Alma Lucy Reville (14 de agosto de 1899 en Reino Unido – 6 de julio de 1982 en Bel-Air, Los Ángeles, California)
Aunque Alma Lucy Reville nació el 14 de agosto de 1899, en Inglaterra, su vida pública acabó cuando conoció a un acomplejado aspirante a director de películas, que ocupaba dos asientos en el bus: uno para él y otro para su ego
Todo nos indica que Alma se tuvo que plegar al guión que
establece la sociedad patriarcal no pudiendo restar una pizca de libertad a
lo que su esposo considerara, que contaba por otra parte con el consentimiento tácito
de todos menos de las mujeres acosadas.
Nuestro reconocimiento a sus aportes claros y significativos
para nuestra cultura. Su posición vital le permitió dar cauce a su creatividad, en
mayor medida que si hubiera estado sola. El costo fue soportar el menosprecio
que generaban los comportamientos de su compañero (Nada raro ni lejano desgraciadamente).
Los padres de Alma, Mathew y Lucy, eran protestantes y ella renunció a esa creencia para convertirse al catolicismo y casarse, el 2 de diciembre de 1926, con Alfred Hitchcock, con quien vivió 54 años. Alfred murió en 1980 y ella lo siguió dos años después, el 6 de julio de 1982. Tuvieron una hija, Patricia, que incursionó en el cine pero se retiró tras casarse con Joseph O’Connell. Mal de familia por lo que parece.
Eran el perfecto matrimonio inglés. Hitch y Alma se comportaban como esposos devotos; solían vacacionar en St. Moritz o en el Lago Cuomo, donde habían pasado su luna de miel y eran “habitué” de varios restaurantes donde incluso tenían siempre una mesa reservada.
Pese a las diferencias de temperamento que los chismosos querían encontrar, resolvieron con flema inglesa sus divergencias y se concentraron en la única pasión que los unía: el cine.
La relación personal comenzó cuando ambos trabajaban en la compañía Famous Players-Lasky Studio, filial de la Paramount en Londres. Desde aquellos días, a inicios de los años 20, Alma se convirtió en las dos manos derechas del naciente director: escribía los guiones, editaba, doblaba voces, verificaba la continuidad del relato y supervisaba los decorados. También trabajó un tiempo con otros cineastas: Berthold Viertel y Maurice Elvey.
Desde los 15 años Alma Reville comenzó a trabajar en el cine y aprendió todos los secretos del oficio, emulando el camino de su padre quien fuera ayudante de vestuario en Twickenham, una de las primeras compañías cinematográficas en Londres.
Alma, además de esposa, fue la fiel cómplice de su marido; estuvo un paso atrás de él pero opinaba sobre los montajes, los guiones y era la única persona a la cual el director escuchaba y hacía caso, aunque refunfuñara porque Reville –en la mayoría de las ocasiones– tenía razón . Según Anthony Hopkins fue “la instigadora y la fuerza clave en su vida”.
En una entrevista con Francois Truffautt el cineasta le confesó como Reville le ayudó a superar sus temores e inseguridades y “después de cada toma, miraba a mi prometida y le preguntaba: ¿Va bien, funciona?” A Truffaut le valió un pito Alma y ni siquiera la incluyó en la conversación.
Para justicias el tiempo. En el 2003, Pat Hitchcock O’Connell, hija de Alfred y Alma, escribió La mujer tras del hombre para rescatar la imagen y el aporte de su madre. En el 2012, Julián Jarrold dirigió The Girl, y expuso la tolerancia de Alma en relación con el acoso sexual a que Hitchcock sometió a la rubia Tippi Hedren, durante la filmación de Los pájaros .
En Hitchcock, de Sacha Gervais, la actriz Helen Mirren, plasmó el extraño nexo que unía a la pareja y como ambos formaron una sociedad creativa, donde Alma era la consejera y mejor amiga de un director que consideraba a los actores como “cerdos”.
“Lo que más me gustó descubrir en ella, fue su sentido de la lealtad, de la paciencia y su comodidad con el rol que tenía en la familia y en el proceso creativo” señaló Mirren.
Por el contrario, The New York Times consideró que el filme desacreditó el genio de Hitchcock y lo presentó como un enfermo, cuando en realidad la influencia de Alma fue solo una anécdota.
Otros autores, como Ana Campoy, han rescatado la figura de Reville. Así lo hizo en la serie infantil Las aventuras de Alfred & Agatha , que recreó las aventuras detectivescas de ambos personajes en la niñez, y en la trama del cuento La caja mágica, incluyó a Reville.
Si bien algunos exégetas del cine descartan la influencia emocional y profesional de Alma en la vida de Alfred, el conspicuo literato irlandés George Bernard Shaw escribió –en uno de sus libros– esta dedicatoria a Hitchcock: “Para el marido de Alma Reville”.
Alma era solidaria, discreta, paciente, reía mucho y sabía desempeñar diferentes papeles como mujer, profesional, esposa, madre, crítica, operaria fílmica y consejera.
Helen Mirren puntualizó: “Sí, era una ama de casa estupenda y una compañera solidaria y madre devota, pero también tenía ideas propias. Era mucho más que la señora Hitchcock y sus aportaciones al trabajo de su marido eran invaluables”.
Hitch nunca aprobaba nada sin el consentimiento de Alma. Ese regordete, capaz de filmar las escenas más crueles; de estrujar a sus actrices para exprimirles las peores emociones; de llevar el suspenso hasta el paro cardíaco era incapaz de tomar una decisión solo.
Cuando recibió un reconocimiento del American Film Institute, por su vasta carrera, dedicó el premio a cuatro personas que le dieron “su cariño, su reconocimiento, sus ánimos y su colaboración constante”. La primera de ellas fue a una excelente montadora cinematográfica; la segunda una guionista excepcional; la tercera la madre de Pat y la cuarta la mejor cocinera. “El nombre de las cuatro es Alma Reville. Si la hermosa señorita Reville no hubiera aceptado hace 53 años un contrato vitalicio sin opciones para convertirse en la señora de Alfred Hitchcock, es posible que hoy sería uno de los camareros más lentos del salón”.
Aquella mujer diminuta, que nunca apareció en los créditos de las películas del maestro de Hollywood, aceptó vivir a la sombra para no opacar el brillo del marido.
Ella estuvo a punto de morir por un derrame cerebral y superó un cáncer de mama y eso acabó con la carrera deHitchcock, que vivió atemorizado ante la posibilidad de fallecer antes que su mujer: su alma gemela.
Si bien Hitchcock tenía una fijación morbosa por las rubias, como Kim Novak, Grace Kelly, Ingrid Bergman o Tippi Hedren, su verdadera obsesión fue Alma; ella era la clave para entender el intrincado laberinto emocional del director.
Uno de los biógrafos del cineasta, William Rothman, sostiene en el libro La mirada asesina , que hay por lo menos tres películas en las cuales Alfred refleja su codependencia con Alma: El caso Paradine , de 1947; Yo confieso , de 1953; y Frenesí , de 1972.
También, Stephen Rebello en el libro Alfred Hitchcock y la realización de Psicosis , expone la tesis de que Reville es la verdadera protagonista de la ópera prima del director inglés; no solo porque aceptó hipotecar la casa para financiar el filme, sino porque incluso propuso la música para la escena del apuñalamiento en la bañera, una de las más tensas y estremecedoras del cine.
“Alma era un enigma para todo el mundo” reveló Mirren a The Telegraph . Así como toleró, e incluso pudo propiciar las perversiones sexuales de su marido con varias actrices, algunos biógrafos han insinuado que ella tuvo un affaire con Whitfield Cook, uno de los guionistas de Extraños en un tren y Pánico en la escena .
Se carece de pruebas para vincular a Reville con Cook, por más celosa o furiosa que estuviera, por los avances de su marido con las protagonistas de sus películas.
Del libro de Pat se desprende que sus padres llegaron a un acuerdo tácito, para que ninguno fuera un obstáculo en los planes del otro; además, Alma vivió en un tiempo donde las mujeres no exigían el reconocimiento a su labor.
Enérgica y de fuerte personalidad, Alma podía ser una “mosquita muerta”, pero de alguna manera cuadraba en los gustos de Hitchcock que prefería a las “mujeres que parecen profesoras, pero dentro de un taxi, te pueden destrozar”.
Solo un alma grande pudo vivir medio siglo sin hacerle sombra al sol; pero aún en la penumbra Alma Reville demostró que tenía su propia fuego, sin tener que robarlo del Olimpo.
Tomado del articulo Página Negra Alma Reville: La sombra detrás de la estrella de JORGE HERNÁNDEZ S.
Han tenido que pasar cinco décadas para que Hollywood se acordara de ella, un prolongado tiempo de reposo que le acabó por otorgar el incalculable y nostálgico valor de un tesoro abandonado, como una vieja botella de vino al fondo del almacén desprovista, muchos años después, de su densa capa de polvo. A Alma Reville, la insigne y temperamental mujer de Aldred Hitchcock, le han sacudido los años de olvido de encima con dos películas, devolviendo aquella relación matrimonial con el maestro a primera línea de combate.
Porque medios y guionistas han vuelto a hablar de ella se sabe que fue mucho más que una mujer en las sombras, el único apoyo del director a la hora de la verdad, su editora más minuciosa, su defensora más acérrima.
No fue, sin embargo, un camino de rosas el de la de Nottinghamshire en tierras estadounidenses. Tuvo que lidiar con los arranques temperamentales y el ego bíblico de su compañero sentimental, obsesionado además con las rubias imponentes de las que decidió rodearse en sus años de cine con mayúsculas.
Tanta fue la debilidad del londinense por las maneras de Kim Novak, Tippi Hedren o la princesa Gracia de Mónaco, que Melville, furiosa y arrebatada por los celos, pudo haberse refugiado en los brazos de un amante, Whitfield Cook, un guionista al que conoció durante el rodaje de dos de las películas de Hitchcock, 'Extraños en un tren' y 'Stage Fright'.
Es una versión de la que se hace eco 'Hitchcock', la cinta de Sacha Gervasi que acaba de ver la luz en cines españoles, una historia interpretada por Helen Mirren y que la propia actriz británica no tiene claro que llegara a suceder en absoluto en la vida real.
"Ese hombre definitivamente existió, y sí escribieron un guión juntos", dijo Mirren en una conversación telefónica al The New York Times. "Hay una sugerencia en una de las biografías de que posiblemente tuvieron un affaire, pero no ha sido ni remotamente demostrado".
Tampoco se pudo comprobar la versión vertida por una de las presuntas obsesiones de Hitchcock, Tippi Hedren, la elegida por el virtuoso director para 'Los pájaros' y 'Marnie la ladrona'. Fueron, en palabras de la propia Hedren, los dos rodajes más traumáticos de su vida por el acoso sexual al que le sometió Hitchcock, una situación de la que Reville estaba al tanto y que al parecer prefirió ignorar.
"Alma era un enigma para todo el mundo", recordaba Hedren recientemente a 'The Daily Telegraph'. "Nadie podía entender cómo era su relación. En un momento, vino y me dijo: 'Tippi, siento que tengas que pasar por esto'. La miré y le dije: 'Pero podrías pararlo', y ella simplemente miró para otro lado y se fue", aseguraba la actriz.
La única hija del matrimonio, Patricia Hitchcock, se encargó de negarlo, autora de la biografía sobre su madre, 'Alma Hitchcock, The Woman Behind the Man', curiosa elección siendo hija de quien era.
Pese a los avatares y el particular genio de su marido, estuvo casada con él casi toda su vida, desde el 2 de diciembre de 1926 hasta la muerte del director en 1980. Dos años después Reville diría adiós a los 82 años de edad por causas naturales, una mujer bajita de mucho genio que ahora está recibiendo el crédito que nunca terminó de recibir en vida. Hollywood le ha dado esa clase de reconocimiento póstumo con el que suele enmendar sus célebres resbalones.
Tomado del articulo Alma Reville al descubierto de Pablo Scarpellini
http://hotbirthdays.com/celebrity/alma-reville.html
http://www.nacion.com/ocio/cine/Alma-Reville-Alfred-Hitchcock-esposa_0_1349465049.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/03/gentes/1359879101.html
http://vitaedolor.com/alma-reville-la-mujer-tras-el-hombre/
http://www.clarin.com/extrashow/Enorme-sentido_0_878312170.html
http://www.biography.com/people/alma-reville-21014017
http://hotbirthdays.com/celebrity/alma-reville.html
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