Clara Immerwahr (Polkendorf, Reino de Prusia, 21 de junio de 1870 – 2 de mayo de 1915, Dahlem, Berlín) fue una química alemana de ascendencia judía, esposa y colaboradora del químico alemán Fritz Haber, conocido principalmente por el desarrollo del proceso Haber-Bosch, un efectivo método para la síntesis de amoníaco.
Clara era la más joven de una familia de cuatro hermanos de clase media-alta. Aunque sus hermanas solo querían casarse, a Clara no le seducían las perspectivas que ofrecían las ocupaciones tradicionales de las mujeres de su época. Ella estaba interesa en las ciencias y tenía el firme deseo de ser financieramente independiente.
Así, y debido al veto a las mujeres de entrar en las universidades alemanas, completó sus estudios como maestra, realizando algunos trabajos como institutriz. Sin embargo, en ella permanecía el deseo de progresar en sus estudios científicos, más concretamente en química.
En 1896, en Alemania, se permitió a las mujeres atender a las clases universitarias, eso sí, exclusivamente como oyentes externos, pero Clara continuó su lucha para obtener el permiso para realizar el examen de ingreso en el programa de doctorado. En 1898, se convirtió en la primera mujer en aprobar el examen. Y el 12 de Diciembre de 1900 obtuvo un doctorado en química con la calificación de cum laude, convirtiéndose en la primera mujer en recibir este grado en una universidad alemana.
A pesar de sus logros, la comunidad científica era todavía un club de chicos. Aun así Clara trabajó como asistente de su director de tesis, realizó algunas publicaciones científicas y dio clases en organizaciones de mujeres y escuelas, pero su labor científica estuvo muy limitada a causa de su género.
Por esas fechas, primavera de 1901, Clara se reencontró con Fritz Haber, también doctor en química. Fritz la había conocido años antes en unas clases de baile y le propuso matrimonio, sin embargo ella estaba centrada en sus estudios y rechazó su oferta. Pero esta vez la llama del amor se encendió de nuevo y se casaron en Agosto de ese mismo año.
La pareja se trasladó a Karlsruhe donde Fritz era profesor de Química. Clara contribuyó al trabajo de su marido sin ningún reconocimiento y tradujo sus trabajos al inglés.
La obra que este publicó en 1905, “Thermodynamik technischer Gasreaktionen” se la dedicó a su esposa por su «silenciosa cooperación». Habían trabajado juntos en casa, cada uno en su mesa; Clara calculando y comprobando esmeradamente los datos de Haber
Poco despues dio a luz, en un embarazo, excepcionalmente difícil a un hijo, Hermann, y tras ese punto tuvo que dejar a un lado sus ambiciones académicas para centrar sus energías en la atención a su familia y las obligaciones sociales de un marido ambicioso.
La obra que este publicó en 1905, “Thermodynamik technischer Gasreaktionen” se la dedicó a su esposa por su «silenciosa cooperación». Habían trabajado juntos en casa, cada uno en su mesa; Clara calculando y comprobando esmeradamente los datos de Haber
Poco despues dio a luz, en un embarazo, excepcionalmente difícil a un hijo, Hermann, y tras ese punto tuvo que dejar a un lado sus ambiciones académicas para centrar sus energías en la atención a su familia y las obligaciones sociales de un marido ambicioso.
Así, mientras Clara permanecía en casa, la carrera de su marido Fritz florecía de forma meteórica. En 1904 descubrió el proceso de Haber para la síntesis del amoniaco a partir del nitrógeno del aire e hidrógeno obtenido por hidrólisis del agua. El proceso revolucionó la economía alemana, pues permitía obtener fertilizantes baratos. Por este proceso Fritz Haber obtuvo el premio Nobel en 1918. Sin embargo la producción de amoniaco tenía un doble uso… la fabricación de explosivos.
Esto hizo que Alemania no se quedara sin municiones y alimentos durante la primera guerra mundial a pesar del bloqueo británico. Además, Haber puso su laboratorio a disposición del ministerio de la guerra alemán y desarrolló los distintos gases venenosos utilizados por su ejército (cloro, fosgeno y gas mostaza).
De la correspondencia de esas fechas por parte de Clara se ve que sufría con dos problemas. Uno era el rol subordinado que se esperaba de una mujer en la época del Káiser Guillermo, en el cual no había lugar para su propia carrera científica. Y el otro era la deriva que estaba llevando la investigación de su marido.
Lo que Fritz ganó en esos ocho años, eso –y mucho más– he perdido yo, y todo lo que queda de mí me llena de la más absoluta insatisfacción [...] y si debo culpar a una parte de mí de [...] la insatisfacción por un rasgo particular de mi carácter, el peso principal debe recaer, sin lugar a dudas, en la asfixiante seguridad en sí mismo que muestra Fritz en el hogar y en el matrimonio, y cualquier ser humano que no fuera aún más desconsiderado que él [...] se rompería en pedazos. Todas las demás cualidades humanas de Fritz, excepto ésta [la voluntad de trabajar], están a punto de reducirse y es, por así decirlo, un viejo prematuro. (Clara Haber a Richard Abegg, 25 de abril de 1909)
En palabras de su biógrafo Gudrun Kammasch “Clara Immerwahr creía ciegamente que el estudio científico obligaba a respetar la vida” y le parecía una perversión de la ciencia el cariz en el que se estaba tornando la investigación de su marido.
El primer ataque con gas tuvo lugar en Ypres en el sector belga del frente occidental en abril de 1915. Ese día murieron más de cinco mil soldados, siendo cientos de miles los heridos y muertos en ataques posteriores los producidos por la guerra química por parte de ambos bandos. Haber fue ascendido a capitán y en una fiesta en su honor, antes de su partida al frente oriental a supervisar nuevos ataques químicos, Clara le mostró su oposición al horror que suponía la guerra química y discutió fuertemente con él sobre el límite moral que no debe sobrepasar las aplicaciones científicas…él al parecer la acusó de ser una traidora a la patria. Esa noche ella tomó su pistola del ejército y se suicidó en su jardín aparentemente atormentada por la cantidad de muertos que había producido e iba a producir la investigación de su marido. Su hijo Hermman oyó el disparo y vio morir a su madre en sus brazos. Su padre tras el suceso partió el mismo día al frente, dejando a su hijo de 13 años lidiar solo con la situación.
Hoy en día la figura de Clara Immerwahr es vista como un ejemplo de protesta contra el mal uso de la ciencia. Uno de los premios más prestigiosos de la sección alemana para la prevención de la guerra nuclear lleva su nombre. Otro premio que homenajea su figura es el premio anual Clara Immerwahr, otorgado por UniCat (Unifying Concepts in Catalysis) desde 2011. En el cual se premia a una joven científica que se encuentre en la primera etapa de su carrera investigadora por sus excelentes resultados en la investigación sobre catálisis.
https://es.wikipedia.org/wiki/Clara_Immerwahr
https://juandelaciencia.wordpress.com/2015/05/02/el-suicidio-de-clara-immerwahr-una-quimica-pacifista-en-tiempos-del-kaiser-guillermo/
https://web.archive.org/web/20050903122626/http://world.std.com/~jlr/doom/haber.htm
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