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miércoles, 24 de agosto de 2016

Érika Alejandra Olivera de la Fuente gran atleta y víctima de violencia sexual por más de 10 años



Érika Alejandra Olivera de la Fuente (Quinta Normal, Santiago, 4 de enero de 1976) es una atleta chilena especialista en maratón, que  ha representado  a su país en competiciones deportivas como los Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos y Campeonato Mundial de Atletismo.
Érika Olivera  es madre de  cuatro hijas y un hijo.
Su lucha vital, representa los heroísmos de los que hablamos  en esta página resultado de  este mundo machista en que vivimos. Sus grandes éxitos profesionales  ampliamente difundidos  y su callada, hasta hace poco, oculta e  invisible violencia sexual sufrida por años contrastan y nos muestran que  importa de verdad a la sociedad.  Desde aquí todo nuestro apoyo y reconocimiento a su lucha diaria y nuestro agradecimiento a sus declaraciones que nos alertan sobre una realidad de mujeres-niñas no protegidas ni atendidas  por los Estados que en ocasiones como recientemente tambien en Chile  dan lugar a casos como el de una niña de 11 años embarazads de 5 meses por su  padrastro.

Dos días después de ser designada para llevar la bandera nacional, Érika fue al cuartel de la Policía de Investigaciones de Chile  en Recoleta para estampar una dolorosa denuncia: que fue violada por su padrastro, el que le dio el apellido, por más de 10 años, de los 5 a los 17


Erika tardó aproximadamente 20 años en develar, en hacer público el abuso sufrido por su padrastro. Como ella, muchas sobrevivientes desarrollan sus vidas, mientras en silencio recuerdan lo que sufrieron en su niñez: imágenes sombrias de la violencia sexual que desean desterrar de su memoria y que aún están latentes esperando ser vistas y escuchadas.

De acuerdo a la literatura especializada, las víctimas de abuso sexual infantil (especialmente el que ocurre al interior de las familias) en su rotunda mayoría son mujeres, que tardan entre tres y 18 años en contar lo sucedido, mientras otras nunca lo hacen. Esto último es un factor importante al reflexionar respecto de las políticas públicas orientadas a la prevención y detección temprana de este tipo de violencia, así como también es una información a considerar al debatir sobre la NO prescripción de un tipo de delito tan severo y ultrajante, que deja a las víctimas paralizadas y sin palabras, a veces, por décadas.


 En entrevista con revista Sábado de El Mercurio, la atleta cuenta que "yo siempre le dije papá y tenía su apellido, así que para mí fue mi papá siempre. Mi hermano mayor tenía otro apellido, Oyarzún, pero mi mamá nos decía de chicos que era porque se habían equivocado en el Registro Civil. Cómo seríamos de inocentes, que lo creímos". 

La infancia de los Olivera comenzó a girar casi exclusivamente alrededor del culto; los feligreses del campamento repletaban la mediagua, los domingos tenía que asistir a las prédicas callejeras y a una escuela bíblica, que duraba toda la tarde. "Era un régimen bien autoritario; teníamos que pedir permiso para comer un pedazo de pan o para ir al baño. 

Con 5 años hacíamos aseo, lavábamos ropa. Si hacíamos algo mal teníamos que rezar de rodillas toda una tarde contra la pared. El pastor, a mi hermano lo tomaba del cuello, lo lavaba con agua fría. A mí me tocaba lo otro". Recuerda que "debo haber tenido 5 años la primera vez que me abusó en el campamento. El dormitorio estaba empapelado con un papel mural rojo tipo kraft, él mismo lo había forrado. Él empezó mostrándomelo como un juego, con caricias y después fue avanzando. Esa primera vez no entendí lo que pasó, era una niña, no cachaba nada. Él siempre decía que eso nadie lo tenía que saber. Pasó varias veces más y después nos fuimos a Puente Alto. 

Yo estaba feliz. Creía que al irnos a una casa sólida, con más vecinos, eso se iba a acabar. Pero ahí siguió peor". Los lunes, la mamá de Érika Olivera, como esposa de pastor, participaba de las Dorcas, un grupo de mujeres evangélicas, pastoras, dedicadas a coordinar el servicio social. A la misma hora, su hija volvía del colegio a la casa de la población Carol Urzúa, aterrorizada. "Era el día más horrible. Me acuerdo caminando hacia la puerta. Estaba sonada, nomás; tenía que llegar y aceptar. Tenía que pasarlo con él. Apenas tenía la oportunidad, era llegar y llevar para él. Mientras yo no me pude defender, él hacía lo que quería conmigo". Y agrega: "A veces, en la noche, él iba al dormitorio nuestro y ahí molestaba un poco, me tocaba cuando estaban mis hermanos. Pero generalmente las cosas se daban en el día, cuando mi mamá no estaba, porque él no trabajaba o lo hacía en turnos como inspector de micros. Después, mi mamá llegaba en la noche y yo había estado llorando todo el día. 
Me demoré en contarle".
 Ya en Puente Alto, la familia Olivera creció más: llegaron a ser seis hermanos.

Felipe fue el cuarto: "Fue difícil crecer así, viendo eso, porque todos nos dábamos cuenta. Él es mi papá, pero lo que hizo es lo que hizo: él se encerraba con la Érika y sabíamos lo que pasaba ahí, lo vimos. Éramos chicos, pero debimos hacer algo. Mi mamá fue siempre muy sumisa a él", dice a "Sábado". 

A los 12 años, Érika Olivera cuenta que develó por primera vez lo abusos; se los contó a su mamá. "Al otro día, este señor me dice: le contaste a tu mamá, tienes que decir que es mentira lo que dijiste. Si no lo haces no vas a ver más a tus hermanos, ni a tu mamá, te vas a ir a un internado. Yo me asusté, creía que si lo seguía acusando me iba a pasar todo eso y le dije a mi mamá que había dicho una mentira". Añade: " Pero yo tenía 12 y me seguía haciendo pipí en la cama y siempre que mi mamá salía de la casa yo le rogaba para acompañarla. No entiendo cómo no le entró al menos la duda. Era tan fácil, cosa que me llevaran a un doctor y se hubiera confirmado todo".

 -¿Pero qué te respondió ella cuando le contaste? "Me dijo que ojalá que fuera mentira, porque si era verdad que él me abusaba, nadie me iba a querer, no iba a poder tener hijos ni familia. Esa respuesta me dio". -¿No volviste a contarle a nadie? "No.

 En octavo básico ya me sentía tan enojada que estuve a punto de contarle a mi profesora jefe, la señorita Silvia, pero empecé a pensar de nuevo: ¿y si no me cree? No me había creído mi mamá, pensé que menos me iba a creer una profesora. Debí haberle dicho". 

A los 12 años, Érika Olivera comenzó a practicar atletismo, lo que le significó más problemas en la casa; era, como todas las otras, considerada una actividad mundana. Empezó de a poco, trotando al lado de la micro que llevaba a su mamá al centro de Puente Alto. Después empezó a ir al Parque O'Higgins, donde la conoció el técnico Ricardo Opazo. "Estaba a medio camino entre niña y mujer. Me acerqué a hablarle y de inmediato capté que algo no estaba bien. En apariencia era tímida, pero no era eso, era que tenía mucha desconfianza hacia los hombres, hacia todo. No hablaba nada", señala Opazo. 

Érika recuerda que "más grande, cuando ya no podía forzarme físicamente tan fácil, comenzó a funcionar como un chantaje. Viví chantajeada mucho tiempo. Esto fue por 11 años, no había una semana que no pasara nada. Para ir a una carrera o salir a un entrenamiento, tenía que aceptar lo que él me decía: ¿quieres esto?: sabes lo que tienes que hacer. El hacía una señal con el dedo, indicándome lo que iba a pasar, lo que íbamos a tener que hacer. Si alguna vez ponía resistencia, no había plata para nada en la casa, no le pasaba plata a mi mamá. Vivía obligada". 

Pasaron los años y recuerda el día que encaró a su padrastro. "Fue muy duro, pero nunca me quebré. Le tuve que preguntar cuatro veces que reconociera frente a sus hijos que me había violado. A la última dijo: Sí. A esa altura, era lo que necesitaba. Me fui. Afuera, mi hermano me preguntó: ¿Flaca, te hace bien esto? Yo le dije que sí. No he vuelto a ver a mi mamá desde entonces". 

"He tenido que dar muchas entrevistas este año y en todas seguir mintiendo, repitiendo una historia que no es cierta, poniendo la cara. Dan ganas de decirle: hueón, no me pregunten más por mi familia No puedo hacer justicia con mis manos, tampoco judicialmente. La única manera de hacer justicia que me queda es contar la verdad. Los secretos pesan mucho", cuenta. Érika Olivera se decidió, pese a que los posibles delitos podrían estar prescritos, a hacer la denuncia. Tuvo que hablar con sus tres hijas mayores, contarles lo que ella tuvo que soportar cuando tenía su edad. También con Leslie Encina, su tercer marido, con quien tiene otros dos hijos.



Érika Alejandra Olivera es una de las principales atletas en la historia de Chile. Es la deportista chilena que más veces ha participado en Juegos Olímpicos,  y es la única en la historia en completar cinco maratones olímpicas: aquellas entre Atlanta 1996 y Río de Janeiro 2016 —no compitió en Pekín 2008 debido al nacimiento de una de sus hijas
Comenzó su carrera en el atletismo a los 11 años. Con 18 años consiguió sus primeros logros importantes, al quedarse con el oro en los 10.000 m. en el Campeonato Juvenil de Atletismo disputado en Mar del Plata, Argentina, y con el bronce en los 3.000 m. Ese mismo año, disputó sus primeros Juegos Suramericanos en Valencia, Venezuela, quedándose con el primer lugar, tanto en los 5.000 como en los 10.000 metros.

En 1995 confirmó su destacada actuación cuando, en el Sudamericano Juvenil de Atletismo realizado en Santiago, consiguió el oro en los 3.000 y 10.000 metros. Luego lo revalidó en el Panamericano Juvenil, quedándose otra vez con el oro en los 10.000 metros, mejorando su marca personal,  Ese mismo año además, se quedó con la maratón de Buenos Aires, siendo su primer título en esta categoría.
En 1996, y tras quedarse con el segundo lugar en su primer Campeonato Sudamericano de Cross Country en Asunción, Paraguay, donde corrió los 6 km; y obtener el oro en los 5.000 metros en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo desarrollado en Medellín, Colombia, disputó sus primeros Juegos Olímpicos en Atlanta 1996, donde terminó en el puesto 37.º en la maratón.5
En 1997, sus mejores resultados los obtuvo en el Campeonato Sudamericano de Atletismo disputados en Mar del Plata, donde se quedó con la plata en los 5.000 y los 10.000 metros planos. Además, se quedó también con el segundo lugar en los 6 kilómetros en el Campeonato Sudamericano de Cross Country en Comodoro Rivadavia.
En 1998 volvió a disputar los Juegos Suramericanos, ahora en Cuenca, Ecuador, donde se quedó con la plata en los 10.000 m. Además, compitió en los 15 kilómetros en la famosa Carrera de San Silvestre en Sao Paulo, donde marcó 53,33, terminando en la cuarta posición.
En 1999 logró el título más importante de su carrera, ser la campeona en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999, al marcar 2:17,41 y quedarse con el oro en la maratón. Por este logro, ese año, el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile la eligió como la mejor deportista del año

Al año siguiente, Olivera volvió a triunfar, esta vez en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo de Río de Janeiro, marcando 33:39,16 en los 10.000 kilómetros. Además, participó en sus segundos Juegos Olímpicos en Sidney 2000, donde terminó en el puesto 27.º en la maratón.
En 2003, y luego de un par de años de buenos resultados, volvió a subirse al podio en otros Juegos Panamericanos, esta vez en Santo Domingo 2003, donde salió tercera en la maratón.
En 2004 disputó sus terceros Juegos Olímpicos en Atenas 2004, donde terminó en el puesto 58.º.8

En 2007 obtuvo el quinto lugar en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y finalizó en el puesto 64.º en sus cuartos Juegos Olímpicos en Londres 2012.
En 2013, Olivera disputó por primera vez un Campeonato Mundial de Atletismo. 
En 2014 ocupó los puestos 6.º y 7.º en los 5.000 y 10.000 metros, respectivamente, en los Juegos Suramericanos realizados en Santiago 2014. Ese mismo año, finalizó cuarta en una nueva maratón, esta vez en el Campeonato Sudamericano de Maratón realizado en Chile, 
En los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, Olivera finalizó en el undécimo lugar en la maratón, 
La atleta clasificó a los Juegos Olímpicos en Río 2016. Érika finalizó en el puesto 105.º en la carrera disputada en Río de Janeiro tras  más de 20 años de carrera. 


Fuentes
http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2016-07-02&dtB=04-07-2016%200:00:00&PaginaId=1&SupplementId=1&bodyid=0
http://www.radiopaula.cl/vida-paula/2016/07/04/la-dura-historia-de-erika-olivera/
http://www.feministastramando.cl/opinion/el-testimonio-de-erika-olivera-justicia-reparacion-y-prensa
http://www.lasegunda.com/movil/detallenoticia.aspx?idnoticia=881839
http://www.radiopaula.cl/vida-paula/2016/07/04/la-dura-historia-de-erika-olivera/
http://www.emol.com/noticias/Deportes/2016/07/02/810599/El-infierno-de-Erika-Olivera-La-abanderada-en-Rio-2016-revela-que-fue-abusada-por-su-padrastro.html
http://www.cooperativa.cl/noticias/deportes/juegos-olimpicos/rio-de-janeiro-2016/erika-olivera-ya-dice-presente-en-la-inauguracion-de-los-juegos-olimpicos/2016-08-05/182011.html
https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89rika_Olivera

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