Este texto está dedicado por igual a mujeres y hombres porque la tarea que compartimos es común: La tarea de la igualdad.
Y sobre todo a todas las heroínas que no queremos serlo.
UNOS LLEVAN LA CAPA Y OTRAS SOSTIENEN LA VIDA
La palabra HEROINA no me gusta.
El idioma ha sido, otra vez, avaro con nosotras, y para definir a la artífice de hazañas y proezas, nos coloca un término finalizado en INA construido como un diminutivo, restándole importancia al mérito que tendría que otorgarnos semejante vocablo
En HEROÍNA hay una paradoja entre el significante y el significado; hay una racanería del idioma, hay una forma expresa de demérito hacia nosotras.
Como sinónimos de heroína aparecen tan solo dos: mujer ilustre por sus hechos y protagonista de una obra de ficción
El término HÉROE, sin embargo, es más neutro, y parece hecho a medida de los hombres, Su elenco de sinónimos es enorme: valiente, campeón, adalid, paladín, atrevido, temerario, ídolo, famoso, glorioso, insigne.
Hasta tiene uniforme.
Cada vez que hacen méritos lo adornan ( Superman , identificable con su capa y su uniforme de héroe, salva el mundo de peligros insólitos, Superwoman, vestida para currar, tiene 8 manos, ocupadas por escobas , criaturas , compras y documentos).
Ya veis , parece que es mejor no prodigarse tanto y dosificar las gestas .
Ofrecer más espectáculo en dar un biberón o en hacer un informe.
Sujetamos la vida, sostenemos el mundo, y hay que ponerle focos, porque no se nos ve.
Nuestra heroicidad no es vistosa, no se ilustra con explosiones, superpoderes o contraviniendo las leyes materiales;
Pero explotamos cada día, somos ubicuas, y las leyes del tiempo y el espacio conseguimos que no nos afecten para poder llevar a cabo las metas inmediatas.
Desde el trabajo (remunerado) organizamos la casa, el no remunerado , el invisible ., En casa continuamos organizando el trabajo, el gratis, el común.
Nos adaptamos a montones de agendas ajenas a la nuestra y ajenas a nuestras necesidades.
Resolvemos cuestiones de todo tipo sin colocarnos medallas, porque su peso haría inalcanzable la meta cotidiana de cada momento.
Nuestras hazañas y méritos, como casi todo lo que se refiere a nosotras , son invisibles, pero facilitan la vida de quienes nos rodean.
Somos agentes de felicidad ajena. Y yo me pregunto , ¿para cuándo la propia?.
No buscamos reconocimiento. Necesitamos y exigimos participación en la tarea; Descargar tanta responsabilidad, tanto mandato social, tanta obligación ajena asumida por nosotras.
No me gusta el término heroína porque reconoce, sin estridencias solapadamente, sin otorgar valor, un esfuerzo que nos consume la vida.
Este sistema nos obliga a todas a serlo, sin vocación, sin ganas .
Nos atribuye un esfuerzo sin descanso de cuidar y acompañar a hijas e hijos, en salud, higiene, educación, colegios, alimentos, seguridad, apoyo …; al cuidado de madres y padres en la enfermedad, en la soledad, en la vejez...
Queremos ser heroínas a tiempo parcial, como vosotros.
Cerremos el garito a ver si se valora y se asume por los demás como propio, nuestro quehacer diario.
Quizá sea mejor quedarnos parcialmente con uno de los dos sinónimo que nos regala la RAE , :
Heroína como PROTAGONISTA, pero no de una obra de ficción como nos atribuye, Protagonista de nuestra propia vida.
Protagonista que tomando sus propias decisiones (no las marcadas por un interés superior y ajeno al nuestro ) va elaborando e interpretando el guión de su vida.
Este 8 de marzo celebramos de nuevo las ganas de ser más iguales, de no ser heroínas por obligación.
. Celebramos el anhelo de ir soltando lastre. Celebramos el deseo de contar con vosotros; de que participéis en este compartir lo que es responsabilidad común.
Hablar de privilegios es hablar de injusticia. Vosotros compañeros, lo sabéis tan bien como nosotras.
Por eso, os emplazamos a padres, hijos, amigos y enemigos, colegas, camaradas, a soltar privilegios , a no beneficiaros de los réditos de un sistema que os favorece desde la cuna.
Este 8 de marzo os convocamos a que os comprometáis a trabajar con nosotras para que NUESTRA vida sea más fácil y la VUESTRA más justa.
Rosalia Hernández Sánchez
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