Adela Muñiz
Reyna Pérez Castillo fue la primera amiga que bordé en México, en mi primera llegada en 1987 en el 1er Encuentro Lésbico Latinoamericano. En el 88 cuando llegué para estudiar, ella me ofreció su casa. Cuando aterricé a Insurgentes Sur, me abrieron amigas que me conocían y me cobijaron, no era casa de Reyna, las amigas no estaban avisadas, pero todo estaba procurado, como era ella, desde la magia, luego Reyna se convirtió en mi hermana elegida, de la que siempre tuve una escucha y apoyo y risas incondiciona-Les.
A los 16 años Reyna migró de su Veracruz natal a la Ciudad de México para estudiar en la Escuela Normal de maestros, fue maestra de educación primaria durante 22 años, estudió la licenciatura en Historia en la UNAM, en 1993 se graduó de la maestría en Docencia y Divulgación de la Historia en la Universidad Pedagógica Nacional.
Reynita fue integrante del grupo feminista Cuarto Creciente en los años 80s. En los 90s fue representante sindical de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación. A inicios del siglo XX fue parte de la agrupación política México Posible, proyecto que iniciaron junto a Patricia Mercado; en 2006 fue delegada de la Asamblea Nacional por Tlahuac en Alternativa Social Demócrata.
En 1997 publicó el libro ¿Son cuentos para niñas y niños? ¡Son cuentos de niñas y niños! Un proyecto de creación literaria y plástica con sus estudiantes del 4to grado, grupo C de la Escuela Primaria “Ing. Roberto Gayol. El libro recoge 28 cuentos con sus respectivas ilustraciones tanto de Reyna como de las y los estudiantes, quienes escriben sobre su experiencia situada, la casa, la escuela, su entorno, sus preocupaciones sobre el medio ambiente y las opresiones en una esperanza de un mundo sin guerras para el amor y la felicidad.
Reyna fue una perseverante luchadora feminista, amiga incondicional, de escucha, cobijo, acompañamiento y afecto. Fue amiga de las feministas y lesbianas feministas de todos los colores, con quienes compartió, rió, festejó y urdió proyectos.
También fue una incansable bailadora, del son jarocho con botella en la cabeza podía pasar sin tropiezo a un rocanrol o salsa pachangosa, he visto desmayar a una persona pretendiendo seguir su ritmo. A sus fiestas llegábamos gustosas feministas bailaoras porque sabíamos que aquello, como Goldman lo preveía, era revolucionario. Al jubilarse partió de retorno a Veracruz donde siguió sembrando con la esperanza de llevar a las amigas a una gran comuna.
A Reyna la caracterizaba su risa franca, un río sonoro de jolgorio, recibió el cariño, amor y acompañamiento en diversos momentos duros de su vida de muchas amigas y grupos de amigas, quienes dolimos con sus dolores, confiamos en su mejoría y lloramos su partida.
Vuela y Baila alto Reynita que la revolución feminista te espera en el Mictlán, allá junto a Fran, Chuy y otras compas también transformarán.
https://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?table=estimulo_pacmyc&table_id=14682
https://cpagncmxvi.historicas.unam.mx/inventarioVolConsulC.jsp?idVol=1-VIA-179
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