En los recortes del libro La mujer de letras o la letraherida que insertamos podemos ver las dificultades que tuvo que afrontar como escritora del siglo XIX .
Julia Codorníu era descendiente de fabulista Félix María de Samaniego . Además, a la esmerada educación que recibió desde pequeña (algo poco frecuente entre las mujeres de su tiempo) contribuyó decisivamente lel que su padre fuera escritor versado en materias científicas, médico mayor del Cuerpo de Sanidad Militar y Académico de la Real de Medicina de Madrid. Trasladado a las Islas Filipinas conoció allí a doña Ana de la Matta y García Presno, hija de un afamado marino .
Curiosamente, y aunque las primeras manifestaciones del genio de la joven Julia la inclinaban ya al cultivo de la literatura, la familia quiso alejarla de esta práctica para orientarla hacia los estudios musicales. Sin embargo, su innata vocación literaria acabó por manifestarse de forma tan precoz como decisiva, pues, con tan sólo quince años de edad, la joven escritora ya había concluido dos novelas. La lectura de estas dos narraciones (tituladas Ida y La duquesa de Gratz) ante su familia venció toda la resistencia opuesta por sus progenitores, y Julia Codorniú pudo dedicarse de lleno a la creación literaria.
La familia regreso de nuevo en España, cuando Julia contaba un año de edad. Cuando la joven escritora contaba veintidós años de edad, contrajo nupcias, pero se separó tras dos años (entre las causas de la separación, la negativa del esposo a que Julia siguiera escribiendo). Esta separación fue decisiva para la trayectoria literaria de la autora de Manila, ya que, a partir de entonces, decidió dedicarse profesionalmente al cultivo de las Letras, con un especial empeño en la publicación y difusión de sus escritos.
No obstante, una desgraciada sucesión de problemas familiares la obligó a permanecer inactiva como escritora durante algunos años, hasta que, en 1882, fue admitida en calidad de primera redactora en el prestigioso semanario La Moda Ilustrada, donde se asentó definitivamente como escritora y prescindió del pseudónimo literario ("Baronesa de Argeniere") con que había firmado sus escritos en tiempos de oposición paterna y conyugal. En esta importante publicación madrileña vieron la luz algunos poemas de Julia Codorníu, como los titulados "La mañana" ("Salve, rosada aurora...", 30 de marzo de 1882), "Epitafio" ("Volaste a la azul esfera...", 10 de abril de 1882), "A la señora" ("Por fin te vienes del remoto suelo...", 10 de julio de 1882) y "Amor conyugal" ("Casada una joven...", 10 de julio de 1882).
A partir de entonces, su nombre no dejó de tener presencia en los medios de comunicación de todo el país. En 1883 colaboraba en el semanario Flores y Perlas, donde publicó el artículo titulado "Los maniáticos. (Estudio sobre las pasiones humanas)" (7 de abril de 1883), así como una composición poética dedicada a la salida a la calle de esta publicación; y, un año después, figuraba como directora en la cabecera de La Semana Literaria, de Madrid, semanario en el que dejó impresa la mayor parte de sus escritos periodísticos. Entre ellos, pueden citarse como representativos de su quehacer literario los artículos titulados "Desilusión de un amante" (7 de marzo de 1884), "Cristina -memorias de una joven-" (7 de marzo de 1884), "Mi retrato" (30 de marzo de 1884), "Defensa de las escritoras injustamente atacadas en el folleto de D. A. Corton, titulado " (10 de abril de 1884), "La vida de pueblo de las falsas señoras" (20 de abril de 1884) y "Las porteras de Madrid" (30 de abril de 1884); sin embargo, por lo que más destacó Julia Codorníu en La Semana Literaria fue por los poemas que entre sus páginas dejó estampados, entre los que resulta obligado mencionar "Letrilla" ("Era Luisa guapa moza...", 20 de mayo de 1884), "La alondra y el gorrión" ("Una niña angelical...", 30 de mayo de 1884), "Serenata" ("Abre la reja, niña...", 30 de junio de 1884), "El motín" ("Aún resuena en mi oído el clamoroso...", 10 de julio de 1884), "La amistad" ("Es lazo dulce y profundo...", 20 de julio de 1884), "A mi querido padre" ("¡Padre del alma!, siempre el pensamiento..."), "A mi hijo Gregorio" ("Más bello que un ruiseñor...", 10 de agosto de 1884), "Mi existencia" ("Las bellas ilusiones que mi mente forjaba...", 20 de agosto de 1884), "Dicha conyugal" ("Voy a contar las proezas...", 30 de agosto de 1884), etc.
También en 1884 asumió Julia Codorníu el puesto de primera redactora de Crónica de la Moda y de la Música, una publicación semanal que La Correspondencia de España regalaba a sus suscriptores. La responsabilidad de todo este folleto -así como la mayor parte de sus contenidos- recaía en la escritora de Manila, que llegó a cobrar hasta cincuenta pesetas por cada número que redactaba. Además, dejó impresas otras colaboraciones en El Álbum del tocador (revista que también dirigió durante algún tiempo), en La Guirnalda y en La Correspondencia de España.
Aparte de toda esta obra de creación diseminada por periódicos y revistas, Julia Codorníu publicó también varios libros que contribuyeron a difundir la fama de escritora de que gozó en vida. Así, en 1884 recogió en un volumen una serie de "dramas familiares" -en expresión de la propia escritora- que, previamente, habían aparecido en el folletín del periódico La Patria. El libro resultante (del que su autora dijo, modestamente, que era "una de las pésimas producciones que han visto la luz pública") llevó por título el de Los pecados capitales (Madrid: Imprenta de Francisco G. Pérez, 1884).
Anteriormente, Julia Codorníu había dado a la imprenta Las fraguas de Pont-Avesnes (Madrid: Imprenta y Litografía de "La Guirnalda", 1882), una traducción "en versos romancescos" de la novela homónima del escritor francés Georges Ohnet. Esta versión castellana de Julia Codorníu, que ya había visto la luz entre las páginas de La Correspondencia de España, iba acompañada de algunos de los poemas originales de la propia escritora filipina.
El resto de su producción literaria impresa en forma de libro se compone de los títulos siguientes: El crimen de Belchite. Episodio dramático seguido de Las travesuras, A la mujer y a la cabra... y La mujer influyente (Madrid: Góngora, 1883); Doctrina explicada (Madrid: Apaolaza, 1883), obra encabezada por una carta-prólogo del Excmo. Sr. D. Leopoldo Alba y Salcedo; y Los mandamientos del Señor (Madrid: Imprenta de F. G. Pérez, 1885), que aparecen dedicados a su padre, el doctor Antonio Codorníu. Esta última obra de Julia Codorníu -subtitulada, como Los pecados capitales, "drama de familia"- fue galardonada con el premio honorífico de la Exposición Literaria Artística de 1885.
Bibliografía
SIMÓN PALMER, Carmen. Escritoras españolas del siglo XIX. Manual biobibliográfico (Madrid: Castalia, 1991).
Autor
J. R. Fernández de Cano, en colaboración con Vicente Stamps, biznieto de Julia Cordorniu.
https://www.fembio.org/english/biography.php/woman/on-this-day
http://libros.csic.es/product_info.php?products_id=696
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Bisnieto Vicente roncero
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