El desarrollo sostenible es el gran desafío. El mundo afronta dos fenómenos simultáneos: la economía no logra frenar la pobreza ni incrementar suficientemente el empleo, y la demanda creciente pone en peligro el ambiente.
El mismo desafío se presenta para Salta, con enorme potencial agroalimentario.
En la defensa del ambiente, la mujer desempeña un papel decisivo, porque es la protagonista del hogar y defensora natural de la vida.
La historia viene en nuestro auxilio.
Vale la pena analizar el comportamiento de la mujer en América, ya en los pueblos originarios, en las luchas por la independencia, en la lucha por la salud de sus hijos, por la cultura, por la igualdad de derechos políticos y sociales, en fin, por la vida.
Hoy, cuando existe abundante regulación normativa, tanto internacional, nacional, provincial y hasta municipal de cumplimiento obligatorio, desde los tratados internacionales incorporados a nuestra Constitución, de aplicación y cumplimiento obligatorio, la participación de la mujer en cuestiones ambientales y para superar la situación de pobreza y vulnerabilidad se hace imprescindible.
La madre tierra
Las luchas que muchas mujeres argentinas debieron afrontar contra los invasores, junto a los hombres, o solas, con sus hijos o sin ellos. Todas, en defensa de la tierra y de las condiciones de vida. Allí estuvieron las mujeres del norte argentino, y de las otras regiones, que lucharon por la independencia nacional. O las que vivieron en esa época, que no lucharon pero sí vivieron todas las consecuencias de los hechos acaecidos entonces. La lucha era por la libertad, por la independencia nacional, por una patria que las identifique.
La mujer sabe ponerse al frente para trabajar por un país mejor.
Las maestras rurales distribuidas en todo lo ancho de la provincia y del país, que además de las materias clásicas comparten la sabiduría de la región que les trasmiten las madres de las alumnas, son capaces de integrarse al tejido social de la zona.
Las campesinas, que también trabajaron y trabajan de sol a sol, en las huertas familiares, en las artesanías, que muchas veces reemplazan a los hombres cuando estos se van en procura de trabajo, o las que lo hacen para un empleador, muchas veces cobrando salarios inferiores que los hombres.
En nuestra generación, que tuvimos la posibilidad de ingresar a la universidad pública, de involucrarnos en luchas populares y sociales. Que votamos. Que sufrimos la violencia. Que comenzamos a ocuparnos del ambiente. Las nuevas generaciones estudiosas, preocupadas por el otro, por mejorar el ambiente, cuidar el destino de la basura y el agua. Pero también por los niños y niñas que no acceden a la educación, a la salud, a los desnutridos, los vulnerables, los invisibilizados. Las mujeres piensan en todos ellos, en los que pasaron, en los que están, y sobre todo en los que vendrán.
Las nuevas tareas
En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995 se determinó la importancia de lograr la participación activa de la mujer en la adopción de decisiones relativas al medio ambiente, atento a la necesidad de incorporar la perspectiva de género en todas las estrategias de desarrollo sostenible.
En la tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer y el Foro Asociado de ONG en Nairobi, donde se examina y evalúan los logros del Decenio de las Naciones Unidas por la Mujer, se redactaron estrategias orientadas hacia el futuro y se reconoce el papel de la mujer en la conservación y gestión del medio ambiente. A su vez la Comisión de la Condición Jurídica Social de la Mujer de la Naciones Unidas fijó como meta medidas para fomentar la participación de la mujer en la ordenación del medio ambiente a todos los niveles.
En la Conferencia de las Naciones sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo emanan la Declaración de Río y el Programa 21, así como el Convenio sobre la Diversidad Biológica, se exige investigar acerca de los efectos de la contaminación ambiental en la salud reproductiva. También, fijar políticas públicas con perspectiva de género orientadas a proteger el medio ambiente .
En el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación, se reconoce a las mujeres como un "grupo principal" en el desarrollo sostenible y se adoptan disposiciones concretas para adelantar su posición. Al respecto el Principio 20 de Río dice: Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y el desarrollo.
En la Declaración del Milenio se impulsa "promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer como medios eficaces de combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades y de estimular un desarrollo verdaderamente sostenible".
La cuestión cultural
La Ley nacional N§ 25675 de la República Argentina garantiza "la preservación, conservación, recuperación y mejoramiento de la calidad de los recursos ambientales, tanto naturales como culturales, en relación con las diferentes actividades antrópicas" y prioriza "el mejoramiento de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras".
Los valores culturales comprenden determinan la relación entre las personas libres y su medio ambiente físico. La evaluación de Ecosistemas del Milenio subraya que el objetivo general del desarrollo debe ser el bienestar, la libertad, la seguridad y la realización de las personas.
Es útil distinguir las necesidades prácticas de las mujeres, como el acceso a la tierra y el agua, la seguridad alimentaria, los servicios de salud y educación, y sus necesidades estratégicas, como la participación política y la adopción de decisiones.
El escenario actual, en Salta y en la Argentina invita a analizar el accionar histórico de la mujeres por el medio ambiente y la condición de vida de todos los seres humanos.
Cuántas mujeres salteñas lucharon y luchan por la tierra, por la salud, por el agua, por la cultura, por los hijos, por evitar la contaminación. Todas ellas tienen nombre, existieron y existen. Se las debe tener en cuenta. Porque así lo dicen los tratados internaciones, las leyes nacionales y porque su trabajo es irremplazable en la tarea de disminuir o eliminar la pobreza.
Cristina Garros Martínez
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