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jueves, 26 de diciembre de 2013

MUJERES INDÍGENAS SON ESENCIALES PARA EL DESARROLLO


Trabajo de las mujeres Waorani


Lideresas de todos continentes pidieron a los Estados se reconozca su rol como preservadoras de la biodiversidad del mundo. Estudio demuestra que, en el Perú, la falta de oportunidades y a la presión sobre los territorios las obliga a migrar a las ciudades.

En una conferencia de prensa realizada en el marco de la I Conferencia Global de Mujeres Indígenas, que se llevó a cabo del 28 al 30 de Octubre en la ciudad de Lima, representantes del Ártico, África, Asia y América, compartieron historias de violencia y de violación de sus derechos.

Ellas pidieron a los líderes políticos frenar la destrucción de los territorios ancestrales de sus pueblos, los cuales se encuentran sometidos a una gran presión para satisfacer la demanda global de alimentos, combustibles, minerales, empleos, y energía hidroeléctrica.

Durante esta conferencia, Fabiana Del Popolo, coautora del estudio Mujeres Indígenas en América Latina, e investigadora de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), presentó los resultados de la investigación más completa hasta el día de hoy sobre la situación de las mujeres indígenas en Latinoamérica.

En esta investigación se reportan avances significativos en la educación básica, pero no lo suficiente en la obtención de educación superior y se señala que las mujeres siguen siendo víctimas de las brechas en el acceso a los servicios de salud y empleo.

De acuerdo con esta investigadora, la carencia de oportunidades económicas y académicas en sus hogares natales, junto a la creciente demanda de recursos naturales por parte de la actividad minera, así como de otras industrias ligadas a los proyectos del desarrollo, han obligado a millones de mujeres a emigrar de sus territorios ancestrales hacia centros urbanos.

No obstante para la gran mayoría de ellas, esto no ha significado una mejora en sus condiciones de vida, sino todo lo contrario, han pasado a formar parte de las poblaciones más vulnerables en las ciudades de Latinoamérica. En el caso de Perú, por ejemplo, se estima que más de 3.2 millones de mujeres viven en centros urbanos.

“Estas mujeres están dejando sus hogares bajo la presión de los impactos de la minería, de la deforestación y los proyectos madereros, de la pobreza material, pero también dejan sus hogares porque están buscando más oportunidades de empleo y educación, tanto para ellas como para sus hijos, ” dijo Del Popolo.

“Y hay mejoras. En las zonas urbanas la mortalidad infantil es más baja, tienen más acceso a la educación y al agua potable, pero la discriminación que sufren en las ciudades sigue siendo grande. Además, los empleos que obtienen son de baja categoría y, a menudo no ofrecen ninguna protección social.

Las participantes en la conferencia expresaron que su meta en el corto plazo es influenciar las prioridades en las discusiones en torno al desarrollo en dos eventos de carácter mundial que se realizarán el próximo año en Nueva York – la Asamblea General de las Naciones Unidas, y la Conferencia Mundial de Pueblos indígenas, las cuales se realizarán en septiembre del 2014. A largo plazo sin embargo, el futuro del planeta sigue en juego.

“Las mujeres indígenas son esenciales para el bienestar económico de nuestras naciones,” expresó Vicky Tauli-Corpuz. “Nosotras garantizamos la seguridad alimentaria y la biodiversidad, así como el bienestar de nuestras familias y comunidades. Además podemos contribuir a la búsqueda global de soluciones para el desarrollo sostenible. Únicamente necesitamos ser escuchadas cuando las decisiones son tomadas.”

Aunque hay escasez de información respecto a lo que sucede en otras regiones del mundo, las participantes en la conferencia expresaron que los problemas identificados en Latinoamérica, son universales.

“El análisis cubre únicamente a Latinoamérica pero sabemos, a partir de las historias y relatos de mujeres participantes en este evento que estos problemas son universales,” explicó Myrna Cunningham durante la conferencia de prensa. Tanto ella como Del Popolo, estuvieron acompañadas de otras líderes indígenas, quienes contaron sus historias de vida para ejemplificar los hallazgos de la investigación.

Tal es el caso de la líder indígena peruana Tarcila Rivera Zea, fundadora y presidenta de CHIRAPAQ, una asociación que defiende los derechos indígenas, y quien acudió a la Conferencia para difundir sus experiencias. A la edad de diez años, ella fue forzada limpiar casas para poder sobrevivir, además le fue negado el acceso a la educación escolar. Algunos incluso, le dijeron que no valía la pena que se educara.

“Yo enfrenté racismo y discriminación, pero no permití que esto me frenara,” dijo Rivera Zea. “Hoy tengo una educación universal, pero no quiero que otras mujeres tengan que pasar por lo que yo pasé. Una buena educación es importante para cualquiera. Las mujeres no deberían tener que dejar su hogar para asegurar su futuro,” agregó.

Del Popolo destacó que la migración de mujeres puede significar un alto precio para la seguridad alimentaria de las comunidades, además también supone un alto riesgo para el mantenimiento de la biodiversidad de los cultivos. Esto es porque las mujeres indígenas son guardianas del conocimiento ancestral sobre la agricultura y tradiciones, conocimientos que pueden ser de gran ayuda para un mundo que lucha para hacer frente a los impactos del cambio climático.

“Esta relación con el territorio es un pre requisito para su identidad y el principio de su autodeterminación,” expresó Del Popolo. “Las mujeres indígenas tienen un rol determinante en la seguridad alimentaria de sus comunidades, y también en el mantenimiento de la biodiversidad de cultivos, lo cual beneficia a toda la humanidad,” agregó la investigadora.

La migración también puede exponer a las mujeres indígenas de Latinoamérica a nuevas formas de violencia, incluyendo la explotación sexual, sobre todo en un contexto en el que las industrias mineras y madereras están creando nuevas economías de enclave en los territorios indígenas. “Este patrón se está repitiendo en otros lugares del mundo,” dijo Tauli-Corpuz.

“Ante la presión de las fuerzas económicas modernas, sumada a la de los entes de los gobiernos, las mujeres indígenas han perdido sus derechos básicos a poseer y controlar sus tierras, territorios y recursos, haciendo que ellas sean altamente vulnerables a la explotación y tráfico sexual,” dijo Rivera Zea.

Al resumir los resultados del estudio del cual fue coautora, Fabiana del Popolo señaló que han habido avances en Latinoamérica que no se han visto en otras regiones, en particular en el acceso a la educación para las niñas y mujeres jóvenes, pero señaló que los esfuerzos para reducir las brechas en la implementación de los derechos de las personas indígenas, individuales y colectivos, han sido “insuficientes y limitados”.

Estos son algunos de los principales hallazgos de la investigación:

• El acceso a la educación por parte de las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de los pueblos indígenas ha mejorado. Datos recientes muestran que en Latinoamérica más del 90% de las niñas y niños indígenas están recibiendo algún tipo de educación. En el año 2000, aproximadamente la mitad de las niñas y niños en edades entre los 12 y 17 años no formaba parte de ningún sistema educativo, mientras que para el 2010, más del 70% reportó asistir a algún sistema educativo.

• En el caso de la educación superior, hay pocos avances. Entre el 2000 y el 2010, únicamente Costa Rica mostró avances significativos, duplicando la proporción de mujeres en el rango de edad de 18 a 22 años que recibió educación superior. No obstante, a pesar de la evolución del indicador, únicamente el 40% continuó con sus estudios.

• Aunque las tasas de fecundidad en los pueblos indígenas de América Latina en general, disminuyeron en la década pasado, varía la forma en que esto se ha dado en cada país. En algunos países, como Brasil y Panamá, el promedio de nacimientos entre mujeres indígenas continúa siendo el doble, en comparación con la cifra de nacimientos entre mujeres no indígenas. Sin embargo, con la excepción de Panamá, con sólo siete años de educación para las mujeres indígenas se cierra la brecha en la tasa de fecundidad casi completamente.

• Las adolescentes indígenas con 13 años de escolaridad tienen entre 8 y 10 veces menos probabilidad de dar a luz en comparación con las adolescentes indígenas sin educación. Sin embargo, el porcentaje de jóvenes madres, incluso para las jóvenes indígenas más educadas, sigue siendo superior a la de sus contrapartes no indígenas, lo que sugiere que la cultura sigue siendo un factor importante en la decisión de cuándo tener hijos.

• La información existente sugiere que las mujeres indígenas en Latinoamérica son más propensas a morir durante el parto, como durante el periodo de embarazo. En Perú el 23% de las mujeres son indígenas, y la mortalidad maternal en el 2009 era de 103 por cada 100,000 partos. No obstante esto varía en otras regiones, por ejemplo en Puno, en donde la gran mayoría de la población es indígena (Aymara y Quechua), la mortalidad maternal llega al 47%. Mientras que un estudio realizado en Honduras mostró un 25% de mortalidad maternal entre las mujeres indígenas, mientras que en 2011, un informe de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala, mostró una tasa de mortalidad maternal tres veces mayor en las mujeres indígenas, que en las mujeres no indígenas.

“El resultado final es que las mujeres indígenas continúan siendo invisibles para la sociedad,” dijo Del Popolo. “Respetar y garantizar los derechos de las mujeres y pueblos indígenas es una condición necesaria en el avance hacia la igualdad que persigue nuestra región y merece la atención urgente de los estados.”
 I Conferencia Global de Mujeres Indígenas
Lima, 6 de Noviembre del 2013

Para mayor información sobre la Conferencia Global de Mujeres Indígenas visite www.mujerindigena.com
http://www.fire.or.cr/index.php/noticias-todas/noticias-2013/685-mujeres-indigenas-son-esenciales-para-el-desarrollo-economico

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