Acerca de nosotras ·

sábado, 14 de noviembre de 2020

Conchita Aranda profesora de baile, conocida mundialmente


Conchita Aranda Fosa ( Cádiz, 14 de noviembre de 1931-9 de septiembre de 2020), bailaora. La ciudad de Cádiz le levantó un monumento en su barrio de Santa María, una obra inaugurada el día 6 de octubre de 2011. Además, ha sido premiada con la Medalla de Plata de la provincia, el nombramiento de hija Predilecta de la ciudad, y el de Gaditana del Año por el Ateneo de Cádiz.

Conchita Aranda Fosa  bailaora, una gran profesora de baile, conocida mundialmente con su propio nombre artístico de CONCHITA ARANDA, nació en Cádiz el día 14 de noviembre de 1931. Con antecedentes familiares paternos en el mundo del teatro. Nieta de Antonia Trespalacios “La Canónica” y del apuntador teatral Manuel Aranda. Sus abuelos paternos eran de Jerez y los maternos de Antequera. Desde muy joven demostró cualidades para el baile, por dicho motivo su padre la apuntó en la única academia que existía en la Ciudad y cuyo director se llamaba Bernardo “El Aceitunero”. Como a Conchita no le iba aquel tipo de baile de moda entonces (ella lo denominaba “baile por lo fino”) a la semana abandonó sus enseñanzas.





La bailaora Conchita Aranda, para siempre, en Santa María

En casa del guitarrista Eloy Blanco, que era vecino suyo, se organizaban muchas juergas flamencas en las que acudían muchos flamencos del Puerto de Santa María y en donde invitaban a Conchita para que bailara.  En 1964, cuando contaba con 15 años de edad, fue a Barcelona, formando parte del cuadro flamenco “Los Chavalillos de España”, junto a los gaditanos Antonio Mera “Almendrita” y Paquito Gutiérrez, de la calle Sopranos, que cantaba bastante bien por el célebre Pepe Blanco. El primer bailarín era Goyito Reyes y cantaba “Naranjito de Triana”. El grupo estuvo actuando juntos durante tres largos años.

Se casó con “Bendito” en la Iglesia de la Merced (Barrio de Santa María), el 5 de septiembre de 1951. Manolo Caracol cariñosamente la llamaba “La Bendita”, con el que actuó en Méjico Distrito Federal en el año 1958.



EL GRUPO

En 1953, se constituye el grupo. Después vendría París y detrás toda Europa rendida ante el trío gaditano. En 1958 y por mediación de Juan Vargas (el de la Venta) viajan a Méjico con Manolo Caracol, en una gira que duró un año. Dejan plantado al maestro, cuando éste partía para Buenos Aires, según Cascarilla porque “todo lo que tenía de buen artista, lo tenía de guasa”. Con el tiempo Caracol, les pasó factura, impidiendo su contratación en Los Canasteros.  Nuevamente parten de gira por toda Europa. En Francia se les tributa un homenaje en el Teatro de las Naciones de París. Trabajaron en Madrid con Lola Flores, con la que actuaron varias veces en televisión en el programa “Galas del Sábado”. En su etapa madrileña actuaron en los tablaos Torres Bermejas y El Duende; en Barcelona en la Sala Catalán y la Sala Tío Pepe de Bruselas en la que Cascarilla dirigió un cuadro flamenco.

En 1971 realizaron una gira por Australia que duró cerca de dos años.  El 4 de mayo de 1992, las peñas, entidades flamencas e instituciones le brindaron un merecido homenaje en el Teatro Andalucía (El Gran Teatro Falla por aquel entonces se estaba remodelando), que contó con la participación de Alfonso del Gaspar, Manuel Sordera, Chano Lobato, Rancapino, Adela La Chaqueta, Fernanda de Utrera, Juanito Villar y Mariana Cornejo. Han bailado ante la Reina Juliana de Holanda, y el rey Hussein de Jordania en París. Con motivo de la visita de la Reina Doña Sofía a Cádiz para la inauguración del Centro Cultural de Flamenco La Merced, tuvieron la oportunidad de bailar ante ella. El Ayuntamiento gaditano, en sesión celebrada en 3 de octubre de 1997, acordó conceder la denominación “Gitanillos de Cádiz” a una calle en el barrio de La Laguna

"Estoy muy nerviosa y cuanto más se acerca el día más nerviosa estoy. ¿Y si lloro? Qué vergüenza, ¿no? A mí bailar no me importa, eso no me pone nerviosa. Pero esto... Esto... Creo que es muy grande. Voy a estar ahí siempre...". Siempre en el Barrio, muy cerquita de la calle Público, donde se crió. Conchita Aranda y una bata de cola, esa que manejaba diestra, como un buen capitán con la mar, haciendo bailar a las olas. Concha Aranda y su bata de cola esculpidas en bronce -por obra de las manos del escultor José Antonio Barberá, el empeño de la asociación de vecinos Las Tres Torres, el dinero de Cemabasa y la mediación del Ayuntamiento de Cádiz- estarán desde hoy, a partir de las nueve y cuarto, y para siempre en el entorno de la plaza de la Merced. "Esto es un honor muy grande para mí y por eso, si cuadra, lo agradeceré bailando un poco, pero un poco que, bueno, ya tengo una edad, de hecho, el 14 del mes que viene cumplo 80 años", dice cariñosa la bailaora que ya tiene en su haber honores como la Medalla de Plata de la provincia o ser hija Predilecta de la ciudad, además de Gaditana del Año, por el Ateneo de Cádiz. La artista, que también ha sido durante muchísimos años profesora de baile de otras tantas generaciones de bailaoras gaditanas, está "muy satisfecha" con el trabajo realizado por José Antonio Barberá, el mismo escultor que hace unos años elaboró el monumento al cantaor Chano Lobato situado a las puertas del Centro Flamenco de la Merced. "Soy yo", asegura rotunda.  Barberá también se encuentra "muy contento" con el resultado de su nueva obra. "Todo surgió el mismo día de la inauguración de la estatua de Chano, pero luego se enfrió la cosa", recuerda el artista que a finales del año pasado recibió la confirmación para poner en marcha esta obra que cuenta con un molde final "de 500 kilos" asegurado "por una estructura de hierro" pero que parece leve y ligera gracias "al movimiento y el equilibrio" que recorren la escultura. "El trabajo de los volantes de la bata ha sido muy duro, porque todos llevan hueco y también he hecho muchos estudios de la cintura, de las caderas, he trabajado mucho la espalda, porque Concha la llevaba bailando siempre al límite. Ha sido difícil pero merece la pena porque creo que el resultado es muy bueno. Es muy hermosa", defiende Barberá que idea a una Concha en pose de baile y con un rostro que refleja la madurez de una bailaora de unos 40 años. "No, a mí que me sacaran las arrugas y estar ahí para siempre no me gustaba", ríe la integrante de las míticas formaciones Los Chavalillos de España y Los Gitanillos de Cádiz. La altura de la artista también ha tenido que ser modificada. Así, tal y como explica el creador, "aunque las proporciones se han respetado si he aumentado la altura porque la bata de cola es bastante amplia", resuelve. Esta noche Cádiz tiene una cita con una de sus más grandes artistas. De esta forma, además del descubrimiento del monumento, las puertas del Centro Flamenco de la Merced se abrirán para acoger a todos aquellos que quieran acompañar a Concha Aranda en un día feliz. Tanto la artista como la asociación de vecinos del Barrio de Santa María invitan a todos aquellos flamencos y aficionados a compartir "un día especial".
Tamara García / Cádiz | Actualizado 06.10.2011 - Conchita Aranda, durante una de sus actuaciones.



La máxima del punta y tacón
La bailaora y profesora Conchita Aranda descubre su escultura en la Merced rodeada por su familia, sus amigos y varios artistas que se sumaron al homenaje
"Punta y tacón, tacón punta, punta y tacón, tacón punta...". Qué aburrimiento... Yo quería bailar por soleá. "Paciencia", pedía mi tio Bendito a, entonces, una niña de ¿seis, siete años? No recuerdo exactamente los años de infancia que atesoraba cuando Conchita Aranda, su mujer, daba clases de baile a las chiquillas y muchachas que acudíamos a la peña flamenca Juanito Villar. "Punta y tacón, tacón punta...", nos repetía a las más pequeñas Conchita marcando el compás con las palmas y a golpe de melena. Había que coger fuerza en las piernas. Yo no lo entendía. Yo quería bailar por soleá. Y, aún así, obedecíamos y taconeabamos. Años después, las escobillas, los replantes, la serie de pasos no resultaban tan complicadas gracias a la máxima de "tacón punta, punta y tacón".... Una sentencia que el viernes se repetía en mi cabeza como una letanía. Allí estaba Conchita, la misma coleta que agarraba de raíz para sacudirla en la salida de la bulería (algo que sus alumnas imitamos con orgullo), la misma elegancia en el plante a pesar de su pequeña estatura, la misma majestad en el braceo. Allí estaba, al filo de los 80 años y agradeciendo como mejor sabe, bailando, el cariño de todos aquellos que acudieron al acto de inauguración del monumento que lleva su figura junto a la Merced. A la gran personalidad del baile que fue la recuerdo en fotografías, en todo lo que me cuenta mi tío Bendito que, junto con ella y José Vargas Cascarilla, recorrieron países y continentes llevando el nombre de su ciudad con Los Gitanillos de Cádiz, y en algunas de sus últimas aparaciones profesionales cuando yo rozaba la adolescencia. A la profesora la llevo en los pies, en los brazos, en el pelo, en la piel. Doña Concha Aranda me enseñó, como a otras tantas generaciones de gaditanas, a bailar y a subir a un escenario. De mí no hizo carrera, pobre, pero sí de muchas otras. Y, sobre todo, por encima de todo, me enseñó, junto con mi abuela, a respetar, a entender y a amar con todo mi corazón esa disciplina tan hermosa que es el baile flamenco. Por eso, el pasado viernes, no fuimos pocos los que nos emocionamos al contemplar a Conchita Aranda apuntando la bulería sobre el escenario con el cante de Felipe Scapachini, uno de los artistas de Cádiz que se quiso sumar al homenaje a la bailaora y profesora al igual que Carmen de la Jara, Manoli de Gertrudis, su hermana Paca, Charo Ramírez (hermana de Chano Lobato), Luisa la de Enrique, Naim Real y un grupo de mujeres que aprendieron a bailar con Conchita tanto de la peña de La Perla como en Juanito Villar. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez y varios de sus concejales, el presidente de la Asociación de Vecinos Las Tres Torres, artífice de este homenaje, el flamencólogo Félix Rodríguez, que presentó el acto, el presidente de la Cátedra de Flamencología, Antonio Barberán, y los presidentes de varias peñas de la ciudad compartieron con Conchita su día especial, además de José Antonio Barberá, autor de la escultura, muchos aficionados, su hijo, sus nietos, su marido y el amigo Cascarilla. Hubo cante, poemas y baile. Y hubo cariño y muchos recuerdos. Y el compás de fondo del punta y tacón, tacón y punta.
Tamara García / Cádiz |




https://www.diariodecadiz.es/ocio/Muere-Conchita-Gitanillos-Cadiz_0_1499850393.html
https://currentlyaway.com/2019/05/20/cadiz/statue-of-conchita-aranda-fosa/
https://www.diariodecadiz.es/ocio/bailaora-Conchita-Aranda-Santa-Maria_0_521648008.html
https://elartedevivirelflamenco.com/bailaores234.html
https://elartedevivirelflamenco.com/bailaores234.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario