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sábado, 28 de julio de 2018

Louise Michel precursora del feminismo


Louise Michel (Vroncourt-la-Côte, Haute-Marne, 29 de mayo de 1830 – Marsella, 9 de enero de 1905) fue una educadora, poetisa y escritora anarquista francesa, una de las principales figuras de la Comuna de París. 


Louise Michel, precursora del feminismo en la Comuna de París

Louise ‘la louve rouge’ fue una incendiaria defensora de las mujeres y protagonista de los acontecimientos que revolucionaron París antes y durante la Comuna de 1871.

    
LOUISE MICHEL. Fue poeta y escritora de cuentos, leyendas y novelas. En 1898 escribió Memorias de la Comuna.
De ideas anticlericales, anarquistas, republicanas e internacionalistas, la poeta y escritora Louise Michel estuvo siempre comprometida con la reivindicación de los derechos de las mujeres y con la revolución social. Durante la Comuna formó parte del Comité de Mujeres y participó cuando las mujeres impidieron que los soldados de Versalles se llevaran los cañones de la Guardia Nacional, que habían sido pagados por el pueblo para defender París de la invasión prusiana, un episodio que acabó con el amotinamiento de los soldados contra sus oficiales. Louise Michel presidió el Comité de Vigilancia femenino y participó en el de hombres, ambos destinados a proporcionar techo y comida a los necesitados. Asimismo, organizó un servicio de guardería y se ocupó de reclutar entre las mujeres a trabajadoras de ambulancias. La inclusión de trabajadoras del sexo para este servicio fue un desafío contra los prejuicios de sus compatriotas varones, quienes consideraban que las manos de las prostitutas estaban demasiado sucias para realizar esta labor.

Como muchas otras mujeres, Louise participó en la defensa de la Comuna. Lo hizo como miembro del 61 batallón de Montmartre, no sólo combatiendo, sino también como asistente médica. No obstante, todas esas mujeres, que se jugaban la vida a diario en las barricadas, y a las que se llamaba despectivamente las petroleuses (las incendiarias), tuvieron que enfrentarse con un doble enemigo. Por un lado el gobierno de Versalles, enemigo de la revolución; por otra, lucharon contra un enemigo interno. Estas mujeres se encontraron con la resistencia de sus compañeros a que participaran en pie de igualdad en el experimento revolucionario, lo que las llevó a llamar a la autoorganización de las mujeres y a la formación de asociaciones femeninas a través del Llamamiento a las mujeres ciudadanas de París, que dio lugar a la Unión de Mujeres para la Defensa de París y Cuidado de los Heridos, que aglutinó a un gran número de mujeres pertenecientes a la I Internacional.

La influencia de la lucha de las mujeres cristalizó en algunas de las medidas sometidas a voto en la Comuna, que tuvieron que ver directamente con la mejora de sus condiciones. Algunas de las demandas que las radicales activistas hacían a los líderes de la Comuna fueron auténticas reivindicaciones socialistas, como la apropiación de las fábricas abandonadas por sus propietarios burgueses para entregárselas a las trabajadoras.


Las mujeres de la Comuna fueron objeto de burla por parte de sus compañeros, debido a su ruptura con los roles que el patriarcado asignaba a las mujeres. La actitud poco femenina y la falta de encanto de estas mujeres, que no tuvieron escrúpulos a la hora de disparar un fusil y enfrentarse al ejército de Versalles, despertó los prejuicios machistas de los hombres, por no mencionar los comentarios del enemigo común, que no sólo las ridiculizaba y despreciaba con vehemencia, sino que las estigmatizaba convirtiéndolas en una especie de bestias salvajes, en “marimachos” carentes de cualidades femeninas. A este respecto, revolucionarios y burgueses compartían los mismos prejuicios, contra los que estas mujeres se enfrentaron en busca de la emancipación, y con los que el resto de mujeres se han topado en revoluciones posteriores. Louise y sus compañeras tomaron conciencia de que, como ya había sucedido en la Revolución francesa, la reivindicación de la igualdad universal dentro del bando revolucionario, en realidad excluía a las mujeres, lo que las llevó a adquirir una fuerte conciencia feminista.

Una vez derrotada la Comuna, Louise consiguió escapar de la masacre que se estaba produciendo en París, pero decidió entregarse cuando apresaron a su madre como rehén. Compareció en Consejo de Guerra y fue encarcelada durante dos años, hasta que finalmente la deportaron a una de las colonias francesas, Nueva Caledonia, donde apoyó la lucha por la independencia de los canacos. Posteriormente regresó a París, donde mantuvo su ideario anarquista.

La lucha feminista en la Comuna
Las mujeres de la Comuna comenzaron a autoorganizarse ante la necesidad de dar respuesta a cuestiones concretas, como el cuidado de los heridos y de los niños.

Esta experiencia organizativa, sumada a su compromiso revolucionario, llevó a las mujeres a poner en cuestión el orden social en su conjunto. No se resignaron a cumplir el papel que el patriarcado asignaba (y asigna) a las mujeres, sino que participaron activamente en el levantamiento de barricadas y en la lucha armada contra el ejército, tareas tradicionalmente atribuidas a los hombres.


Las mujeres adquirieron progresivamente conciencia de la importancia de la lucha feminista, lo que las empujó a exigir medidas tales como el divorcio o el reconocimiento de las parejas de hecho, y lograron con ello algunas de las condiciones fundamentales para una auténtica emancipación.



Conocida dentro de ciertos círculos como “la virgen roja”,  y en otros como “La buena Louise”. Fue una de las más importantes figuras del anarquismo francés en el siglo XIX. Nació en Vroncourt-la-Côte en 1830 y falleció en Marsella en 1905. Además de escritora, fue educadora, participante en la Comuna de París, militante y propagandista libertaria. Gran parte de su vida la pasó en la clandestinidad, el exilio y la cárcel.
Clara Serrano 








Canto del cautivo

Aquí jamás se siente el frío;
el bosque siempre su verdura ostenta,
y desde el mar hasta el ramaje umbrío,
llega la fresca brisa que lo alienta.
Y es tal la paz, tan grande y permanente,
que al zumbar del insecto interrumpe
el rugir de la tormenta.
A veces, cuando, envuelta en negro manto
la sombra de la luz pasa la raya,
se escucha el dulce y prolongado canto
que las conchas entonan en la playa.
En tanto que la flor en la espesura,
unida por su amor al aura pura,
constantemente va donde ésta vaya.
Mirad cómo las olas hacia el cielo
dirigen su rizada cabellera,
y con marcha veloz y raudo vuelo
cruza el profundo mar nave ligera.
Y en la noche cubierta de esplendores
brotan fosforescentes resplandores
del seno de las ondas hacia afuera.
Corre, ven a salvarnos, nave amiga;
cambia de mala en buena nuestra suerte;
aquí nos hiere y mata la fatiga,
el presidio es más triste que la muerte.
No nos falta la fe ni la constancia,
y si un día volviésemos a Francia,
sería por luchar con brazo fuerte.
El fuego del combate nos inflama,
la libertad al bueno presta ardor
y la batalla a todos hoy nos llama
a los desheredados el clamor...
A la sombra la aurora ha confundido
Y un mundo surge de verdad y amor.



http://libertariosufpel.blogspot.com/2014/03/educadoras-libertarias3-louise-michel.html
https://www.diagonalperiodico.net/louise-michel-precursora-del-feminismo-la-comuna-paris.html
http://omarardila.blogspot.com/2013/08/poemas-de-louise-michel-y-william-morris.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Louise_Michel

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