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miércoles, 6 de julio de 2016

MARY ANN ARNADO


                                                                                        Charlotte van den Abeele (Autora del texto )

 FILIPINAS, 1970

Abogada, Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Estatal de Mindanao (MSU). Secretaria General del Comité de los Pueblos de Mindanao (MPC). Fue galardonada con el premio Women Peace Maker, 2005, otorgado por el Instituto para la Paz y la Justicia Joan B. Kroc.

Mary Ann Arnado no se identifica con el titulo de “abogada” en su tarjeta de visita, sino más bien con el de “feminista, abogada por la paz, abogada por los derechos humanos, madre, hermana, habitante de Mindanao”.

Mindanao es la segunda isla más grande de Filipinas y está habitada por tres comunidades: los colonos cristianos, el pueblo indígena y los musulmanes Bangsomoro (también denotados Moro). Mary Ann nace en una familia cristiana donde la conciencia política no estaba muy presente, pero a la hora de entrar en la Universidad e inscribirse en el programa de Relaciones Internacionales, descubrirá una historia de su país bien distinta a la que le enseñaron en su colegio católico. El pueblo musulmán, que ocupaba la isla antes de la colonización de los españoles y previa a la de los Estados Unidos, resistió con fuerza a los invasores. No obstante, los musulmanes llevan siglos como víctimas de la opresión. Su situación no cambiará tras la independencia de Estados Unidos, donde la política gubernamental del presidente Ferdinand Marcos seguirá discriminando a los musulmanes, convirtiéndoles en una minoría marginalizada y empobrecida. A partir de los años setenta se constituye el MNLF (Frente Moro de Liberación Nacional) cuyo fin es afirmar su derecho a la autodeterminación y cuyo objetivo es la secesión.

La vida universitaria avivó la conciencia política de Mary Ann, que, a pesar de no pertenecer a ninguna organización, se involucró en el movimiento estudiantil en contra del Gobierno. Más tarde, enamorada de un estudiante musulmán, tomó parte en la lucha de los Bangsomoro de Mindanao. Mary Ann compaginará en esos años sus estudios de abogacía y su trabajo, comenzando a desarrollar su sensibilidad a la causa femenina como ella la entiende: “ser gentil con las mujeres, ser solidaria, ayudarse entre nosotras y ayudar a desarrollar el potencial de cada una. No se trata de ver al hombre como un enemigo pero más bien cambiar nuestra cultura y cambiar la cultura del patriarcado”. Mary Ann, ya de joven abogada, será contratada en la organización Iniciativas para el Diálogo Internacional (IID), institución regional que promueve la solidaridad entre los pueblos de suroeste asiático.

El contexto político de Mindanao está marcado por varias etapas de negociaciones entre el Gobierno de Fidel Ramos y el MLNF. En 1996 se firma un Acuerdo de Paz que será rechazado por el MILF (Frente Islámico de Liberación Nacional), brazo disidente del MLNF y con mayor carácter religioso que éste último. En 1998, el presidente Joseph Estrada accede al poder y inicia una “guerra total” con el objetivo de sembrar el odio entre los tres pueblos de Mindanao y aplicar una política de “divide y vencerás”.

En ese contexto, Mary Ann y sus colegas de IID serán los pioneros en promover el dialogo y la resolución de conflictos entre las tres poblaciones de la isla con la meta de rebajar el nivel de violencia. La idea de Mary Ann es que el dialogo entre esas tres entidades permita acabar con el aislamiento de cada una y romper los estereotipos y barreras entre las comunidades musulmanas, cristianas e indígenas. Para ello, Mary Ann crea un equipo de representantes de los tres pueblos de Mindanao que será llamado Comité de los Pueblos de Mindanao (MPC). Las sesiones de dialogo se organizan en un sitio neutral, donde participan hombres y mujeres que comparten intereses comunes de las comunidades afectadas por la guerra y cuyo objetivo es el fomento del respeto mutuo y el trabajo en equipo. El lenguaje oral no era la única herramienta del dialogo, “hay muchos procesos culturales al dialogo” comenta Mary Ann. “Muchas veces, no hablaban el primer día. En su lugar, había rituales, oraciones y ofrendas. El segundo día, empezaban las discusiones, nunca empezaban directamente a hablar”, añade Mary Ann. El trabajo de Mary Ann y el MPC es una forma de “paz horizontal” para alcanzar la tolerancia y sellar acuerdos sobre los litigios por terrenos entre las tres comunidades de Mindanao, requisito esencial para conseguir una paz durable en Filipinas.

En 2001, cuando la presidenta Gloria Macapagal Arroyo accede al poder y se firma el Acuerdo de Paz de Trípoli (TPA), Mary Ann forma, junto con el MPC, un equipo independiente de vigilancia del alto el fuego, llamado Alto el Fuego Bantay, en el que se incluían mujeres. Trabajaban directamente en las zonas de conflicto, educaban a las tropas militares sobre las leyes humanitarias, los derechos humanos y su deber de respetar el alto el fuego. El panel negociador oficial para la paz encargó al MPC mediar e investigar sobre posibles violaciones al alto el fuego.

A pesar del trabajo realizado por la ONG Alto el Fuego Bantay, el Gobierno de Arroyo empezó a bombardear Mindanao en 2003. Tras varios intentos fallidos de negociación y la desilusión acumulada a lo largo de los años, centenares de miles de desplazados de Mindanao desesperados se alzan reclamando la interrupción de los combates. Solicitan asimismo ser recibidos por el Gobierno. El MPC y Mary Ann organizan un viaje de dos días en ferry de una delegación compuesta de 15 hombres y mujeres entre los 15 y los 65 años de edad, hacia el puerto de Manila. Piden el cese de los combates a cada una de las partes: el Gobierno, las Fuerzas Armadas y el MILF. Este último acordó diez días de tregua. La respuesta del Gobierno tardaba y con la ayuda del MPC, 10.000 desplazados invadieron las autopistas con carteles que rezaban frases como “queremos regresar a casa” en junio de 2003. Mary Ann recuerda: “Hay cristianos, musulmanes e indígenas que sufren la guerra. Nuestra fuerza es nuestra unidad”. Fue el primer acto político por parte de los desplazados. Después de esos eventos, un alto el fuego fue acordado y firmado por las tres partes.

En julio de 2007, Mary Ann participó en la Misión Internacional de Mujeres por la Paz y la Solidaridad en Basilan y Mindanao después de los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas de Filipinas y el MILF. En ella se encargó de investigar sobre las violaciones contra los derechos humanos y la situación de los desplazados por el conflicto.

Sin pausa, Mary Ann sigue haciendo hincapié en el papel central de la mujer a la vez víctima: “la más pobre de los pobres” y poderosa actriz por una paz sostenible. Hoy en día, el conflicto sigue y no hay signos de tregua.

Mary Ann sueña con construir un santuario para las mujeres en Mindanao. “Sería un centro, o más bien una casa hecha de bambú. Cultivaría hierbas o especias. Invitaría a todas mis amigas que necesitan descansar, escribir o pensar. Sería un espacio donde las mujeres pueden encontrarse y charlar. Porque a veces, las mujeres como nosotras damos mucho y raramente nos preocupamos de nosotras mismas…”

CLAVES PARA ILUSTRACIÓN

- “Hay cristianos, musulmanes e indígenas que sufren la guerra. Nuestra fuerza es nuestra unidad”
- “la paz es la opción más valiente”
- Una forma de “paz horizontal” para alcanzar la tolerancia y sellar acuerdos sobre los litigios por terrenos entre las tres comunidades de Mindanao: requisito esencial para conseguir una paz durable en Filipinas


FUENTES

Woodward, M. (2005) “One woman’s Life, One Thousand women’s Voices. A Narrative of the Life and Work of Mary Ann Arnado of the Philippines”
Perfil de Mary Ann Arnado en el Instituto Joan B. CROC

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