Hilda Habichayn, (26 de febrero de 1934- 6 de mayo de 2021) reconocida docente de la Universidad Nacional de Rosario, (Santa Fé , Argentina) y activista por la igualdad de género. Feminista de la tercera ola y socióloga fundó en los 90 un instituto y una maestría de estudios sobre las mujeres
Habichayn era hija de Jorge and Thamine Habichayn y había nacido en la localidad santafesina de Marcelino Escalada, en el departamento San Justo.
Convencida feminista cuando serlo era peligroso, se la reconoce como una de las figuras más importante de los estudios y la política de género. Activista hasta el cansancio, ejecutiva con sus ideas y casi un mito para quienes tuvieron la dicha de ser sus alumnos, murió en Rosario la socióloga, investigadora y profesora de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) Hilda Habichayn.
Hizo el bachiller en el Liceo Nacional de Santa Fe en 1951 y había estudiado la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional del Litoral en 1960. También había completado el posgrado en Sociología de Flacso-Chile y era Master en Ciencias Sociales del Institute of Social Studies de La Haya, Holanda.
Fue profesora del nivel secundario entre 1968 y 1984, así como docente de la UNR, en las facultades de Humanidades y Artes, y de Ciencia Política. Asimismo fue integrante fundadora y directora del Centro de Estudios Históricos sobre las Mujeres, desde 2011 denominado Centro de Estudios Interdisciplinario sobre las Mujeres (Ceim) de la Facultad de Humanidades y Artes (UNR), y de la primera Maestría en Estudios de Género en América Latina en 1993, lo mismo que de la Asociación Rosarina de Educación Sexual y del Centro para los Nuevos Roles (Cenur).
Habichayn estuvo muchos años en pareja con su colega el también profesor Héctor Manuel Bonaparte, era una gran consumidora de libros, películas, teatro y música.
Feminista a ultranza, de izquierda, anticapitalista, tan estricta con su trabajo como dulce con sus amigos y conocidos, y según quienes la trataron, una excelentísima persona, noble y comprometida, la muerte de la profesora Hilda Habichayn es una gran pérdida para el colectivo de mujeres, para la universidad pública, para todas las ciencias sociales y para la ciudad.
Además de innumerables trabajos académicos para revistas científicas y congresos nacionales e internacionales, una de sus obras más conocidas se titula “Rescoldo bajo las cenizas: Las mil y una formas de exclusión y reclusión de las mujeres” publicado por la Editorial Laborde en 2005.
Tomado de un articulo de César Arfeliz del Diario La Capital
Traemos el texto en su recuerdo de Mónica Tarducci
Murió Hilda Habichayn, una feminista, una mujer de izquierda, (si, profundamente anticapitalista) una gran persona. Profesora de la Universidad de Rosario, será recordada como la impulsora del Centro de Estudios Históricos sobre las Mujeres, hoy denominado Centro de Estudios Interdisciplinario sobre las Mujeres (CEIM) de la Facultad de Humanidades y Artes y por haber creado la primera maestría en estudios de género en América Latina, en 1993.
En efecto, en 1993 se lanzó a la hermosa aventura de la Maestría Poder y Sociedad desde la Problemática del Género, nombre no elegido, sino impuesto después de un ir y venir por CONEAU, una institución que no tenía a nadie con los conocimientos necesarios para evaluarla, pero si para boicotearla.
Era una época en que pocas nos decíamos feministas en la academia e Hilda pagó con creces esa audacia. Más aún si se seguían sosteniendo los ideales de siempre, que implicaban no hacer concesiones al poder. A las pruebas me remito, la Maestría estuvo 3 años sin convalidar su aprobación por el Consejo Superior de Universidad de Rosario.
Como docente de la primera hora puedo contar muchas anécdotas sobre el esfuerzo de sostener este posgrado contra viento y marea, pero prefiero recordar a Hilda por su alegría y empeño en seguir adelante, en las reuniones compartidas, en ese ritual de sacar el monedero antiguo que tenía para pagarnos (así de artesanal era la cosa), en su compromiso con el feminismo.
Tanto ella como su compañero Héctor Bonaparte eran activistas no sólo de la causa del feminismo, sino de la vida que merece vivirse.
Ojalá las y los jóvenes no la olviden, por luchadoras como ella, seguimos teniendo esperanza en la humanidad.
Hasta la victoria siempre querida Hilda
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