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sábado, 16 de diciembre de 2023

Henar Sastre Domingo enfermera feminista


Henar Sastre Domingo es diplomada en enfermería. Es especialista en Salud Mental y Género. Es formadora en temas relacionados con la violencia de Género para profesionales de la salud. Ha trabajado en la formación y el desarrollo de Grupos de autocuidados emocionales a mujeres con Malestares de Genero. Es Premio internacional de investigación en el xv Certamen de Enfermería S. Juan Dios Ha conseguido el Reconocimiento “Mujer Esencial” por el ayuntamiento de Tres Cantos 2015. Ha sido presidenta del Fórum Feminista de Madrid. 2016-2020. y es activista en diversas Plataformas feministas.

Desde aquí, hoy, queremos felicitarla en su cumpleaños y dar a conocer su valioso trabajo con el que todas y todos podemos aprender. Tenemos el placer de poder conocer de primera mano como se han dado sus aprendizajes y donde la ha llevado : 


Al feminismo llego, por el camino de las injusticias de las vivencias personales, como la mayoría de las mujeres hemos experimentado a lo largo de nuestra vida, sin tener una clara conciencia del mundo injusto y patriarcal en el que vivíamos, pero siempre con una sensación de malestar y sufrimiento que acompaña a las experiencias injustas, la desigualdad de trato y la sobre carga de los mandatos de la feminidad.

Me doy cuenta, que una de las vías por las que se llega a la conciencia feminista es a través de las experiencias de desigualdad en la infancia y adolescencia. Es un malestar que no tiene nombre. La conciencia feminista es un proceso lento que se va aclarando al escuchar como enfermera a las mujeres que trato. Gracias a ellas voy aprendiendo y comprendiendo a través del relato de su sufrimiento, la gran idea feminista sobre: “lo personal es político”.

He trabajado 25 años como enfermera en el hospital infantil Niño Jesús de Madrid. En la dirección 12 años como responsable de la formación continuada de enfermeras y auxiliares de enfermería.

Es constante la queja de las enfermeras sobre la falta de autonomía en el trabajo, debido al poder hegemónico de los médicos. Pronto la queja la politizo y me implico desde 1976 primero, en la coordinadora de enfermería, donde trabajamos intensamente junto con enfermeras de todas las comunidades en la reforma de la carrera cuyo objetivo era lograr que la carrera de enfermería fueran universitarios. Posteriormente en el año 1980 como vocal en la junta del gobierno del Colegio de enfermería de Madrid.

Desde el inicio de los estudios de enfermería quise dedicarme al cuidado de los enfermos mentales. Curse la especialidad en Salud Mental. En 1976 tuve el privilegio de organizar la primera unidad de paidopsiquiatria en el Hospital Niño Jesús. Durante los 10 años de trabajo en la salud mental infantil vivo con gran malestar, como los profesionales culpabilizan a las mujeres, cuando son madres. Se las hace responsables de los comportamientos alterados de sus hij@s e incluso de ser las causantes del autismo. Se culpabilizaba a las madres, pero no a las padres, siempre ausentes en la vida y en la falta de corresponsabilidad de las tareas domésticas y el cuidado de los vínculos.

En 1995 inicio el trabajo en Atención Primaria. Tengo la oportunidad de “Escuchar” en las consultas del centro de salud y en los domicilios las quejas y los malestares de las mujeres. Con la idea de poder ayudar a las mujeres, organizo grupos de Relación de Ayuda para el Autocuidado emocional y técnicas de relajación. Me escandaliza como la violencia que sufren las mujeres atraviesa todas sus vidas. Estudio los procesos de vulnerabilidad psicosociales y de género pues para las investigaciones feministas, son en gran medida los causantes de sus somatizaciones/malestares que las enferman.

Me intereso por las autoras feministas que han escrito sobre la salud de las mujeres, como Emilce Dio Bleichmar 1999, su libro sobre la depresión en la mujer me ayudo a entender como los mandatos de genero de “Ser para los demás” pueden enfermar a las mujeres. Mabel Burin y su libro “El malestar de las mujeres, la tranquilidad recetada” 1991pude comprender como la medicalización era la estrategia para acallar la injusticia y tapar el malestar de las mujeres. Las aportaciones de Sara Velasco fueron determinantes para poder ayudar a las mujeres y acompañarlas en sus procesos vitales así como, las investigaciones de Carme Valls y todo el trabajo de la Red-Caps del que participo. Estudiar y escuchar a las profesionales de la salud va rearmando la posibilidad de poder ayudar a las mujeres con un modelo de atención feminista.

En el 2007 formo parte de la estrategia de formación de formadores del sistema sanitario de la comunidad de Madrid y recorro los centro de salud formando a enfermeras ,médicos,trabajadoras sociales

En 2006 realizo una diplomatura de Salud y Genero en la Escuela Nacional de Sanidad que organiza mi amiga Lucia Mazarrasa y decido que en el futuro la militancia feminista será una de mis pasiones como lo ha sido también la enfermería.

En el centro de salud acuerdo con los compañer@s médicos y enfermeras que me deriven a las mujeres que atienden y que presentan procesos de malestar de género, para integrarlas en los grupos, de autoayuda. El objetivo era intentar no medicalizar a las mujeres y que pudieran desarrollar estrategias de afrontamiento para que entraran, en un procesos de análisis de sus vulnerabilidades y así poder tomar decisiones y “colocar”los mandatos de la feminidad causantes del malestar… La experiencia del trabajo con los grupos con mujeres fue muy intensa e interesante. Aprendí mucho y espero que a ellas también les ayudara a vivir una vida más consciente.

Siempre fomenté y estimulé a las mujeres la idea de la necesidad para que utilizaran todos los recursos que las administraciones como el ayuntamiento, las asociaciones de mujeres,las organizaciones vecinales etc tienen en los barrios. Estoy convencida de que, cuando las personas atravesamos crisis de la vida, acontecimientos dolorosos, que producen estados de sufrimiento y síntomas de ansiedad, depresión, cuantas más ayudas se puedan recibir, mejor se podran afrontar las situaciones dolorosas. Los recursos comunitarios ayudan mucho a las mujeres y evitan el aislamiento social causante de muchos malestares.

En el libro "La ayuda está donde usted la encuentra" se analiza que la ayuda que reciben las personas, consideran que no se la da el sistema formal de cuidados, es decir, las instituciones; sino que el ochenta por ciento de esa ayuda la encuentran, en el sistema informal como la peluquera, el camarero, las amistades y los grupos organizados.

En el modelo de intervención de las Relaciones de Ayuda a las mujeres, una de los ejes básicos es la “Escucha” hago mía la idea de Carl Rogers “Todo lo que se, lo sé desde la escucha”. Escuchar es una forma de actuar. Es un proceso lento y complejo que se aprende. Escuchar es poner atención con todos los sentidos, supone oír lo manifiesto del relato y también lo latente, es decir aquello que no se dice porque no se sabe, no se dice por miedo o vergüenza o culpa.”. En el proceso de escucha podemos valorar, a través de lo que nos cuenta, -que es también lo que la persona se está contando de sí misma- el significado que da a lo vivido y de este modo conocer cual es el “sentido de su vida”

La experiencia de la escucha se va adquiriendo a medida que escuchamos los conflictos de las personas. Podemos saber que lo que está negando, en muchas ocasiones, es lo que se afirma. En el proceso de Ayuda es fundamental estar alerta para controlar la proyección, es decir; no hablar de lo propio cuando escuchamos una situación de violencia, cuando escuchamos un conflicto con los vínculos, con los hij@s, las parejas… porque si esas situaciones relacionales no están trabajadas y bien “colocada”en la persona que ayuda, es fácil que salgan como proyecciones y desde ese lugar es probable que no se ayude. Contener lo propio es quizás lo más difícil; lo más difícil es escuchar y no proyectar. Es básico poder controlar el auto diálogo interno, el vacío intrapsiquico que se produce al escuchar


Gran parte de mi vida profesional como enfermera la he dedicado a ayudar a las mujeres a entender sus malestares. Realicé una investigación sobre los malestares de las mujeres y encontré y confirmé lo que la bibliografía feminista había demostrado sobre el tema de manera reiterada.

Los malestares de las mujeres se conceptualizaron en 1988 en un Seminario Mujeres Sanitarias Feminista celebrado en Italia. Se cuestiono el paradigma clásico dicotómico salud-enfermedad. normalidad-patologia. Se planteo una nueva categoría análisis, para comprender el sufrimiento de las mujeres. Lo definen como: “expresión corporal de un conflicto no expresado con palabras que aparece como sufrimiento anímico o en el cuerpo, como síntomas mal definidos y sin causa orgánica demostrable” La causa de los malestares se debe a la situación de subordinación social propia de las mujeres.

Mucho de los Malestares en las mujeres, están condicionados por los vínculos. La subjetividad de las mujeres se construye por el mandato de “Ser para los demás” y del proyecto proyectado de “Ser madresposas” Esta construcción subjetiva supone para la mayoría de las mujeres la obligación de hacer compatible el trabajo remunerado fuera de casa y el trabajo no remunerado de los cuidados. Esta sobrecarga lleva a muchas mujeres a estados de agotamiento, insatisfacción y altos niveles de stres. Sabemos por numerosos estudios que cuando un hombre llega a casa después del trabajo sus hormonas de estrés disminuyen y en la mujer aumentan.

El reparto de tareas cotidianas del hogar y el cuidado es para las mujeres una fuente de conflicto permanente con sus parejas. Y el reparto del cuidado de los ancianos con los familiares.

De acuerdo a los estudios sobre masculinidad los malestares de los hombres están ocasionados por la perdido o cuestionamiento de los mandatos de la masculinidad hegemónica.. ser proveedor, protector y procreador. La pérdida del trabajo ocasiona perdida de status. Pude comprobar durante la crisis de 2008 muchos de mis pacientes consultaban con quejas emocionales, ansiedad, depresión insomnio etc. En su relato sobre la perdida del trabajo aparecía una idea de perdida de identidad “quien soy yo si no trabajo” podríamos decir, que cuando un hombre pierde el trabajo, es como si se perdiera a sí mismo. También para las mujeres es fundamental el trabajo remunerado que entre otras razones, les proporciona la autonomía económica que protege y evita los vínculos de maltrato.

Las feministas sabemos que el trabajo remunerado del empleo ha sido un logro del movimiento- En la actualidad es una prioridad de la agenda feminista la exigencia del trabajando remunerado, la denuncia de la feminización de la pobreza, las brechas salariales, las medias jornadas etc . Una gran mayoría de mujeres quieren hacer compatible el cuidado de los vínculos, la maternidad y el desarrollo laboral y renuncian en muchas ocasiones a compromisos y motivaciones que desean en sus carreras por que no les es posible llegar a todo. La sociedad patriarcal no ha entendido que es imprescindible poder armonizar todos estos interese para lograr sociedades no solo productivas, como exige el capitalismo, sino también humanizadas y corresponsables.

El esfuerzo y la renuncia esta siempre en las mujeres. Cuando las mujeres están en el modelo tradicional de la división sexual de trabajo, pagan el precio de la pobreza por la falta de autonomía económica y cuando están en el modelo productivo con las triples jornadas el precio es el agotamiento, los malestares y la enfermedad.

Sabemos que“Cuando la mente sufre el cuerpo pide ayuda a través de los síntomas”El síntoma del malestar en muchas ocasiones es el emergente del conflicto que vivimos en nuestras vidas.

El sistema sanitario entiende y atiende los síntomas corporales: no puedo dormir, estoy nerviosa, me duele todo el cuerpo, estas “totalgias” en el fondo son dolores del alma.

Ante los numerosos síntomas de los malestares las mujeres, el sistema sanitario es frecuente que derive a las mujeres a los diferentes especialistas, que tras los estudios de múltiples pruebas y ante la falta de datos objetivos, termine medicalizando con psicofármacos antidepresivos y ansiolíticos.


Disfruto de dos grandes pasiones, la enfermería y el feminismo. Han dado sentido a mi vida y me han permitido rearmar mi cabeza. Me siento satisfecha de poder dedicarme estos años dando toda mi energía, mi saber y tiempo para poder mejorar los derechos de las mujeres.

Un eje fundamental de mi vida es la necesidad de aprender, creo que hemos venido a este mundo a aprender y aprehender para cambiar y mejorar el mundo, el micro espacio donde vivimos, al mismo tiempo que nos mejoramos como personas. Considero que el gran reto de la humanidad es como somos capaces de entendernos, de relacionarnos desde la humanidad que tenemos, desterrando los comportamientos violentos. La gran apuesta es como ir desarrollando el psiquismo para que cada vez los humanos nos relacionemos más en sociedades igualitarias, donde a las mujeres se nos reconozca como sujetos y humanizadas con los mismos derechos.


Agradecemos su esfuerzo permanente, su reflexión continua, su estimulo y su grandísima sororidad .

https://mujeressalvandoelmundo.blogspot.com/2019/04/lasescuchamos-hablemosdeellas-290.html

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HH

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