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viernes, 23 de mayo de 2014

Carmen Argibay


Carmen María Argibay (Buenos Aires, 15 de junio de 1939 - Buenos Aires, 10 de mayo de 2014 ) fue una ministra de la Corte Suprema de Justicia de Argentina. Se definía como atea militante, entendiendo que el término "militante" hacía referencia a la honestidad a sus creencias, no por imposición de estas. Con relación al tema del aborto, mantuvo una posición tomada en favor de su despenalización. Debido a estas posturas, fue objeto de crítica por ciertos sectores de la sociedad. En el año 2008 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito como una de las 5 Jueces más destacadas de la década en la Argentina.

Argibay estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, y se recibió de abogada el 11 de junio de 1964. Trabajó en varios juzgados públicos y enseñó Derecho en muchas universidades, hasta 1976. El 24 de marzo de dicho año, el golpe de estado dio origen a la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. La junta militar la arrestó, sin tener cargos en su contra, y la mantuvo en prisión hasta el mes de diciembre. Luego de obtener su libertad se dedicó a la práctica privada de la abogacía.

Ya durante el gobierno democrático de Raúl Alfonsín, el 7 de junio de 1984, fue nombrada jueza. Fue ascendida en 1988 y, nuevamente, en 1993. Se jubiló el 1 de enero de 2002.

Argibay es integrante de la Asociación Internacional de Derecho Penal, y miembro fundadora de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, organización que presidió desde 1998 hasta 2000. También fundó la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina.

Formó parte del Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el Enjuiciamiento de la Esclavitud Sexual, que condenara en diciembre de 2000 al ejército japonés por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, donde se sometieron mujeres de distintos países a la esclavitud sexual.

En junio de 2001 fue nombrada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como jueza ad litem en el Tribunal Criminal Internacional que juzga crímenes de guerra en la ex Yugoslavia (ICTY por sus siglas en inglés)

Argibay fue una de las primeras personas designadas para formar parte de la Corte Suprema cuando el presidente Néstor Kirchner tomó la decisión política de llevar a cabo una renovación en dicho tribunal. Fue propuesta por el presidente, debido a la consideración que se tenía de ella en el ámbito internacional, el 30 de diciembre de 2003. El Senado de la Nación Argentina aprobó su designación el 7 de julio de 2004. Algunos miembros de este cuerpo, en parte presionados por los obispos de sus respectivas provincias, presentaron resistencia a su designación, por su condición de atea y su posición a favor del aborto . Se convirtió en miembro de la Corte el día 3 de febrero de 2005, una vez que hubo terminado sus deberes en la ICTY. Fue la primera mujer en ser nominada por un gobierno democrático para integrar el más alto tribunal de justicia de Argentina (Elena Highton, la segunda, fue nominada después pero ingresó a la Corte antes). La primera mujer designada ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación fue Margarita Arguas. Ejerció el cargo entre octubre de 1970 y mayo de 1973, pero su designación fue hecha por el Gral. Levingston, un presidente de facto y obviamente sin seguirse los mecanismos constitucionales.

La nominación de Argibay tuvo una dura resistencia de algunos sectores de la sociedad, particularmente la parte más conservadora de la Iglesia católica, luego de que declarara que se hallaba políticamente más cerca de la izquierda que de la derecha, que era una atea militante, y que apoyaba el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. A esos sectores, Argibay les respondió:

Creo que decir de frente lo que uno es o piensa revela honestidad, que es el primer paso para la ecuanimidad. Mis creencias no deben interferir en las decisiones judiciales que tome.
Argibay fue una defensora de los derechos de las mujeres y se destacó por realizar proyectos en contra de la trata de las mujeres y se declaró a favor de métodos anticonceptivos para evitar abortos y embarazos no deseados. También fundamentó que debe crearse una política de enseñanza sexual en las escuelas. En 2007, la jueza Carmen Argibay obtuvo el Premio de Justicia Gruber (conjuntamente, con el juez chileno Carlos Cerda y la abogada internacional peruana Mónica Feria Tinta) por su trabajo de promoción de igualdad de género y la eliminación de la corrupción en el sistema judicial.

Carmen Argibay intentaba juzgar con absoluta independencia. Ni más ni menos.


En 2007, dos años después de que el presidente Néstor Kirchner la nombrara jueza de la Corte Suprema, declaró: “Siempre lo digo: la tarea de un juez de la Corte es antipática por naturaleza porque, para ser un buen juez, nuestro primer deber es ser desagradecidos con quien nos nombró. Estrecharle la mano con educación, agradecerle el cargo y no volverlo a ver”.

Argibay, Carmencita para sus amigos, fue la primera mujer designada por un Gobierno democrático para integrar el más alto tribunal de justicia de Argentina, compuesto hasta el sábado por cinco hombres y dos mujeres. Además, en diciembre de 2000 formó parte del Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el Enjuiciamiento de la Esclavitud Sexual, que condenó a Japón por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Y en 2001 integró el Tribunal para la exYugoslavia en la Corte Penal de la Haya. De allí, regresó a Argentina.

Se esforzó siempre en defender los derechos de las mujeres a través de varias organizaciones y en luchar contra la discriminación por cuestiones de sexo. Una frase tan elemental como ésta desató críticas conservadoras hace solo diez años, cuando se barajaba su nombramiento: “No hay que discriminar ni por religión, ni por raza, ni por sexo, ni por elección sexual”.

Argibay se formó en un colegio de monjas pero se declaraba atea militante (“porque no creo en Dios y porque lo digo”) y confesaba estar más cerca de la izquierda que de la derecha. En un país donde la presidenta peronista, Cristina Fernández, ha evitado aprobar una ley de despenalización del aborto, la jueza se pronunció siempre a favor del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Esta postura le acarreó la oposición de la Iglesia a su nombramiento.

Guillermo Marcó, portavoz del entonces cardenal Jorge Bergoglio, actual Papa, declaró en mayo de 2004: “Me parece que ciertas designaciones van en contra de lo que el pueblo piensa. Entonces, cuando se buscan representantes del pueblo, debería buscarse gente que no represente a un sector minúsculo”. Pero Argibay no dio marcha atrás. Días antes de ser examinada para el cargo en el Congreso declaró: “Mis creencias, o mis no creencias, en todo caso, no tienen nada que ver con la función que voy a desempeñar. El Estado es laico y, por lo tanto, la Justicia también es laica”.

Era hija de un exministro de salud, Manuel Agustín Argibay, y de una profesora de piano, Ana Rosa Huergo. De su madre heredó el gusto por la música clásica, con ella viajó a Europa cuando integró la Corte Penal de la Haya y con ella vivió en Buenos Aires hasta mayo de 2012, cuando murió a la edad de 102 años.

La Corte donde trabajó los últimos nueve años se ha ido ganando una merecida fama de independencia desde que Néstor Kirchner emprendió su reforma en 2003. El máximo tribunal lo mismo supo pronunciarse contra los intereses del Gobierno -al declarar inconstitucional la reforma de la Justicia- que contra el grupo Clarín -al avalar la constitucionalidad de la Ley de Medios-. Pero dentro de esa Corte era Carmen Argibay la que gozó de mayor prestigio como independiente.

Ante las posibles presiones del Gobierno solía proponer una solución sencilla: “Uno siempre tiene una salida. Si no está conforme o si recibe muchas presiones y no quiere hacer las cosas que le tratan de imponer, es muy simple la solución. Uno no está atornillado a un sillón. Si la cosa se plantea en esos términos, uno se va, se acabó”.

Pensaba retirarse tras cumplir los 75 años, el próximo 15 de junio, pero falleció a los 74. Había permanecido 11 días internada en el porteño Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento, a causa de complicaciones respiratorias y cardíacas. A su muerte recibió elogios de todo el arco político. El senador de la Unión Cívica Radical y candidato a presidente Ernesto Sanz señaló que era “un ejemplo de juez” en “un país tan necesitado de ejemplos”.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/11/actualidad/1399824813_026476.html
http://www.lavanguardia.com/obituarios/20140512/54406855834/carmen-argibay-primera-juez.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Carmen_Mar%C3%ADa_Argibay
http://diarioepoca.com/2014/05/10/fallecio-la-jueza-de-la-corte-suprema-carmen-argibay/

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HH

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