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sábado, 9 de diciembre de 2023

Concepción Gimeno de Flaquer escritora, editora y feminista española



María de la Concepción Gimeno de Flaquer (Alcañiz, 11 de diciembre de 1850-Buenos Aires, 1919) fue una escritora, editora y feminista española.  Trató en sus escritos de favorecer el reconocimiento de las mujeres artistas


Nació en la localidad turolense de Alcañiz el 1850. Su padre Juan Gimeno fue un militar de alto cargo y defensor de la monarquía borbónica. La madre, Maria Francisca Gil Buizán, tras la muerte del marido, se casó con un notario del tribunal de Zaragoza. Por lo tanto, María de la Concepción de Flaquer se educó en Zaragoza y a los 29 años se casó con Francisco de Paula Flaquer, director de las publicaciones La Aurora y El Álbum Ibero-Americano.


Según Manuel Ossorio y Bernard, Gimeno de Flaquer se dio a conocer en las tertulias literarias de Ayguals de Izco​ y colaborando en publicaciones como La Ilustración de la Mujer, ​que fundó y dirigió, La Mujer, El Correo de la Moda de Madrid o El Ramillete de Barcelona, entre otros.​ De comienzos de la década de 1870 se conserva correspondencia suya con el actor Manuel Catalina.​


En el año 1870 se mudó a Madrid donde empezó su carrera como periodista en El Correo de la Moda de Madrid. Para esta revista publicó 16 artículos, pero los más importantes son los que tratan de las mujeres. De hecho, Concepción Gimeno de Flaquer fue una escritora que luchó para los derechos de las mujeres.


Gracias a la revista El Correo de la Moda de Madrid, ingresa al círculo social y literario donde empieza a tener relaciones de amistad con mujeres atentas a la emancipación femenina.


Su éxito y su reconocimiento público empezó en el año 1883 en México. En agosto de 1883,​ marchó a residir a México, con su esposo Francisco de Paula Flaquer,c​ donde fundó la publicación El Álbum de la mujer: Periódico Ilustrado. Durante su estancia en México, Concepción Gimeno de Flaquer se convierte en un verdadero ejemplo para muchas mujeres ya que siempre se ha mostrado luchadora para que las mujeres tengan acceso a la cultura y la educación pública. De vuelta a España «readaptaría» en Madrid la revista mexicana bajo el título El Álbum Ibero-Americano, de 1890. ​En España participa en las tertulias literarias más importantes en aquel momento. A lo largo de su vida viajó por el mundo entre México, Venezuela, Guatemala, El Salvador, Alemania, Italia y Francia. Falleció en Buenos Airesd​ en 1919.


Fue defensora activa de los derechos de la mujer,​ habiéndose afirmado que «adoptó un feminismo conservador en lo ideológico y "furioso" en la expresión, con bastante arraigo y difusión en la alta burguesía».​ Según la propia Gimeno de Flaquer: «El siglo XIX, siglo de las aspiraciones generosas, ha preparado el triunfo de la causa de la mujer; el siglo XX coronará la obra de su predecesor».


Publicó diversas obras, como la novela Victorina ó heroísmo del corazón (1873). Gimeno de Flaquer empieza a escribir novelas que hablan de las infelidades coniugales, abandonos de mujeres y conventos que sirven de refugios. Entre las obras de Gimeno de Flaquer hay La mujer española (1877) —con una carta-prólogo de Leopoldo Augusto de Cueto—, El doctor alemán (1880), Elina Durval (1878), La mujer juzgada por una mujer (1882),​ Madres de hombres célebres (1884),​ que habla de cuanto las madres influyen en el comportamiento de sus hijos desde el punto de vista humanistico, literario, religioso y político. Otras obras son Suplicio de una coqueta (1885), Evangelios de la mujer, Vidas paralelas, Mujeres de regia estirpe​ o Culpa y expiación ​que habla de mujeres provocadoras y modernas que van en contra de los valores tradicionales que tendría que tener una mujer honesta según la sociedad. Concepción Gimeno de Flaquer se mostró una escritora cercana a las mujeres y defensora de su emancipación





 En 1877 escribió en su obra La mujer española. Estudios acerca de su educación y sus facultades intelectuales:


Cuando la mujer reciba en toda su amplitud la ilustración a que es acreedora, cuando se ocupen de facilitarle los conocimientos artísticos de que carece, podrá descollar en las nobles artes. La mujer posee en su alma el sagrado fuego de la inspiración, en su frente la divina chispa que todo lo anima, y en su inteligencia el numen creador e inagotable. […] La mujer nace artista como nace artista el ruiseñor.
Si no se han distinguido todas las mujeres dedicadas al arte de Murillo, es porque no se ha tratado de hacerles adquirir conocimientos, sino de enseñarles habilidades con objeto de hacer vano y ostentoso alarde. La educación pictórica de la mujer ha estado hasta hoy notablemente desatendida: limitada a empíricas instrucciones, difícilmente ha conseguido salir de copista, y muchas han visto morir sus ilusiones sin poder realizar el ideal de los sacerdotes del arte, o sea la composición. (Gimeno de Flaquer 1877: 37-66-67)


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