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miércoles, 24 de febrero de 2016

Rafaela de Herrera y Torreynosa


Rafaela de Herrera y Torreynosa  (n. Cartagena de Indias, Virreinato de Nueva Granada, 6 de agosto de 1742 - m. Granada, Capitanía General de Guatemala, 1805), fue una criolla española considerada como Heroína Nacional de Nicaragua porque según las fuentes históricas defendió y repelió con éxito el ataque de los ingleses al Castillo de la Inmaculada Concepción en julio de 1762.

Nació en Cartagena de Indias (actual Colombia) en el seno familiar conformado por  María Felipa Torreynosa y Udiarte que vivían en ese tiempo en Cartagena de Indias y el comandante castellano José de Herrera y Sotomayor que en 1753 había sido nombrado Comandante del Castillo del Río San Juan. Para ese entonces Rafaela   tenía diez años, y nueve habia  permanecido   en dicha fortaleza, de manera que estaba  instruida en el manejo del cañón, “y con alguna propiedad y acierto lo montaba, cargaba, apuntaba y disparaba”, según consta en uno de los memoriales de la defensa del Castillo el 29 de julio de 1762 . Fue educada según las reglas y obligaciones de su tiempo, como una joven que amaba a su patria 

Batalla del Río San Juan de Nicaragua

Para los ingleses y las otras potencias europeas Nicaragua presentaba las características idóneas para la construcción del canal interoceánico; la expedición que atacó al Castillo, fue enviada por el Gobernador inglés William Henry Littleton, dicho ataque tiene su punto de partida en el Río San Juan en el momento en que el comandante Herrera sufría una grave enfermedad y se debatía en la muerte.
Según las fuentes, en el lecho de muerte de su padre, Rafaela hace juramento de defender la fortaleza, aunque le cueste la vida. Tras la muerte, toma el control Don Juan Aguilar y Santa Cruz nombrado en dicho cargo. Los ingleses, al enterarse que la fortaleza había perdido a su comandante, mandaron a pedir la llave del castillo, con la promesa de "no hacerle daño a nadie". El teniente contestó que no podía entregarlas y que resistiría cuantos ataques intentasen.
El 29 de julio de 1762, los ingleses estaban ubicados frente al castillo. Tras oírse a las 4 de la mañana “un tiro de pedrero, río abajo”, se presentó el enemigo. A las once del día aparecieron siete grandes piraguas que, disparando nueve tiros de pedreros, desembarcaron algunas tropas en la orilla sur del río. Por lo que a las tres de la tarde, la hija del difunto comandante, con el permiso del nuevo, disparó un certero cañonazo dispersando al enemigo, que da muerte al comandante de la guarnición inglesa, el ataque de la joven les había causado muchos daños hasta el punto que según testigos del barco donde venían los altos oficiales, después del impacto del cañón, casi ninguno estaba vivo y los demás terminaron muy mal heridos como para seguir luchando.
El 30 los invasores, no sin retirarse alguna distancia por nuevos cañonazos del Castillo, pidieron parlamentar y el 31 se rompieron los fuegos. El 1° de agosto, “se siguió en el fuego con el mismo ardor que en el antecedente y por la noche no dexó de ser bastante vivo de una y otra parte”. El 2 cesó la artillería de ambas partes y el 3 los ingleses y aliados abandonaron sus posiciones, retirándose.


Dado a la magnitud de éste acto heroico algunos historiadores como Gámez intentaron exaltar aún más a la joven inventándose que esta habría dispuesto una especie de “fuego griego” al impregnar sabanas de alcohol que navegarían río abajo, y supuestamente habrían sido deslizadas en dirección hacia la guarnición inglés.

El ataque a fuego cruzado, se mantuvo por varios días, la victoria de la guarnición exalto el heroismo de la joven.

Después de su acto heroico, Rafaela contrajo matrimonio con el ciudadano granadino don Pablo Mora con quien procreó cinco hijos. Enviudó y la familia vivió en la pobreza en un vecindario pobre de la ciudad de Granada hasta 1781.

El 11 de noviembre de 1781 el rey Carlos III de España firmó un decreto real por medio del cual se oficializó la concesión de una pensión vitalicia por su heroica acción:
"El Rey: por cuanto he sido informado del distinguido valor y fidelidad con que vos, doña Rafaela Herrera y Udiarte, viuda que al presente sois defendisteis el Castillo de la Purísima Concepción de Nicaragua en el Río San Juan, consiguiendo a pesar de las superiores fuerzas del enemigo, hacerle levantar el sitio, y ponerse en vergonzosa fuga, pues superando la debilidad de vuestro sexo, subisteis al caballero de la fortaleza, y disparando la artillería por vuestra mano matastéis con el tercer tiro al comandante inglés en su misma tienda: realzando la acción a la corta edad de diecinueve años que contabais, no tener castellano el Castillo, ni comandante ni otra guarnición que la de mulatos y negros, que habían resuelto entregarse cobardemente, con la fortaleza a que os opusisteis con el mayor esfuerzo; en consideración, pues, a tan señalado servicio, he decidido que goceis de pensión vitalicia... Yo, el Rey".

También el 28 de octubre se había expedido otra real orden de la cual se le concedían “tierras realengas” (propiedad de la corona) a la reconocida heroína. Textualmente el Secretario de Indias comunicaba al presidente de Guatemala, don Marías de Gálvez:

“No satisfecho Su Majestad con la remuneración antecedente, y deseando quede a la posteridad de Doña Rafaela Herrera recuerdo de una acción que tiene pocos ejemplares, me manda asimismo prevenir a vuestra señora le haga merced en su Real nombre e uno o dos sitios de tierras realengas, donde las haya más cercanas a la ciudad de Granada, en que reside la agraciada, posesionándola en ellos para que las goce por juro de heredad a sus hijos y descendientes en memoria de la gloriosa acción que hizo en defensa del citado castillo”.




http://es.wikipedia.org/wiki/Rafaela_Herrera
http://losmartinezdematagalpa.blogspot.com/
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/personajes/10661.htm

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