María Elena Moyano Delgado (Barranco, 29 de noviembre de 1958 - Villa El Salvador, 15 de febrero de 1992) fue una luchadora social, dirigente vecinal peruana, conocida popularmente como "Madre Coraje".
María Elena Moyano fue brutalmente asesinada el 15 de febrero de 1992. Todo asesinato es brutal, por supuesto. Pero lo que hizo Sendero Luminoso aquella tarde en Lima fue, sin duda, de una brutalidad excepcional. Asesinar a una dirigente popular. En una tarde de domingo, mientras se celebraba una fiesta para recaudar fondos para un proyecto de solidaridad, popular y autogestionado. Delante de sus dos hijos, de 10 y 8 años de edad. Y, después de matarla a balazos, poner una carga de dinamita sobre su cuerpo para descuartizarla con la finalidad de asustar a sus seguidores. Pocos días más tarde, los terroristas dinamitaron su tumba. Una brutalidad.
Pero, ¿quién fue María Elena Moyano y qué hizo en sus 33 años de vida?
Nacida en 1959, María Elena tenía siete hermanos. Se crió en Lima, entre los barrios de Barranco y Surco. Vivió en propia carne las invasiones populares en las barriadas o pueblos jóvenes. Eran los tiempos de casas de esteras: pobreza, esperanza y organización. Estudió dos años de sociología en la universidad. Tuvo dos hijos, Gustavo y David. En el año 1983 regresó a Villa El Salvador y allí permaneció hasta su muerte. El barrio de sus sueños y de sus luchas; un barrio casi mítico, lleno de pasión y de vida. En 1983 es dirigente local del club de madres y, en 1986, resulta elegida presidenta de la Federación.
“Siento que Villa el Salvador es de alguna manera la esperanza del Perú; la construcción de una sociedad distinta”, decía ella. Y no parece exageración, si miramos las 2500 organizaciones de base que allí funcionaba. Ya en 1983, se logró dotar de gobierno local a una comunidad de 300.000 habitantes: CUAVES (Comunidad Urbana Autogestionaria Villa El Salvador). Años más tarde, en 1987, Villa recibió el Premio Príncipe de Asturias. Pero, ¿por qué?
En medio de la pobreza extrema, decía Moyano: “frente a la crisis económica, el pueblo y las mujeres han sabido responder. ¡Derechos exigimos y limosnas no pedimos!”. Surgieron comités de arborización para “transformar el arenal, plantando miles de árboles y luego construyendo colegios”. También comedores populares autogestionados y ligados a la parroquia. Se calcula que, en 1992, había en Lima unos seis mil comedores populares.
De manera especial hay que mencionar los Comités del Vaso de Leche, que buscaban garantizar al menos un vaso de leche diario a todos los niños y ancianos. En 1984, el Programa de Vaso de Leche se incorpora al Plan de Emergencia de Alimentación y Salud de la municipalidad de Lima, gobernada desde el año anterior por Alfonso Barrantes, de Izquierda Unida.
Algunas voces, desde sectores de la izquierda revolucionaria, dicen que los comedores o los Comités de Vaso de Leche “adormecen al pueblo o sirven de colchón al sistema. Nosotras decimos que no es así, porque lo que hacemos es apostar por el autogobierno del pueblo”, respondía María Elena.
En diciembre de 1983 se constituyó la Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador (Fepomuves) y, para 1987, Fepomuves tiene 105 clubes de madres y 450 coordinadoras de vaso de leche. En 1992 hay 1500 comités del vaso de leche y 800 comedores populares. En 1992 había más de 100.000 beneficiarios en Villa (menores y personas ancianas).
Su lucha social desembocó en el compromiso político. No solo porque, como hemos visto, desde el principio estaba entrelazada la auto-organización popular con el diseño de una política local al servicio de las mayorías. Desde 1983, el gobierno local autogestionado de Villa El Salvador había elegido a Michel Azcueta como alcalde, por dos veces.
En las terceras elecciones (1989), hubo una implicación más activa de la Federación de Mujeres y, siendo Mª Elena su candidata, fue elegida teniente de alcalde de Villa El Salvador. En ese puesto de servicio público permaneció hasta que la asesinaron.
María Elena Moyano perteneció al Partido Unificado Mariateguista (PUM) desde su fundación en 1984 hasta el año 1988. Desde entonces, y hasta 1992, pertenecía al MAS (Movimiento al Socialismo), corriente social-cristiana dentro de la coalición Izquierda Unida.
Mª Elena Moyano, en cabeza de la movilización contra la violencia |
Desde el inicio de los años 1990, los terroristas de Sendero Luminoso incrementaron sus acciones violentas en Lima, intentando cercar al movimiento popular auto-organizado. Asesinan al dirigente sindical Enrique Castilla (octubre 1990); matan a Juana López León, coordinadora de Vaso de Leche en Callao (31 agosto 1991); dinamitan un centro de acopio que abastecía a 90 comedores populares (septiembre 1991); distribuyeron un escrito acusando explícitamente a Mª Elena de ser colaboracionista (septiembre 1991); cometen un atentado a balazos contra Emma Hilario, de la Comisión Nacional de Comedores populares en el pueblo joven Pamplona Alta (30 de diciembre 1991), que se ve forzada al exilio; el 24 de enero de 1992, otro grupo terrorista, el MRTA, asesina a Andrés Sosa, dirigente político de izquierda en Villa El Salvador. El 13 de febrero, Michel Azcueta sufre un atentado a las puertas del Colegio Fe y Alegría de Villa El Salvador.
La respuesta de María Elena Moyano es clara y directa: “La revolución es afirmación a la vida, a la dignidad individual y colectiva; es ética nueva. La revolución no es muerte ni imposición ni fanatismo. La revolución es vida nueva, es convencer y luchas por una sociedad justa, digna, solidaria al lado de las organizaciones creadas por nuestro pueblo, respetando su democracia interna y gestando los gérmenes de poder del nuevo Perú”.
El 26 de septiembre de 1991, la federación de mujeres desafía al totalitarismo de Sendero Luminoso y al miedo generalizado, con una Marcha pública que es un grito por la vida “Contra el Hambre y el Terror”. Participaron unas 20.000 personas, sobre todo mujeres. “No matarás, ni con hambre ni con balas”.
El día previo a su muerte, Sendero Luminoso convocó a un “paro armado” en todo el país. María Elena junto a varias mujeres, salieron a las calles a desafiar el paro y las amenazas del grupo de asesinar a quien estuviera fuera de sus casas. La amenaza era real. Pero , como había escrito unos días antes: “Solo nos queda la fuerza real que sale de las entrañas, de lo más profundo de nuestro pueblo oprimido. Solo con esa fuerza será posible derrotar al terror”.
http://entreparentesis.org/maria-elena-moyano-martir-la-solidaridad/
Necesitamos a mas reinas Moyanos en el Perú.
ResponderEliminar¡No mataras, ni con hambre ni con balas!