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viernes, 21 de octubre de 2016

Amália Rodrigues, alma y voz de Portugal

Amália da Piedade Rebordão Rodrigues, más conocida como Amália Rodrigues (Lisboa, 23 de julio de 1920-ibídem, 6 de octubre de 1999), fue una cantante de fados y actriz portuguesa.. Apodada la «Reina del Fado» (Rainha do Fado), es la cantante que más ha popularizado este tipo de música en el mundo, pues grabó más de 170 discos a lo largo de su vida. Asimismo, fue una gran embajadora cultural de Portugal y su voz le ha valido un importante reconocimiento internacional.

La voz de Amelia nos ha acompañado con su profunda tristeza y su tierna alegría. Hemos escuchado sus canciones en todos los formatos y hemos amado más a su país por ella. Es por eso que la traemos aquí para que con nosotras disfruten de su legado.

Tuvo una carrera profesional, tanto en la música como en la actuación, de más de cuarenta años. Su fama se internacionalizó durante las décadas de 1950-1970, pero sus vínculos con el régimen del dictador António de Oliveira Salazar —aunque algunas fuentes aseguran que dio dinero al Partido Comunista Portugués en la clandestinidad—, la obligaron a retirarse de los escenarios durante la década posterior a la Revolución de los Claveles de 1974. A lo largo de su carrera, cantó sobre todo en su lengua materna, el portugués, pero también en español, inglés, italiano y en francés. Realizó conciertos internacionales en lugares como el Olympia de París, el Auditorio Nacional de Madrid o en Voces de Iberoamérica en Guadalajara.

Amália cantó por primera vez en público en 1929, en una fiesta de su escuela primaria Tapada da Ajuda. Comenzó en 1939 a cantar textos del compositor Joaquim José de Lima en las casas de fado de Lisboa y, sobre todo, en el club Retiro da Severa,  interpretando tres fados, bajo el nombre de Amália Rebordão.
Gracias a este trabajo, se convirtió en una fadista profesional y logró ser cabeza de cartel. Su popularidad en Portugal aumentó bastante durante la Segunda Guerra Mundial. Pocos meses después, Amália ya cantaba en otros grandes clubes de la capital como el Solar da Alegria o el Café Luso. Su éxito le abrió las puertas del teatro. En 1940 se estrenó con un papel en la obra Ora vai tu... que se realizó en el teatro Maria Vitória. Sus primeros sueldos eran pequeños, ya que en Retiro de la Severa ganaba quinientos escudos al mes, mientras que en el Solar da Alegria cobraba ochocientos.




Amália empezó a visitar el extranjero.

Su primera visita fue a España, más concretamente a Madrid,  en 1943. En ese viaje, descubrió su gusto por la música española y el flamenco. Dos años más tarde, desembarcó junto con su hermana en Río de Janeiro para cantar en el mayor casino de Sudamérica: el Copacabana, acompañada por el maestro guitarrista Fernando Freitas. Su contrato, que era inicialmente de solo un mes, se prorrogó tres meses más gracias a su éxito. En esa época, grabó una serie de discos de 78 rpm con su discográfica Continental Records.
 Amália y su hermana Celeste empezaron a cantar juntas cuando vendían en el mercado, pero a su vuelta de Brasil, tras haber tenido un espectáculo en 1945 en el Casino Copacabana, siguieron caminos diferentes. Amália fue a París y Celeste, a Casablanca.
En 1946, volvió a Lisboa y recibió una invitación de la 20th Century Fox para ir a Hollywood. Sin embargo, rechazó la oferta y siguió haciendo cine portugués.
 En París, cantó por primera vez en 1949, en chez Carrère y, ese mismo año, acudió a Londres al Ritz. Dos años más tarde, en 1951, cantó en Angola, Mozambique y el Congo belga. Llegó a Estados Unidos, a Nueva York, por primera vez en 1952 y actuó durante cuatro meses en el club La Vie en Rose. Ese mismo año, cantó también en México y dos años más tarde, en el Mocambo, en Hollywood. Al año siguiente, actuó en Os amantes do Tejo de Henri Verneulli y volvió a México para aparecer en la película Música de siempre con la cantante francesa Édith Piaf. En 1956, realizó su primera actuación en el teatro Olympia de París. En menos de tres meses, consiguió una gran popularidad en Francia.
 Posteriormente, trabajó también en la sala de music-hall Bobino donde interpretó Ai mourir pour toi de Charles Aznavour (basada en el fado Ai Mouraria). 

En 1959, la revista Variety la nombró la cuarta mejor cantante del mundo. En 1961, antes de abandonar Portugal, anunció que abandonaba su carrera artística para vivir en Brasil tras haberse casado con el ingeniero César Seabra en Río de Janeiro. Sin embargo, un año después volvió a Lisboa. En 1962, conoció a una persona que le dio un giro radical a su carrera: el compositor francés Alain Oulman, que le va a permitir cantar poemas inicialmente no adaptados para el fado clásico. 

Ese mismo año participó en el Festival Internacional de Edimburgo donde se le consideró una de las grandes de la música clásica. Ya en 1967 recibió el premio MIDEM que se le otorga al cantante que más discos ha vendido en su país gracias a su disco Vou dar de beber à dor. Volvió a ganar ese mismo premio los dos años siguientes (1968 y 1969).
 En 1970 con su disco Com que voz, escrito por Alian Oulman, alcanzó uno de los mayores éxitos de su carrera y consiguió premios como el IX Premio de la Crítica Discográfica Italiana (1971), el Gran Premio de la Ciudad de París y el Gran Premio del Disco de París (1975). En enero de 1970, acudió a Italia para actuar en el Teatro Sistina en Roma, donde consiguió un gran éxito. Recorrió todo el país ese año e incluso llegó a dar 80 espectáculos por temporada.



Ya en 1980, tras la Revolución de los Claveles, Amália publicó Gostava de ser quem era, su primer álbum inédito en tres años, compuesto por diez fados con letras propias que escribió cuando estaba enferma. En 1985 dio su primer gran concierto en el Coliseo dos Recreios. 
Durante los festivales por la nominación de Lisboa como Capital europea de la cultura en 1994, aprovechó para despedirse de los escenarios tras sesenta años de carrera. Ha sido condecorada en numerosas ocasiones: dama de la orden de las Artes y las Letras en 1970 y comendadora de esa misma orden en 1985 en Francia; con el nombramiento de dama de la Orden de Isabel la Católica en 1968 en España y, en Portugal, fue nombrada dama de la Orden de Santiago de la Espada en 1958, oficial en 1970 y gran cruz en 1990 junto con su nombramiento como oficial de la Orden del Infante Don Enrique. 
Amalía Rodrigues falleció el 6 de octubre de 1999 en su casa lisboeta y fue enterrada en el Cementerio de Prazeres , después de un funeral de estado multitudinario realizado en la Basílica da Estrela. Un año después de su fallecimiento la Asamblea de la República de Portugal decide honrar su memoria con el traslado de sus restos al Panteón Nacional, situado en la Iglesia de Santa Engrácia, la ceremonia se lleva a cabo el 9 de julio de 2001, desde entonces reposa en la sala de los escritores ilustres. La casa en la que vivía Amália, en la Rua São Bento número 193, situada junto a la Asamblea de la República Portuguesa, se abrió como Casa Museo de Amália Rodrigues en el mes de agosto de 2001 para preservar su legado artístico y su figura.

http://portuguese-american-journal.com/google-doodles-amalia-rodrigues-portugal/
http://mujerdelmediterraneo.heroinas.net/2011/11/amalia-rodrigues.html
http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/3926/Amalia%20Rodrigues
http://elpais.com/diario/1999/10/07/cultura/939247201_850215.html

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