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jueves, 9 de agosto de 2018

Ingeborg Bachmann poeta y escritora austriaca


Ingeborg Bachmann (Klagenfurt (Austria), 25 de junio de 1926-Roma (Italia), 17 de octubre de 1973) fue una poeta y autora austríaca, una de las más destacadas escritoras en lengua alemana del siglo XX.


Hija mayor de un profesor de educación secundaria, Ingeborg Bachmann pasó su infancia y juventud en Carintia en Austria. Durante la posguerra, entre 1945 y 1950, y tras haber comenzado estudios de derecho, se consagró a la filosofía, psicología y literatura alemana.

Pasó por las universidades de Innsbruck, Graz y por último Viena, donde terminó sus estudios, doctorándose en filosofía con una tesis titulada: La recepción crítica de la filosofía existencial de Martin Heidegger.

Pronto publicó su primera historia corta. Su carrera literaria se benefició del contacto con Hans Weigel (literato y promotor de la literatura joven de posguerra) y el renombrado círculo literario Gruppe 47, entre cuyos miembros también se contaban Ilse Aichinger, Paul Celan, Heinrich Böll, Marcel Reich-Ranicki y Günter Grass. De este grupo recibió en 1953 un premio por su primera colección de poemas Die Gestundete Zeit (El tiempo postergado).

Un empleo en la emisora de radio Rot-Weiss-Rot (Rojo-Blanco-Rojo, la emisora de radio de las fuerzas de ocupación americanas) facilitó a Bachmann hacerse con una visión amplia de la literatura contemporánea, a la vez que le proporcionó un sueldo decente que le permitió un trabajo literario serio. Además, sus primeras obras radiofónicas fueron publicadas por la emisora, como Ein Geschäft mit Träumen (1952) (Un negocio con los sueños) o Die Radiofamilie (La familia de la radio).

Sus poemas y dichas obras obtuvieron simultáneamente éxito ante la crítica y el público, lo que le significó gran éxito en el mundo germanófono. Mediante sus poemas, buscaba de acuerdo con el objetivo del Grupo 47, renovar la lengua: no se construye «un mundo nuevo sin un lenguaje nuevo». Otro tema puramente bachmaniano se muestra lentamente: el amor y su violencia inherente a las relaciones; la incomunicación en la pareja; lo trágico de la existencia femenina.

La sesión del Grupo 47 de 1958, denominada Grossholzleute presenció la emergencia de una facción femenina llevada por Bachman, Ilse Aichinger y otras autoras. El Grupo 47 debía liberar a los Hombres de las palabras manchadas por los nazis y ayudarles a escribir un nuevo mundo. También debía servir, se decían ellas, a limpiar la lengua de aquellas palabras de las que se sirven los hombres para hablar de las mujeres en su nombre usurpando su sitio y matando sus pasiones. Fue el principio de un intento literario original y revolucionario de escribir el Amor, con la representación de él que las mujeres hacen con sus palabras, y no con las fabricadas durante siglos por autores masculinos: sobre este tema, véase el relato de Bachmann "Ondine", en la recopilación Das dreißigste Jahr (El trigésimo año)

Este cambio de objetivo "político", de temática literaria, así como el paso de la poesía a la novela, rompieron el vínculo inicial entre Bachmann y el público.

Posteriormente el trabajo de Bachmann se centró principalmente en temas como los límites personales, el establecimiento de la verdad y la filosofía del lenguaje, esta última siguiendo las ideas de Ludwig Wittgenstein.


En 1953 se mudó a Roma, donde dedicó la mayoría de los años siguientes a escribir poemas, ensayos, libretos de ópera e historias cortas que pronto le significaron fama internacional y numerosos premios. Entre 1958 y 1963 tuvo como compañero al escritor suizo Max Frisch (1911-1991), con quien vivió en Roma y Fráncfort. Esta relación la condujo a Suiza y ofreció el papel del segundo protagonista en la obra de Frisch: Mein Name sei Gantenbein.

En 1959 inauguró, como primera profesora invitada, un puesto relacionado con la poesía creado por la universidad de Frankfurt-am-Main para permitir a un escritor de lengua alemana exponer allí su "arte poético". De las seis conferencias inicialmente previstas (desde noviembre de 1959 a diciembre de 1960, Bachmann sólo dará cinco, tituladas Cuestiones de poesía contemporánea.




En 1964 recibió el prestigioso premio Büchner por sus poemas, y compuso para la recepción de éste su texto: Berlin, un lugar de azares.

Malina, primer tomo de la tetralogía inacabada Todesarten, fue su último trabajo publicado en vida, en 1971. El libro le valió en 1972 el Premio Anton Wildgans, uno de los más prestigiosos de su país.

Su muerte en un hospital de Roma tres semanas después de un incendio en su habitación, el 17 de octubre de 1973, dejó su obra incompleta. La verdadera causa de su muerte sigue sin dilucidarse.


El prestigioso Premio Ingeborg Bachmann, concedido anualmente en Klagenfurt, lleva su nombre.






El tiempo postergado

Vienen días más duros.
El tiempo postergado hasta nuevo aviso
asoma por el horizonte.
Pronto tendrás que atarte los zapatos
y correr los perros de vuelta a las granjas marismeñas.
Pues las vísceras de los peces
se han enfriado al viento.
Arde pobre la luz de los altramuces.
Tu mirada rastrea la niebla:
el tiempo postergado hasta nuevo aviso
asoma por el horizonte.

Allí se te hunde la amada en la arena,
sube por su cabello ondeante,
le quita la palabra,
le ordena callarse,
le parece mortal
y dispuesta a la despedida
tras cada abrazo.

No mires hacia atrás.
Átate los zapatos.
Corre los perros de vuelta.
Tira los peces al mar.
¡Apaga los altramuces!

Vienen días más duros.

Traducción de Arturo Parada


En la penumbra

De nuevo metemos los dos las manos en el fuego,
tú, para el vino de la noche largamente embodegada,
yo, para la fuente de la mañana, que desconoce los lagares.
Aguarda el fuelle del maestro, en quien confiamos.

Al sentir el calor de la preocupación, el soplador se acerca.
Se va antes de que amanezca, viene antes de que llames, es viejo
como la penumbra en nuestras tenues cejas.

De nuevo, él prepara el plomo en caldera de lágrimas,
a ti, para un vaso -se trata de celebrar lo desaprovechado-,
a mí, para el pedazo lleno de humo -este se vacía sobre el fuego.
Así avanzo hasta ti y hago sonar las sombras.

Descubierto está quien ahora vacile,
descubierto, quien haya olvidado el dicho.
¡Tú no puedes ni quieres saberlo,
tú bebes del borde, donde está fresco,
y como antaño, bebes y permaneces sobrio,
a ti aún te crecen cejas, a ti aún te contemplan!

Pero yo ya aguardo el momento
en amor, a mí se me cae el pedazo
en el fuego, a mí se me convierte en el plomo
que era. Y detrás de la bala
estoy yo, tuerta, segura del blanco, delgada,
enviándola al encuentro de la mañana.

Traducción de Arturo Parada


Nueva

Sale del atrio celestial templado de cadáveres el sol.
No están allí los inmortales,
sino los caídos en batalla, oímos.

Y el esplendor no repara en la putrefacción. Nuestra deidad,
la Historia, nos ha dispuesto una sepultura
de la que no hay resurrección.

Traducción de Arturo Parada

Sombra rosas sombra

Bajo un cielo extraño
sombra rosas
sombra
sobre una tierra extraña
entre rosas y sombra
dentro de un agua extraña
mi sombra

Traducción de Cacilia Dreymüller y Concha García


Temprano mediodía

Silencioso verde a el tilo en el verano inaugurado,
muy apartada de las ciudades tiembla
el brillo opaco de la luna diurna. Ya es mediodía,
ya se agita en la fuente el chorro,
ya se alza bajo el destrozo
el ala maltratada del pájaro de fábula,
y la mano, desfigurada por tirar la piedra,
cae en el despertar del trigo.

Donde el cielo de Alemania ennegrece la tierra,
busca su ángel decapitado una tumba para el odio
y te entrega el cuenco del corazón.

Un puñado de dolor se pierde sobre la colina.

Siete años más tarde
te acuerdas nuevamente,
junto a la fuente, ante la puerta,
no mires demasiado profundamente,
se te saltarán los ojos.

Siete años más tarde,
en casa de amortajado,
apuran los ayer verdugos
el vaso dorado.
Se te hundirían los ojos.

Ya es mediodía, en las cenizas
dobla el hierro, sobre el mandril
está izada la bandera, y sobre la roca

del sueño ancestral, queda de aquí en adelante
forjada el águila.

Solo la esperanza, aquejada de ceguera, está acurrucada bajo la luz.
¡Rompe sus cadenas, guíala
ladera abajo, ponle
la mano sobre los ojos, que no la
abrase ninguna sombra!

Donde la tierra de Alemania ennegrece el cielo,
busca la nube palabras y llena el cráter de silencio
antes de que el verano las perciba bajo la llovizna.
Lo inexplicable recorre, en voz baja, el país:
ya es mediodía.

Traducción de Arturo Parada

https://www.zendalibros.com/5-poemas-ingeborg-bachmann/
https://tamtampress.es/2018/04/23/peter-handke-e-ingeborg-bachmann-abren-el-catalogo-de-tresmolins-la-editorial-de-la-ensayista-y-traductora-alemana-cecilia-dreymuller/ingeborg-bachman/
https://es.wikipedia.org/wiki/Ingeborg_Bachmann

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