Elvia (34), es una mujer poderosa promotora de los derechos de las mujeres mayas, de ascendencia Maya Kaqchikel, creció en una pequeña comunidad rural. A los 12 años, su padre la sacó de la escuela. De todos modos, se comprometió a mostrar a sus padres y a la comunidad que las mujeres, al igual que los hombres, pueden estudiar y convertirse en profesionales. Se ayudó a pagar sus estudios y, además, apoyó a su familia trabajando con ellos.
Después de 10 años de determinación firme e inflexible, se graduó de la universidad con una licenciatura en trabajo social, fue la primera persona en su comunidad rural en hacerlo. Más tarde se unió a un proyecto del Consejo de Población destinado al empoderamiento y la educación de las niñas mayas. Después de eso, encontró su nicho perfecto en un programa de la Iniciativa de Justicia para Mujeres (WJI, por sus siglas en inglés), implementando y supervisando programas de derechos de las mujeres en comunidades rurales. Ahora, como directora de programas de WJI, continúa desempeñando un papel fundamental en el desarrollo y ejecución de iniciativas creativas para empoderar a las mujeres y niñas guatemaltecas rurales de origen maya a través de programas enfocados en el acceso a servicios legales, educación sobre los derechos de las mujeres y desarrollo de liderazgo. Ella dirige numerosos talleres para mujeres mayas en su lengua materna, Kaqchikel, y se reúne con numerosos Líderes comunitarios y servicios municipales para abogar por la prevención de la violencia de género y la terminación del matrimonio infantil. Antes de convertirse en directora del programa, había dirigido un programa titulado "Retrasar el matrimonio precoz entre las niñas mayas a través de intervenciones basadas en la comunidad basadas en la cultura".
Su vida está dedicada al Objetivo 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: “Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas”. A través de su creatividad y carisma, utiliza un enfoque innovador basado en aproximarse con las comunidades rurales locales para aumentar el acceso de las mujeres a la justicia, las oportunidades y mejorar su capacidad para ejercer sus derechos a vivir libres de violencia. Su trabajo se desarrolla en Aldea Cruz de Santiago, Tecpan, Guatemala
Y no hay duda de que ella está alcanzando lentamente su objetivo.
Su trabajo contribuye al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas - Agenda 2030 - Objetivos # 4 y # 5.