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viernes, 29 de diciembre de 2023

Gloria Pereira madre de Gioconda Belli

 Gloria Pereira ( ¿- 29 diciembre de 1989 ) es la madre de la poeta nicaragüense Gioconda Belli , Tomamos un escrito de la poeta para celebrar su vida con ella :

Un día como hoy ( 29 de diciembre ), en 1989, murió mi mamá, Gloria Pereira. Leonesa. Se quedó sin su mamá a los 10 años. Su papá insistió en que tuviera una buena educación y la mandó a estudiar al Colegio de la Asunción en Filadelfia, Ravenhill Academy. Mi mamá fue una mujer que amó la cultura. Fue pintora, hizo mosaicos, pero su pasión fue el teatro. Fue una de las fundadoras del Teatro Experimental de Managua. Le encantaba viajar y trabajó en KLM para poder viajar y llevarnos a viajar a sus hijos. Fue una mujer elegante, de manos largas y finas, que nunca aprendió a cocinar, ni nos enseñó a sus hijas e hijos a cocinar. No era aficionada a la comida. Decía que soñaba con el día cuando uno pudiera tomar una pastilla en vez de tener que comer. Hacía unos nacimientos lindísimos en mi casa y se inventaba también árboles de Navidad creativos y diferentes. A ella le debo el amor por las palabras, y mi afirmación como mujer, pues siempre me dijo y me hizo sentir que ser mujer era extraordinario y que todas nuestras funciones y el cuerpo femenino era una de las maravillas de la naturaleza. Fue una mamá espectacular. Comparto con ustedes este poema que le escribí:

Madre mía de las palabras
Soy una mujer hecha de palabras
Desde la antigüedad
Mi sangre flotó en la sopa de letras
Del vientre de mi madre
-esa mujer que me soñó y llamó
Gioconda-
Una mujer frágil y pequeña
Que escribía inquietantes historias
De tíos y jardines;
La tía solterona
Los íntimos parientes
Mi infancia la hizo mi madre
Como un mosaico
De esos que ella armaba
Sentada en una silla de hierro
Escogiendo colores, formas
En frascos de cristal
Donde una profusión de verdes y azules
Traslúcidos, minúsculos, recuadros
Devenían en sus dedos en peces y tortugas
Que salían a poblar las jardineras de mi casa
Y a instalarse en paisajes submarinos
Cuando sus manos largas y delgadas
Yendo del frasco al lienzo
Colocaban las algas y la espuma
Yo perseguía sus manos con mis ojos,
Mientras ella describía Pompeya,
Roma, los mitos y trajines de los Dioses
en el Olimpo o el Partenón de Atenas
Porque era mi madre una mujer de sueños.
Soñaba con Pegasos que la llevaran lejos
A esa otra existencia que habría deseado para sí:
La de anchos boulevares
Y hermosos monumentos,
No la del pobre, iletrado país
Donde atinó la vida a colocarla
Mi madre siempre tuvo un algo de
Cristóbal Colón en su mirada
Una inquietud de exploradora
Y el deseo ferviente de mutarse
En algún encantado personaje
Por eso en su patria de sueños estancados
Ella fue actriz. Reclutó y dirigió a sus amigas
En grandes puestas en escena
Nunca antes vistas en la ciudad
Así fue que crecí en una casa
De anaqueles repletos, donde Lope, Shakespeare
y Lorca convivían con Jardiel Poncela
Una casa de libros, de libretos y ensayos
Con una madre que detestaba la cocina
Los oficios domésticos
Pero que amaba armar nacimientos
Urdir extraños árboles de navidad
Formas rellenas de musgo en las paredes
Una mujer siempre distinta:
Rubia, a veces castaña
A veces con mechones dorados
Que cosía pacientemente disfraces encantados
para sus hijos:
Trajes de luces, de torero
-cada lentejuela pegada a mano por ella-
Tarde tras tarde junto a la puerta del jardín
La mirada en la tela
Pero las palabras siempre viajando
De su boca a mi boca abierta de niña deslumbrada
Sentada a sus pies en el pretil
Comiéndome su gozo de contar
Imaginando con ella
Esas otras ciudades
Esos tiempos que invocaba
Conjurando palabras
Haciéndome sin saberlo esto que soy,
Este esqueleto de consonantes y vocales
Que esta noche,
Amorosamente,
La recuerda.

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