Carmen Naranjo Coto (Cartago, 30 de enero de 1928 - San José, 4 de enero de 2012), fue una escritora y diplomática costarricense. Es conocida por su extensa obra literaria en las áreas de poesía, ensayo, narrativa y teatro, así como por sus cargos políticos como embajadora en Israel (1972-1974), ministra de Cultura de Costa Rica (1974-1976), directora de la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en América Central y México (1976-1980). Esta combinación de actividad cultural y política le ha hecho erigirse en una voz fuerte en la defensa y promoción de los derechos de las mujeres costarricenses.
Ingresa a la Galería de las Mujeres de Costa Rica (Edición 2004) por su trayectoria de vida, y porque su legado trasciende las fronteras nacionales en procura de una sociedad justa, de oportunidades y de equidad. Fue una de las mujeres que más ha influido en el desarrollo de la narrativa costarricense de tema urbano. Premio Aquileo J. Echeverría 1966 y 1971. Premio Magón 1986.
Carmen Naranjo nació en la ciudad de Cartago el 30 de enero de 1928. En la Escuela República del Perú, en San José, hizo sus estudios de enseñanza primaria, en el Colegio Superior de Señoritas los de secundaria y los universitarios en la Universidad de Costa Rica, en donde obtuvo el título de licenciada en Filología. Realizó estudios de postgrado en las universidades Autónoma de México y de Iowa, Estados Unidos.
En su quehacer en la función pública, se desempeñó como embajadora de Costa Rica en Israel, Subgerente Administrativa de la Caja Costarricense del Seguro Social, asistente de gerencia del Instituto Costarricense de Electricidad, Ministra de Cultura en el gobierno de Daniel Oduber, Directora de la editorial EDUCA, Presidenta del Consejo Nacional de Educación Física y Directora del Museo de Arte Costarricense.
Laboró como experta de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en El Salvador, República Dominicana, México y Estados Unidos, y dirigió los programas regionales del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF). Fue coordinadora técnico-administrativa del Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP).
Un hecho interesante y expresivo de lo que fue su participación en la función pública, es que ella redactó la ley de nacionalización eléctrica, y participó muy activamente en la universalización de los seguros sociales.
Además, por muchos años dirigió talleres narrativos en los que enseñó y orientó a las y los jóvenes que deseaban dedicarse a la literatura.
A partir de la década de los sesenta, las novelas, los relatos, los poemas y los ensayos de Carmen Naranjo invitan a la reflexión sobre la cotidianidad costarricense, a salir de la apatía a la que nos puede someter el apurado trajín urbano, al encuentro frontal con la mediocridad y el anonimato vital.
Carmen Naranjo ganó en nuestro país muchos premios literarios: entre ellos, el Premio Magón, en 1986, con lo cual fue la segunda mujer en obtenerlo y, en dos ocasiones, 1966 y 1971, recibió el Aquileo J. Echeverría de novela. Además, a nivel internacional, la Universidad de Santo Domingo, República Dominicana, le confirió en 1991 el Doctorado Honoris Causa, y el gobierno de Chile, en 1996, la Medalla Gabriela Mistral.
Fue la primera escritora en formar parte de la Academia Costarricense de la Lengua. A esa trayectoria en la vida pública nacional, hay que sumar la de promoción cultural, tanto desde aquellos cargos oficiales como en ámbitos de carácter popular. Sin embargo, su verdadero cargo, como ha dicho la periodista Aurelia Dobles, ha sido el de creadora, tanto en la poesía como en la novela.
En la obra de Naranjo se hace nueva la frase hecha, compleja la cosa simple, desconocido el lugar común. A su inspiración poética le debemos "Canción de la ternura" (1962), "Misa a oscuras" (1964), "Hacia tu isla" (1966), "En esta tierra redonda y plana" (2001) y "Marina Jiménez de Bolandi: recordándola" (2002).
Con su novela "Los Perros no Ladraron", publicada en 1966, Carmen Naranjo inició un sendero de renovación de la literatura costarricense, al incorporar, explícitamente, el espacio urbano a la narrativa nacional; los únicos precedentes los encontramos en las novelas de Yolanda Oreamuno y "Ese que llaman pueblo", de Fabián Dobles. Asimismo, nadie como ella ha retratado a la clase media urbana de nuestro país.
Jugó con los recuerdos y tiempos en "Memorias de un hombre de palabra" (1968); hizo crisis del mundo urbano en "Diario de una multitud" (1974) y de las costumbres costarricenses en los ensayos de "Cinco temas en busca de un pensador" (1977).
En estas obras y en otras posteriores, como "El caso 117.720" (1987) o "En partes" (1994), quiso mostrar la crisis de valores en la sociedad costarricense, a través de la escisión entre palabras y acciones.
Carmen Naranjo fue escritora incansable, figura trascendental de la literatura costarricense y centroamericana y pionera del discurso interior o el fluir de la conciencia, aplicados a la novela urbana de la región. Desde su narración asumió riesgos notables al recurrir, casi completamente, al diálogo de sus personajes. Pionera, desafiante, innovadora, Carmen Naranjo es, como bien dijo en una ocasión el desaparecido poeta Isaac Felipe Azofeifa, una mujer que se caracteriza por ser "Dinámica, segura de sí, inteligente (…) que lo ilumina todo con sus juicios, sus claras opiniones sobre el mundo y las gentes".
Eternamente inquieta, casi hiperactiva, los años no han mermado su prolífica vocación. La novela "Más allá del Parismina" (2000) y los ya citados poemarios publicados en estos últimos años lo confirman.
Carmen Naranjo no solo fue una mujer muy destacada en la vida nacional, por la labor que ha desarrollado en la función pública y en la cultura, sino, sobre todo, porque, con talento y sensibilidad, nos ha dado novelas, poemas y ensayos que han enriquecido la literatura nacional y nos han deparado una experiencia estética innovadora, construida, con maestría, con la materia prima de la obra literaria, los sueños y las ficciones, la palabra, que ella concibe así:
(La palabra) "Es el todo, es la vida. Ella es vital. La palabra va más allá del espacio, la palabra es relámpago, a veces te desecha porque se cree que no es el momento y no hay oportunidad para profundizar. Vuelve e insiste y se va fermentando, tiene tanta fuerza que es como la gota que perfora la piedra. El relámpago que ilumina la palabra no viene solo, trae una serie de sensaciones maduras en la memoria, apunta a estallar en sus sentidos, son sensaciones que tocan y desafían".
https://es.wikipedia.org/wiki/Carmen_Naranjo
https://www.inamu.go.cr/web/inamu/184
No hay comentarios:
Publicar un comentario