Queremos escuchar y difundir la voz de las hermanas argentinas. Queremos como ella cambiar el mundo:
Veinticinco años atrás, en el Encuentro Feminista de San Bernardo, un grupo
de mujeres creábamos la Red de Mujeres Feministas Políticas, dando
inicio a nuevas realidades personales, experiencias vitales y el desarrollo de
un nuevo marco ideológico y conceptual. Feminismo y actividad política se
fundían recogiendo ideales revolucionarios e integrando indisolublemente ambas
tomas de conciencia.
Para muchas de nosotras, ese fue un punto de partida que abrió más de dos
décadas de prácticas políticas multisectoriales y plurales extraordinariamente
creativas en legislaciones de avanzada, crecimiento institucional e instalación
social del concepto de género, con gran impacto en relación con los derechos de
las mujeres.
Puede decirse que en esos años los debates más novedosos y revulsivos fueron
aquellos producidos por los colectivos de mujeres, recogiendo los aportes
teóricos del feminismo, sus prácticas y las prácticas de la generación política
de los años 70 en nuestro país.
Esos debates giraban alrededor de la igualdad, la equidad, la diferencia,
la emancipación, el patriarcado, los modelos sociales, la feminización de la
pobreza. Se generalizó una conciencia clara acerca de las consecuencias que
las políticas neoliberales, con sus implicaciones de dependencia y de
ajuste, tienen en la vida de las mujeres.
El 8 de marzo de 2016 nos encuentra
ante un gobierno de derecha cuyos tres primeros meses de gestión lo muestran
inequívocamente como un gobierno al servicio de los intereses del capital
especulativo local e internacional: una transferencia brutal de recursos
a los sectores económicos concentrados, la renovación del endeudamiento externo
con su secuela de pérdida de soberanía económica, una devaluación del 70% del
peso frente al dólar, los aumentos incontrolados de precios de los alimentos
básicos como harina y carne, los despidos en masa cuya responsabilidad se
atribuye a los despedidos, el vaciamiento del Estado con la desarticulación de
los programas sociales y de corte comunitario, los tarifazos, una política de
seguridad meramente represiva. Estas medidas significan un grave retroceso en derechos
conquistados, la degradación de las condiciones de vida de grandes
sectores de la población que pesarán
doblemente en las condiciones de vida de las mujeres, en sus
posibilidades de acceso a la salud, la justicia, la vivienda, la educación, el
trabajo remunerado, y en las formas de violencia específica que las afectan. Un
gobierno que responde a los intereses del capital especulativo no puede defender
los derechos más básicos de las mujeres, en el mejor de los casos puede ofrecer
algunas distracciones a las mujeres de los sectores más favorecidos económica y
socialmente.
La detención ilegal de la dirigente
social Milagro Sala es emblemática de este panorama antipopular y
persecutorio. Levantamos la bandera de
su liberación como coronación de nuestro compromiso en la lucha contra todas las
formas de violencia hacia las mujeres, y acompañamos la convocatoria del
8 de marzo bajo la consigna de “Ni un derecho menos. Libertad a
Milagro Sala”
Juliana Marino, Carola Caride, Josefa Cernadas, María Luisa Goñalons, Marta Vassallo, María del Socorro Pereyra Rozas, Norma Beatriz Chiapparrone, Mónica Tarducci, Virginia Franganillo.
Gracias a RIMA por su valiosa información
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