Teresa De Lauretis (Bolonia, 19 de noviembre de 1938) es una teórica feminista postestructuralista que ha realizado importantes contribuciones a los estudios de género, queer, cinematográficos así como al psicoanálisis.
Doctora en Modern Languages and Literatures por Universidad de Bocconi (Milan-Italia) En 1985 ingresó como docente de posgrado en el prestigioso Departamento de History of Consciousness en la University of California, Santa Cruz. Departamento del que han sobresalidos intelectuales como Hayden White, Donna Haraway, Angela Davis y James Clifford. Allí ha recibido la distinción máxima de Distinguished Professor Emerita. Ha sido Profesora Visitante en universidades de Canadá, Alemania, Italia, Suecia, Austria, Francia, España, Países Bajos, así como de varias pertenecientes a Estados Unidos, entre otras. Ha obtenido el Doctorado Honoris Causa por Lund University en 2005.
Autora de más de cien ensayos y numerosos libros, incluidos en varias antologías y traducidos a dieciséis idiomas, de Lauretis ha escrito sobre semiótica, psicoanálisis, cine, literatura, género y teoría feminista tanto en inglés como en italiano. Sus libros más destacados se centran en la representación cinematográfica de las mujeres así como también en el psicoanálisis. De Lauretis es editora desde 1986 de la prestigiosa revista 'Feminist Studies/Critical Studies', desde donde ha impulsado un feminismo radical con una nueva lectura de la sociedad.
Fue la primera persona en utilizar el término "teoría Queer" para acentuar las discontinuidades con los estudios gays y lesbianos; pero lo abandonó por juzgar que la palabra 'queer' había sido adueñada por prácticas teóricas e incluso mercadológicas que la vaciaron de su contenido político. Producto del encuentro del feminismo con Michel Foucault, y en el contexto de los efervescentes debates entre constructivistas y esencialistas durante los años ´80, De Lauretis irrumpirá con categorías que trazaran un antes y después en la teoría feminista tal es el caso de 'sujetos excéntricos' y el de 'tecnologías del género', abriendo espacio a nuevos universos de conocimientos y agenciamientos políticos
Teresa de Lauretis: Diferencias. Etapas de un camino a través del feminismo, Madrid, Horas y horas, Cuadernos inacabados n. 35, 2000, trad. de María Echániz Sans.
Cada mujer construye a partir de sí misma su propio itinerario feminista, su propia manera de estar para el feminismo y dentro del feminismo. De las diferencias y divisiones que pueden existir dentro de un mismo camino como de las que existen entre uno y los otros miles posibles recorridos, nos habla esta interesantísima recopilación de ensayos, escritos entre 1986 y 1996 por Teresa de Lauretis, una de las teóricas más audaces del pensamiento feminista contemporáneo.
La necesidad de valorar las diferencias es -como precisa la autora- una vez más una necesidad política porque “son precisamente las diferencias internas a cada una de nosotras, si tomamos conciencias de ellas, si las admitimos y las aceptamos, las que nos permiten entender y aceptar las diferencias internas a las otras mujeres y así, quizás, perseguir un proyecto político común de conocimiento e intervención en el mundo” (p.8).
En estos ensayos Teresa de Lauretis, además de reconstruir, como promete en el prólogo, su “recorrido intelectual, personal y político a través del feminismo”, evoca y entrecruza las propuestas teóricas y políticas, las reflexiones personales y los debates colectivos, las dudas metodológicas y las aportaciones críticas que constituyen el urdimbre y la trama del pensamiento feminista de los últimos veinte años.
A este cuadro vívido de la “pasión intelectual” (según la espléndida definición de Rosi Braidotti) que ha animado el trabajo teórico de las mujeres se añade un riguroso examen crítico de cómo la difusión del feminismo ha conllevado una multiplicación de enfoques analíticos y, por ello, una mayor atención no sólo a la diferencia sexual, sino a todas las diferencias que existen entre las mujeres -diferencia de clase, raza y orientación sexual, para mencionar las más relevantes- y dentro de una misma mujer, o sea aquellas “grandes diferencias […] que inciden imprescindiblemente en la misma diferencia sexual, es decir, en el modo en que cada una de nosotras vive la propia condición de sujeto sexuado y generado mujer” (pp. 7-8).
Y es a partir de mujeres muy distintas que de Lauretis ha construido su itinerario de mujer y de investigadora universitaria, su “genealogía feminista”, como la llama en el ensayo que abre esta recopilación, una genealogía “discontinua y evasiva, reconstruida día a día” (p. 29). En ella las palabras y los trabajos de Emily Dickinson, Audre Lorde, Virginia Woolf, Alice Walker, entre otras, iluminan historias pasadas y guían hacia pensamientos y escrituras futuras unidas por una tenaz voluntad de “perseguir estrategias de discurso que
otorguen voces al silencio de las mujeres dentro, a través, contra, por encima, por debajo y más allá del lenguaje de los hombres” (p. 18).
El segundo ensayo recogido es el capítulo introductorio al quizás más famoso texto de Teresa de Lauretis: Technologies of Gender. Essays in Theory, Film and Fiction (1987), donde la autora formula su propuesta de “sujeto del feminismo” entendido como “un sujeto en proceso de definición o de concepción […] un sujeto que está al mismo tiempo dentro y fuera de la ideología del género y es consciente de ello” (p. 44). Si esta posición es posible es gracias a los discursos acerca del género, la reescritura de los relatos culturales, la creación de nuevos espacios de discurso que, explica de Lauretis, permiten al sujeto del feminismo poseer “una visión desde ‘otro lugar’” (p. 62). Un “otro lugar” que es el “otro lugar” del discurso “aquí y ahora, el punto ciego, el fuera de campo de sus representaciones” y que está constituido por todos aquellos “espacios a los márgenes de los discursos dominantes, espacios sociales enclavados en los intersticios de las instituciones, en las fisuras y grietas de los aparatos de poder-saber” (p. 62).
Sobre la teoría de un sujeto excéntrico, “móvil y multiple”, que sabe vivir “entre la negatividad crítica de su teoría y la positividad afirmativa de su política” (p. 64) se articula también otro ensayo de esta recopilación (“Sujetos excéntricos”). El sujeto excéntrico es un sujeto móvil tanto en sentido político como personal; un sujeto que atraviesa “los límites entre identidad y comunidad socio-sexual, entre cuerpos y discursos” (p. 146) y que “ocupa posiciones múltiples, […] atravesado por discursos y práticas que pueden ser -y a menudo lo son- recíprocamente contradictorios” (p. 137). Un vez más es un sujeto que no puede ser inmune o externo al género, pero si autocritico distanciado, irónico, excedente-excentrico
Desde su excentricidad el sujeto del feminismo puede y debe contemplar todas las diferencias existentes dentro del feminismo en su doble presencia: como diferencias que existen dentro del pensamiento feminista y como divisiones que pertenecen a una misma subjetividad. Estas diferencias, como de Lauretis subraya en el ensayo “El feminismo y sus diferencias”, no sólo existen sino que han sido muchas veces serias y abundandes. Entre “las más serias” la autora destaca las diferencias de raza y de sexualidad; no menos relevantes son, sin embargo, las diferencias de clase, étnicas, lingüísticas y culturales, las diferencias metodológicas, generacionales, geográficas (p. 72). Es a partir del debate acerca de estas diferencias que se origina en los años 70 en Estados Unidos el enfrentamiento entre feminismo académico y activismo político, así como la oposición entre feminismo “blanco” u “occidental” y “feminismo tercermundista estadounidense” de donde surge el término “mujer de color” (término teórico además de político, precisa la autora) y cuya crítica se dirige principalmente hacia las feministas blancas “mucho más que hacia las estructuras del poder patriarcal o los hombres de color” (p. 76). Y es siempre a partir de la valoración de estas diferencias que en los años 80 se desarrolla el debate entre feministas pro-sexo y movimiento anti-pornográfico, así como el debate lesbiano sobre el sadomasoquismo que se traducirá en la polarización entre “el lesbianismo radical S/M (sado/masoquista) y el feminismo lesbiano” (p. 77).
Y sobre la visibilidad/invisibilidad de la mujer lesbiana como sujeto social se centra el ensayo “Diferencia e indiferencia sexual”. Según de Lauretis “es a través del feminismo que la identidad lesbiana puede ser asumida, hacerse discurso y articularse en concepto político” (p. 79) y es a través del feminismo que se deben examinar y verificar los límites del concepto de diferencia sexual confrontándolo con otras diferencias, no necesariamente sexuales, y con la sexualidad misma (p. 80). De Lauretis analiza, por ello, algunos textos narrativos y ensayos teóricos donde escritoras, críticas y artistas lesbianas “han buscado de diversas formas huir de la definición cultural de los roles sexuales, negándola, trascendiéndola, o representándola por exceso, y de re-inscribir lo erótico en formas expresivas (cifradas, alegóricas, realistas, camp, etc.) que sean capaces de permitir una representación lesbiana de la relación […] entre cuerpo y lenguaje” (p. 85). Entre ellas,cabe destacar, Gertrude Stein, Radclyffe Hall, Gayle Rubin, Catherine MacKinnon, AudreLorde, Monique Wittig.
“Irreductibilidad del deseo y conocimiento del límite”, el ensayo que cierra esta recopilación, se centra sobre algunos conceptos y términos claves de la historia del pensamiento feminista y lesbiano: género y diferencia sexual, identidad y política,sexualidad y deseo. Al poner en relación identidad y política, de Lauretis se pregunta “¿por qué será a veces tan difícil entenderse sobre lo que puede constituir un proyecto político
común? ¿Será inevitable que la exigencia de reconocimiento expresada en términos de identidad conduzca forzosamente a una política de identidad?” (p. 158). ¿Coincide la subjetividad con la identidad política? Tal vez, sugiere Teresa de Lauretis, habría que tener en cuenta y reconocer la irreductibilidad y “refractariedad del deseo” (p. 163), o sea aquella dimensión de la subjetividad que “no proporciona identidad sino división” (p. 163). Aceptar “la refractariedad del deseo” permite entender cómo los fantasmas, la experiencia, el saber de un cuerpo, las cargas narcisistas y pulsionales pueden a veces “contrastar con la voluntad política y oponer resistencia a la misma comprensión conceptual” (p. 163). Contestando a la propuesta de Lia Cigarini sobre una política del deseo, de Lauretis reafirma el sentido psicoanalítico del deseo “como límite interno del yo” (p. 167) y como “cociente de negatividad que permanece activo en la experiencia de todo sujeto sexuado” (p. 168). A partir de este reconocimiento de Lauretis propone “volver a pensar la subjetividad femenina teniendo en cuenta qué prácticas comporta y qué necesidades sostiene el deseo cuando obra desde un cuerpo de mujer” (p. 168). Una invitación que el pensamiento feminista no puede ni debe desatender si quiere elaborar un proyecto político capaz contemplar mujeres distintas y atravesadas por múltiples diferencias.
Annalisa Mirizio
Centre Dona i Literatura
http://www.teresadelauretis.com/Home.html
http://revistes.ub.edu/index.php/lectora/article/viewFile/7035/8842
http://es.wikipedia.org/wiki/Teresa_de_Lauretis
http://www.iupress.indiana.edu/index.php?cPath=1037_3130_3143
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