Juana Doña Jiménez (17 de diciembre de 1918, Lavapiés, Madrid, España- 18 de octubre de 2003, Barcelona, España)
Nació en 1918 en Lavapiés (Madrid) y murió en 2003 en Barcelona. Pero sus últimos 25 años de vida y de lucha – con ella no cabía una sin la otra- transcurrieron en Arganzuela, en la calle Juan de Vera, en el barrio de Delicias. Hoy 14 de abril, 85 años después de la proclamación de la II República, queremos recordar a Juana Doña, probablemente una de las mujeres que más y mejor encarnaron el espíritu republicano desde las filas del comunismo primero e incorporando el feminismo en la última etapa de su vida.
Su amigo y prologuista de dos de sus libros, Manolo Vázquez Montalbán (que murió solo unas horas antes que ella pero a miles de quilómetros, en el aeropuerto de Bangkok) dijo de ella que era “la segunda dama del comunismo español”. Mucho menos conocida que La Pasionaria, Juana Doña tuvo claro desde muy joven (a los 14 años se afilia a las juventudes comunistas) qué era la lucha de clases y cuál era, según su punto de vista, el camino para conseguir un mundo más justo, más igualitario.
“Falta mucho para que cambie el mundo, y yo me moriré sin verlo, pero con la idea de que cambiará. Pensar de otra manera sería reconocer que toda mi vida había fracasado”, declaraba en una crónica en El Mundo a propósito del XVI del PCE solo un año antes de morir. Y reconocer el fracaso o rendirse ante la más absoluta adversidad nunca estuvo en los planes de esta mujer vivaz, autodidacta, tenaz y orgullosa. “Yo soy una chica del Sur, del Sur de Madrid. Ya de niña vivía en Lavapiés, barrio de chisperos, obreros, de proletariado”.
Incluso cuando le conmutaron la pena de muerte a la que fue sentenciada por el régimen en 1947 por 30 años de prisión – se asegura que por mediación de Eva Perón, de viaje a esa España oscura – no se mostró satisfecha ante las autoridades franquistas. No tenía motivo, les espetó: sus compañeros de juicio no corrieron la misma suerte y son fusilados en el cementerio de Carabanchel. Juana ya tenía mucho callo en el alma. Antes, había perdido a su hija Lina a los seis meses de meningitis y Franco había fusilado a su marido y amado, Eugenio Mesón, también militante comunista y luchador antifranquista, con solo 25 años. Y había pasado por la huída de Madrid, el campo de concentración y diversas detenciones ya con su segundo hijo, Alexis, nacido en febrero de 1938, tres años antes del fusilamiento de Eugenio. (Por cierto, Alexis Mesón Doña aparece como personaje en la novela de Almudena Grandes Las tres bodas de Manolita).
Tras la conmutación de la pena de muerte, Juana pasará 18 años en las cárceles franquistas. Jamás dejó la lucha, incluso dentro de los penales, donde empezará a tomar conciencia de la desigualdad de género que existe también entre las filas comunistas.
En 1961 es puesta en libertad. Parte hacia Francia donde contacta con el PCE allí establecido. Juana iniciará dos nuevas facetas: su lucha con el movimiento feminista –sin abandonar nunca la órbita comunista – y una producción literaria que publicaría a partir de la restauración de la democracia en España. Mujer (1977);Desde la noche y la niebla. Mujeres en las cárceles franquistas (1978); Gente de abajo. No me arrepiento de nada (1992); y Querido Eugenio. Una carta de amor al otro lado del tiempo (2003).
Libros escritos desde esta Arganzuela en la que pasó las últimas dos décadas de su vida, en ese sur de Madrid en el que aseguraba que “se iba a morir”. Libros que nos ayudan a recuperar esa memoria histórica que nunca deberíamos haber empezado a perder. Para no repetir errores y como respeto al sufrimiento de tantos y tantas que, como Juana Doña, fueron fieles a sus ideales a pesar de todo, a pesar de todos.
Tomado de un texto de NÚRIA RIBAS
Juana Doña Jiménez (Madrid,1918 - Barcelona, 18 de octubre de 2003) fue una dirigente comunista, feminista, sindicalista y escritora española.
Se afilia a las Unión de Juventudes Comunistas de España en enero de 1933, con sólo 14 años. En septiembre de ese mismo año, es detenida por primera vez mientras actúa de piquete en la huelga general de Madrid. Es nombrada primero secretaria femenina del Sector Sur y luego secretaria femenina del Comité Central de las Juventudes Comunistas, para más tarde pasar a formar parte de la Agrupación de Mujeres Antifascistas.
En 1936, se fue a vivir con Eugenio Mesón, conocido dirigente de la Juventud Socialista Unificada que sería su compañero hasta que fue fusilado en 1941.
Al comienzo de la Guerra Civil, Juana colabora en labores de retaguardia. En enero de 1937 nace Lina, su primera hija. Este nombre se lo puso en memoria de su amiga Lina Odena, militante comunista y miliciana, que se suicidó en 1936 para evitar caer en manos de los falangistas. La niña muere de meningitis a los 7 meses, cuando estaba en Valencia con su abuela. En febrero de 1938 nace Alexis, su segundo hijo, mientras Juana sigue compaginando sus labores en el Comité Provincial de la Agrupación de Mujeres Antifascistas.
Tras el golpe de Casado, su marido Eugenio es detenido y encarcelado en San Miguel de los Reyes. Juana marcha a Alicante con su hijo y su hermana para intentar salir del país, siendo apresados y trasladados al campo de concentración de Los Almendros. A finales de mayo de 1939, son trasladados a Madrid, viajando en un tren de mercancías junto a otras presas en un viaje de 7 días. Durante el trayecto presencian cómo varios niños fallecen en el interior del tren y sus madres han de dejar los cadáveres en el andén de Valencia.
Al llegar a Madrid entra en contacto con la organización clandestina del PCE, permanece escondida en varias casas de amigos y, en junio de 1939, acude con documentación falsificada a la cárcel de Yeserías a visitar a su marido. El 5 de diciembre de 1939 es detenida junto a su madre y hermana, acusadas de pertenecer a la reorganización del PCE y de estar implicadas en el asesinato del Comandante Gabaldón,1 homicidio que ocasionó una terrible represión y que acabó con los fusilamientos, entre otros, de las Trece Rosas. Juana es llevada a Gobernación y torturada con corrientes eléctricas. El 24 de diciembre ingresa en la cárcel de Ventas, donde fue torturada. Su madre, Paca Jiménez, y su hermana, salen en libertad tras haber sido torturadas con corrientes en los oídos y en una bañera con agua.
En la cárcel, Juana se encarga de dar clases a mujeres analfabetas, así como de recibir clases de otras presas que habían sido maestras republicanas. El 28 de mayo de 1941 sale en libertad. Un mes más tarde, el 3 de julio, su marido es fusilado junto a otros compañeros en las tapias del cementerio del Este.
Juana se pone a trabajar sirviendo y vendiendo pan en el mercado de San Miguel. En 1944 vuelve a la lucha clandestina entrando a formar parte de la guerrilla urbana madrileña, dentro de la Agrupación Madrid. Realiza varios viajes a Valdemanco, donde unos compañeros presos que trabajan en un destacamento penal le consiguen sacos de dinamita que ella lleva a Madrid, viajando en coche de línea. Dirige los atentados contra la Brigada Político Social y la embajada argentina, que consiguen gran relevancia sin causar heridos.
En el año 1947, es detenida junto a su madre y llevada a la Dirección General de Seguridad, donde es nuevamente torturada y obligada a presenciar la muerte de un compañero. En mayo de 1947, es juzgada y condenada a pena de muerte. El PCE inicia una campaña internacional para intentar salvar su vida y la de otros compañeros con igual condena. Evita Perón, de viaje en España, a pedido de su hijo, intercede en favor de Juana y consigue que su pena sea conmutada por 30 años de prisión. Sus compañeros de juicio son fusilados el 28 de agosto en el cementerio de Carabanchel.
Juana ingresa en la cárcel de Ventas, pasando luego por las prisiones de Málaga, Segovia, Guadalajara y Alcalá de Henares durante los 20 años que pasa en prisión. Participa en huelgas de hambre en las cárceles de Málaga y Segovia. En la cárcel de Guadalajara se muestra crítica con la condena de expulsión del partido y separación de cualquier actividad conjunta aplicada a dos compañeras comunistas sospechosas de ser lesbianas.
En el año 1961 sale en libertad. Marcha a Francia donde entra en contacto con el PCE exterior, y comienza una nueva etapa vinculada al movimiento feminista. Años después, funda el “Movimiento por la Liberación e Igualdad de la Mujer”.
En 1973 acudirá al I Congreso del PCE (m-l) junto a su hijo Alexis, donde participarán desde la mesa presidencial del mismo, aunque sin quedar claro su pertenencia a dicho partido.
Durante la Transición fue candidata al Senado por el PCE. Posteriormente se integró en la Organización Revolucionaria de Trabajadores, y participó en el nacimiento del Partido Comunista de los Pueblos de España en 1984. Escribe varios libros entre los que se encuentran: “Mujer”, “Desde la noche y la niebla”, “Gente de abajo” y “Querido Eugenio”. Continúa su actividad política como miembro de CCOO, colaboradora de Mundo Obrero y miembro del Comité Central del PCE. En el año 1998 recibió el premio Comadre de Oro, otorgado por la Tertulia Feminista Les Comadres, en reconocimiento a su trayectoria feminista.
Fallece el 18 de diciembre de 2003 en Barcelona, a los 84 años de edad.
Actualmente hay una placa conmemorativa en su honor en Madrid:
Publicaciones
Gente de Abajo
Mujer (1977)
Desde la noche y la niebla (mujeres en las cárceles franquistas), Prólogo de Alfonso Sastre. Madrid. Ediciones de la Torre, (1978)
Gente de abajo (no me arrepiento de nada), prólogo Manuel Vázquez Montalbán. Madrid. A-Z Ediciones y Publicaciones, (1992)
Querido Eugenio (una carta de amor al otro lado del tiempo), prólogo de Manuel Vázquez Montalbán. Barcelona. Lumen, (2003)
http://www.lalineaamarilla.es/2016/10/juana-dona-o-el-sentido-de-los-valores-republicanos/
https://es.wikipedia.org/wiki/Juana_Do%C3%B1a
http://www.lacomunapresxsdelfranquismo.org/2015/05/18/juana-dona-y-eugenio-meson-una-historia-que-recordar/
http://colectivojuanadonaagz.blogspot.cl/
Aunque no comulgo con sus ideas comunistas.
ResponderEliminarPues yo soy demócrata libertario y constitucionalista.
Reconozco su valentía y su tesón.
Y desde luego estaba exenta del prejuicio de la homofobia de aquel entonces al defender a sus dos compañeras.
Sin embargo, para mi, la guerra civil ni fue una cruzada ni una defensa de la democracia. Fue una lucha fratricida en la que el Tercer Reich y la URSS (a la q Juana lamentablemente apoyaba) movieron sus hilos.
Sin que hubiera una verdadera homogeneidad política entre ambos grupos.
RIP Juana D.
Nadie es ajeno al momento en que vive. Agradecemos su apoyo a los más desfavorecidos
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