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martes, 10 de octubre de 2023

Feli Hernández Mulas


 Feli Hernández Mulas (12 de febrero de 1938 -10 de octubre de 2020). Un tiempo antes de su partida  se encontraba con problemas intestinales pero tranquila y confiada se sometió a una intervención quirúrgica que resultó fatal y nos la quitó de la noche a la mañana. ¡No sufrió! decimos para consolarnos, pero nos cuesta aceptar que no volveremos a escuchar su inconfundible voz y sus palabras.

Feli era una mujer generosa, luchadora, inteligente y trabajadora. Nació en Morales del Vino, Zamora y perdió a su padre a los dos años, lo que afectó profundamente a su vida. Como sabemos, la división de papeles daba escasa preparación a las mujeres para manejarse en la esfera pública, por mucho que su madre fuera una mujer inteligente.

La vena laboriosa de Feli la recuerda la familia con una frase de su propia madre “…la pequeña me ayuda mucho, ella, con lo chica que es, trabaja como un hombre, ahora está trillando”

Voló en su juventud a Madrid en búsqueda de más alternativas de vida y de más aperturas de pensamiento y allí rodeada de amigas trabajó en la Facultad de Filosofía y Letras, pasando unos años que la ayudaron a crecer en todos los aspectos; cantando, viajando, bromeando, contactando con gentes de todo el mundo en viajes que ella les organizaba sabiamente y que hasta le permitieron tener su propio coche.

Adelantada a su tiempo se casó tarde, alargando esa etapa de juventud, formando con Rafael una pareja que continuó su espíritu anfitrión, acogedor y generoso. El trabajo de su esposo le permitió moverse de un lado a otro de España. Fue mamá de una niña y un niño, que se han multiplicado teniendo ahora tres nietas que añoran sus momentos de juegos y cuidados.

Su espíritu se mantuvo siempre joven. Hasta el último momento estuvo yendo a la Universidad de la Experiencia, a clases de inglés, ofimática, tanto presenciales como vía on-line pesarosa de no haber estudiado más en su adolescencia. Mantenía también una rebeldía juvenil en cuanto a la forma de vestirse y vivir, lo que nos refuerza la idea de que se fue demasiado pronto.

Celebramos la vida de Feli, que en su madurez volvió a Morales del Vino, Zamora , a su casa de la infancia, enseñando a sus hijos y nietas el amor a su tierra y a su gente. Hoy  agradecemos  haber sido acompañantes  en su vida.


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