece en todos los casos como desaparecida porque su cadáver nunca apareció. Eso es lo terrible de esta figura del secuestrado, del desaparecido. Me deshace el corazón cuando veo gente que tiene, todavía hoy, en 2005, la esperanza de que su hijo vive. Tienen una esperanza basada en quién sabe qué.
¿Ahora que han pasado 25 años cómo ve el sacrificio de su madre?
Siempre lo he visto como parte de todo lo que pasó en Guatemala, no lo veo aislado. Estoy convencida de que fue una lucha necesaria, justa, que dio algún logro, no lo que soñábamos, en medio de esa coyuntura del movimiento mundial. En Guatemala fue mucho más brutal que en cualquier otro país, de plano no era eso lo que buscábamos, no era esa reacción ni esos costos.
¿Cuando estaban viviendo en México se sentían mexicanos o exiliados guatemaltecos?
Nos movíamos en los dos mundos, porque en efecto el mundo del exilio guatemalteco era un poco el mundo de los amigos. Mi padre tuvo siempre una añoranza por volver a Guatemala. Mi madre siempre dijo que el exiliado era mi padre. Nosotros siempre vinimos a Guatemala en vacaciones de diciembre y enero. Manteníamos el vínculo, pero al mismo tiempo como jóvenes, como niños nos formamos en México.

Uno de sus poemas :

Ella se siente a veces...

Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.

http://catedraalaidefoppa.blogspot.com/
http://www.amediavoz.com/foppa.htm
http://diariodelgallo.wordpress.com/2008/02/18/alaide-foppa-biografia/
http://es.wikipedia.org/wiki/Ala%C3%ADde_Foppa

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