Elsie Monge Yoder nació en Quito el 18 de agosto de 1933 es defensora de los derechos humanos. Ganadora del Premio Juan Montalvo en la edición 2013. Ganó una nominación por el Premio Nobel de La Paz en el 2005 y el título de "Mujer del Año" en Ecuador en el 2005.
Elsie Monge ha dirigido la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu) desde su creación, en 1979.
Entre los logros de la labor de la CEDHU está la liberación de Javier Ramírez –que pasó diez meses en la cárcel por liderar la oposición a la explotación de cobre a gran escala en Intag, una comunidad en rebeldía desde hace dos décadas. También la denuncia del desplazamiento de la población de San Marcos, en la provincia suramazónica de Zamora Chinchipe.
Entre los logros de la labor de la CEDHU está la liberación de Javier Ramírez –que pasó diez meses en la cárcel por liderar la oposición a la explotación de cobre a gran escala en Intag, una comunidad en rebeldía desde hace dos décadas. También la denuncia del desplazamiento de la población de San Marcos, en la provincia suramazónica de Zamora Chinchipe.
“Unas nueve familias que se resistían a vender su tierra; fueron desplazados, sus casas fueron quemadas. La capilla y la escuela que quedaban fueron incendiadas recientemente”, describe Monge. "Ni consulta previa, ni reubicación, ni indemnización hubo para esa gente", agrega.
“Nuestro trabajo consiste en apoyar a las comunidades para que conozcan sus derechos y las herramientas legales básicas para que puedan defenderlos. Apoyamos acciones pacíficas”, dice Monge.
Elsie esta comprometida en la liberación de las personas. Es una defensora de derechos humanos en su natal Ecuador, en donde ha servido como misionera por más de 35 años.
Pero Monge dice que defender los derechos del pobre está en su sangre. Ella tuvo modelos a seguir de su abuela materna, María Elvira Campi , quien fundó la Cruz Roja en Ecuador, y su madre, Grace Yoder, quien se dedicó al trabajo social para los pobres en la ciudad de Guayaquil, donde ella creció. "El deseo de hacer algo por otros que vi en mi familia tuvo una gran influencia en mí", dice Monge, quien fue a Estados Unidos como estudiante de secundaria y asistió a Junior College en Nazareth Academy en Kentucky.
"La terrible pobreza y el deseo que sentí, junto a la necesidad de tratar de hacer algo para remediar la situación desarrollaron en mí la vocación religiosa". Buscando grupos misioneros, Monge descubrió a las Hermanas de Maryknoll y se unió a la congregación en 1954.
Después de obtener su licenciatura en Educación de Maryknoll Teachers College, trabajó en Guatemala y Panamá antes de ser asignada con la Hermana de Maryknoll Laura Glynn a Ecuador en 1973.
Mientras hacían desarrollo comunitario rural, Monge y Glynn vieron la necesidad de defender los derechos de los ecuatorianos pobres, quienes fueron desplazados por compañías extranjeras invitadas por el gobierno de Ecuador para explotar los ricos recursos naturales del país. Comunidades enteras fueron expulsadas de sus tierras. Aquellos que se opusieron a la contaminación causada por los proyectos de perforación petrolera fueron sujetos a arrestos ilegales, tortura y otras formas de brutales represalias.
Entre 1984 y 1988, durante la presidencia de León Febres Cordero, el país experimentó una intensa represión.
"Las Iglesias se unieron para empezar una organización de derechos humanos", dice Monge. Con el respaldo de las Iglesias luterana, presbiteriana y católica, Monge y Glynn, quien murió en 2004, fueron invitadas a ser miembros de la Comisión Ecuménica por los Derechos Humanos.
Las Hermanas denunciaron desapariciones forzadas, ejecuciones extra judiciales, tortura y otras formas de persecución. Acusadas por las autoridades de ser subversivas, las misioneras rechazaron ser intimidadas. "Cuando tomas una opción, aceptas lo que viene con ella. "En el trabajo por los derechos humanos uno de los requisitos es la perseverancia porque lleva tiempo ver resultados, especialmente si se afecta intereses económicos y políticos".
Ella cita el caso los hermanos Restrepo, dos muchachos adolescentes, de 17 y 14 años, quienes "desaparecieron" después de manejar un carro en Quito y ser arrestados por la policía. La ofensa fue que el joven mayor manejaba sin licencia, dice Monge. Cuando los padres de los jóvenes no pudieron encontrar que pasó con sus hijos, ellos se empezaron a reunir en la plaza principal para reclamar la verdad y justicia. "Primero éramos un grupo pequeño, familia y miembros de derechos humanos", dice Monge. "Pero después otras personas se unieron a nosotros. Ellos se contaban unos a otros acerca de sus familiares quienes también fueron asesinados o torturados". Tomó cuatro o cinco años, dice ella, para que uno de los guardias quien tomó parte en la disposición de los cuerpos revelara que el joven mayor fue golpeado con tanta brutalidad ante un interrogatorio que murió. Como el de 14 años fue testigo de todo eso, los superiores de la policía ordenaron que le dispararan. Los cuerpos fueron tirados en sacos en una laguna, dijo el guardia, quien atormentado por la culpa, se presentó y dio testimonio de lo ocurrido.
Este caso trágico, dice Monge, fue el primero en revelar el carácter represivo del estado.
Para el 2005 las protestas en contra de la minería a gran escala en Ecuador incluyó no sólo a las comunidades indígenas y campesinas sino también a representantes de parroquias y municipalidades. Ellos sacaron a la luz casos de acoso judicial que por años fueron el objetivo de líderes sociales y de la población en general. En el 2007 el presidente Rafael Correa estableció la Comisión de la Verdad en Ecuador, que comenzó a funcionar en el 2008 y fue formada por cuatro comisionados y a Elsie Monge, le pidieron que presidiera la comisión. Trabajando con un equipo de 40 profesionales, incluidos abogados y psicólogos, la comisión reunió testimonios de 600 víctimas. "Fue difícil para la víctimas revivir sus historias", dice Monge, "Pero la mayoría quería que se haga pública". Los testimonios fueron agrupados en 118 casos documentados en un reporte de 2,500 páginas que Monge presentó en el 2010.
"Será un proceso largo", dice Monge. "Mucho se ha ganado, pero al final, el estado debe estar dispuesto a sancionar a aquellos que tienen posiciones de poder". Por ahora, ella confía en que las personas a las que acompaña hayan aprendido como defenderse cuando sus derechos son abusados.
Tomado del articulo escrito por Mary Ellen Manz, M.M. de la Revista Liberación en Ecuador
Elsie Monge: Mientras más poder se acumule, mayor es el riesgo de abusos
Elsie Monge es una misionera quiteña que ha dirigido a la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu) desde su creación, en 1979, justo el año en que Jaime Roldós ganó las elecciones.
¿Fue optimista con la llegada de Roldós?
Tenía un discurso más motivante e instituyó la Doctrina Roldós, que fue pionera y, en lo fundamental, planteaba que los derechos humanos no tienen fronteras. En ese entonces, hicimos un trabajo de educación y difusión y creamos el Frente Ecuatoriano de Derechos Humanos, que sirvió para el periodo de represión de Febres-Cordero.
¿Qué tipo de represión?
Con el pretexto del grupo armado de Alfaro Vive, se montó un aparato enorme para combatirlo y vino la persecución. Todo joven era sospechoso y se formaron comandos que iban por las madrugadas y noches a allanar las casas... Era el terror institucional, el control a través del miedo. Por primera vez se registraron indicios de desapariciones forzadas y de ejecuciones extrajudiciales.
Otro gobierno represivo fue el de Rafael Correa. La citó en una de sus sabatinas...
Sí y decía “mi querida Elsie”... Es indignante. En 2007 formó la Comisión de la Verdad y ahí me llamó. Acepté, pero, finalmente, allí hubo un interés político.
¿No lo apoyó?
Nuestra posición es de autonomía e independencia, porque poder, corrupción e impunidad van de la mano.
¿Y el resultado de la comisión?
Fue a medias, porque el interés de Correa era atacar a los socialcristianos. Pedimos que se amplíe la investigación (la inicial iba de 1984 a 1988), se presentó el informe en 2010 y después ya no le dio importancia. ¿Cómo puede ser que la mayoría de casos estén diez años en indagación previa? Presentamos 110 casos, con distintos tipos de violaciones, de los cuales, hasta la fecha, seis han tenido un procesamiento judicial y solo dos o tres, sentencia. El resto ahí están. Por ejemplo, el de Dayuma (en tiempo de Correa) fue parte del informe. La criminalización de la protesta fue bárbara.
¿Gobiernos similares?
Los gobiernos no son comparables. Pero para que eso cambie, se necesita otra mentalidad. Mientras más poder se acumule, mayor es el riesgo de los abusos.
13 de agosto, 2019 Quito
https://www.dw.com/es/elsie-monge-una-vida-de-lucha-por-los-derechos-humanos/a-18417228
https://www.dw.com/es/elsie-monge-una-vida-de-lucha-por-los-derechos-humanos/a-18417228
https://www.scoopnest.com/es/user/eluniversocom/1087473914320699392-elsie-monge-del-cedhu-presente-en-la-marcha-contra-la-violencia-de-gnero-anuncia-rueda-de-prensa-de
https://www.scoopnest.com/es/user/eluniversocom/1087473914320699392-elsie-monge-del-cedhu-presente-en-la-marcha-contra-la-violencia-de-gnero-anuncia-rueda-de-prensa-de
https://www.maryknollsisters.org/sister-elsie-monge
http://www.cedhu.org/index.php?option=com_content&view=article&id=84%3Aelsie-monge-defender-los-derechos-del-pobre-lo-lleva-en-la-sangre&Itemid=42
http://cedhu.org/index.php?option=com_content&task=view&id=84&Itemid=47