Acerca de nosotras ·

lunes, 8 de febrero de 2021

Erika Burkart escritora y poeta suiza

 




Erika Burkart (8 de febrero de 1922, Aarau - 14 de abril de 2010) fue una escritora y poeta suiza. Recibió numerosos premios, entre ellos el Conrad-Ferdinand-Meyer-Preis, el Gottfried-Keller-Preis, el Joseph-Breitbach-Preis y el Wolfgang-Amadeus-Mozart-Preis.


Nació en Aarau en 1922 y murió en Muri en 2010. El patrimonio literario de Erika Burkart está archivado en los Archivos Literarios Suizos de Berna. 

Tiene una gran producción de libros en prosa y verso en su idioma de los que  alguno  ha  sido traducido al inglés




En mi propio nombre

 

               Pero al que una vez está fuera la Tierra se le vuelve clara, y el cielo negro

                  Elias Canetti


De blanco. Siempre la mortaja, el traje de novia.

La mano en la mejilla,

los párpados a medio cerrar,

escucha atentamente la otra voz,

ella misma, dijo, preferiría no hablar,

muy a menudo murió, demasiado vivió,

dice que llega un momento

en que se atreve sólo

a hablar consigo misma, a callarse

por escrito, digamos, y casi siempre preguntas.


Nada le produjo alegría tan súbita,

profunda y duradera

como las vanidades de la tierra:

el empeño del arte, la belleza del ser humano,

los paisajes con sus líneas y colores,

las flores azules, las nubes rojas. La música.

Los rituales de la luz, sus juegos disponibles,

el temblor y el tiritar en la sombra

después de encorvarse y acuclillarse

bajo el sol alto,

el calor que palpita en las baldosas

cuando bramaba la tormenta de hielo –

y las infinitas migraciones

de la nieve, como las de los cisnes.


Amó el amor,

también sus dolores,

perderse en lo amado

para reencontrarse

en otra espiral

de lo que se desdobla

aquí como vida.


Si tuviera que subir

de las cenizas,

quisiera retornar a la Tierra

con los cisnes.



Palabras

 

No,

las palabras no son pacientes.

Se niegan al contrabando,

saben que en la frontera

todo se descubre.


Tienen su oficina de pesos y medidas

al servicio del tiempo, sin salario,

el calibrador insobornable

verifica qué es corcho, qué sonda.


Que una palabra sea sonda

para medir los fondos

que la separan de toda palabra paciente,

del fastidio entre ser-ahí y ser.


Que una palabra sea un vuelo

para aprender la altura

que la separa de la verdad de la rosa.


Felicidad

 

Un dado todavía sin ojo,

latido que precede a la salida del sol.

En el claro para siempre inencontrable

la flor roja, la azul.


La felicidad es animal blanco.

No mascota.

Su recelo es respetable.

Nunca sana la herida

que él muerde en el corazón.



Ciencia


Cava en el dolor

hasta dar con la arcaica roca,

consulta el horario de los vientos,

lee las líneas de nubes,

que en nada se obstinan

(sobre la mano que escribe

se posa por detrás

la mano que borra).


Traduce

el Libro Blanco del amor,

el libro de a bordo del hombre

que viajaba hacia las fuentes.

Sumérgete en las actas

de vendedores de bosques y asesinos de sol.


Haz tuyo el vuelo

de la pompa de jabón sobre el jardín,

el oleaje de la cebada,

sombras de pozo y animal radiado.



https://en.wikipedia.org/wiki/Erika_Burkart

https://www.vallejoandcompany.com/la-altura-que-separa-de-la-verdad-de-la-rosa-sobre-erika-burkart/

https://www.babelmatrix.org/works/de-all/Burkart%2C_Erika-1922

No hay comentarios:

Publicar un comentario